| Capítulo Único |

Riku camina de manera tranquila por el pequeño pasillo que lleva a la enfermería de las modestas oficinas qué tienen los que trabajan como detectives, cada ciertos pasos se tiene que acomodar la correa nuevamente en el hombro pues se resbala de este. Al igual que se pregunta cómo se encontrará el peludo amigo qué rescato ayer por la noche.

Lo había encontrado herido y bastante descuidado. Tenía un corte pronunciado en la pata delantera derecha haciendo que el resto de esta se llenará con sangre, al igual que otras pequeñas heridas ya no tan profundas ni letales por el cuerpo. Y por lo que podía ver no estaba bien alimentado... Probablemente llevaba bastante sin probar bocado algo...

¿Cómo alguien se atrevía a hacerle algo así a una criatura tan linda que no podía defenderse de igual manera?

Se necesitaba no tener corazón y nula conciencia, él apenas con suerte y fuerza de voluntad podía no acariciarlos.

Suspira.

A veces las personas podían ser muy crueles con los animalitos.

Detiene sus pasos cuando se da cuenta que por fin llego a la enfermería del lugar, pensando por unos segundos en si era buena idea entrar o si primero debía de tocar pues podría ser que alguien más estuviera atendiéndose con el Doctor y no deseaba interrumpir... A lo mejor debía de volver en otro momento para ver cómo se encontraba su nuevo amigo, cuando la noche empezará a caer y estuviera a punto de irse a casa para así llevárselo. Claro que eso último pasaría si este le reconocía y se dejaba llevar pues entendería perfectamente que desconfiara de un extraño.

—La sombra de tus pies se ve por debajo de la puerta— comenta una voz conocida, alzando la vista para ver que se trata de Yamato, el encargado de la enfermería. —Pensé que a los cinco minutos tocarías pero no fue así.

— ¿Co—cómo supiste que era yo?— pregunta tartamudeando mientras juega con las manos y las mejillas rojas de la vergüenza al haber sido descubierto.

—Nuestro peludo amigo me lo dijo— cierra la puerta tras de él mientras se recarga en esta con cuidado. —Hablando de eso...

— ¿Despertó? ¿Cómo está? ¿Esta sanando? ¿Comió algo, necesita que le traiga comida? Porque puedo ir corriendo por ella, después de todo vine corriendo a pedir su ayuda en la noche cuando ya planeaba irse— lanza las preguntas sin preocupación, sin ver que estaba hablando demasiado rápida. Tanto qué Yamato tiene que alzar la mano pidiéndole que se detenga.

—Le cure de la mejor manera posible, así que ya está sanando aunque la herida profunda qué traía tardará más que las demás lo único bueno es que no estaba infectada— hace una pausa pensando en cómo dirá lo que quiere decir. —Hay algo que quiero decirte antes de que pases a verle.

El pelirrojo ladea un poco la cabeza.

— ¿Qué cosa?— su rostro instantáneamente muestra preocupación.

—No es nada malo... ¿Ves a las personas con características especiales?

Parpadea varias veces, no entendiendo el porqué de la pregunta. Todas las personas conocían a alguien con características especiales ya que estos posen rasgos de un gato o un perro. Algunos dicen que no solamente de esas dos especies pero para ser sinceros él nunca ha visto nada más.

—Sí, de pequeño conocí a una chica que lo era, bueno que lo es ¿Por?

—Tu nuevo amigo y mi nuevo paciente es uno, lo descubrí esta mañana qué regrese a la enfermería y agradezco profundamente qué se pusiera una bata y volviera a la cama, lo menos que desea el Onii-san es ver un hombre desnudo— cierra los ojos negando rotundamente con la cabeza.

— ¡¿Qué!?

—No grites, o todo el mundo se enterara eso y que me duele un poco la cabeza por la cerveza.

— ¿Es enserio? Digo, cuando lo tome entre mis brazos anoche era un perro lastimado ¿no? ¿Cómo cambio de la noche a la mañana?

—Puede que ya curado y con el suero puesto recuperó fuerza, además no era un perro era un lobo— corrige. —Las orejas y la cola son distintas, al igual que los comillos.

Nanase Riku encuentra sentido en eso, ahora comprende porque tenía los colmillo eran más largos y como el gruñido qué le lanzó antes de dejarse tocar le sonó más ronco.

—Así que si puedes traerle un poco de ropa decente y algo de comer, de paso también para mí te lo agradecería mucho.

—Por supuesto.

| ♠️ ♠️ ♠️ |

Elegir la ropa fue bastante tardado y fastidioso, no sabía cómo se veía físicamente el chico lobo al qué había salvado y no podía darse una idea de que talla, le mando mensaje a Yamato pero lo único que consiguió fue un mensaje donde le decía que era un poco más alto que el pelirrojo.

Así que optó por ir directamente a su casa y tomar unas prendas que compro pero le quedaron grandes; una blusa interior negra, una playera azul de manga larga y unos pantalones oscuros, al igual que una pañoleta naranja, no era mucho pero por el momento puede que sirva.

Sobre la comida no lo pensó mucho, compró algo que tuviera carne y arroz, le hubiera gustado llevar algo que él mismo hubiera preparado en casa para que fuera más sano y se vería más su esmero pero apenas iba a comprar la despensa ese día.

Ni modo.

—Yamato-san, he regresado— dice frente a la puerta tocando tres veces esta como puede, pues le cuesta con las bolsas qué trae entre las manos.

La puerta se abre mostrando al mayor y a un chico de cabellos oscuros que lleva el collar de una cadena sentado en una de las camillas, y Riku no puede evitar verle directamente. Fascinado con lo lindo que es y probablemente lo sería más si no estuviera tan serio.

—Ah, te voy a presentar a alguien— el de lentes toma las bolsas de comida qué trae el contrario invitándolo a pasar en cuanto se quita de la puerta y cerrando la cuando pasa. —Él es el lobo qué rescataste anoche, Riku.

Yamato se queda en su escritorio, cerca de la puerta sin interferir más en la presentación, dándole solo una palmada en la espalda al pelirrojo para que se acerque.

—Mucho gusto soy Nanase Riku, yo te traje un poco de ropa... Espero que te quede sino puedo ir a buscar algo que si— le extiende la bolsa de ropa con una sonrisa.

—Iori— dice estirando la mano y tomando con cuidado la bolsa. — ¿Eres el chico de ayer en la noche, no?— relaja un poco la expresión del rostro. —Quiero agradecerte lo que hiciste, pensé que nadie ayudaría a un lobo solitario y herido.

Se rasca la mejilla de nervios. —Sí, no podía dejarte herido en ese callejón oscuro, no me lo hubiera perdonado.

El chico lobo abre los ojos de sorpresa, no esperaba una respuesta así y eso le hace pensar que realmente el pelirrojo frente a él es algo así como un ángel.

| ♠️ ♠️ ♠️|

En cuanto Iori pudo salir de la enfermería el detective no duda ni un segundo de llevarlo a vivir con él, porque claramente no permitiría qué regresará a vagar por las calles y que si se llagaba a lastimar de nuevo el no pudiera ayudarle a tiempo, así que aunque hubo protestas por parte del contrario logro lo que quería.

Y de manera que menos espero se hizo de un compañero de departamento. Uno qué le cubre cuando se duerme en el sofá, y que gusta de dormirse en sus piernas cuando el pelirrojo estaba revisando informes en la noche. La presencia de Iori le gustaba mucho, ya no se sentía tan solo.

—Nanase-san ya está la cena— la voz de Iori suena de la cocina y claramente es una invitación a que deje el trabajo y se alimente como es debido.

Resulta que a los pocos días descubrió qué el chico lobo era bueno cocinando, mucho mejor que él y eso que solo se leyó una vez el libro de cocina que tenía. Así que le dejaba cocinar además si no le dejaba se molestaba y se la pasaba gruñendo el resto del día y también dormido.

—Perdón por tardar tuve que guardar unos papeles y no encontraba otro qué necesitaba en este momento— comenta poniendo un folder azul sobre la mesita de la cocina.

— ¿Qué es esto?— cuestiona posando ligeramente los dedos sobre el folder, dudando en abrirlo. De pronto Iori se siente nervioso.

—El otro día te escucho hablando con Yamato-san y Sogo-san sobre qué te gustaría trabajar de detective también así que...— sabe que tienes las mejillas rojas, que está jugando de nuevo con sus manos y que es probable que se esté moviendo pero no le importa en aquel momento, solo la respuesta del de ojos azules.

Dicho esto Iori se apresura a leer lo que contiene la única hoja solo para quedarse en silencio varios segundos, provocando preocupación en el pelirrojo.

¿Puede que se haya equivocado?

¿Qué escuchara mal aquella platica?

No, no lo hizo.

La cola del lobo se escapa y comienza a moverse.

«Está feliz. »

— ¿Quieres que sea tu compañero en los casos? ¿Cómo un Watson?— Iori toma su cola con cuidado, reteniéndola entre sus manos para que no se siga moviendo. Era demasiado vergonzoso.

—Todo depende de que llenes el formulario y aceptes, aunque estoy seguro de que Banri te aceptará en la empresa— comenta quitándose los lentes qué suele en el trabajo. Medita en sus pensamientos por unos segundos — ¡Ah! Aunque también está bien si prefieres ser compañero de alguien más— se apresura a decir.

—Nanase-san no sea ridículo, no conozco a nadie a tal grado de querer ser su compañero de trabajo— voltea a otro lado tratando de ocultar el rubor de sus mejilla. —Y aunque conociera a alguien preferiría aun así ser su compañero... Debo de cuidarlo, se lo prometí.

— ¡¿Entonces serás mi compañero, Iori?!— exclama tomándole de las manos, lo cual provoca que la cola de lobo vuelva a su lugar y se siga moviendo, mirándole fijamente con aquel brillo en los ojos como si fuera un niño.

Por unos momentos el chico de ojos azules no hace más que ver al contrario, observando lo lindo que se ve cuando sonríe de aquella manera, cuando sus ojos tienen sus ojos ese brillo.

«Es demasiado lindo.»

—Creo que necesito un bolígrafo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top