⛱️ Capítulo 19
❝Siempre estoy esperando que cortes hasta el hueso./
I'm always waiting for you just to cut to the bone
(Taylor Swift, 2019, 2m58s)
╰──➢⛱️Cruel Summer.
Aurora se encontraba mirandose las manos, por un momento bastante largo, tal vez media hora o más. Su mirada estaba muy lejos de la propia realidad pero sus sentidos la mantenían cuerda en ese lugar, sabía que su madre estaba encargandose de lavar la ropa aunque no se necesitase mucho realmente.
Apesar de que fuera la única en la familia con la capacidad de sudar y ensuciar bastante aromaticamente la ropa, las cosas no eran así en gran masa como para ser una obligación o gusto maternal que Esme debiera hacer. Muchas veces le había dicho que ella se encargaría de limpiar sus ropas pero su madre parecía tener la última palabra con aquella decisión, a veces creía que todo el tiempo vivía donde la fantasía de muchos hijos flojos quisieran vivir.
Por el lado de su padre las cosas iban tranquilas, Carlisle seguía al tanto de la formación alimenticia y salud humana que poseía, desde la aparición de la menstruación hasta cada finalización de la misma. Aunque desde que había encontrado a su compañero, se sentía mucho más ansiosa, nerviosa e incómoda en cada momento del periodo, antes y después del mismo, también estaba otro punto de preocupación que siempre estaba al pendiente su padre; y ese era su don.
Su don era un estigma de mucha responsabilidad y que lastimosamente estaba muy conectado a su estado emocional, lo cual si tenía miedo este don podría descontrolarse. Y solo podría ser calmado por dos personas hasta el momento, Alec o la Catrina.
¿Un Vulturi? Así es, entre uno de sus tantos viajes a Volterra se cruzó con el Clan, y tal vez no era la mejor manera de conocerse pero tras revivir su muerte en vida no pudo sobrellevar su don y casi terminó autoconsumida de no ser porque aquel vampiro sádico se habría apiadado de su miseria. Claro que luego conoció a los líderes del Clan, y con cierto nerviosismo consiguió su libertad a cambio de servicio comunitario cuando estos lo necesitaran, y claro está que ninguno en la familia sabe de dicha condición.
Su padre adoptivo había avisado y advertido con mucho cuidado que no fuera vista por los que gobernaban al mundo vampírico, lo intentó por muchos años pasar desapercibida pero su don no era algo que pudiera manejarse o aprenderse através de sabidurías de vampiros nómadas sino que solo sería comprendido cuando le ayudarán personas de alto rango de poder como lo era el Clan Vulturi. Aunque tenía sospechas de que te su padre intuía que había sido gracias a alguien fuerte que pudiera manejar mejor que antes su don.
Corroer, exterminar y protegerse a través de la marcha eterna que llevaría consigo desde su día que determinó su muerte era un estigma que a nadie se lo deseaba. Su estigma era la mancha de pecado de violación en ella, su negación, aberración y asco hacia ella genero que un don nocivo, ácido y putrido se generase con el contacto del veneno de la ponzoña vampirica, su violación de derechos y vida pura era lo que la convertía en el peor monstruo en vida; podía tener el aspecto más bello del mundo pero su don era el peor pecado en vida que podía tener como habilidad inmortal. Hacer cenizas a quién la tomase con la guardia baja y levantara su instinto de protección o supervivencia era quién se llevaba la peor parte, existir y al otro parpadeo ser extinto.
-¿Por qué cada vez que te veo así no puedo leerte la mente?-preguntó Edward haciéndose notar en el ambiente, y ante la confusión aclaró:- Estabas muy metida entre tus pensamientos, por eso no me notaste llegar...
Aurora hizo una mueca al darse cuenta que su cuervo interno era capaz de esquivar el don de su compañero. No sabía si era suerte o karma, pero no era para ella ni para él, lo que el destino preparaba para ellos como pareja.
-Supongo es por mi don. ¿Por qué siempre quieres ser cotilla en la cabeza de todos?-preguntó algo tosca, aunque no debía serlo pero aquello lo veía mas amenudo que de ser bueno.
-No lo puedo evitar, el don es parte de mi, además saber lo que piensa mi próximo es la mejor forma para entender como conversar y no morir en el intento -bromeó ligeramente, haciendo un gesto de restar importancia con sus hombros.
Aurora niega ligeramente ante la broma, con una ligera sonrisa imperceptible al intento de animarla o distraerla, el lazo de compañeros influía aún cuando ella lo quisiera evitar para sanar todo antes de empeorarlo con su presencia.
-No podemos morir más de lo que ya estamos, tonto. -contesta mientras se levanta a rebuscar entre sus cajones una cosa en particular.
Edward se acercó a ella por reflejo y necesidad, deslizando sus brazos alrededor de la cintura de su compañera, reposar su mentón entre el hombro y cuello.
-Me gusta tu sonrisa. Me gustaría conseguirlo más amenudo... -dijo en un murmullo Edward, mientras se permitía ser envuelto por el aroma a menta y cerezas de su compañera.
La tensión en el cuerpo de la pelirroja ni tardó en llegar, y los colores de su rostro como en la piel disminuyeron drásticamente como para que Edward de antemano se horrorizara y separara al ver como sus manos se volvían oscuros como si tuviera gangrena.
-¿Qué... Que te pasa? ¿Aurora que tienes?-pregunta preocupado.
-No... No me toques, solo no me toques. Estoy sucia, debo bañarme... -gruñe y sisea dolida, molesta consigo misma, a la misma vez que ve borroso hacia Edward- Perdoname, pero no puedo, no puedo sentirte... No ahora y no sé cuando...lo podré.
Dicho eso, agarró ropa con guantes oscuros y toalla incluida para moverse con rapidez hacia el baño. Encerrandose en ella, respirar como si estuviera teniendo un ataque de pánico. Y así lo era.
-Ábreme la puerta, Aurora... Por favor, puedo ayudarte, solo dime que te pasa -pide Edward desesperado pero con su voz calmada, mientras toca la puerta como si eso pudiera transmitirle su preocupación a su compañera.
-No... No puedo... N-no puedo -dice Aurora con la voz temblorosa.
Edward gruñe por lo bajo, se separa de la puerta y sacude su cabello con desesperación al no conseguir el permiso de su compañera para ayudar.
-Iré por Esme.
Y tras ello, la matriarca una vez contactada por su hijo, que estaba por entrar en un ataque de histeria y nerviosismo por no saber que le pasaba a su pelirroja, se dirigió hacia ella, con suerte la puerta se abrió para Esme. Pero se cerró para Edward.
Jasper miraba la situación con pesar y preocupación, no entendía porque ya no sentía a su mejor amiga, ni mucho menos podía sentir las emociones de Esme desde que había entrado al baño a socorrer a Aurora. Nadie entendía lo que estaba pasando.
Y nadie se enteraría ni a boca de Carlisle o Esme, ese tema era delicado para Aurora, privado por lo tanto.
Tras unas tres horas de no saber nada, Esme pudo conseguir que la pelirroja terminara una ducha que parecía haber traído con buen color de piel y mejor estado de salud mental a la pelirroja, quién inmediatamente ingresó a su cama y terminó dormida al instante, mientras que su madre cerraba la puerta tras ella para dar más privacidad a su espacio personal.
-Esme... ¿Está ella mejor? Aunque sea dime algo... Por favor -suplicó Edward mientras la miraba como un niño perdido en esa sala.
-Está mejor, solo fue un pequeño momento de debilidad. Está con el período menstrual y por ahora sería mejor evitar el contacto físico, cuando está sensible su don es un poco inestable -comunica Esme comprensiva con el estado de ella.
-¿Ha preguntado por mi...?-dijo como si fuera el agua que necesitaba un pez.
-No, inmediatamente se fue a descansar. Por favor, cariño, se que esto es difícil para ti, pero... Ella necesita tiempo, y tu también. Espero puedas entender que necesita espacio y tiempo -responde Esme mientras le dedica una mirada de tristeza y pena.
Edward asiente abatido, sentandose en el sillón a un lado de Jasper que lo mira, sin siquiera estar pensando en algo. Esme se retira hacia la cocina con la idea de cocinar algo rico para Aurora.
-¿Qué? ¿qué miras, Jasper?-pregunta molesto tras la insistente mirada.
-Parece que estás cambiando solo un poco pero no lo suficiente. Solo se activa el instinto de protección cuando lo sientes por el lazo, pero aún te falta algo ... No sé que es -comenta Jasper pensativo y perdido.
-¿Qué? Pero si no me siento diferente.
-Es eso lo que pasa. Debes buscar que es lo que te hará diferente para bien, y no estancarte en dónde estás parado. -comunica una idea, sin embargo, en cuanto ve la intención de profundizar la conversación se levanta del sillón- Me retiro, necesito pensar en otras cosas, suerte con ello.
Edward suspira agobiado, estaba solo en esto. Y ya no le gustaba esto.
Al otro día, Aurora se había acercado a Edward a una distancia prudente a él.
-Lamento haber sido así el otro día...
El cobrizo al haber terminado de alimentarse, se limpio la sangre restante de sus labios para mirarla con aquellos ojos dorados tomando su color distintivo, dejando atrás al oscuro de hambre y sed.
-Acepto esas disculpas con verte mejor. ¿Me dirás que es lo que te ocurrió ayer?-pregunta Edward.
Aurora juega con el borde de su vestido azul oscuro, y lo encara levantando la mirada para negarlo sutilmente.
-No estoy lista ni tu tampoco.
-Estoy empezando a cansarme de no estar listo... ¿Qué es lo que te preocupa? ¿o qué es lo que crees que me puede pasar?-pregunta incómodo. Tras rascarse la nuca ante la misma respuesta llena de incertidumbre.
-Estoy intentando aprender a no extinguir a cualquier hombre que se me acerque, mi don es demasiado selectivo y temo perderte por un manojo de nervios. -comenta con cierto misterio y titubeo.
-¿Qué? -preguntó confundido.
-Quiero solo cortar hasta el hueso. Pero no extinguir siempre las cosas a mi alrededor... No lo vas a entender, ni siquiera yo sé que es lo que quiero controlar aún -responde algo filosófica, pero resopla exasperandose sola con su reflexión.
-No entendí nada.
-Me pasa a menudo.
Edward gruñó por lo bajo e intento acercarse a ella para levantar su rostro, pero ella levantó su mano y esta se encontraba oscura como ayer.
-No.. Edward, ahora no es tiempo.
Y tras ello, Aurora se retiró, dejándolo de nuevo solo en el bosque. Con el cuerpo del gran venado en el suelo, pero solo a fin de cuentas.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top