O2. Welcome to Alaska
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❖Bienvenidos a Alaska❖
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Medio año había tomado volver a las tierras donde Carlisle Cullen estaba ubicado con todos los integrantes del Clan, Edward había decidido que volver en auto era lo mejor para el estómago de Parvati. El manto de color naranja y pelaje suave como petalos de la flor de León se encontraba dormitando en la parte trasera del auto, hace media hora se habían detenido a comer algo, ella terminando el ciervo muerto, claramente el cobrizo intentaba cocinarle toda la carne siempre con cuidado con el fuego pero habían veces que parecía olvidarse que la carne cruda podía comer sin problemas sabiendo de donde provenía el gran mastín tibetano.
Edward Cullen observa de reojo como el animal cuadrúpedo se mueve levemente al sentir que el auto se detiene, en un abrir y cerrar de ojos se dirige a la puerta, dejando la primera opción al despertar que esta bajara. Pero al estar dormida tan solo bosteza primeramente antes de observar todo el lugar con curiosidad, olfateando el ambiente, y finalmente mirarlo extrañada:
«¿Ya llegamos?»inclina su cabeza confundida, haciendo un sonidito suave con su hocico.
—Sí. Vamos que la familia espera. —responde Edward mientras le acaricia la cabeza suavemente.
«¡Oki! Vamos a conocer a tu familia!»saltando fuera del auto, empezó a correr rápidamente con felicidad pero antes de entrar se detuvo abruptamente«Pero... ¿Y si no les caigo bien? Y si me matan?»lloriqueó temerosa.
Edward se inclina a su altura, negando levemente para acercarse y susurrarle a la cachorra con seguridad.
—No lo harán, eres mi compañera, ¿no? ¿No era que me cuidarías, pequeña Parvati? —pregunta divertido, pero al verla bufar sonríe.
«Tu solito te puedes cuidar ahorita, yo solo apago el incendio para que no te hagas polvo»responde la cachorra, con tono infantil.
—Ya, sigue caminando tonta.
La cachorra lo gruñe pero con la pose nuevamente en confianza se acerca a la puerta, olfateando encuentra que todos tienen el mismo aroma en común pero al escuchar sus patitas hacer ruido contra el suelo se constata que no sólo es el aroma sino que los ojos, aquellos ojos extraños que habían tomado los de Edward.
—¡Guaf guaf!
Saluda la cachorra sentandose y haciendo un ligero cabeceo, podía ver mucha gente nueva, esperaba no tener que atacarlos porque no sabría donde iba a parar pero si le hacían daño a Edward los dañaria.
—Carlisle...
—Bienvenido hijo, me alegra que hayas decidido volver.
—Perdonadme por todo, realmente no...
—Tranquilo, lo importante es que supiste comprenderte y por lo que veo, incluiste un miembro más a la familia.
El Patriarca se dirigió hacia el gran perro que parecía un mini oso, sin embargo, esta en desconfianza le gruñe, para acercarse con cierto miedo a Edward. «¿quién es él?»
—Ella es Parvati, la conocí en Nepal, y ya no pude abandonarla. —explica ante la mirada de toda la familia—Parvati, él es mi padre —le explicó a la cachorra, siendo que esta se acercara algo desconfiada y lo mirase profundamente.
«El doctor colmillos... »pensó contra reflejo.
Nuevamente esa respuesta había logrado arrugar el entrecejo de Edward, mientras seguía con la presentación.
—Ella es Esme, mi madre y matriarca del Clan. —explica nuevamente.
«La maternidad le sienta bien»
—Y por último, estos son Rosalie y Emmett, su pareja. —al decir aquello Edward logró escuchar un último pensamiento.
«La Miss Universo, y el gran oso»
Ya para ese entonces la familia miraba con extrañeza a Edward, ante la presentación y la observación tan profunda de la cachorra en cada uno. Pero no demoró en ladrar y mover su colita alegremente.
—¿Porqué has dicho todo eso, Edward? —preguntó Rosalie.
—¿Acaso estar solo todo este tiempo te ha vuelto loco, hermanito? —pregunta Emmett divertido cual si fuera travesura.
—Lo que pasa es que, Parvati puede entendernos y expresarse telepáticamente. La encontré cerca de un monasterio budista. —comenta mientras le acaricia la cabeza al mastín tibetano.
—Es una curiosa razón, ¿estás seguro que no es un desarrollo de tu don? —pregunta Carlisle bastante interesado.
—Cariño, no creo que Edward este confundido, le habla a la cachorra con total seguridad de que lo comprenderá —dice Esme apoyando a su hijo.
«¡Puedo intentar escribir, tal vez si pueda hacerlo»exclama encantada de dejar en claro que no estaba loco su dueño.«aunque no tengo dedos fijos como para intentarlo»su nariz tiembla inconforme.
—¿Rosalie podrías traer un bolígrafo y una hoja?
Rosalie con cierta extrañeza y desconfianza lo hace, sin comprender muy bien para qué. En un parpadeo ya se encuentra con los objetos en mano, pasándole a Edward, mientras se este se inclina para dejar al merced del cachorro que le llegaba de altura hasta la mitad justa de su pierna, en las rodillas.
«Con rajiv aprendí a usar la tinta y me manchaba todo, aunque ellos no entendían mi idioma con el tiempo los empecé a entender, fue difícil. Es raro que entienda el inglés, pero a lo mejor en mi otra vida logré aprenderlo»pensó Parvati extrañada de si misma.
—¿Qué es lo que piensa, querido? —pregunta Esme al ver la extrañeza en su hijo.
—En varias ocasiones escucho que habla de si misma como si hubiera vivido en otro tiempo. A veces, inclusive reconoce a las personas que presento como si los conociera de algún lado cuando en realidad es la primera vez que se los presento.
—La reencarnación. Es un tema bastante curioso, solo he visto casos reales en humanos que han vuelto de la muerte, pero no en animales, creo que hay películas acerca de ello. —dice Carlisle totalmente interesado.
«Bien, vamos a por ello, ¡yo se que puedo! ¡Vamos, vamos!»
Parvati, la cachorra de diente de leon naranja terracota se inclina para agarrar el bolígrafo entre tus patas pero se le resbala, lo intenta varias veces que se le escuchar frustrarse con la respiración cansina. Pero no se rinde, por lo que agarra de frente el bolígrafo en su boca y luego se aparta un poco de la hoja para empezar a garabatear curvas, rectas y circunferencias típicas de escribir su nombre, aunque en la "I" Su pulso se nota más errático y se alarga en una línea rota, siendo así como la baba deja que el bolígrafo se resbale de su agarre improvisado cayendo a la hoja mojandolo un poco en el curso.
La cachorra contenta de su esfuerzo y haberlo logrado mueve su colita mirando a Edward con la lengua salida, ladrando levemente para acercarse y frotar su cabeza con la mano para que la acaricie.
«¡Ves! Si se hacer muchas cosas. Aunque bueno, solo escribo cosas en español, no creo que las de inglés sepa escribirlas bien, ya no recuerdo mucho del idioma como tal»piensa orgullosa de si misma pero al final hace un puchero, lamiendo su nariz por encima algo inconforme.
—¡Esto es una pasada! ¡Rose, cariño! Regalame un cachorro igual a ella, ¡yo también quiero uno! —dice Emmett al ver todo con diversión, mientras abraza a su esposa. «aunque es un truco curioso, ¿también será fuerte?»
—Por el tamaño que posee, no dudo en que con el pasar de los años pueda contar con fuerza, pero recuerda Emmett, ella es un animal no se regenera y no es nada sobrenatural como nuestros enemigos naturales.
Edward había respondido al pensamiento de su hermano, logrando que este lo Mira se con una curiosidad aumentada, y la cachorra suelte un gemido para que la vea.
«¿Qué dijo? Porque hablas de mi como si supieras todo de mi? Solo nos conocemos un año, pervertido»pensó Parvati, pero la mirada de indignación fingida era muy obvia.
Logrando que Edward se le escape una sonrisa, que para la fortuna de todos o alivio es bastante sincera, algo que no siempre pudieron ver tiempo atrás en él.
—Emmett, Parvati quiere saber de que hablas. —traduce Edward.
—Oh, ¿así que la cachorrita es curiosa? —en un pestañeo ya se encontraba a poca distancia del animal, quien sobresalta un poco por la velocidad que la mareaba— Estaba diciendo de si serías igual de maravillosa en fuerza, soy el más fuerte de la casa.
«El parecido con un oso no era broma. Pero... ¡Para su fortuna he luchado con muchos de ellos! B-bueno cinco veces fue mamá y tres yo, pero... Soy también capaz de ser fuerte»pensó divertida y algo avergonzada.
—Hijo, si nos pudieras traducir lo que dice, sería una buena manera de comprender tu humor risueño —dice Carlisle intrigado.
—Ha comparado a Emmett con un oso, que también ha logrado vencer tres veces a uno, así que fuerza si tiene pero cinco veces han sido de su madre la que la ha salvado de aprietos. —comenta el cobrizo nuevamente.
—¿Su madre? —pregunta Rosalie curiosa, algo en ella está reacia en admitir que le interesa—¿Por que nos atiborramos por la sorpresa de comunicarnos con un perro? No soy ingenua, se que habrá más Chuchos por allí con capacidad de comunicarse.
«La niña Rosie tiene razón, no soy nadie especial como para que sea su nuevo juguete de experimentos. Sin embargo, puedo... ¿Puede alzarme upa?»pensó Parvati.«mi madre es normal, es una gran mastín tibetano de 61' de altura, una gran madre y mujer, gruñona pero se la quiere»
—Curiosamente esta de acuerdo con tu pensamiento, dice que no es nada especial y pregunta si... ¿Que quiere decir 'upa'? —pregunta extrañado el cobrizo. —Su madre es un mastín tibetano, no tiene nada anormal, es una buena madre algo gruñona alega.
«Emmm... Upa es como cuando quiero que me carguen, es una palabra corta. No se que idioma pero se que es de mi pasado»comenta dejando lamidas en el rostro de Emmett quien estalla en carcajadas, sin embargo, es abandonado para acercarse a la rubia con algo de duda, inclinando su cabeza y postura«¿me podría por favor considerar la petición? Sería un placer»
—¿Que es lo que quiere? ¿Porque ... Porque se inclina ante mi, Edward? —pregunta intrigada Rosalie.
—Porque te esta pidiendo cordialmente que la alces en brazos, ni conmigo es tan educada, me siento ofendido. —con el ceño fruncido y dolido.
Rosalie al ver aquello sin poder evitarlo un sentimiento extraño invade su pecho y corazón, para luego reír, reír divertida ante la tontería que pasaba mientras se inclina al cachorro.
—Entiendo, entonces... Es un placer, soy Rosalie Hale y desde ahora serás mi princesa del Tibet y mi favorita—dice la rubia alzandola en brazos, logrando que la colita del cachorro se mueva feliz.
«Me agrada tu familia, Edward. Es buena y calida, en sentimientos, aunque hace frío»pensó al estremecerse entre el contacto de cuerpo.
—¿Quien las entiende? Se detestan, quieren ser alzadas pero al final se han aceptado y tiene frío. Mujeres —exclama divertido y bromeando Edward.
Logrando que Rosalie y la cachorra lo maten con la mirada, levantando por reflejo las manos en rendición. Al final, volver a Alaska había sido bueno, tan solo esperaba que todo este camino a estar con su familia siguiera así de divertido por mucho tiempo.
Aunque muy pronto sería presentada a la familia Denali, ¿cual sería la reacción de su pequeña cachorra ante tanta familia? Eso le daba mucha intriga y curiosidad.
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