(Fenómeno óptico donde el tono de la luz varía

creando pequeños arcoíris).

Pero la inseguridad de Harry hace posible que Pasado toque continuamente en la puerta del palacio y, aunque Louis hace todo lo posible por evitarlo, el príncipe siempre termina abriendo la puerta porque le agota en demasía oponerse. Esto molesta a Louis, no por Harry, sino porque sabe que ese desgraciado solo viene a causar daño y sabe que en algún momento será irreparable.

Finalmente, el día llega. Pasado derriba la puerta del palacio y a Harry al mismo tiempo. El castillo comienza a desmoronarse porque su soberano es incapaz de levantarse esta vez. Louis llega unos minutos tarde, nota que todo está desapareciendo y casi entra en desesperación cuando lo encuentra tirado en el suelo con varios cristales sobresaliendo de su corazón. Son hermosos, innegable, hermosamente destructivos. Louis lo sostiene con fuerza, por Harry, por los dos, y la luz del corazón que el príncipe le entregó rebota en los cristales y la sala del trono se llena de colores que cubren cada hueco que Pasado causó.

El peligro pasa.

Harry está a salvo por fin.

Cuánto lo ama y el iluso no termina de creerlo.