Parlamento de una señorita
A petición de AndreaSerhant. Espero que te guste n.n
Contiene lemon! Disfruten!
Adult Version
- ¿Dónde dices que te duele?-Pregunta Tsumiki al mismo tiempo en que comprueba el termostato, ve que su temperatura es normal lo cual lo hace extraño.
- Me duele mucho el pecho.-Dice Nagito fingiendo un poco de delirio.
- Komaeda! No te mueras Komaeda! -Exclama la enfermera realmente preocupada- ¿Qué sientes en el pecho?
La adorable chica pone una mano en el pecho pálido del joven. Cabe a destacar que el chico está lejos de estar enfermo pero al sentir esa delgada mano en su piel hizo que tomará cierta calentura; Komaeda cerró los ojos, su corazón bombardea, su respiración se agita. Mikan no parece entender nada, retira su mano.
- Creo que será mejor que llamé a un doctor...
- Tsumiki, tú eres mi enfermera, no me dejes sólo por favor.- Komaeda alza una débil sonrisa, de esas que sólo él sabe hacer.- Sé que una mierda como yo sólo te hace perder el tiempo, pero realmente me siento solo.
- Hummmm está bien, sería malvado por mi parte dejar solo a mi paciente.- Tsumiki sonríe al saber que está haciendo algo bueno por Nagito, el chico es un ratito pero no quiere hacerlo sentir mal.
Mikan se sienta a su lado. Komaeda apareció en su hospital con problemas del pecho hace ya una semana. Por supuesto, la chica hizo todo lo que estaba a su alcance para ayudar al joven albino quién según relata, tiene muy mala suerte. Los doctores le han informado a Mikan que quizás, sólo quizás, el chico esté fingiendo y que Tsumiki debería ser recomendada a otro paciente.
La chica aclaró un roturno "No, continuaré con Nagito Komaeda, gracias". Aunque el albino esté fingiendo quizás pueda ayudarlo de otra manera.
Mikan no quiere preguntarle directamente si finge o no. Eso no estaría bien y sería muy grosero de su parte. Violaria totalmente la regla núm. 3 Párrafo 2 del código de las enfermeras:
"Nosotras, no atosigamos a nuestros pacientes."
Mikan cree firmemente en el parlamento así que esperará un par de días por si Nagito "mejora".
Komaeda por otro lado finge descaradamente. Está lejos de tener alguna enfermedad. Pero es verdad que siente algo en el pecho. Lejos de una enfermedad, es amor; dulce y embriagante amor. La enfermera irradia una esperanza que es sano para él y para el mundo. Para Komaeda, Mikan Tsumiki lo es todo y ese todo es perfecto. Adora la motivación que tiene por ayudar a otros y la valentía que conlleva hacerlo y lograrlo.
Quiere conquistarla da igual de que manera. Tsumiki debe caer rendida aunque no conozca más allá de su nombre y su profesión. Una enfermera dedicada a cuerpo y alma a cuidar de los demás. Patosa hasta el límite de lo ridículo pero adorable y buena persona. Es todo lo que Komaeda no podrá ser jamás. El nunca será la esperanza de nadie. El mundo no espera nada de Nagito y eso para él está bien. Su talento es la buena suerte nada más. Eso a nadie le interesa.
A excepción de Mikan.
- Komaeda ¿Quiere que te prepare alguna comida en específico?- Pregunta Tsumiki
- No, no te tomes la molestia, sé que cocinarás algo delicioso.
- Soy muy torpe p-pero haré mi mejor esfuerzo!
Tsumiki preparó unos huevos fritos, quemados y derretidos debido a que los dejó mucho tiempo. Komaeda terminó desayunando algo sumamente horroroso pero los comió con una sonrisa y sin queja alguna. Vale que el fondo estaba llorando por el asqueroso sabor del platillo pero es una comida hecha por su esperanza. Ni para el caso desperdiciarlo.
- Creo que se me quemó un poquito.- Dice Tsumiki mientras jugaba con los dedos de sus manos.
- Para nada, está delicioso.
- Esto... Komaeda, ya llevas 1 semana hospitalizado.
- Vaya, no pensé que ya había pasado tiempo.
- ¿No extrañas a tu familia? ¿O a tus amigos?
- ¿Eh? No sé a qué te refieres.
- Bueno...-Tsumiki empieza un poco a balbucear dado a los nervios- Normalmente cuando alguien está hospitalizado lo suelen visitar sus padres, o algún amigo....
- Oh, entiendo, pues ahora que lo dices si que es extraño que nadie haya venido nadie.-La sonrisa de Komaeda es tan falsa que da lastima de sólo verlo, el chico no tiene vida fuera de aquí, conoce un par de personas pero nadie que considere un amigo, en ese aspecto, Tsumiki es lo único lo más cercano que tiene a una amiga.
- Pues....estoy segura que te extrañan un montón de personas.- La chica hace su mayor esfuerzo por crear su mejor sonrisa.
- Gracias Mikan.
- ¿Cómo ha ido tu pecho? ¿Ha mejorado?
- Ya va un poquito mejor.
- Que bien! Ha este paso podrás irte y volver con tus amigos!
- Parece de que la idea de irme...te agrada.- La voz de Nagito cambia a una más melancolíca.
- Oh! No es eso! Cómo tú enferma, lo normal es que me alegre que tu salud esté mejorando, no quería molestarte, lo siento.
- Jajaja tranquila, si estoy mejorando es gracias a ti.
- Bueno... siento que podría hacer un trabajo mejor, pero si tú lo dices te creeré.
-Oye Mikan, cuando me den de alta (Si es que pasa) ¿Seguiremos... siendo amigos?
- Komaeda...¿Tú me consideras tu amiga?- Los ojos de Tsumiki brillan ante la posibilidad.
- Si...-Komaeda se sonroja un poco.
- Vaya! Estoy tan feliz! Ser amiga de alguien es lo mejor!
Tsumiki está sentada a su lado en la cama del hospital. Komaeda la mira a los ojos, se ve realmente hermosa cuando está feliz; irradia una esperanza fenomenal que el mundo no sabe apreciar y admirar su brillo.
El albino le acaricia una mejilla, la chica se sonroja y se pone nerviosa al instante dado que no está acostumbrada a recibir este tipo de cariño. Komaeda a punto de retirar la mano, Mikan se la toma para que permanezca en su rostro sonrojado.
- Mikan....
- Tu mano es suave...y cálida...
- Mikan, tú... tú me gustas Mikan...
- Jeje lo sé tontito.
- ¿Así? Pensé que estaba fingiendo bien.
- Soy una enfermera, desde el principio me di cuenta de tu mentira, no te preocupes no estoy molesta, es...lindo de tu parte que te hayas quedado aquí conmigo.
- ¿Y porqué no dijiste nada?
- Jiji Porqué tú también me gustas mucho Nagito.
Tsumiki se acerca al rostro del joven para depositarle un tierno beso en los labios. Komaeda se queda estático, para ser sincero, no creía que fuese Mikan quién daría el primer paso. La chica se aleja con el rostro enrojecido, aún mantiene su dulce sonrisa.
Komaeda también sonríe.
- Ah! No debería estar haciendo estas cosas en el hospital!- Exclama Mikan.
- No importa Mikan.-Le toma el rostro con ambas manos para acercarla- Ya has trabajado bastante está semana, permíteme recompensarte.
Ahora es Komaeda quien la besa, está vez con un poco más de intensidad. Mikan no se resiste y abraza tímidamente a Komaeda para que ambos estén más juntos. Komaeda se aleja un poco y comienza a besarle su delgado cuello, a Mikan le da un sobresalto pero no pide que se detenga, al contrario, cierra sus ojos y se deja llevar.
- Komaeda...¿Estás seguro que nadie nos verá?
- No te preocupes, tu esperanza y la mía nos protegerá.
- Pero...tu mala suerte...
- La esperanza es más fuerte que cualquier cosa, tú confía en mí.
Se recuestan en la cama.
Komaeda va explorando los dulces labios de Mikan al mismo tiempo que le retira el mantel de enfermera. Tsumiki cuya vergüenza no se le pasa, gime tiernamente mientras sus ropas están siendo quitadas de su cuerpo. Esto rompe todas las reglas del hospital y todo el parlamento de las enfermeras. Pero Nagito tiene razón. Merece un descanso.
Tsumiki vestida sólo con la falda y la ropa interior, le muestra a Nagito su sostén blanco. Komaeda sonríe y besa sus mejillas y con su mano retira el sujetador, mostrando los redondos y firmes pechos de Mikan. La chica se cubre con las manos rápidamente.
- ¿Pasa algo?- pregunta Nagito.
- Es que...me da mucha vergüenza, te dará mucho asco.
- Mikan, eres preciosa en todos los ángulos, quiero verte irradiar esperanza en su máxima expresión.
- Es que....ni siquiera son grandes....
- Yo sólo te quiero a ti Mikan.-Le toma las manos y las mueve con suavidad dejando al descubierto sus pechos.- Eres hermosa, me gustan Mikan.
- M-Me alegra oírlo...-Tsumiki sonríe con real alegría.
Komaeda se posiciona arriba suya. Comienza a masajearle los pechos al mismo tiempo que los saborea con la lengua. Mikan gime por las atenciones que está recibiendo. Cierra los ojos, había oído hablar de este placer pero no creía que se sentiría tan bien. Nagito sabe lo que hace, toca y lame los puntos precisos para poco a poco llegar a más.
Komaeda saborea sus pezones sin dejar de mirar el rostro de Tsumiki. Se quita su propia camisa, su corazón se agita rápidamente.
- Nagito...me siento rara...
- Te sentirás mejor dentro de poco.
El albino retira su falda y sus bragas, dejando a Mikan totalmente desnuda. La enfermera abre los ojos sólo para ver cómo Komaeda se retira los pantalones y la ropa interior. El chico es lindo pero ahora mismo es irresistible. Tsumiki se sintió afortunada.
Komaeda la vuelve a besar, besa su cuello y de ahí de nuevo a su pecho. Baja la lengua llegando al vientre y por último a su mojada entrepierna dónde lame un poco.
- Aaah! Na...gito... Mmmmm....
Komaeda lame todo lo que puede. En parte funciona cómo lubricante y en parte para excitarla antes de llegar a lo bueno. Una vez ya humedecido todo, se acomodan para iniciar. Están algo nerviosos ya que es la primera vez de ambos.
- Nagito, estoy lista.- La chica sonríe con intensidad en los ojos.
El albino le devuelve la sonrisa. Poco a poco entra en ella. Mikan de tapa la boca con su mano para callar el gemido; más que doler, esto es realmente placentero. Su cuerpo está fuera de sí y eso le gusta. Komaeda la toma de los brazos y con movimientos lentos la embiste.
Mikan cierra los ojos otra vez, su garganta se quiebra con cada toque que recibe ahí abajo.
Es hermoso. Los 2 compartiendo cuerpo y placer con perfecta sincronización. Se besan y deciden mantener el ritmo lento para no terminar tan pronto.
Nagito se mueve dentro de ella hasta encontrar su punto dulce que provoca que Mikan se asuste un poco por la fuerte sensación. El ritmo se eleva y en cuestión de minutos, los 2 están gimiendo el nombre del otro.
- Mikan... Mikan...
Komaeda no cree durar más tiempo pero está esperando a que Tsumiki también llegue. La enfermera, pérdida en el placer siente como su propio orgasmo se avecina. Ambos se toman de la mano.
- Aaah... Nagito...y-yo....no creo...
La chica es la primera en llegar al orgasmo, el primero de hecho en su vida.
Komaeda le acompaña enseguida, corriéndose en el condón (Porque el chico hasta con eso iba preparado). Están abrazados en la cama, jadeando un poco. Mikan abre los ojos y mira directamente a Nagito.
- Gracias Komaeda....
- Tu esperanza es maravillosa, realmente haces saltar mi pecho.
Al día siguiente Komaeda fue dado de alta. Mikan no quería romper más reglas así que para era fue un alivio poder comenzar a salir con su querido Nagito sin ser su paciente.
Ahora estará a su cuidado para toda la vida y viceversa. Una real pareja deslumbrando su esperanza.
Fin.
Gracias por leer (^^) Vota y comenta si quieres más historias así!
Debería comenzar a escribir más sobre Mikan (?) ¿Tsumioda quizás?
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