⛱️ Capítulo 20

Los demonios tiran los dados, los ángeles ponen los ojos en blanco/
Devils roll the dice,
angels roll their eyes
(Taylor Swift, 2019, 2m58s)

╰──➢⛱️Cruel Summer.

Bella se encontraba mirando a los Cullen tras gafas oscuras, aquel día no había dormido nada bien por lo que no se le ocurrió una mejor idea que ocultar sus ojeras con unas. Cada día tenía pesadillas, pesadillas que envolvían a Edward en ella, luego la histeria de que la pelirroja se casaba con su novio y la humillaban frente al pueblo, luego despertaba a gritos en medio de la noche al haber muerto tras la conversión a vampiro.

Ese día de la cafetería, todo era tan aburrido y fuera de sentido para haber asistido, Edward se encontraba recostado contra la mesa mientras que los demás intentaban levantarle el ánimo a su parecer.

«¿Qué habrá pasado?»pensó curiosa.

-Entonces... ¿Vendrás con nosotros a Seattle, Bella?-preguntó Mike.

-¿Qué...? ¿Cómo para qué?-preguntó desorientada.

-Iremos a un nuevo ciber. Dicen que hay algo que lo hace diferente a otros -comenta nuevamente Mike.

-¿Quiénes irán?-preguntó por cortesía, aunque no tenía ganas de salir con el grupo.

-Angela, Eric, Jessica y yo, los demás tienen cosas que hacer. Podríamos ir a comer en alguna cafetería luego -comenta Mike totalmente emocionado.

-Uhm... No se si pueda, preguntaré a Charlie, te aviso por mensaje su respuesta, ¿Si?-responde Bella.

A partir de eso, Bella decidió retirarse de la mesa a modo de escusa para estudiar algo que no pudo antes. Pero en verdad se había ido a encerrar al baño, para vomitar lo que había comido, nada le parecía muy interesante de comer y lo hacía para no llamar mas la pena sobre ella.

Desde que Edward Cullen había cortado su relación con ella, todos se burlaban por lo patética que había sido con creer que con ella las cosas serían diferentes. Tardó en comprender que todo este tiempo, en intentar ganarse la confianza de la familia, el amor de Edward para lograr obtener la belleza eterna había sido una total perdida de tiempo, por lo que estaba perdida.

Jugar a ser una chica indefensa o torpe le había entorpecido sus planes.

Ahora debía jugar como un depredador para conseguir lo que quería.

[...]

Ese jueves en vez de entrar a clases, decidió forzar una charla con Edward. Mirándole tan insistentemente y manchando su poca decencia la acercarse hacia ellos.

-Edward necesitamos hablar.

Y dicho esto, solo se retiró lo más rápido que pudo hacia el bosque. Consiguiendo al instante varias miradas en blanco de la angelical Rosalie quién ya parecía estar harta con solo verla.

«Maldita mujer hermosa, pronto tendré la misma belleza y veremos quién lo es más que la otra»pensó Bella.

Tras unos cuarenta minutos caminando por el bosque, Edward gruñe por lo bajo, encarandola de frente.

-Ya basta Bella, ya nos alejamos lo suficiente. ¿De que es lo que quieres hablar? No tengo mucho tiempo.

-Necesito que me conviertas. O expondré el secreto a todos los que conozca -dice sin pensarlo.

-Nadie te creería Bella, no me hagas reír con esa amenaza. -contesta Edward con una sonrisa burlona.

-¡Maldita sea, te estoy hablando enserio! Puedo llegar junto a los Vulturi y tu familia se puede ir al infierno -gruñe mientras intenta empujarlo.

Pero ni un poco lo logra, cayendo en cuenta que tal vez se le había olvidado por un momento que ella aún era débil, pero no por mucho tiempo.

-No seas impertinente Bella, las cosas no son así. Además, no deberías decir estas cosas a la ligera, aún tienes familia por el cual vivir una larga vida mortal, olvidate de la inmortalidad, nada bueno te trae esta vida. -responde con intención de hacerle entrar en razón.

-¡No! Aunque sea déjame tener la inmortalidad si ni siquiera pude estar siendo amada para siempre por alguien tan especial como lo es un vampiro -grita demandante.

Edward la vio con pena ante el hecho nombrado, pero niega, evitando su contacto a toda costa.

-No tiene caso lo que pides.

Siendo así como la esquiva en cuánto la ve que está por tirarse hacia él, dejandola caer bruscamente hacia la tierra mojada de Forks.

-¡Estas siendo injusto! Te salvé de suicidarte, es lo que me debes por exponerme a tanto peligro -gritó importandole muy poco que le ardiera el mentón y sus manos, lo brusca e impulsiva siempre le daba malos golpes a su cuerpo débil.

-No es justicia o injusticia. Solo no es la vida que mereces ni por asomo. Olvídate de mi y la familia, porque de ser lo contrario no podré evitar tu funeral, Bella. -expone con el rostro sufrido y molesto, aprovechandose de su velocidad para salir del bosque, e ir hacia su auto sin la Swan siguiendolo.

Cada día le pesaba mas ir a clases, esperaba con creces terminar este año de clases y si es posible, pedir un traslado lejos de Forks. Ya no era para nada un sitio agradable para pasar desapercibido a causa de la metida de pata que no le dejaba de recalcar el error día tras día.

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