⛱️ Capítulo 15

Cuelga tu cabeza baja/
Hang your head low

En el resplandor de la máquina expendedora/
In the glow of the vending machine."

(Taylor Swift, 2019, 2m58s)

╰──➢⛱️Cruel Summer.

Aurora se encontraba sentada a un lado de la maquina expendedora disponible en la entrada del supermercado. Había ido allí con la excusa de acompañar a su madre en las compras de alimentos para la alacena, pero al final su ánimo decayó en cuanto vio a la castaña humana en el mismo lugar, dijo a su madre que la esperaría afuera, que le avisara para ayudarle con las bolsas.

Esme comprensiva lo aceptó, comenzando su tarea como matriarca en aquel gran supermercado.

«El destino parece jugar en mi contra, pero siempre parece que coincidimos aunque no queramos en lugares del pueblo... En verdad no quiero ser una molestia, pero cuando menos creo que va a estar, nos encontramos...»piensa cansada con esta situación.

Ser considerada, paciente y comprensiva estaba siendo muy agotador, en verdad quería respetarla.

Para nadie debía ser fácil sobrellevar una ruptura, ni mucho menos sería agradable coincidir con la chusma y causante de que hubiera ocurrido dicho mal acontecimiento. Al menos así lo reflexionaba, ya que era así de incómodo saber que a todos los lugares al que iba la encontraba.

Y la verdad, que existir no era un problema, el problema sería si exponía su victoria de tener a Edward con ella, alardearlo como trofeo y como suyo. Y claramente, su compañero no era un trofeo ni mucho menos un objeto pero esa humana sacaba las peores actitudes de su ser vampiro posesivo que no dudaba en que le diera la chiripiorca de besarlo frente a ella si de marcarlo como suyo se necesitara.

Pero tampoco quería amilanar a Edward, porque no se lo merecía. El vampiro lector de mentes había caído bajo al forjar un romance con la tua Cantante, sin esmerarse en siquiera esperar o buscar a su tan ansiada compañera que claramente cada vampiro lo tenía, los claros ejemplos eran Rosalie con Emmett y Carlisle con Esme, lo que le traía confusiones profundas sin respuestas a sus dudas de: ¿Porqué se había conformado al masoquismo y no al optimismo? ¿Tan depresivo realmente podía llegar a ser un vampiro de la edad tan antigua como lo era Edward?

Resopló molesta, esas dudas no serían respondidas si no se acercaba a él. Ni mucho menos si seguía coincidiendo en lugares con la ex, y seguía siendo considerada como si de esto se tratara de un luto. Pero en verdad que no le hubiera gustado ver la hipocresia en la chica que le arrebatara al novio, solo se ponía demasiado en los zapatos de la humana, muy cansino para su propio gusto y sanidad mental.

Le dió sed de tanto pensar y esperar, por lo que sacó unas monedas de su bolsillo para introducirlos al tragamonedas, seleccionar el numero de la bebida y por consiguiente, oprimir el boton para que este cayera al lugar para sacarlo. Al inclinar su cuerpo para abajo, hacia la maquina expendedora vio de reojo a Bella mirarla con molestia, ira y dolor como si fuera lo peor que le pudo haber pasado, por lo que trató de disimular que no la vio.

Sacando su bebida, y dando la espalda a  la humana, empezando a abrir la lata para tomarla. Para calmar su propia ansiedad, sin embargo, no todo iba a salir con tranquilidad como era su plan.

Ya que la humana se acercó y la empujó con la mano, para llamar su atención pero de una forma un poco tosca.

—¿Acaso está es tu manera de echarme en cara que me has robado a mi hombre? A mi novio? ¿acaso te dedicas a seguirme y acosarme? Sabes? Mi padre es policia y puedo obtener una orden de distanciamiento....—empezó a decir totalmente histerica y molesta Bella, como fuera siquiera la hubiera tocado cuando no fue así.

—¿Perdona? —preguntó incrédula Aurora, sin poder creer como la corderito sacaba su piel de loba frente a ella, tan tímida y torpe que le parecía la humana tras el refugio de su compañero.

—No, no te lo voy a perdonar. ¡eres una ramera! ¿Cómo es que eres tan irrespetuosa? ¿acaso no te da asco? Es tu hermano, el debía ser solo para mi—sisea molesta y dolida Bella.

—No, no te entiendo. Ni siquiera te he tocado, ni dicho nada malo como para que me crucifiques con esa índole. Señorita Swan, en verdad que no necesitamos esta conversación... Yo mejor me retiro...—empieza a decir calmadamente Aurora.

En verdad, no le convenía salir de su estado pacífico o no podría evitar la muerte de esa joven castaña.

—¡No! Quiero que me respondas. ¡Porque! ¿porqué no me dejaste conseguir lo que quería? ¿Porque te da tanta envidia que el me considerase mas bonita que tu? No lo soy, pero en cuanto me transformara sería lo que el quisiera pero tu...—empezó a decir en voz alta pero fue interrumpida.

Aurora había plantado su bebida gaseosa entre los labios de la Swan, tras escuchar la estupidez que había dicho en voz alta, «¿Que hace la estupida humana? ¡gritar el secreto a los siete vientos expone a todos en peligro! Estúpida!»pensó alterandose.

—Cállate. En verdad, que eres una joven adolescente tan petulante y molesta. Ni siquiera mereces la curiosidad que te ofreció la verdad detrás de la ignorancia humana, y nunca... Recuerda nunca te perteneció o fue para ti, Edward Cullen. Que te quede claro, yo no te quite lo tuyo, reclame lo que no te pertenecía con la justa necesidad por el mismo. Yo no le dije que hiciera lo que hiciera, le aconsejé no hacerte daño. —comentó de la forma más ácida posible y amenazante pasiva como para alertar el instinto humano.

Lo cual si pudo lograr, ya que la castaña retrocedió como si de una cachetada se tratase. Mientras sus ojos se cristalizaban por las lágrimas de terror por la veracidad y peligro que cada palabra le advertía.

—N-no te creo... Tu solo has venido a robarmelo. ¡hiciste que rompieramos! Tu solo eres el mal en esta ocasión.  Debías irte luego de ayudar... Eres quién sobra aquí...—exclama entre un sollozo iracundo Bella.

—Piensa lo que quieras. Yo estoy respetandote pero si no lo haces, no pienso tolerar una mas. —contesta Aurora mientras la esquiva.

Esme iba pidiendo ayuda por las bolsas de viveres que traía, por lo que al verla con la Bella cerca gritándole cosas feas a su querida hija le hizo sentir mal, y por consiguiente, sintiendo acidez al ver como era la verdadera Joven que una vez timida se presentó.

—Espero no volver a escuchar una palabra más con esas palabras con acusaciones falsas hacia mi hija, Isabella Swan, porque yo no voy a ser piadosa como lo es mi hija contigo en esta delicada situación. —advierte Esme, protegiendo a su niña por encima de lo que fue esa humana para la familia.

No podía creer el dilema que traía consigo esta ruptura con la humana. Ni mucho menos el verdadero carácter y actitud de la misma.

Aurora sin esperar más, ayuda a su mamá a meter las bolsas de compras al auto y subir al auto, mientras que su madre sube al lugar del conductor. Ninguna de las dos habló más del asunto de lo que se dijo en el momento, pero sabían que esto no debía llegar a oídos del impulsivo lector de mentes o se volvería un calvario el hogar.

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