CAPITULO 15
El ruido de la puerta principal hizo que lo sacará de sus pensamientos. Sus padres acabaron de llegar. Le pareció escuchar la respiración de Francis. Tal vez corrió mucho. James Lancaster volvió a ver la pantalla. Llegaron puntuales. Nueve de la mañana.
"¿Se supone que esto es esencial en la búsqueda de mi error? Mierda, podré escribir cualquier cosa, pero no estoy seguro sí es algo que me sirva. A este paso no llegaré a encontrar lo que estoy necesitando."
Él piensa que eso no serviría de nada. Sin embargo, daría muchas explicaciones sobre lo ocurrido el 22 de Diciembre del año pasado. Es cuestión de tiempo para que él se dé cuenta y acorde a eso, escriba sobre esa planificación. Que sin duda alguna, era una por una tremenda sandez.
Salió de la habitación y se dirigió a la cocina. Su padre bebía un vaso de agua y su madre estaba cortando fruta. Ambos vestían ropa deportiva y se veían aún con energía. Su padre debía caminar diariamente, lo hace por su corazón. Sin que James se diera cuenta, Francis se acercó a él meneando la cola.
—Buenos días—dijo James con voz cansada.
—Buenos días—respondieron al unísono. Le recordó un poco a Judy y a Kate.
El chico se arrodilló y acaricio a Francis en el cuello.
—Hijo, ¿puedes sacar la piña que guardé en el refrigerador?
—Claro—él se levantó haciendo esfuerzo. Sus piernas se sentían muy débiles. No era algo normal.
Buscó entre todo lo que habían comprado sus padres el día de ayer y encontró una piña detrás de unos tomates. Se lo entregó a su madre.
—Gracias, cariño—y antes de que James regresará a la habitación, ella preguntó—: James, he hablado con tu padre y pienso que el director puede llamarnos para ir a su despacho. Es probable que quiera hablar seriamente sobre lo que hiciste anoche.
—No creo que me hayan grabado. Aunque... tal vez hubiesen dejado alguno en Facebook. Solo que no sé si en verdad le pasaron alguna grabación de la fiesta.
—Espero que no sea así—dijo el padre que lavaba la licuadora—. Puede ser un problema. ¿Cómo crees que reaccionaría Logan al saberlo? ¿O ya se lo has dicho?
Aún no.
—Hay que esperar a saberlo—dijo ella que cortó rápidamente la piña en pequeños trozos—. ¿Tienes mucha tarea que hacer, James? Tu tío Louis nos llamó anoche. Quiere invitarnos a su casa para celebrar su cumpleaños.
—¿En serio? Pero creí que era la otra semana.
—Sí, el día jueves—respondió el señor Lancaster—, pero ha de estar ocupado por su trabajo y pensó que es conveniente celebrarlo cuando tiene tiempo libre. Ya que desde el lunes va a estar trabajando todo el mes.
La madre estaba colocando los trozos de piña en la licuadora y llenándolo con agua.
—Estoy segura de que nos hará dormir en una de las habitaciones.
—Así será—dijo el padre, sonriente—, le agrada tenernos en su casa.
—¿A qué hora tendríamos que volver? —preguntó James. Sabía que la casa de su tío es al otro lado de la ciudad. Sería mucho tiempo ir y volver.
—Es posible que mañana por la tarde. O en la noche.
"Es mucho tiempo. Y ese tiempo lo necesito para otra cosa."
La relación con su tío no era muy cercana. Solo parecían familiares y ya. No como amigos. Aquel señor era bastante cómico narrando sus vivencias. Algunas cuantas fueron un tanto curiosas, como la que vio un fantasma de un adulto mientras iba en el autobús (que según James recuerda, era uno que estaba con un cuerpo blanco, tan blanco como el papel). A veces, unos cuantos de esos fantasmas hablaban con él mientras caminaba. James pensaba que era un don muy extraño.
Pero él simplemente escuchaba esas historias. Nunca comentaba nada. Y así, no se volvería más cercano a su tío.
—No podré ir esta vez—dijo James a sus padres—, tengo demasiada tarea. En verdad lo siento.
—Está bien. Le diremos la razón del porqué no fuiste—contestó el padre—. No estás escribiendo otro relato, ¿o sí?
—No nada de eso. Tengo bloqueo de escritor.
— Anoche parecías estar ocupado—continuó él—. La luz de tu cuarto estaba encendida hasta muy de noche.
—Sí, apenas volví y ya hay muchas tareas—mintió James.
Él sí tenía tareas. Pero no tantas, máximo podría tardar una hora o dos en terminarlas. Se sintió molesto consigo mismo al rechazar la invitación de su tío. Y si al final de todo lo que está escribiendo, ¿no encuentra nada, ni un error? Eso era algo que James Lancaster temía.
Él dio un respingo al escuchar el estruendoso ruido de la licuadora que su madre provocó. Después su padre le ordenó sentarse para que desayunara. Él no quería comer nada. Aún estaba mal por lo que paso el día jueves y viernes. Pero deberá hacerlo para al menos recuperar algo de fuerza.
La madre colocó los vasos de jugo llenos hasta el borde y James tomó un pan y empezó a comer. Cuando terminó, agradeció y subió de inmediato a la habitación, escuchó que Francis lo seguía. Abrió la puerta y dejó entrar a Francis que dio un salto a la cama.
James se sentó frente al monitor. Pensó que debió analizar un poco lo que ocurrió el 30 y 31 de octubre. Pero más el día 31.
Día de Halloween.
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