CAPITULO 31
James repetía la fecha en su mente una y otra vez.
22 de diciembre... 22 de diciembre... 22 de diciembre...
¿Cómo olvidar el momento en que volvió a huir y el día en que las pesadillas empezaron? Era un recuerdo pésimo y también frustrante. Estaba cerca de finalizar el escrito y aún no encontró el error. De repente una idea surgió de la nada...
"¿Y si los dos se aliaron para crear un plan?"
Cuando se planteaba lo que sucedió en esa semana... vio que había cosas que encajaba para que el 22 de diciembre haya sido un día "inolvidable".
Aquella idea ni siquiera la tomó en cuenta en todo el tiempo que transcurrió desde aquella tarde. Esta vez decidió empezar, no desde lo que pasó en los últimos minutos antes de que cada estudiante saliera de clases. Sino que pensó en destacar el plan de Darren y Aylin, que debió ser en el momento en que los vio conversando el día miércoles y luego lo ocurrido...
"Esos dos tienen la culpa..."
James se inclinó ante la mesa y continuó tecleando, presionando con fuerza cada letra...
— — —
(Miércoles 20 de diciembre del 2017)
Darren iba en busca de Aylin en el recreo. En este momento la necesitaba de verdad y no la encontraba. Después de pensarlo bien, la buscó en la Cafetería. Luego de llegar, usó su mirada para encontrarla.
Después de un rato, la vio sentada con su grupo de amigas. Se acercó rápidamente y le tocó el hombro con la mano. Aylin se volvió pero al ver quién era, regresó a la conversación con sus amigas.
"Sigue molesta..."
—Aylin, en serio... quiero que me hagas caso.
Ella suspiró y se dio la vuelta.
—¿Qué quieres, Darren?
—Hablarte de un asunto que te gustaría...
—¿Ahora que estás planeando? Creo que has olvidado que yo aún sigo molesta contigo. Si vas a empezar con tus bromas, ni pienses que...
—Se trata de James—le interrumpió Darren.
Ella calló al escuchar el nombre de él. Lo miró con expresión ceñuda.
—Señoritas, me llevaré a su amiga por un momento—dijo Darren a las amigas de Aylin. Ella accedió a la petición y se cambiaron de mesa.
Cuando Aylin se sentó, fue toda oídos para él.
—Escucha, yo entiendo que sigues molesta conmigo, ¡pero eso ya pasó! Así que no me lloriquees con eso, ya que ahora te necesito.
—¿Y por qué yo? —interrogó ella—. ¿No tienes a tus torpes amigos para eso?
—Ellos no harían más que golpear a ese idiota. Necesito algo diferente. Hay que joder a James. Joderlo tanto, como para que llore por semanas.
Ella apretó la mandíbula y asintió.
—¿Qué tienes en mente?
—Lo que quiero hacer, es un daño a un nivel mayor. Tú sabes que Scarlett me gusta, ¿verdad...? —ella afirmó con la cabeza, eso fue algo que le comentó el año pasado—. Vale, entonces quiero causar un daño a James, por así decirlo, psicológico y no físico.
Ella siguió sin decir nada y Darren al ver que no decía nada continuó.
—Hace un tiempo le di una buena amenaza para que se aleje de ella. Pero el muy hijo de perra todavía sigue con Scarlett y sus dos amigas. No me hizo caso, así que pensé que podríamos planear algo que nos...
Aylin estaba conteniendo una risotada por unos segundos. Darren no entendía que le parecía gracioso.
—Tú y tus métodos de violencia, son taaaaaan eficaces—dijo Aylin sardónicamente sin dejar de carcajear—. Ya te dije que pierdes tu tiempo con Scarlett. Además, ese feo de mierda te está ganando terreno.
—¿A qué te refieres? —preguntó Darren dejando de lado el comentario anterior.
—Ayer escuché a Scarlett decirle a James que le gusta.
Darren al escuchar eso, golpeó la mesa y ésta tembló un poco con un ligero movimiento. Los que se hallaban al lado de ellos, se volvieron por un momento y después siguieron en lo que estaban. Él los había visto a lo lejos hablando en el segundo piso, mientras barría por el pasillo pero no creyó que sería que estuviesen hablando de ello.
—Tranquilo... tranquilo...—decía Aylin mientras le daba unas palmaditas en la espalda—. Los escuché claramente. Yo tenía el presentimiento de que ambos se habían peleado por algo y no quise perderme de alguna posible discusión, aunque fue todo lo contrario.
Darren tenía la mirada hacia abajo, pero poniendo atención a las palabras de Aylin.
—Podríamos usar algo a nuestro favor—masculló ella—. Scarlett le hizo una pequeña broma diciéndole que le gustabas tú. Haríamos de esa mentira un buen plan.
Darren se incorporó en el asiento mientras sonreía. No se equivocó, eligió a la persona correcta. Ahora él era todo oídos.
—Te escucho...
— — —
"Bueno... creo que su plan resultó a la perfección, porque en serio me jodieron bastante aquella tarde. Yo simplemente creí que todo iba a salir bien."
Negó con la cabeza mientras se relamía la boca. James esta vez quiso dormir y volver con las pesadillas en las que Darren es participe. Pero ahora quería hacer algo diferente, lo que quería era un final distinto en sus pesadillas. Aún no se sentía tan somnoliento, solo un poco. Prefirió escribir lo que siguió el día viernes.
— — —
(Viernes 22 de diciembre del 2017)
Por la mañana, James, se sentía muy nervioso, ya que no sabía que reacción tendría Scarlett ante el regalo. Tal vez pueda estallar de felicidad.
Solo era cuestión de esperar a que sea la hora de salida y todo se sabría. James en serio ahorró para eso. Tal vez habría comprado algo para Judy y Kate, y él sí tenía pensado hacerlo, pero el dinero se había gastado en la ropa para ir a esa dichosa fiesta. En el caso de la sorpresa en la azotea el día anterior, no fue pagado, solo pidió permiso al señor de la cafetería (el cual, no se tomó la molestia de preguntar su nombre). Tampoco podía pedir dinero a sus padres, ya que todo quedó para el regalo de Scarlett y ya no administró bien el dinero para algún regalo para sus otras dos amigas.
Él pensó que podría remediar eso con algo el año siguiente.
—Scarlett, antes de irte cuando las clases terminen, quería que me esperes un momento.
—¿Por qué? ¿Aún tienes más sorpresas?
—Ya te lo diré al final—dijo James con gesto neutral, escondiendo una sonrisa.
***
Cuando tocó el timbre para dar fin a las clases y que todos disfruten de las vacaciones de Navidad y fin de año para volver con energía el siguiente año (según los comentarios de los maestros). Darren y Aylin fueron los primeros en salir de sus salones y corrieron a encontrarse.
Darren ya estaba listo.
Aylin también y le dijo lo siguiente:
—Yo te daré tiempo.
—No va a funcionar. Esto va a ser difícil—masculló él—. Debe ser en el momento exacto.
—Va a funcionar, digas lo que digas—Aylin le golpeó en el brazo ligeramente—. Andando.
***
James le dijo que la espere un momento en la entrada, tal vez junto a Judy y a Kate, pero Scarlett le había dicho que estaría sacando unas cuantas cosas de su casillero.
—Entonces pasaré por ahí. No hay problema.
—¿Qué es lo que quieres decirme, chico?
—Ya lo verás.
James Lancaster corrió a su casillero y con cuidado, sacó el regalo, que consistía en unos cuantos libros que ella tanto deseaba pero que no podía comprarlos. Los que compró fueron: Silencio y Finale (las dos partes faltantes de la saga Hush Hush, que Scarlett aún no tenía), Eleanor y Park, Amor a cuatro estaciones y Si decido quedarme.
En verdad que no le gustaran, sino que le van a encantar.
Todos los libros a la vez estaban cubiertos con papel de regalo color rojo y dos cuerdas estaban cruzadas por debajo. Por arriba tenía un nudo en el que podía sostenerlos y así llevar los libros con una mano. En uno de los nudos estaba puesto:
De: James
Para: Scarlett.
Resopló nervioso y fue a buscarla.
***
—Debes estar listo, Darren—le dijo Aylin—. Te haré una seña con la mano en mi espalda y luego vas a hacerlo.
—A la orden.
Algunos estudiantes no se habían ido a sus respectivas casas y muy pocos circulaban por allí. Aylin y Darren caminaban lentamente, sin hacer tanto ruido, ya que a dos metros, tenían a Scarlett de espaldas, mientras ella seguía mirando, sacando o guardando cosas de su casillero.
***
James llevaba en su mano los libros sosteniendo del nudo y con la otra mano, iba guardada en su bolsillo. Iba tan tranquilo, tan alegre y tan emocionado al mismo tiempo. De repente, Aylin apareció frente a él.
—Hola, James. ¿Cómo estás?
Él se detuvo en seco, viéndola con expresión confusa.
—Hola... Aylin... pues... estoy bien...
—Qué bueno, en serio. Eso es muy bueno. ¿Sabías que estoy dando una feliz navidad a todos?
—No... no lo sabía...
—Pues ahora sí; en realidad lo que habíamos pasado ya no importa tanto. Y solo te detuve para eso. Que tengas una Feliz Navidad, James—Aylin sonrió de oreja a oreja y después él vio que una de sus manos la había enviado a su espalda.
James creyó que se estaba rascando.
—Igualmente...—dijo James con lentitud—, gracias, Aylin.
Ella se apartó y él caminó por el pasillo. James continuó para ver a Scarlett...
No fue más de dos metros lo que avanzó. Se frenó tan de repente. Soltó el regalo y este paso a caer al suelo, haciendo resonar en el pasillo. Sintió que sus ojos se abrían cada vez más y las lágrimas amenazaban con salir.
Scarlett y Darren se estaban besando.
James había llegado en el momento exacto para ver aquella escena. El sonido de la caída de libros, hizo que Scarlett se desprendiera de Darren. Ella lo miró con una expresión de miedo y confusión. Luego miró a James, negando con la cabeza.
—No... no, James esto no es lo...—decía Scarlett, pero antes de que soltar toda la frase, Darren la hizo volver ante sí y volvió a besarla.
Él no dijo nada. Simplemente dio la vuelta y empezó a correr. Al pasar de la salida principal, Judy y Kate estaban esperando a ellos dos. Pero James salió y no les dijo nada.
—¿James, a dónde vas? ¡James!
No supo si fue Judy o Kate, o ambas al mismo tiempo. Él simplemente siguió corriendo hasta llegar a casa. En su mente profanaba un solo pensamiento repetidas veces:
"¡Me mintió! ¡Sí le gustaba Darren!"
Solo que eso fue algo repentino en la que se lo fue creyendo por una hora más. Al llegar a casa, ya se había quitado las lágrimas para no dar evidencia a sus padres de que estuvo llorando. El equipaje ya estaba preparado un día antes y guardado en el auto.
No volvería a ver las caras de sus amigas durante todo ese largo tiempo, hasta volver el año siguiente. Abrió la puerta del coche y subió. Dejaría todo de lado por un tiempo.
El coche rugió al encenderse. El señor Lancaster lo condujo en reversa para dejarlo en la carretera. Después, el coche aceleró poniendo la primera marcha y fue incrementando la velocidad, hasta que finalmente la familia Lancaster se fue de la ciudad.
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