O4
JiMin.
– ¡Corre más rápido! – Gritó Tae.
Amo a ese niño, pero estaba listo para matarlo.
Gracias a él, estaba afuera de la cama antes del medio día para trotar por la mañana alrededor de la cuadra.
Kim Namjoon estaba corriendo a mi lado con una soga atada alrededor de mi cintura. Agarrado del final de la cuerda estaba mi hijo en sus patines.
– Vámos, ChimChim – Dijo Namjoon, sintiendo el inminente asesinato de mi hijo – Piensa en esto como práctica, en caso de que necesites huir de la policía.
¿No podía dejar eso? Los odio.
Él río, – Sé que eso no es cierto. He escuchado todo sobre ti y cierto Jeon – Tropecé – Woah – Agarró mi brazo y continuo corriendo – ¿Te has enamorado ya?
– No me estoy enamorado de Jeon Jungkook. Es solo que disfruto ser malo con él y él se lo toma bien.
– Sigue diciéndote eso, cariño – Quería embarrar su cara en el pavimento, pero él es un tipo bastante grande. Probablemente me dañaría más yo.
– ¡Mas rápido! – Tae gritó nuevamente. A Namjooon parecía no importarle, pero yo estaba a punto de matarlo. Sin embargo, me encontré a mí mismo corriendo más rápido a su lado. Las cosas que haces por tus hijos.
Para cuando llegamos a nuestras casas yo estaba listo para colapsar. Me incline y puse mis manos en mis rodillas. Jadeaba y estaba a punto de caer cuando escuche una voz familiar – ¡JiMin! – Miré hacia arriba para ver a Jihoon correr hacia mí.
– Hey, ¿Qué haces aquí? – Pregunté cuando recupere el aliento.
Él arrugo su nariz – Eunbi y yo estamos en casa de YeonWoo. Hoy ella es nuestra niñera.
Oh, maldición, no.
– ¡Hey, Jihoonie! – Tae patino hacia nosotros – Deberías venir a mi casa. Papá me compro un casco nuevo, así que voy a practicar corriendo hacia las cosas con él para asegurarme de que sirva.
Debería de haber puesto un alto a sus planes enseguida, pero estaba demasiado distraído. ¿Qué demonios pensaba Jungkook al dejar a sus hijos con esa mujer? Le advertí que los secuestraria de nuevo si era necesario. Bueno... ahora mismo parecía necesario – Nam, ¿Te quedarías con Tae un minuto? Ahora vuelvo.
Nam termino de tomar una botella de agua – Claro. – Tiro de la cuerda, jalando a mi risueño hijo hacia él.
– Vamos, Jihoon – Tomé su mano y me dirigí hacia la casa de YeonWoo. Cuando llegamos ahí, YeonWoo estaba tratando de pintar las pequeñas uñas de Eunbi, pero ella no estaba cooperando.
– Cariño tienes que quedarte quieta – Dijo ella pacientemente.
– No puedo – Respondió Eunbi, botando un poco. Toque el marco de la puerta para obtener su atención – ¡JiMinie! – Eunbi corrió hacia mí y envolvió sus brazos alrededor de mis piernas, así que sonreí y frote su espalda.
YeonWoo dejo salir un pequeño resoplido y se paró – Buenos días, JiMin ¿Que te trae por aquí?
– Oh, solo estaba corriendo con Tae y Namjoon cuando vimos a Jihoon. Los chicos esperaban jugar juntos y no quería dejar a Eunbi fuera, así que he venido a preguntarte si ellos pueden venir y jugar – Iba a sacarlos de ahí no importaba lo que ella dijera, pero estaba tratando con la ruta educada, primero.
– Me temo que no – Dijo ella – Eunbi y yo estamos divirtiéndonos mucho. ¿Por qué no solo traes a Tae acá? Puedo vigilarlos a los tres – Ella me sonrió. Perra.
– Sería más fácil para que ellos vinieran, así Tae no tendrá que traer todos sus juguetes. Y eso te daría tiempo de disfrutar alguno de tus otros hobbies. Escuche que los Mahealani tenían al chico de la piscina viniendo hoy – Sonreí de regreso. Yo también sabía jugar este juego.
– Dulzuras, ¿Por qué no van por una galleta a la cocina? – Sabía que tramaba. Estaba mandando a los chicos para que no pudieran escuchar. Cuando ellos se perdieron de vista, ella volvió hacia mí – Mira, así está la cosa. He estado detrás de Jungkook desde antes de su divorcio. No voy a dejar pasar la oportunidad de impresionarlo siendo buena con sus hijos. Estoy segura que entiendes – Ella guiño un ojo.
Ugh – Oh, definitivamente – Respondí en mi mejor tono chismoso – Bueno, déjame hablar con Tae. Estoy seguro que estará encantado de venir ¿Estas segura que no te importa?
– Claro que no – Dijo ella queriendo sonar segura – Mientras más, mejor – Estoy seguro.
Trote de regreso a través de la calle, donde Tae y Namjoon estaban acostados en el pasto – Tenemos un problema. Si vamos a liberar esos niños de YeonWoo, voy a necesitar ayuda – Eso capto su atención. – Tae, necesito que vayas adentro por los Walkie-talkies.
– Sí, señor – Corrió hacia adentro. Él siempre estaba dispuesto para cualquier tipo de misión.
– Necesito un amable y guapo hombre para distraerla ¿Alguna sugerencia? – Le pregunte a Namjoon, esperando que él no se ofreciera de voluntario.
En serio podría perderle todo el respeto.
– Hay un par de novatos en la estación. Han estado para ver algunos juegos y le han echado un vistazo a ella. Estoy seguro de que alguno de ellos estará más que dispuesto a ayudar – Contestó, cuando asentí, corrió hacia adentro por su móvil justo cuando Tae vino de regreso.
– ¿Cuál es el plan, papá? – Preguntó en un susurro bajito. Era su voz sigilosa.
Tomé uno de los Walkie-talkies y lo encendí – Pon el tuyo en el canal tres y mantenlo en un volumen bajo cuando ella este cerca. No le dejes saber que lo tienes contigo – Asintió seriamente – Vamos a mandar a uno de los amigos de Nam para distraerla. Cuando suban a platicar, quiero que te pongas en contacto conmigo.
– Jaebum viene en camino – Dijo Namjoon sonriendo ampliamente mientras regresaba – Estaba muy contento de ayudar – Supongo que a veces es bueno que esos hombreas sean unos cerdos.
– De acuerdo, ¿Estás listo Tae? – Tendría que conseguirle algo por esto aunque no parecía importarle.
Asintió – Voy a entrar – Susurró conspiradamente. Miro hacia ambos lados antes de cruzar corriendo la acera y entrar a la casa.
Namjoon río – Estoy tan contento de que se mudaran a este vecindario. Tengo que prepararme para el trabajo. Si YeonWoo llama a la policía, me encargare de eso.
– Gracias, Namjonie – Sonreí. Ser amigo de una policía me estaba sentado bien. Mi papá hubiera estado orgulloso.
Entre para limpiarme rápidamente. Entonces me senté cerca de la ventana, sosteniendo el Walkie-talkie y esperano a que Jaebum se presentara. No tuve que esperar mucho. Jaebum troto por las escaleras y toco confiadamente la puerta principal. Cuando YeonWoo abrió, pude ver la alegre sorpresa en su rostro. No supe lo que le estaba diciendo a ella, pero de pronto ella lo jalo hacia adentro ¡Con los niños en casa! podía haberlo provocado, pero seguía horrorizado.
– Papá Oso, aquí Ricitos de oro. La zorra esta con el sabueso. Repito. La zorra esta con el sabueso. Cambio.
Mi niño estaba loco – ¿Ricitos de oro?
– Dejamos que Eunbi escogiera los nombres. Cambio – Eso tenía sentido, supongo. Podía seguirles el juego.
– Copio eso, Ricitos de oro ¿Cuál es su ubicación? Cambio – Ahí fue donde me di cuenta que quizás Tae y yo vemos demasiadas películas.
– Estamos encerrados en el cuarto viendo caricaturas. Cambio – ¿Cómo se atrevía ella?
– ¿En qué piso? Cambio – No estaba buscando ir a escalar algún edificio, pero si tenía que hacerse, tenía que hacerse.
– Primer piso. Abrí la ventana, pero la caída es muy alta para Eunbi. Cambio – Iba en camino saliendo de la casa.
– Papá Oso esta en movimiento. Cambio y fuera – Sentí como si necesitara la canción principal de Misión Imposible mientras me colaba hacia la casa de YeonWoo.
Traté de no verme muy sospechoso, pero estoy seguro de que estaba fallando miserablemente. Sonreí cuando vi tres cabezas pegadas a la ventana abierta.
Jihoon hablo primero – Pensé que realmente nos ibas a dejar aquí.
– Ni en sueños – le asegure – ¿Están listos chicos?
Tae y Jihoon ayudaron a Eunbi a subirla lo suficiente para que pudiera sostenerla bien. Ella rio cuando la sacamos – Esto es muy divertido – Susurró.
Antes de que pudiera detenerlos, los chicos brincaron, rodaron en el pasto cuando cayeron. Se levantaron sonriendo. Sacudí mi cabeza. – No se lastimen ustedes solos. Me hará quedar mal ¿Qué clase de secuestrador creerán que soy? – Entonces cerré la ventana y sonreí.– Vámonos de aquí.
Los cuatro no perdimos tiempo y cruzamos la calle para entrar a la casa. Me pregunte cuanto le tomaría a YeonWoo darse cuenta que los niños habían desaparecido. Advertí a los chicos de esconderse si el timbre sonaba en caso de que hiciera una visita sorpresa, pero sabía que JaeBum la iba a mantener ocupada un buen rato.
Después de quitarme los zapatos, me gire para encontrarme a los tres enanos viéndome – ¿Les puedo ayudar en algo?
– Pensamos que te gustaría jugar con nosotros – Dijo Jihoon, deslumbrándome con una sonrisa que pondría orgulloso a su padre.
–No voy a correr hacia las paredes usando un casco, si es a lo que se refieren – Contesté – Pero creo que es hora de que vean nuestro sótano.
– Sótano – Repitió Eunbi, luciendo confundida – ¿Qué hay ahí?
Tae brincaba emocionado – Vengan. Les enseñare. Quítense los zapatos – Ambos hicieron lo que les dijo antes de seguirlo hacia la puerta del sótano. Encendí la luz por ellos y Tae corrió hacia adentro.
– ¡Whoa! – Dijo Jihoon.
– ¡Metanse! – Gritó Taehyung.
Sonreí por las caras de Jihoon y Eunbi. Ellos no se esperaban que una gigante alberca de pelotas estuviera en el sótano. Jihoon me miro – ¿Es seguro si me tiro de panza? – No lo sabía, para ser honestos.
– Aguarda un segundo y lo averiguare – Contesté – ¡Mira Tae! – Cerré los ojos y caí hacia la alberca de pelotas. Los niños estaban riendo fuertemente mientras trataba de ponerme de pie. Era difícil – Cubre tu cara con tus manos y estarás bien – Le dije.
– ¡De acuerdo! – Hizo lo que le sugerí y cayó dentro. Él y Tae empezaron a luchar y reír con el otro mientras Eunbi seguía de pie en las escaleras.
– ¿Qué está haciendo ahí, señorita Eunbi? – Pregunté.
– Jiminie, me voy a hundir – Me dijo tiernamente.
Sonreí y sacudí mi cabeza – Nos agradas, Eunbi. No dejaremos que te hundas.
– ¿Te quieres subir a mi espalda? – Ofreció Taehyung. Ella asintió, así que fue hacia allá y le ayudo.
– Bueno, supongo que eso significa que tengo que subir a la espalda de Jihoon – Lo tacleé juguetonamente. Antes de que me diera cuenta, los tres estaban encima de mí. Tramposos.
Jugamos en la piscina por al menos una hora antes de que saliera a prepararles el almuerzo. Eunbi se había enganchado a mi espalda y ahora estaba sentada en la encimera, meneando sus pequeñas piernas – ¿Jiminie, puedo cocinar?
Estaba a punto de terminar sus Sloppy Joes, pero sonó tan dulce que había sido imposible decirle no – Estaba pensando en hornear algunos pastelitos después. ¿Te gustaría ayudarme entonces? – Ella sonrió y asintió. La levante y la lleve a la mesa – ¡Chicos! ¡El almuerzo está listo! – Grité ¿Quién necesitaba un intercomunicador?
Jugar demasiado aparentemente había motivado su apetito porque arrasaron con todo. No estaba seguro donde metían todo. Una vez que estuvieron bien y rellenos, se sentaron a ver una película mientras yo lavaba los platos y dejaba todo listo para hacer los pastelitos más tarde.
– ¿JiMin? – Llamo Jihoon quedito, entrando a la cocina – ¿Puedo pedirte algo?
– Seguro – Me senté en la mesa y lo motive a que se uniera.
Camino nerviosamente, viendo sus pies en vez de a mi – Um... las eliminatorias de futbol son mañana. Durante la temporada, un montón de mamás y papás pintan letreros y cosas para sus hijos para animarlos durante los juegos. Me preguntaba si tal vez... – Se detuvo con un suspiro frustrado.
– Jihoon, si quieres que este ahí y sea uno de esos alocados padres que gritan y vitorean por ti y Tae – Me detuve e hice que me mirara – Entonces vas a tener que dejare besarte en la mejilla después de cada juego sin importar cuantos de los chicos estén mirando.
– Trato – sonrió y alzó su mano hacia mí para sacudirla. Jale al pequeñín a un abrazo – Gracias, Jimin – Dijo suavemente, abrazándome de vuelta. Tae y Eunbi entraron después de eso, y puse a los tres a trabajar.
Cocinar con niños era incluso más desastroso que dejarlos decorar su propio helado. No habría sido tan malo si ellos no hubieran usado los diferentes glaseados de colores para una guerra de pinturas. Me las arregle para mantenerme limpio. Ser el más alto tenía sus ventajas.
Cuando el timbre sonó de repente, todos se quedaron quietos. Amaba a esos niños. Les hice un giño antes de ir a atender la puerta, esperando encontrar a una encabronada vecina zorra.
– Buenas tardes, JiMin – Una ronca y rasposa voz me saludo de repente.
Oh, esto era demasiado bueno – Hola, Jungkook – Dije con un ligero tono confundido – ¿Qué estás haciendo aquí?
Arqueo una ceja – ¿Estoy recogiendo a los niños? – Sonó más bien como una pregunta.
– Jungkookie, dejaste que YeonWoo los vigilara hoy ¿Recuerdas? – Le pregunté, sonando consternado. Mis habilidades de actuación habían mejorado con la edad.
Sus ojos de abrieron por la incredulidad – ¿Dejaste a mis hijos con YeonWoo? – Medio grito.
– ¡No! Tú dejaste a tus hijos con YeonWoo ¿En que estabas pensando? – Le grité de vuelta.
– ¡Estaba pensando que los ibas a secuestrar como siempre haces! – Admitió.
– ¡Tu, idiota! ¿Por qué no simplemente me pediste que me quedara con ellos? – Ya no fue requerido que siguiera actuando. En serio. Su plan era estúpido.
– Quería que fuera tu idea. No quería que te enojaras conmigo por presentarme tan seguido – Contestó, pasando sus dedos por su cabello. En secreto, torcí mi dedo detrás de la puerta, motivando a que Eunbi saliera – Tengo que ir a sacarlos de ahí. Espero no estén traumatizados.
Eunbi salio a la vista – Hola, papi.
– Hola, Eunbi – Contestó. Entonces hizo click – ¡Eunbi! – Se veía tan aliviado, y entonces juguetonamente me miro – Oh, te voy a hacer pagar por esta, Park – Alzó a su hija y la apretó contra su pecho.
Me hice a un lado ara dejarlo pasar – Al contrario, me debes una por eso, Jeon. Tuve que hacer un montón de movimientos para liberar a tus hijos. Involucró Walkie-talkies, inusuales nombres en código, y un adorable joven llamado JaeBum.
Se detuvo detrás de mí – ¿Qué puedo hacer por ti, JiMin?
– Um... – Eso trato de atraparme con la guardia baja. De acuerdo, señor voz ronca – Puedes llamar a YeonWoo y decirle que vas en camino para recoger a los niños – Eso no era lo que él esperaba, pero bajo a Eunbi y lo hizo de todas formas. Sonreí y señale con la cabeza hacia la ventana.
– ¿Qué estamos haciendo? – Preguntó, llegando detrás de mí.
– Solo observa – Contesté. Las palabras acababan de salir de mi boca cuando JaeBum salió corriendo, con su camisa desabotonada y sus zapatos en mano. Brinco a su auto y salió de la cuadra. Dos minutos después, YeonWoo estaba corriendo por la acera hacia mi casa. El timbre sonó – Ven conmigo.
La expresión enojada de YeonWoo rápidamente se desvaneció cuando vio a Jungkook parado junto a mí – ¡Jimin! ¡Jungkook! Yo estaba... Um...
– ¡Yeonie! Justo le estaba explicando a Jungkook como acepte voluntariamente a quedarme con los niños, para que así pudieras pasar tiempo con tu invitado. Ese JaeBum de seguro era un fisgón – Le guiñe.
– Sí, Yeon ¿Por qué no me dijiste que estabas ocupada? No te habría pedido que te quedaras con mis hijos si sabía que tu novio iba a venir. Los dejare con Jimin de ahora en adelante – Su brazo se enrollo alrededor de mi cintura y me jalo más cerca. El aura de posesividad era extraña y muy notoria. No planeaba esa parte, pero mantuve mi falsa sonrisa en su lugar.
– Oh – Contestó, sin saber que decir, seguro estaba sorprendida al notar las preferencias de Jungkook – De acuerdo, yo solo...
– De acuerdo, adiós dulzura – Sonreí y cerré la puerta. Me gire hacia Jungkook – Si vuelves a dejar a tus niños con ella, los voy a secuestrar a ellos y dejare que YeonWoo te secuestre a ti.
Se encogió – Lo siento, Jiminie. Supongo que no pensé completamente.
– Y una mierda – Contesté – Si estuviera cansado de ti, te lo habría dicho. Tus hijos son bienvenidos aquí en cualquier momento.
– ¿No estás cansado de mí, huh? – Dijo con una sonrisa torcida.
– De tus hijos – Aclaré – No estoy cansado de tus hijos. Tu eres parte del paquete que tengo que aguantar por el bien de Jihoon y Eunbi – Me dirigí a la cocina.
Jungkook camino detrás de mí y puso su brazo alrededor de mis hombros. – ¿De qué estás hablando, Jiminie? Sabes que prácticamente somos los mejores amigos.
– Tú no eres mi mejor amigo – Argumenté.
– Oh, ¿En serio? – Contestó con aire se suficiencia – ¿Entonces, quién es?
Lo pensé por un segundo. – Chanyeol. Él ha sido mi mejor amigo desde la secundaria – Ha.
– ¿Y, donde esta Chanyeol en este momento? – Mierda.
– Él sigue en Seúl – Creo. Realmente no he hablado con él en un tiempo. De acuerdo, tal vez no éramos los mejores amigos – Bien. Namjoon es mi mejor amigo, entonces.
– Nope, lo siento – Dijo sacudiendo la cabeza – Nam es tu buen amigo. Sigo siendo tu mejor amigo ¿Cómo podrías pensar de otra manera? Has estado saliendo conmigo todos los días.
Finalmente sacudí su brazo de mis hombros – Voy a ayudar a los niños. ¿Por qué no te vas a... jugar o algo? – Su risa me siguió hasta la cocina.
Los chicos saludaron a Jungkook y le dieron un pastelito, pero Jihoon no dejo que se lo comiera porque podía arruinar su cena. Supongo que Jihoon ha escuchado el mismo discurso de Jungkook un par de veces, a juzgar por la mirada victoriosa en sus ojos.
– Voy a ordenar comida china – Dijo Jungkook, sacando su teléfono – ¿Qué quieren todos?
– Jungkookie, cariño, déjame explicarte cómo funciona esto del niñero. Me quedo con tus niños todo el día mientras tú trabajas. Cuando sales, vienes y los recoges. Y entonces se van – Pensé que eso era cultura general.
Lo atrape susurrando en el oído de Eunbi. Ella me miro – ¿Quieres que nos vayamos? – Preguntó, sacando su labio inferior.
– Oh, eso fue un golpe bajo, Jeon – Le dije mientras alzaba a Eunbi. Él solo sonrió; bastardo arrogante – No quiero que se vayan, Eunbi – Era mi turno de sonreír – Pero creo que tu papá deba quedarse con las ganas de que ustedes lo inviten a su guerra de pintura. Debe sentirse excluido.
Mientras Jungkook trataba de pelear con los pequeños guerreros, ordene comida china.
Después de comer, los niños terminaron en el brinca-brinca otra vez, así que Jungkook y yo estábamos afuera, terminando nuestra cena y manteniendo un ojo en nuestros loquitos. – Así que... – Empezó Jungkook – Debido a que somos los mejores amigos.
Rodé mis ojos – ¿Qué?
– Debes contarme un secreto – Sonrió. Demonios, de veía bien cuando hacia eso – ¿Qué haces para sobrevivir?
– No pasara – Contesté fácilmente. Había algunas cosas que las personas, especialmente Jeon Jungkook, no necesitaban saber.
– Vamos – Suplicó. Me miro con esos hermosos ojos color miel y tomo mi mano entre las suyas – Realmente quiero saber, Jimin.
– Soy un caza recompensas – Solté.
Sus ojos de abrieron – ¿En serio?
Tire de mi mano para liberarla – No, así que deja de deslumbrarme. No te voy a decir.
– Tienes que contarme algo – Dijo – Cuéntame... sobre la madre de Tae.
– ¿No crees que mis secretos son secretos por alguna razón? – Pregunté.
– Tu historia no puede ser peor que la mía – Contestó. Lo mire incrédulamente, así que continúo. – Estaba en penúltimo año de la universidad, cuando, borracho, deje a mi ex-esposa embarazada. Trate de hacer lo correcto, casándome con ella. Pero... nos dejó después de tener a Eunbi. Dijo que eso no era lo que ella quería; sus sueños no involucraban sentar cabeza con una familia siendo tan joven.
Los míos originalmente tampoco eran así, pero no cambiaría a Tae por nada del mundo. No podía ver como alguien podía dejar a Jihoon o Eunbi, o incluso a Jungkook, por esa razón. Él me veía expectativo. Suspire. Mi historia no era nada mejor – Ni siquiera sé quién es la madre de Taehyung – Odiaba decirle eso a la gente. Ellos siempre me juzgaban por ello. No pensé siquiera que me había creído cuando dije eso, pero cuando no sonreí ni nada, se dio cuenta de que no estaba bromeando, y podía decir que tenía preguntas – Y eso es todo lo que obtendrás hasta ahora.
– Bien – Se puso de pie – No me dejas alternativa.
– ¿De que estas...? – Me encontré a mí mismo tumbado sobre su hombro. – ¡Jeon! Bájame – Lo hizo. Me arrojó al brinca-brinca.
– ¡Bolita! – Gritó Jihoon antes de que se tumbara sobre mí. Me arregle para guiarlo y empezar a hacerle cosquillas, pero Jungkook vino a su rescate, haciéndome lo mismo a mí.
Tae brinco a su espalda – ¡Lo tengo papá!
– No lo creo – Río Jungkook, haciéndole lo mismo que yo le había hecho a Jihoon. Bueno, no podía dejar a mi hijo colgado, así que me tire sobre Jungkook. Fue un ciclo de nunca acabar de los Jeon contra los Park hasta que los niños se volvieron contra Jungkook, así que termine mirando a Eunbi.
– ¿Quieres escabullirte e ir a comer un pastelito? –Pregunte. Ella sonrió y asintió. Hicimos nuestro escape mientras los chicos estaban distraídos.
– ¡Traidor! – Gritó Jungkook mientras caminaba de la mano con su hija hacia dentro de la casa.
Sonreí y entre. Eso gana por meterse conmigo.
¿A que creen que se dedique el Jaime?
¿De dónde salió Taehyung?
Sé que parece algo lenta o aburrida pero denle una oportunidad. 🥺
Bye, Bye.
♡♡
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top