(Burbujas en cualquier tipo de líquido).

Son felices, ¡Harry no recuerda haber sido más feliz en toda su vida!

El príncipe pensaba que ya sabía todo acerca del amor, pero Louis le enseña que se equivoca. El amor no es difícil, es muy sencillo quererse y querer. Son las personas quienes lo complican. Estar con él no es así, amarlo es tan natural como respirar. Los silencios no son incómodos, sino ratos en los que cada uno puede sumergirse en su propio mundo dentro del que ya comparten juntos. Estar con él es reconfortante porque Louis es la única persona en el mundo que lo quiere por quien es realmente, la única persona que no le pide que cambie sus defectos, aunque ambos saben que los tiene.

Harry siempre supo que había nacido para estar con él, que Louis es su otra mitad en aquel basto mundo. A menudo, se queda en silencio recapacitando acerca de todo lo que sucedió en apenas unos meses y se da cuenta de que aun no cree que Louis sienta lo mismo por él, los días juntos parecen un sueño.

¿Puede pedir más?

Sí, puede pedir no tener miedo a que el sueño termine y comience de nuevo la pesadilla, su corazón sufre por el temor cuando está solo; puede pedir que los fantasmas de su pasado dejen de visitarlo casi todas las noches; puede pedir mas confianza en sí mismo para creer ciegamente en las promesas que Louis le hace.

Pero la realidad es que, aunque intenta reprimir cuánto lo ama, su interior se baña de la luz propia de Louis cada vez que lo ve. Y tal vez las tinieblas devoren esa luz a veces, pero Louis siempre se queda a su lado y revive el pequeño destello que se convierte en un lucero.