Ronda 3 - ¿Fue el Plátano, el Mono o el Hombre? ¿O los 3?

 Estados Unidos; Nueva York; Estación policial de Cárcel Plátano; 19:30 del 15/03/2016.    

- ¡Qué diga cómo robó el plátano! ¡Era el plátano del chimpancé, no el suyo!- dijo el policía a Mon-ky Ban-a-na, de ascendencia búlgara, por eso su extraño nombre.

En que gran lío se había metido; yo Mon-ky; con el chimpancé del zoo de Central Park.

Sólo yo lo había visto; fue el chimpancé, fue él: ¿pero por qué había tenido que pasar por ahí, justo en ese momento?

Remontémonos a un día atrás...

(Fundido de película).

Estados Unidos; Nueva York; por la calle; 11:00 del 14/03/2016.

Bueno, era otro día disfrutando de mi belleza, fortuna y fama.

Lector: No me lo creo.

¿Qué cómo qué no te lo crees? Soy muy guapo, rico y famoso. Pregúntale a cualquiera. Eh, ¡cualquiera que diga algo!

Cri, cri, cri, cri...

Señor Toby; no chirries ahora, luego te dejaré chirriar, cuando termine de narrar.

¡Cri, cri, cri, cri!

Me da igual que te enfades; tenga que narrar y te aguantas.

Lector: Hasta tu grillo se ríe de ti.

Deja de burlarte o dejaré de narrar, ¿cappici?

Lector: Vale, vale narra. Pero no eres, ni guapo, ni rico, ni famoso.

Bueno, vale no lo soy. Soy el recogedor de excrementos del zoo de Central Park. Un trabajo tan limpio como otro caulquiera.

Lector: Recogedor de cacas. ¿Limpio? ¡Jajaja! Casi prefiero que engañes con lo de guapo, rico y famoso.

Has dicho que me ibas a dejar narrar en paz.

Lector: Lo siento, no volverá a ocurrir. Recogedor de cacas, qué bueno...

Como decía; soy recogedor del zoo. El 14 de marzo de 2016 iba a ser un gran día; el presidente iba a visitar el zoo, a mí ese día me tocaba limpiar el hábitat del cimpanché; lo que me acarreaba muchas bromas de mis compañeros; por mi nombre, por la semejanza fónica que hay entre como es conocido el animal comúnmente y como es mi nombre.

Lector: Vamos, que tu nombre se dice igual que mono en inglés y se ríen de ti. 

No; no es eso, es que... ¡vale es eso! ¡Y deja de interrumpir!

Lector: Uy, está bien, está bien, me pareces muy mono por intentar parecer todo un gorila... Jejeje

¡Calla! Recogo cacas, y...

Lector: ¿No eran excrementos?

¡No! ¡Son cacas! Recogo cacas y me llamo mono, no es que sea muy afortunado, pero que más da.

Ese día el presidente de los Estados Unidos iba a visitar el zoo de Nueva York; nos habían dicho que ese día debíamos estar extra-super educados y elegantes. Así que ese día, me puse traje de gala.

Como decía; ese día me tocaba limpiar el hábitat del chimpancé; me esforcé más de lo normal limpiando ese día al igual que todos los mis compañeros.

Había llegado la hora de la visita; el presidente de los Estados Unidos estaba en el zoo.

Estaba visitando los hábitats de los animales poco a poco.

Hasta que llegó donde el chimpancé, donde yo estaba:

- ¿Cómo se llama usted? - preguntó el presidente.

- Me llamo... -

Espera antes de continuar; tengo que decir que lo que ocurrió, después de la "maravillosa" presentación no es culpa mía, es del chimpancé, él tenía el plátano no yo. Ya vale, ya puedes seguir leyendo.

- Me llamo Mon-ky. - dije al presidente.

- Espere, se llama mono, y, ¿Está con un mono? - dijo el presidente empezándose a reír junto con sus guardaespaldas.

Lector: ¡Jajaja! Hasta el presidente de los Estados Unidos se ríe de tu nombre.

¿Por qué has vuelto a interrumpir? ¡Tú sólo puedes leer!

Lector: Pero es más divertido interrumpir que leer. Sobre todo a ti.

Cri, cri, cri.

¿Señor Toby? ¿Qué haces con el lector?

Eres mi amigo, no el suyo.

Lector: Le he dado una hoja de lechuga, y ahora es mi amigo, ¿Verdad Toby?

¡Cri, cri, cri!

Señor Toby: te dejo chirriar todo lo que quieras mientras narro, si vienes ahora mismo.

Cri, cri...

Vale, pero cuando termine de narrar, vendrás conmigo a casa, y no tendrás lechuga.

¡Cri, cri, cri!

Lector: Aguafiestas...

¡Cri, cri!

Me da igual lo que digas señor Toby.

¡Cri!

¿Qué has dicho sobre la lechuga de importación de ayer?

Bueno pues, como iba diciendo...

- Espere, se llama mono, y, ¿Está con un mono? - dijo el presidente empezándose a reír junto con sus guardaespaldas.

- Bueno mis padres eran búlgaros, Mon-ky es un nombre muy normal en Bulgaria. - explique yo.

- Disculpe, pero es que, ¡Mono! ¡Jajaja! - se vuelven a reír el presidente y los guardaespaldas.

- Emm... Si quiere puede entrar a verlo. - ofrecí, había quitado hasta el último excremento, eso cuesta (y huele), y quería alardear frente al presidente de Estados Unidos.

Y recordad lo que pase a continuación, recordad lo que dije antes: no es culpa mía, es del chimpancé, él tenía el plátano no yo.

Entramos al hábitat; y estaba él: el plátano, mi enemigo aférrimo.

Siempre he odiado el plátano; y después de eso lo odie aún más.

El presidente entró al hábitat; en ese momento yo abrí la puerta y la sujeté elegantemente, el chimpancé se acercó a la puerta, y el presidente en ese momento entró, sólo yo me dí cuenta en ese momento, el chimpancé, el tramposo de él, me metió el plátano que se estaba comiendo en mi bolsillo.

Entonces ocurrió, el presidente se dió cuenta, el plátano que tenía antes el chimpancé ya no estaba, ¿cómo fue posible? Sólo el plátano, el chimpancé y yo lo sabíamos.

- ¿Dónde está el plátano que tenía el chimpancé?- pregunta indignado el presidente.

- Pues yo no sé. - intentaba disimular que el chimpancé me había metido a mi enemigo en el bolsillo.

- Lo tiene ahí señor. - dijo un guardaespaldas señalando dónde estaba el plátano.

- ¿Cómo se atreve robar? ¿Ha sido por qué nos hemos reído? ¿Por eso roba a alguien con el mismo nombre que usted? - dice dramáticamente el presidente.

- No, yo no... - no me dejan decir nada.

- Sí fue usted, irá a la Cárcel Plátano de Nueva York, la policía del plátano  le interrogará exhaustivamente,  y será condenado por el Consejo del Plátano. - vuelve a decir dramáticamente el presidente.

- Esto, primero, ¿Existe todo eso? Los plátanos no son tan importantes, y segundo, ¿no es juzgado y no condenado? - intento preguntar.

- ¿Cómo osa rebatir al presidente de los Estados Unidos? - me pregunta-acusa  un guardaespaldas.

- Pues yo... - no dije nada yo.

- ¡Se acabó!  ¡A la Cárcel Plátano! - dijo el presidente, y ya llegamos a ...

 Estados Unidos; Nueva York; Estación policial de Cárcel Plátano; 19:30 del 15/03/2016.  

Toda la noche y día la pasé en los calabozos, de la Cárcel Plátano, era todo amarilla, y en las paredes, había papel con dibujos de plátano.

  - ¡Qué diga cómo robó el plátano! ¡Era el plátano del chimpancé, no el suyo!- dijo el policía a Mon-ky Ban-a-na, de ascendencia búlgara.

 - Ya he dicho, que me lo metió el mono, no robé nada, no me gustan los plátanos. - explique yo.

- ¡Ajá! Así que para fastidiar al chimpancé le robó el plátano aunque no le gustase. - me incriminó el policía.

- No yo... - no dije nada yo.

- ¡Se acabó!  ¡ Al  Consejo del Plátano! - dijo elpolicía , y  llegamos a ...

Estados Unidos; Nueva York; Consejo del Plátano; 11:15 del 16/03/2016.

- Dija la verdad, ¡robó el plátano! ¡todo el mundo lo sabe! - dijo el juez.

- No fuí, fue el mono. - me cansaba de repetirme.

- ¡¡¡No fue usted!!! - bramó toda la sala. ¿Pero qué pasa  con los monos y los plátanos en esta ciudad?  

- ¡No hay pruebas! - exclamé yo.

- ¡Se acabó! Condenado, deberá pagar por el resto de su vida 10$ mensuales de plátanos,  al chimpancé del zoo de Nueva York. Por robó de una inocente criatura.

- Pero yo... - no dije nada yo.

- Está condenado. Ya no hay vuelta atrás. - terminó el juez.

...

Y así fue, como un misterio que sólo un plátano, un chimpancé y yo sabían.

Que era culpa de un mono, fue culpa mía.

Lector: Vamos, que tienes que pagar los plátanos a un mono que te engañó. Durante el resto de tu vida.

¿Sólo sacas en limpio eso? Es una injusticia,
un misterio que yo sólo sé y nadie quiere resolver.

Lector: ¡Jajajaja! ¡Pagar plátanos a un mono! ¡A un tío que se llama mono!

Bueno ya he terminado de narrar, vamos a casa señor Toby.

Odio los plátanos...

Y a los chimpancés...

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