[9] The Right Thing

(No es un episodio, me estoy saltando 'Jockenstein'. Pero aún así disfruten del cap)

Alice's POV

Estaba en la última hora que era Historia. El Sr. G, estaba ausente hoy, así que era hora libre. Bueno, no es exactamente hora libre ya que nos dejó para hacer un trabajo. Mi profesora de matemáticas nos supervisaba mientras ella corregía los exámenes Dios, espero que mi examen no sea uno de los muchos que está revisando. Sé con certeza que hice una p*ta mierda en el examen que nos dio ayer.

Estoy sentada detrás de Ethan y Benny, con la sien apoyada en la palma de mi mano mientras garabateo cosas al azar en la portada de mi libreta. Usualmente me siento frente a ellos junto a Rory, pero hoy no vino a clase.

— Incluso, ¿esto qué significa? — murmuró Benny quejándose, probablemente sobre el trabajo que el Sr. G nos dejó.

— ¿Qué quieres decir? (What do you mean?) — canté silenciosamente.

Creo que me escucharon, pero decidieron no responder. No los culpo, yo también me ignoraría.

— ¿Cuándo aprendimos esto? — preguntó Benny, pensando en voz alta.

— ¡Shh, Benny! — Ethan lo calló — Deja de pensar en voz alta.

— Estoy pensando en voz alta — canté suavemente.

Ambos se giraron hacia mí enfadados.

— ¿Qué? — actué como si no hiciera nada.

— Cállate — susurró Ethan.

— Cállate y baila conmigo — sonreí.

Ambos negaron con la cabeza molestos y volvieron la cabeza hacia delante para seguir con lo que estaban haciendo. Hubo un silencio algo aburrido entre nosotros, ellos haciendo su trabajo y yo continuando con mis garabatos.

— Ethan, no me digas que te sabes las respuestas — susurró Benny — Ni siquiera recuerdo haber aprendido sobre el oeste-- — mientras miraba el folio para saber lo que necesitaba para terminar su oración, decidí entrar.

— Al oeste de Filadelfia, crecía y vivía sin hacer mucho caso a la policía — no pude evitarlo.

El eco de las manos de Ethan y Benny golpeando sus frentes resonaron en mis oídos haciéndome sonreír en un intento de molestarlos. Sonó el timbre y me levanté, empujé mi silla y eché mi mochila sobre mis hombros.

— Alice Gilbert y Benny Weir vengan aquí, por favor — ordenó la profesora de matemáticas, sin levantar la vista del trabajo que estaba corrigiendo.

Sabía que tenía algo que ver con mi examen, y sabiendo que Benny podría haberlo hecho mal también me alivió un poco los nervios. Caminé al frente de la clase para estar en el escritorio donde estaba la profesora. Miré a Benny y vi una expresión confusa en su cara.

— De acuerdo — la profesora captó toda nuestra atención — Alice, ¿estudiaste para el examen?

Asentí con la cabeza ante la pregunta más odiada que hacen los profesores a los estudiantes. Pero estaba diciendo la verdad. Estudié, bueno, hice mi mejor esfuerzo al menos. Es difícil estudiar matemáticas, ¿está bien? De hecho soy bastante mala.

— ¿Estás segura? — dijo ella como si yo estuviera mintiendo.

— Si, lo hice.

— Entonces parece que tienes algunos problemas de estudio — respondió — Benny te enseñará y volverás a hacer el examen el próximo viernes — dijo ella con simpleza y comenzó a recoger sus cosas.

— ¿Qué? — Benny y yo casi le gritamos a la profesora. ¡No, no, no, no!

Ella se sorprendió.

— Perdón, ¿acaso tienen problemas de audición?

— No, solo tenemos un problema entre nosotros — respondí.

— Una razón más para que trabajes lo mejor posible — argumentó y comenzó a abandonar la clase. Esto es una mierda.

— Ah, y ¿Benny? — se detuvo en la entrada.

— ¿Sí? — dijo secamente Benny, obviamente no contento con tener que enseñar a su ex matemáticas.

— Si a Alice no le va bien en este examen, tendré que eliminar algunas notas de tu calificación final este año — dijo — ¿Ha quedado claro?

En el rabillo del ojo veo a Benny dándome una rápida mirada de muerte. 

— Sí, profesora.

Salió de la clase y miré hacia abajo a mis pies, preparándome para cualquier comentario sarcástico que Benny me arrojara.

— Estudiaremos en mi casa — afirmó y comenzó a abandonar la sala.

Estaba sorprendida pero agradecida de que me dejara escaparme con la mía tan fácilmente, pero por supuesto mi gran boca tuvo que arruinarlo.

— Espera, ¿por qué no mi casa? — corrí tras él hacia los pasillos llenos de gente.

— Porque ya es suficientemente malo, tengo que dedicarle un tiempo a enseñarte matemáticas, por lo que a mi casa — explicó mientras caminaba, solo mirándome mientras hablaba.

— Bueno, si yo soy la que está recibiendo tutoría entonces yo debería estar en la comodidad de mi propia casa — argumenté, tratando de mantener el ritmo de él y evitando a los estudiantes que empujaban.

— Muy complicado, iras a mi casa.

— ¡No, mi casa! — exigí.

— ¡No, mi casa! — dijo él comenzó a abrir su taquilla.

Me acerqué a la mía que estaba a unos casilleros a la derecha de la de él mientras respondía.

—  ¡No, mi casa!

— ¡Mi casa! — guardó algunos libros.

— En el medio de la calle — canté para alegrar el estado de ánimo mientras pongo mis propios libros en mi taquilla.

Benny movió su puerta ligeramente para que pudiera darme un 'realmente?' Mira. Me aclaré la garganta y volví a decir:

— ¡Mi casa!

— No, Alice. ¡Mi casa! — cerró su taquilla al igual que yo.

Continué siguiéndolo mientras discutíamos sobre a qué casa iríamos hasta que estuviéramos fuera del instituto.

— ¡No, mi casa!

— ¡Ya está! — detuve esto para no continuar y tomé aliento — Mira, ninguno de nosotros quiere pasar tiempo con el otro — comencé y me dio un 'mm hm' descarado — Entonces, ¿qué tal si solo hago un poco de trabajo extra de matemáticas en mi casa? No tendrás que enseñarme.

Esperé en silencio mientras él pensaba en eso.

— ¿Te asegurarás de que te vaya bien en el examen? — preguntó mientras se ajustaba la correa de su bandolera en el hombro.

— Lo prometo.

— Más te vale, porque no voy a suspender matemáticas por tu culpa. 

— Puedes contar conmigo — aseguré e hice un pequeño saludo.

La esquina de su labio se curvó hasta casi sonreír, pero sin embargo rodó los ojos y se alejó.

Dejé escapar un suspiro de alivio, feliz de haber conseguido salir de eso. Dios, habría sido tan incómodo tener a Benny como tutor...

                                                        .............................

Me senté en el escritorio de mi habitación. Mirando un problema de matemáticas. Sin saber por dónde empezar.

— John tiene 2 coches y Mary tiene 7 naranjas. ¿Cuántos panqueques- Espera, ¡¿QUÉ?!

— ¡Alice! ¡Cállate! — gritó mi hermano desde otro lado de la casa.

Simplemente lo ignoré y leí otra vez la pregunta. ¿Me estoy volviendo loca o estas preguntas están tratando de meterse conmigo?

— ¡Oh, ya lo sé! — empecé a tratar de resolverlo, pero obtuve una fracción cuando se suponía que no debía hacerla.

— ¡Uggh! — arrugué la página y la tiré a la basura, pero no cayó dentro — Me cago en mi p--

— Alice, ¿alguna vez...? — Luke abrió mi puerta, pero lo interrumpí gritando "vete" y accidentalmente usé mi magia para cerrar la puerta en sus narices.

Fui a volver a mi problema matemático pero mis ojos se abrieron cuando me di cuenta de lo que acababa de hacer. Me volteé lentamente en la silla de mi escritorio con la cara encogida. Luke abrió la puerta y entró en la habitación mirándome directamente, con los ojos a punto de salir de sus órbitas.

— ¿C-cómo hiciste eso? — preguntó y tragué saliva algo nerviosa.

— ¿Hacer qué?

Él siguió mirándome y yo quería que se detuviera. Su expresión rápidamente se convirtió en diversión.

— ¿Eres como una Jedi? — susurró con emoción en su voz.

Puse los ojos en blanco.

— No, Luke.

— Entonces, ¿qué fue eso?

— ¿Una ráfaga de viento? Y yo que sé — mentí.

Él me miró sospechosamente, frunciendo las cejas.

— ¿Podrías irte? Tengo deberes que hacer — dije tratando de cambiar el tema.

Él me dio una última mirada.

— Está bien — dijo lentamente y salió de la habitación sin quitarme los ojos de encima.

Cerró la puerta detrás de él y escuché sus pasos desvanecerse. Dejé escapar un suspiro que no noté que estaba conteniendo y volví a los deberes de matemáticas.

— ¡Ah, ja! — Luke saltó a la habitación como si hubiera descubierto algo.

— ¿Qué? — le pregunté con cansancio y pareció decepcionado.

— Esperaba atraparte haciendo cosas mágicas — respondió deprimido.

— Bueno, pues te equivocaste.

— Por favor solo dímelo — suplicó — Básicamente ya lo sé, así que bien podrías solo explicarlo — cruzó sus brazos sobre su pecho y yo suspiré.

— Bien — se emocionó y se sentó en mi cama como si fuera la hora del cuento. Voy a arrepentirme de esto — Soy una maga o hechicera que es lo mismo, lo que significa que tengo poderes mágicos — susurré.

Se sentó correctamente y silenciosamente mirándome, tomando un largo tiempo para que la información se filtrara en su cabeza.

— Impresionante — gritó y saltó de la cama.

— Shh! Y no, no es impresionante — dije.

— ¿Porque diablos no?

— Nombra a otra persona que conozcas que tenga poderes mágicos — le pregunté pero él no respondió — ¡Exacto! No es normal.

— ¿Y? — cuestionó, casi molesto.

— Y---

— No importa, no quiero escucharlo — bien entonces — Olvida 'normal'. Lo normal es aburrido. ¿Y qué tiene de malo ser un poco diferente que los demás?

Abrí la boca para responder, pero él me interrumpió.

— Nada. No hay nada malo con ser diferente. Alice, debes dejar de intentar hacer lo 'correcto' todo el tiempo — hizo una pausa — Tal vez lo correcto no siempre es lo correcto.

Me quedé en silencio, dejando que sus palabras fluyeran por mi cabeza. ¿Por qué he estado tan enfadada por ser 'normal' y evitar mis poderes. Después de lo que dijo Luke, todas las razones por las que no quería esta vida sobrenatural y mágica y quería que desapareciera fueron remplazadas con razones por las que debería querer este tipo de vida.

— Oye — la voz de Luke me devolvió a la realidad — ¿Crees que yo también tenga poderes? Ya sabes, soy tu hermano y todo.

— No lo sé, a lo mejor.

— Oh, ¿crees que tengo, como, habilidades súper ninja? O-- — Sonó la pita de un coche — Ese es mi viaje. Nos vemos.

— ¡Espera! — lo paré a mitad de la puerta de mi habitación — No le cuentes esto a nadie — le dije en tono serio.

— Tu secreto está a salvo conmigo — me aseguró, haciendo la pequeña cruz sobre su corazón con el dedo y se fue.

Resoplé un poco de aire y pensé en lo que él había dicho. Sonreí al ver cómo él puede sacar el lado más brillante en cualquier cosa. Me giré en mi silla para estar cara a cara, o debería decir cara a cara, con mis deberes de matemáticas. Gruñí recordando que no podía hacerlo.

Me levanté y bajé las escaleras solo para tomar un respiro de eso. Saqué una botella de agua de la nevera y volví a mi habitación. Mientras caminaba de un lado a otro en mi habitación tomaba sorbos de agua. Noté mi móvil en mi cama.

Tal vez debería llamar a Benny solo para que me ayude con una pregunta y luego puedo resolver el resto.

Negué con la cabeza, lamentando el pensamiento, y seguí caminando.

Después de aproximadamente media hora, todavía no había hecho ningún progreso en los deberes. Me puse de pie detrás de mi silla, con los brazos cruzados y apoyándome en la parte posterior de la misma. Estaba mirando las preguntas de matemáticas tratando de encontrar algo de coraje para intentarlo.

Giré la cabeza para rascarla y vi mi móvil todavía en el mismo lugar de mi cama. Miré mi móvil unas cien veces en la última media hora, considerando llamar a Benny. Lo extraño es que mi cabeza no tenía comezón. Quería volver la cabeza para mirar mi móvil. Y cuando lo miro, la única persona a la que quiero llamar es Benny. No hay ningún otro friki matemático que pueda ayudarme. No Ethan. No Rory. Solo Benny. Tengo un profundo sentimiento, en el fondo, de que si llamo a Benny, esto llevará a algo mucho más complicado. Entonces, ¿por qué quiero llamarlo a él y no a Ethan o Rory? Porque quiero lo complicado. Todo lo que necesité fue el mini discurso de Luke también conocido como: una bofetada de realidad para mostrarme que quiero lo complicado y lo extraño. Quiero a Benny. Pero como dije; en lo más profundo de mi corazón. Soy muy consciente de todo, pero hay una razón por la cual está en el fondo: lo empujo hacia abajo.

Dejo mi posición de pie para cambiarme, solo para tomar mi mente de todo. Me puse una camiseta sin mangas y una sudadera para mayor comodidad. Me vuelvo a sentar en mi escritorio y miro la hoja de trabajo. Pero una vez más me encuentro mirando mi móvil.

— A la mierda — murmuro y me levanto.













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