CAPITULO 23
"No tenía huesos rotos pero sí hemorragias internas leves. Apenas recuerdo que fue lo que pasó después de eso. Y es algo que tampoco quisiera rememorar del todo. Aunque hay algo que no olvidaré y es aquello que me dijo Scarlett me decía mientras tomaba mi mano, luego de que contactó una ambulancia: Vas a estar bien, James. Te van a ayudar. Y fue luego ella junto con sus amigas, que estuvieron al pendiente de mí, ya que tardé varias semanas en sanar."
"Había sido un error sentarme; tal vez si el señor no me hubiese lanzado la moneda para que la recoja, mi hemorragia habría sido peor. Kate me había explicado que la sangre acumulándose en una sola área es perjudicial."
Lo que le están enseñando a Kate al ser voluntaria del hospital, era algo muy bueno. Oh, y James debió perder la moneda que el señor le había dado, aunque no sabía si se le cayó mientras lo llevaban.
Luego consideró que se había metido en más problemas solo por algo erróneo y sin sentido. Darren le había dado un "verdadero" motivo para alejarse de Scarlett. Jamás pensó que habría algo que pudiera perjudicar las cosas con ella por culpa de Madison.
Lancaster quería saber algo más, algo que no escribió sobre Darren. Se irguió en el asiento y los huesos de la espalda le crujieron. Puso una mano en el mentón, pensativo, al creer que olvidó un detalle de Darren. Antes redactó sobre cómo era Darren y su familia. Pero aquello solo fue el detonante de su mal comportamiento burlón y excesivamente bromista lo cual lo hace muy pesado y molesto pero... ¿de dónde surge el lado violento?
Comúnmente se piensa que el ambiente que hay en casa, eran los méritos suficientes para eso (incluso James daba crédito a que esa era la razón). Solo que en este caso, es diferente. Fue después que Lancaster lo supo. Darren se lo dijo a Will, Will se lo contó a Judy y Judy se lo contó a las tres únicas personas en las que confía. Y es que la verdadera razón del lado explosivo de Darren Madison, no era obra de lo que le ocurría en su hogar. Y dicha razón, también fue lo que lo llevó a los bares a beber.
Eso fue cuando Darren tenía quince años. James decidió agregar eso a todo lo que estaba escribiendo:
Hace unos años atrás, cuando James Lancaster aún no ingresaba al mismo Instituto, a Darren Madison le había pasado algo que lo obligó a beber por primera vez. Eso ocurrió cuando él tenía quince años.
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Hace unos años atrás, cuando James Lancaster aún no ingresaba al mismo Instituto, a Darren Madison le había pasado algo que lo obligó a beber por primera vez. Eso ocurrió cuando él tenía quince años.
Will era su compañero inseparable de bromas. Tenían planeadas muchas cosas en mente. Para aquel entonces, los dos ya formaban parte del equipo de baloncesto (es decir, cuarto grado). Lo que le ocurrió a Darren, al menos debió ser por el mes de noviembre.
Aquello que le había ocurrido, fue por una chica llamada Deysi Henderson, que estuvo cerca de caer en una de las bromas de Darren. Sucedió en un recreo. Darren y Will estaban en el segundo piso con un encendedor en la mano y uno de esos petardos. En el primer piso estaba Deysi con unos cuadernos al lado. Ella estaba a uno o dos metros de distancia de un basurero que el conserje Simons había vaciado hace unos minutos.
—¿Qué esperas? ¿Vas a hacerlo o no? —le interrogó Will que le dio un ligero codazo.
—Sí... —respondió Darren entre dientes. Ni siquiera Will pudo escuchar eso.
Will estaba a la espera de que su amigo prendiera el petardo para dejarlo caer en el basurero y así, poder asustar a la chica. No obstante, Darren aún tenía separada sus dos manos.
—Espera un momento—le dijo Darren a Will. Se guardó ambas cosas en los bolsillos y bajó al segundo piso para saludarla.
Will se había quedado desde el segundo piso, viendo como su mejor amigo se quedó hablando con ella. Al menos durante todo el recreo. Cuando fueron a las prácticas del equipo, en el momento de descanso, él le detuvo para preguntarle algo.
—¿Qué pasó allá?
Su amigo no respondió. Will volvió a formular la pregunta. Darren lucía distraído:
—Ah, ¿Qué dijiste?
—Te pregunté... qué es lo que pasó allá con esa chica.
—¿De qué hablas? —preguntó Darren.
—De esa chica a la que te abstuviste de hacerle una broma—explicó Will lentamente para que él pudiera captar la idea—. Creí que eso querías hacer, por eso te conseguí ese petardo y no es uno cualquiera.
Según Will, aquel petardo sonaba como un potente disparo y se lo entregó a él, para que lo compruebe con cualquiera.
—A ti que te encanta estar jodiendo a las chicas de vez en cuando, creí que lo ibas a hacer.
—No sé... en verdad no pude—negó con la cabeza—. Ella me cae bien. No quería hacerle una broma, Will. Solo eso.
Will enarcó una ceja. Algo iba diferente con su amigo de bromas. Y no se equivocaba, pues la mayoría del tiempo se la estaba pasando con esa chica. En las veces que él caminaba con o sin Will por los pasillos del instituto, él, veía cómo Darren se acercaba a ella simplemente para saludarle, ya sea que ella esté con sus amigas.
Pero a veces Will se percataba de que el sentimiento por su mejor amigo hacia esa chica, iba en aumento cada vez. Siempre se preguntaba, ¿qué es lo que le ve a esa tipa? ¿En verdad cree que es guapa? Pues Will y sus otros amigos no pensaban eso. Decían a espaldas de Darren, que la chica era terriblemente fea, tanto así, que entre ellos le decían que ella más bien tenía labios de pato.
¿De nuevo él va a estar con la cara de pato? ¿No crees que los labios de ella sean demasiado anchos? ¿Sabes que si ella lo besa, va a parecer que le devora la boca por completo? ¿Habrá considerado que hay chicas más lindas que ella?
Cuando Darren descubrió que sus amigos hablaban mal de la chica, no hizo nada. Simplemente se sintió ofendido y ya, dejó que eso siga así por un tiempo. Pero no la defendió. ¿A quién mierda le interesa si no es guapa? Pues para los ojos de Darren, ella lo era. A él le gustaba Deisy y después se lo comentó a Will cuando estaban en recreo.
—¿Estás bromeando, verdad?
—No, lo digo en serio.
—Pues yo no sé qué decirte—confesó su amigo—. Me he dado cuenta que intentas gustarle. Aunque no sé cómo te van las cosas con ella.
—Bueno...
Le contó que en las ocasiones que intentaba saludarle, ella huía de él. Como si en verdad no quisiera verlo. Will se había reído, lo tomó como algo gracioso. Para Darren no.
Hasta que luego le contó que en otras veces, Deysi parecía como una bomba de tiempo, solo cuando ella se encontraba mal (enfadada o melancólica) y en esas ocasiones, toda su ira iba directamente a Darren, que no le había hecho nada. Después de eso, ella lo llamaba para disculparse por haberle hecho eso. Las comisuras de la boca de Will iban en descenso con lo que escuchó.
—¿Pero qué mierda has dicho? —Exclamó Will—. No me digas que luego de esas veces te pusiste a lloriquear.
Darren asintió lentamente. Will, negó con la cabeza.
—¿Cuántas veces lleva haciéndote eso?
—Unas tres o cuatro veces.
Will se llevó la mano al rostro, tapándola por completo. Después de suspirar, la retiró.
—¿Te está viendo la cara de estúpido o qué? Te consideraba más listo que ponerte a sufrir por mujeres.
—¿Y si a ti te llega a pasar? ¿Y si también te enamoras? —le preguntó Darren a él.
—Lo dudo mucho—respondió Will, luego de unos años las cosas cambiarían—. Mejor déjala y no pierdas el tiempo. Hay mejores mujeres por allí. Incluso más guapas, hazme caso. Si quieres puedes coger con la boba de Aylin, que tanto le miran el culo los demás chicos.
Darren apretó la mandíbula; no sabía cómo tomar aquello, pero no podía apartar la idea de que la situación con Deysi Henderson, estaba cambiando. Eso pensaba, puesto que estuvo cerca de darle un beso en varias ocasiones (en una de esas veces, ella salió corriendo, cuando estaban tan cerca de besarse, que pudo sentir el labio de ella en él)- También había una que otra ocasión en la que él le daba pequeños detalles o regalos que le hacía. Hasta que Darren se armó de valor y fue con Deysi hacia un pequeño parque donde apenas deambulaban, para decirle lo que sentía.
Al final, ella ya parecía predecir que eso le iba a confesar. Le dijo que no buscaba novio por ese momento. Darren asintió y antes de despedirse, ella le dio un largo beso en la mejilla y le dijo: Te quiero.
Varias semanas después, llegó a la mente de Darren, que Deysi se sentía atraída por él, por ciertas razones. Solo que cada razón que ponía en frente, replicaba con otra que podía contradecir o afirmar lo dicho. Eso ocurría porque a veces ella demostraba un lado mucho más tierno hacia Darren... y luego a uno más frío... Todo era bastante confuso para él y en serio parecía que la cosa iba para algo más, no obstante, no parecía ser así.
Ya se estaba cansando de intentarlo cuando ya era la mitad del mes de noviembre. Una relación con Deysi Henderson se volvía más y más lejana cada vez. Darren le dijo que lo mejor era que solo sean amigos y así no seguir perdiendo el tiempo. Él vio que algo en Deysi la hizo sentir mal.
¿Y qué es lo que el gran Darren Madison hizo después de eso? Pues dejó de hablarle y a la semana siguiente, conoció a una chica llamada Grace. Y vaya que las cosas para Darren salieron más que sencillas, incluso su amigo Will le decía que esa chica era más razonable para Darren.
Cuando pasaron dos semanas, Deysi llamó a Darren una vez más cuando las clases finalizaron; Will se fue solo a casa. Madison ya sabía para qué lo llamaba.
Estoy seguro que se va a disculpar como siempre lo hace. ¿Y después? Después querrá que vuelva a lo de antes con ella.
Esta vez no.
El principio de la conversación, fue exactamente lo que Darren pensó. Solo que esta disculpa, iba agregada con una nota escrita. Deysi le había tendido un cuaderno abierto, en la que una hoja tenía un gran texto con una confesión que ella se la había guardado. Cuando Darren terminó de leer... lloró.
Leyó que todos los pequeños regalos que le había hecho, ella los había guardado con tanto aprecio y afecto. Que en verdad no le gustaba, pero sí lo amaba, que era algo que sentía en su corazón. Y que en verdad, se había desilusionado mucho al ver que se sentía reemplazada. Todo aquello que Deysi le quería decir y que se lo había callado todo ese tiempo, estaba por escrito.
Ella lo abrazó para apaciguarlo pero Darren aún seguía llorando. Había cometido una gran estupidez por dejar pasar eso. Solo que después de tanto tiempo, el instituto se había vaciado y solo parecían estar los dos. Darren se apartó para luego irse. Solo que Deysi lo detuvo, no quería dejarlo ir.
Luego de tanto forzar eso, Darren se soltó de ella y se fue a casa, con lágrimas en los ojos en todo el trayecto y gritando en su mente: ¿Por qué maldita sea?
Y nada volvió a ser lo mismo. Puesto que Deysi ya no tuvo más remedio que aceptar que lo había perdido (tampoco había ignorado el hecho de que Darren ya intentaba gustarle a otra chica). Y en cuanto a la muchacha Grace, él dejó de hablarle. Ella le preguntaba cuando salir y él siempre decía con desgana:
—Cuando tenga tiempo...
Y también ella se aburrió de eso.
Darren no se sentía bien. Cometió una tremenda estupidez y una noche, volvió a casa en estado de ebriedad. No solo una, sino varias veces que llegaba a su casa en esas condiciones. Su mamá se enfadó al verlo en ese estado, que le dio una simple y sutil paliza, para que entienda que no quiere un segundo borracho en la familia.
Sus amigos le preguntaron de ella un poco antes de entrenar en una cancha por la tarde:
—¿Y qué pasó con tu novia? —dijo uno de ellos y el resto empezó a reír. Las cosas se tornaron peores cuando todos hicieron los graznidos de un pato. Will se enteró de eso después ya que no esa tarde estaba enfermo.
Esa pequeña cancha se llenó de risas, burlas y los graznidos de pato. Darren cerró el puño, apretando con tanta fuerza.
—Cállate...—masculló Darren con impaciencia.
—¿Qué me calle? —Inquirió el chico— ¿Por qué no mejor a tu novia? Esa boca que trae tal vez sea muy difícil de cerrar. Oh, aunque tal vez no la podría cerrar nadie.
Volvieron a estallar en risas y Darren giró tan rápidamente que el chico que soltaba las bromas, no vio cuando el puño de Madison se acercaba. Aquel golpe, destrozó la nariz de su compañero. Tal fue el daño, que a la mañana siguiente, tenía cubierta la nariz con pequeñas vendas.
Y desde ahí, Darren se había vuelto algo más que el típico bromista. Se volvió una persona tosca. Después de ese puñetazo a su amigo, algo en él se sentía enérgico, algo que le hizo sonreír, algo que le daba cierta satisfacción y le devolvía el humor.
Encontró el método de la violencia, que le otorgaba a cambio, el hecho de sentirse mejor y más tranquilo. Él no sabía cómo canalizar toda esa ira y depresión, hasta que terminó toda relación con Deysi Henderson, le había quitado la venda de los ojos.
Claro que sí, y en casa, con tanta mierda que le pasaba con sus padres, tuvo muy buenas razones para usar al resto como su saco de boxeo y tener más control sobre los demás, como lo tenía con James Lancaster.
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