⛱️ Capítulo 27
❝Ebria en la parte trasera del auto. /I'm drunk in the back of the car
(Taylor Swift, 2019, 2m58s)
╰──➢⛱️Cruel Summer.
Aurora había salido de viaje, e inesperadamente para todos, pidió perdón por no llevar a ninguno con ella por un mensaje, al igual que los patriarcas del Clan Cullen que ni siquiera sabían a dónde se había dirigido concretamente solo había dicho especificamente una cosa:
❝Volveré para las épocas festivas. Navidad es para pasarla en familia. O tal vez en Reyes, para ver la ilusión de niños en nuestros rostros por los regalos. Los amo, familia. Hasta pronto.
Edward fue el primero en sentir la presión en sus hombros, el dolor de pecho por no tenerla cerca y la mirada insistente de Rosalie puesta en él.
-¿No irás a buscarla?
-No se dónde hacerlo. Ella ahora se ha vuelto como una aguja en un pajar, no tenemos el don de Alice para saber a dónde ha ido, Rosalie -espetó molesto.
-¡Eres patético! -gruñó marchandose de la sala, en busca de su celular.
Al instante la pudieron ver, llamando a su hermana, pero esta no la atendía la llamada y del celular se escucha el típico mensaje: "el numero al que usted llama no se encuentra disponible..."
-¡Carajo! ¡Ustedes sí que son la pareja idiota! ¿cómo es que no se dejan ayudar?-exclamó molesta y preocupada Rosalie.
Edward no pudo evitar sonreír con cierto aluvio de felicidad al saber que en algo coincidian, aún cuando fuera una característica negativa. Ser nombrados como pareja era un hecho al que aspiraba llegar algún día.
Jasper fue el primero en intervenir tras cerrar su libro del cuál estaba leyendo previamente para un exámen próximo.
-Deberías relajarte más, o terminarás vieja de aquí a unos siglos. Aurora es bastante independiente y seria, lo que menos querría recibir de nosotros como familia sería la desconfianza en su preservación o responsabilidad en si misma. -comenta el rubio sureño mientras descruza sus piernas y la mira serio- ¿O es que acaso cuando estuviste mal, antes de encontrar a Emmett, tampoco te alejaste para encontrarte a tí misma?
Rosalie tras esa pregunta queda silenciada con las palabras en la garganta, recordandose esos tiempos solitarios y tristes, caminando y sentando a un lado del sofa de Jasper.
-Pero... Ella no es como yo...
-No, pero es mujer. Todas tienen derecho a tener su momento de debilidad, más aun cuando su compañero esta metido en un problema que perjudica a la familia, él ni nosotros podemos ser su pilar en estos momentos...-reflexiona con una mueca de disgusto- por más que le transmitiera calma, la perturbación, el chisme y las rabietas de Isabella le perjudican su salud mental, debes tener en cuenta que ella y su don necesitan estar calmadas todo el tiempo.
Rosalie baja la cabeza al no haber considerado esos puntos, nisiquiera se había tomado el tiempo para entender el don de su hermana mayor ni mucho menos sus sentimientos al respecto. Como Aurora se mantuvo siempre en perfil bajo, interviniendo cuando sea necesario o solo estando allí sin molestar, le supieron amargo saber que a pesar de ser familia nadie había insistido como quería hacer creer que era la solución para este problema: estar a su lado y estar cuando caiga en llanto por no impotencia.
-Siempre pensando en como hacerlo... Pero nunca hago como realmente se necesita... No estuve allí para ella...-susurró Rosalie molesta empuñando sus manos contra el borde del vestido que cubría sus muslos.
-Es reservada. Hasta inclusive siendo su mejor amigo me cuesta sacarle alguna información privada, dándome a entender que su vida antes de esta fue peor que la que podemos imaginar. -comenta apesadumbrado Jasper.
Edward no se podía hacer la idea siquiera de a qué se refería Jasper, pero los pensamientos reflexionados de que se llevara comprensivamente bien con Rosalie le hicieron pensar en algo que hizo hervir su sangre: Violación.
Tras concebir esa idea, esa pequeña pista fue cuando de su garganta salió un gruñido posesivo y protector, uno que nunca salió de su ser para lo que debió creer tener con Bella. Rosalie y Jasper lo miraron con preocupación y confusión pero no tuvieron tiempo para preguntar, debido a que Edward abandonó la caza y se internó al bosque sin mirar atrás.
Dejando a todos pensando en él y Aurora, esta situación se estaba empezando a tensar de manera pesada.
Y solo se solucionaría con el regreso de la pelirroja a la casa.
Aurora sin duda se encontraba muy dolida de la espalda, los brazos lo sentía muy abarratados por estar conduciendo por horas; sus decisiones habían sido muy precipitadas e inconscientes pero previamente calculadas con una reflexión fría. La situación que vivía en la casa familiar le estaba dando mucho dolor emocional y de cabeza, aunque le sentara bien ver a su compañero lejos de las garras de otra mujer no le quitaba menos fierro al hecho que había estado jugando al amor con alguien con quien nunca debió cruzarse en este mundo sobrenatural como lo era ser vampiros.
No podía moverse públicamente por el pueblo con su compañero debido a que realmente deseaba tener un ambiente sano y no estar escuchando murmullos que la hicieran sentir peor, escuchar que hablasen mal de ella haría salir al cuervo carroñero, así lo llamó a su carácter impulsivo que aparecía cuando las malas vibes la consumían y eso no quería. No quería ser ese monstruo, no quería volver a ocultarse.
Por ende, decidió hacer este viaje para pensar más claro porque darle mucha importancia a otra mujer le estaba trayendo conflicto psicológico, al mirar a su compañero lo sentía como suyo y se sentía feliz pero apenas lo veía lejos su mente lo veía con esa castaña, aquello dolía un infierno nada soportable, sus instintos como vampiro era matarla y exterminar con el problema pero sus principios humanos la mantenían aun cuerda, o eso creía.
Había sido más de 25 horas de viaje. Era ran agotador que no pudo evitar parar en algún bar cercano y para su fortuna contaban con hamburguesas, por lo que no lo pensó dos veces para disfrutar del lugar con el bullicio común de viajar en un fin de semana.
-¿Qué trae a una viajera de tan lejos a América del Sur?-preguntó un hombre mayor de unos cuarenta en español.
-¿Ah? Eh... Sólo estoy de paso, buscando traer calma a mi mente. -respondió Aurora en un oxidado y torpe español, tratando de no ser tan rara al actuar.
Comunmente, como familia eran considerados por los humanos como raros ya que no se relacionaban con otros tan fácilmente.
-Si me permite decir, claro con respeto. Su rostro no muestra lo que cree buscar, más bien parece buscar consuelo a un debate privado. Soy bueno escuchando y aconsejando, mis nietas acaban satisfechas con el Abuelo Freggo -comenta con una mirada paternal y amistoso el señor.
-Es un tema complicado... -responde Aurora en su español arrastrado, típico de los ingleses. Se avergonzaba de haber perdido práctica por pasar más tiempo en países que no necesitaran el español como el aire acondicionado.
-Cuénteme, tenemos toda la noche por delante, querida damisela. -expresó mientras pedía otra cerveza.
Siendo así como Aurora terminó pidiendo unas cuántas hamburguesas y cervezas, para empezar a confiar en alguien que parecía ser buena gente.
-Encontré el amor... En un hermano adoptivo, pero éste tenía novia cuando lo conocí por primera vez. Yo...vengo de una familia adoptiva, donde todo el tiempo hay nuevo hermano, la cuestión es que no hay ningún enlace sanguineo solo por apellido -empieza a decir la pelirroja que días antes se había recortado el cabello hasta por encima de sus hombros.
-Ya veo. El amor a primera vista es impredecible, no hay quién pueda manejarlo... ¿Qué hiciste al respecto?-preguntó curioso, mientras también se comía una hamburguesa, que había sido antojado tras verla disfrutar a la joven dama.
-Respeté la relación de mi hermano con su novia, hasta que ya no pude y se me fue la lengua de más. Discutí con él y le dije lo que sentía, todo porque me sentí presionada al haber sido involucrada en una situación grave de tiroteos, resulta que Isabella había matado a un matón y la pareja de este buscaba venganza, expuso al peligro a mi familia-contó Aurora de una manera muy disimulada de expresar el enfrentamiento de los neofitos, Victoria y James, a un idioma universal sin exponer su verdad.
-¿Y cómo se involucró esa joven entre la vista de matones? -pregunta incrédulo el hombre de ojos verdes y cabello castaño, mientras bebe la cerveza con tragos grandes por la sed.
-Resulta que el matón ya venía teniendo en la mira a Isabella, y ella no hizo nada por alertar a la policía. Creía fielmente que el dinero y poder de mi familia podría salvarla de la muerte. -murmuró molesta sintiendo como la comida le caía como ácido al estomago.
-¡Que maldita rastrera! -exclamó el señor- ¿Es idea mía o solo está interesada económicamente en su hermano?-preguntó como cotilla.
-Es exactamente lo que es. Pero mi hermano no lo quiso aceptar, y realmente no se como pero pudimos salir vivos del tiroteo, Isabella con una pierna rota y yo con rasguños. La cuestión es que ella se enteró por la boca de mi hermano, que él empezó a perder interés en ella y que ahora parecía haber otra mujer interesandole...-explicó en resumida la información contenida, sabiendole a nervios el estar contandole detalles que a nadie le había dicho. Ya que había mandado un cuervo tras Edward para ver si las cosas iban como el plan requería, quedarse con su compañero sin que ella fuera el segundo plato.
-Finisimo el chisme. Aunque sea su enamorado es un joven serio y no cagón. No todos le exponen la verdad, muchos prefieren que la mujer vea al cuerno y luego romper la relación -comenta el hombre mientras se limpia la boca con espuma de la cerveza.
-Es chapado a la antigua. En fin, la cuestión que ahora pasa es que, sé que han roto pero no creo que sea correcto acercarme a él justo ahora que probablemente es un suelo resbaladizo por donde el anda. Aunque sé que soy la mujer por la que ha roto la relación...-cuenta Aurora mientras pierde la mirada en el reflejo de su vaso grande de cerveza que ya van por la tercera.
-¿Es que acaso vive en un pueblo pequeño e infierno grande? ¿Le teme a lo que dirán de usted? ¿O qué exactamente?-Pregunta el señor Freggo.
-Así mismo... El pueblo es pequeño, y no me gusta estar de boca en boca, me gusta llevar una vida sin drama. -contesta Aurora mientras sonríe un poco más relajada, empezando a sentir el efecto del alcohol en su sistema. Era esto lo que mas amaba de ser híbrida, el poder emborracharse aunque no podría perder la consciencia en ello.- Temo que todo este rompimiento haya sido solo un impulso influido por mi declaración de amor, no quiero que juegue con mis sentimientos. Tengo miedo de quedar peor que Isabella.
-Creo que entiendo su temor. ¿Hace cuánto tiempo que hace de eso? Me imagino que con lo correcta que es, no ha siquiera hecho un paso cerca del enamorado. Eso la hace una mujer con buenos principios, que respeta el dolor de otra mujer pero... ¿Hasta cuando desplazara su felicidad por el de otros?-pregunta el señor mientras se el aroma a alcohol ya delata entre el aliento del señor, pero este parecía ser mas resistente al mismo.
-En junio ha sucedido eso. Ya estamos en noviembre creo...- corresponde Aurora a la pregunta algo confundida.
-Cinco meses. Es más tiempo de lo considerado de muchas personas que hubieran pasado por situación similar a la suya, aunque no digo que sea igual al resto, es muy humilde pero veo que ya no le basta ser buena y esto ya la está corrompiendo su propia felicidad. Adivino, ya no se sentía cómoda en el hogar compartiendo con él ni con nadie, porque se sentía la manzana de la discordia y por eso decidió marcharse de viaje o ...¿Me equivoco?-pregunta curioso pero acertivo el señor Freggo.
Aurora lo mira sorprendida y calor en sus mejillas al ser leída como un libro de tapas transparentes, era la primera vez que se sentía tan clara ante alguien.
-No se equivoca. Empecé a alucinar con estar con él, empecé a querer amarlo como nunca y que me besara. Soñé con que lo hiciera, que me profesara el amor como con ninguna lo pudiera hacer, pero luego al ver asistir a clases y verla cerca suyo me volvía a traer a la realidad... Y que sin querer le hice daño con meterme, sé que el que hayan dejado la relación ha sido el mejor paso para que mi familia vuelva a tener paz sin una interesada tras la cola de Edward... Pero... ¡No se que hacer! Lo quiero pero... No quiero ser llamada como la rastrera que se metió entre sus piernas y por eso que está con él. ¡quiero que me conquiste, que me pida perdón si me hizo daño... Que me ame como yo lo amo y que por sobre todo ya no se castigue por ser monstruo...!-exclamó tan desamparada con las lágrimas cayendo por sus mejillas que las personas cercanas a la mesa sintieron pena por ella, y el señor no espero para más, acercandose a abrazarla sin pensarlo.
-Añoras ser amada como cada quién que ha vivido y sido flechado por el amor. Pero si sigue huyendo no le darás escaleras fáciles por la cual subir, joven damisela. -dice Freggo mientras se separa un poco para limpiar las lagrimas que nublan la mirada avellana- ¿A qué te refieres con lo de monstruo?
-Se castiga con ser monstruo por no seguir la misma dieta vegetariana que su ex novia, se siente como si todo lo que hiciera o tocara lo fuera a transformar en una creación maldita. Y yo... Yo no creo que lo sea, quiero ayudarle a que se ame pero eso no lo sé hacer, sólo sé que si uno se ama a sí mismo, es cuando puede amar a otra persona... -contesta tan fluido y nervioso Aurora, tratando de calmar sus hipeos del llanto.
-Esa Isabella dejó loquito a tu amado si, pero con ayuda psicológica y tu amor se que podrías guiarlo a entenderse a sí mismo. No digo que sea un camino fácil pero si que es un camino que entre los dos puedan realizar para fortalecer el amor que desea crecer y dejar frutos. -comenta el señor Freggo mientras le acaricia dulcemente la mejilla tras poco a poco dejarla sentada en la silla.
Aurora mientras va soltando las lágrimas, también va sintiendo más ligera y menos apesadumbrada que antes, aunque se sentía muy avergonzada que gracias a una conversación con una persona desconocida ahora pudiera ver más caminos por las cual caminar sin quedarse a la deriva como se sentía.
-¿A usted no le parece raro que me guste mi hermano? ¿En verdad cree que pueda ser feliz... Y si no lo hace que gano con ello?-pregunta temerosa.
-Pues no son hermanos biológicos ni mucho menos cercanos. Le dices hermano porque temes llamarlo con amor y ser menospreciada, pero tienes que vivir la vida para y por ti, no por los demás. Sino... ¿cuándo serás capaz de echar raíces en este mundo?-pregunta el señor Freggo.- Ganas experiencia, aventura y conocimiento que en cada paso al futuro te servirá.
-Usted es tan sabio para ser tan joven. En verdad, hablarlo con usted me ha sentado mejor de lo que había creído capaz de serlo. Muchas gracias por escucharme- dice Aurora totalmente agradecida, mientra pide al barman otra cerveza.
-No hay de que, ha sido un placer para mi acompañarla esta velada. Aunque esta será su última cerveza, la he visto llegar con auto. Espero tenga a mano algún contacto que la pueda buscar o la llevaré a descansar en algún hotel cercano, está mas relajada pero debe cuidarse en su salud con esto de las bebidas joven damisela. -advierte preocupado el hombre mientras se toma el último trago de su vaso.
Aurora sonríe y asiente.
-Tengo un amigo en mente. Vendrá a por mi, después de todo, logré llegar a Chile... Esta era mi meta principal -confirma relajada y con un ligero hipo tras una gran trago que dio.
El señor Freggo sonríe igualmente tras verla con mejor ánimo. Esto de animar a jovenes viajeras le estaba cayendo de mil maravillas tras haber enviudado hace unas semanas atrás, cuidar de jovencitas como esa pelirroja de los ojos pesados y maliciosos de aquel bar lo hacían convertirse en un héroe para honrar la petición de su esposa.
-Entonces, bienvenida sea a Chile. -dijo Freggo con una amable sonrisa- Apúrate en pedir el aventón a tu amigo, que la hora pico en el bar ya está apunto de llegar.
-Sí gracias por su preocupación... Ahorita lo hago -responde sacando su celular para buscar inmediatamente entre los contactos a su querido amigo, que estaba segura que en estas épocas viajaba cerca de estos lugares.
El nunca se alejaba mucho de su tribu. Ni mucho menos del territorio Mapuche, y si, era hacia él dónde se dirigía porque después de todo, donde Nahuel estaba era donde más segura se sentía entre sus momentos de locura.
»Ubicación enviada.«
«¡Estoy borracha! y creo que ya empiezo a ver doble, ¿me buscas, Nawe?»
Una vez enviado el mensaje, no se tarda ni mas de veinte minutos en escucharse un "ring, ring", dos mensajes recibidos.
»Voy inmediatamente, niña.»
»La Tía Huilen dice que espera tenerte en una pieza en la casa»
-Por lo que veo, te han contestado, tienes buenos amigos. -comenta el señor Freggo.
-Así es, estaré un tiempo por aquí pero volveré pronto a mi casa. ¿Le gustaría compartir email para estar en contacto?-pregunta tímidamente Aurora mientras prefiere ser discreta al contacto con aquel humano.
-Me encantaría.
Siendo así como Aurora sin querer se había ganado una amistad humana que mantendría a distancia sin exponerlo en su mundo, pero que, sabía que una compañía nunca se negaría a nadie. Nahuel media hora después llegó en su moto, el cuál fue a parar en el compartimiento trasero tras tener que manejar el auto de su amiga borracha, ya era común encontrarla en este estado y solo ocurría cuando el amor volvía a hacer caos en ella.
Esta borrachera aunque sea había tenido una buena compañía y de eso se había generado un ambiente mejor, esperaba pronto saber del chisme.
Dejandola en la parte trasera del auto, dormida y borracha, se fue directo a sus tierras. La tía Huilen estaría contenta de tenerla con ellos después de tanto tiempo sin verla.
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