O5. Dogs.
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❖—CACHORROS—❖
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El celo había llegado de una manera u otra, y realmente siendo un drama tras otro, tuvieron que pedir ayuda a unos amigos en otras partes del mundo para ver si tenían un mastín tibetano y pudieran visitarlos, el motivo por el cual Parvati no podía viajar era por la medicación que empezó a recibir poco después de aquella consulta. La medicina no le caía tan bien como para viajar como antes lo hacían ya que al ser una gran experiencia el tener un perro tan grande aunque este trajera consigo enfermedades que ante la avanzada edad empezaba a ser visibles en el día a día, el dolor en las caderas, sus piernas y en otros músculos habían sido motivo claro por el que empezaron a utilizar la medicina de condroprotectores.
Esta medicina así con el nombre extraño era utilizada justamente para animales de estructura corporal grande como lo era la raza del Mastín tibetano, en otras palabras, la querida Parvati. Se recomienda la medicación para los dolores en articulaciones, la artrosis que pudiera generar alguna enfermedad genética en la raza como tal.
El sabor de esas medicinas no gustaban mucho a la pequeña cachorra, pero era por su bien y le ayudaban a seguir adelante alado de su familia. De sus aventuras, por lo que soportaría todo mal sabor hasta el fin de sus días para compartir con su amigo en fidelidad y protección, porque era feliz con Edward.
«Todo sea por él, desde pequeña decidí tener una gran aventura en esta vida. Ya no estoy para dar pasos hacia atrás»pensó Parvati mirando el cielo aquella noche estrellada.
Edward llegó mirándola con un brillo especial en sus ojos, acariciando su cabeza.
—Te quiero, Parvati, siempre serás mi mejor amiga.
Edward lo había admitido, porque realmente no sabía cómo estar tranquilo después de tantas medicinas y ganas de vomitar que su cachorra sentía cada vez que debía tomar esa medicina. Y sus pensamientos siempre eran perseverantes, fiel junto al cariño incondicional hacia él.
«Te amo, eres el mejor dueño vampiro que me pudo tocar, nunca lo dudes»
Parvati recuesta su cabeza en el regazo de Edward quedando dormida tras las caricias que le daba, dejando al vampiro con una emoción tan puro ante esas palabras. Tal vez no era su compañera como debía ser en persona pero era sin duda alguien para admirar por siempre.
—Dulces sueños, mi pequeña Parvati.
[...]
«Lo voy a estropear»
Lloriquea la gran perra de color terracota claro mientras se mueve de un lado a otro en la habitación, estresado Jasper se levanta y acuclilla frente a ella.
—Shhht, tranquila. Todo estará bien señorita Parvati.
La voz sureña de Jasper Hale había sonado tan tranquila y Parvati lo mira tan profundamente que su ansiedad, nerviosismo eufórico por un momento lo consumen pero es capaz de controlar y transformar aquello en tranquilidad.
«No es usted quien va a tener relación sexual con un perro. ¡Nunca tuve una buena relación humana y ahora no se como es esto! »exclama con berreos.
—Edward, ¿que dice?
—Dice que nunca has tenido relación más allá que lo fraternal con un perro por lo que no podrías lograr tranquilizarla, porque ni siquiera siendo humana le salía bien. En otras palabras, tiene miedo a lo desconocido —traduce comprensible Edward, mientras se inclina hacia ellos y la altura de su mascota— Lo harás bien, después de todo, ¿no querías vivir todas las aventuras?
«Si, pero y si me rompe, y si... »
—Pero nada, no te hará nada malo nadie, sino yo primero mato al que lo quiera hacer. Además debería ser yo el más nervioso, mi pequeña mejor amiga y compañera estará divirtiéndose y creando bebés. Debería estar celoso, ¿que tal si me cambias por él?
Jasper veía la conversación entendiendo a medias, comprendía los vaivenes de emociones de ambos, pero lo que le maravilló fue sentir él piquetes de preocupación y la negación completa de Parvati hacia las palabras de Edward, escuchandola ladrar enseguida.
Nerviosa, lo miró enojada. «¿Que parte de todo lo que te dije ayer no entendiste? Te amo a ti, eres mi compañero, y esto... Esto solo es para tener cachorros, tu estas y siempre estarás como el dueño de mi vida y amor... »
Las palabras tan profundas, serias y claras dejaron sin aliento a Edward, tragando saliva al sentir que se ahogaba en esas palabras tan fieles y dulces, mientras que Parvati había perdido el miedo de ser acosada por un perro más grande que ella, por estar dirigiendo su atención completa a su mejor amigo y compañero de vida.
Jasper los había dejado con tranquilidad en ese ambiente tan íntimo, para abrazar a su pareja Alice quien seguía algo pérdida en sus pensamientos. No podía ver mucho más que el futuro de Parvati del día a día, pero cuando se dibujaba su visión con la pareja que se aproximaba para ser la Tua Cantante de Edward, Parvati no se encontraba pululando a su alrededor como ella se lo había imaginado.
Y no quería escarbar más profundo por temer a la verdad de esa visión incompleta.
[... ]
Parvati ya estaba batiendo muchos años a lado del Clan Cullen y se suponía que solo vivían por alrededor de 10 y 12 años, por lo que esta familia sabía que la mágica experiencia de tenerla en sus vidas inmortales era una de poca duración. No sabían por cuanto tiempo más estaría con ellos y lo aprovecharían al máximo.
En cuanto a la necesidad de procrear, el Clan irlandés había ayudado con un mastín tibetano macho que sin duda quedó encantado de Parvati pero claramente solo entre razas se entendían pero este varón no era como Parvati de especial, pero Parvati se llegó a enamorar de alguien más y no de este mastín negro que le dio la felicidad de ser madre.
«Sin duda me gusta el negro, es guapo Edward, me gusta»
Fueron las primeras palabras inconscientes que salieron en cuanto Parvati corrió para conocer al gran mastín negro que habían traído el clan de vampiros, por lo que empezaron con el cortejo entre si, perdiéndose del mundo a su alrededor. Aunque a Edward le debieron de sacar del lugar por lo estático que quedó tras la frase, se sintió celoso pero sabía que era para bien.
Emmett lo había arrastrado para ir a cazar mientras que el celo se llevaba a cabo. Todos los Cullen y clan irlandés dejaron a los cachorros jugar, de vez en cuando escuchaban gemidos de cachorros y jadeos, aunque el primer chillido de dolor había inquietado a Rosalie que fue detenida por Carlisle.
—Tranquila hija, recuerda que es con su consentimiento y Parvati por mucho tiempo fue una hembra virgen, el dolor era inevitable.
—Carlisle... Ella, yo...
—Ya veras como vendrá corriendo después hacia aquí como si nunca hubiera pasado nada —intentó calmarla Shioban.
Rosalie hace un asentamiento, abrazando a Jasper, quien le transmite tranquilidad a su hermana. Aunque se sentía incómodo al sentir las emociones disparadas de Parvati junto al perro que se llamaba Bjórn.
En cuando los vampiros vieron llegar a Edward y Emmett, pudieron ver como los ojos del cobrizo y su nariz se arrugaba en asco al escuchar cuando el mastín macho depositaba el semen en su pequeña quien chilla nerviosa, pero el aroma que después emergió lo hizo volver a salir rápidamente. El aroma del orgasmo de su Parvati y compañera de Edward lo había vuelto sediento y excitado, por lo que se fue a matar a un puma.
—Realmente es una gran dificultad tener una compañera como tal. —dijo con una mirada comprensible una del clan irlandés.
—Pobre Eddy, no tiene con quien liberar lo que siente. Lo iré a decir unos consejos —dijo Emmett divertido.
—No lo molestes, Emmett. —dice ceñuda Esme
—No prometo nada, mamá.
A lo lejos se pierde y Esme suspira cansada por esas bromita de su hijo, si, igual así lo quería como su propio hijo.
[... ]
La vergüenza con la que se miraban tanto Parvati como Edward después del descontrol hormonal del celo era sin duda el más gracioso, pero el vampiro le perdonó porque no podia enojarse por algo así, pero se sentía frustrado.
Frustrado de haber encontrado a su compañera en el cuerpo de un cachorro y que otro animal la hiciera gozar era algo que le ardía la garganta. Pero el no podía darle hijos, ni una vida activa en ese sentido, no era aún perro sino que un vampiro. Si tan solo las cosas hubieran sido distintas, tal vez la cortejaría, le pediría que fuera su esposa, y después en la Luna de miel la haría suya para que pudiera percibir ese aroma que lo volvía loco, ese dulce aroma a lavanda puro y delicioso.
Parvati por otro lado, empezó con los vómitos, a hincharse buscando el calor de las personas y por sobre todo la atención de Edward, apesar que le daba vergüenza haber cedido a sus instintos animales.
Habían hablado al respeto, arreglado la situación y Edward la apoyó en cada momento, hasta que llegó el día en que el veterinario le dijo los resultados de apareamiento. La sorpresa para el Clan Cullen y el Clan Irlandés fue la cantidad de cachorros que salieron de aquella juntada, como mínimo se imaginaban que salían 7 cachorros pero no, al ser un linaje antiguo en esta raza era común dar entre 11 y 14 crías por lo que solo se había duplicado en número aproximado que pensaban.
Parvati estaba agradecida que solo una vez al año le tocaba el celo porque parir semejante camada era muy agotador, se sentía una vieja, para la suerte de los irlandeses se quedaron con siete crías después de una gran espera en que la misma dejara partir a sus bebés, la nostalgia de ser madre le dio una sensación de melancolía y extrañaba a su madre postiza pero madre al cabo y a Rajiv, pero por mucho que quisiera volver a verlos, sabía que su tiempo con ellos ya había terminado hace mucho.
[... ]
—Es mi momento para crear una granja de cachorros. ¡Cariño, vayamos a crear la granja!
—Pero osito, ¿que haremos para criarlos? , no podemos solo hacer magia y ya—dice Rosalie cruzada de brazos, pero al ver a los cachorritos de tres meses durmiendo con Parvati su corazón se estrujaba en palabras de ternura.
—Nos ayudarán unos amigos, estoy seguro que podemos, así aseguramos en que en los bisnietos de Parvati ella pueda reencarnar y volver a vivir mil aventuras, ¡dale por fis!
Emmett se encontraba entusiasmado, se negaba en aceptar que su pequeña mejor amiga ya se encontraba en sus últimos años, que los animales no eran eternos y por sobre todo deseaba que volviera a reencarnar. Pero ninguno sabría si volvería a suceder de nuevo esa dicha.
Al final de un mes, Rosalie no pudo evitar lo que logró Emmett con sus amigos, crear un lugar de criadero de mastín tibetano con aquellos seis cachorros restantes. Porque si, un cachorro se había quedado con los Cullen y el resto eran criados por otros amigos y visitados de vez en cuando por su madre y el pequeño bebé de Parvati. Totalmente contrario a lo que era Parvati.
Rosalie sabía que su esposo estaba ilusionado pero no era óptimo que se petrificara en esa idea. Por lo que solo intentaba cuidar bien de los cachorros gracias a unos amigos que prometieron cuidarlos mientras ellos estaban con su familia en forks.
El cachorro hijo de mamá parvati se había encariñado con el viejo Quil Ateara, el viejo miembro del Consejo de la reserva Quileute. Que sin dudar lo aceptó, porque el pequeño había decidido quedar leal y fiel junto a esa familia desde el primer momento en que sus ojos se conectaron.
El viejo Quil Ateara, estaba contento de que gran compañerito fuera su legado por parte de la ahora vieja cachorra Parvati, y de parte de él a su nieto Quil, un perro que le sería fiel y protector para toda la vida, el mejor gran amigo, especial para esta vida.
»»————- ❖ saludos
Heee, perdona la demora,
espero les guste, ¿que les pareció?
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