22
Final.
Canción que cura la depresión 100% efectivo.
JiMin
Mis puertas y ventanas estaban cerradas.
Tae y yo habíamos movido los muebles que no llevaríamos con nosotros para bloquear las puertas, en caso de que alguien se las arreglará para forzar la cerradura.
Era mi día, y estaba decidido a levantarme como yo quería.
En el par de meses pasados, había sido bombardeado con planes de boda. Esos Jeon no hacían nada a medias, así que terminé envuelto en una descomunal cantidad de decisiones para tomar.
Afortunadamente, tenía a Jin. Él estaba ahora de vuelta en la Universidad, pero hacía visitas frecuentes para lavar su ropa, meterse conmigo, pelear y besuquearse con Namjoon. Fue él quien trajo nuestro brillante sistema de toma de decisiones.
Dardos.
Podía elegir las opciones que me gustaban, Jin las colocaba aleatoriamente en un pizarrón de corcho, y nos turnábamos para arrojar los dardos. Donde quiera que aterrizara, se lo hacía saber a las damas. Se impresionaron con mis habilidades para elegir rápidamente, hasta que descubrieron cómo lo había hecho.
Solo hubo tres cosas que elegí: los colores, el pastel, y al novio.
Para todo lo demás, busqué la ayuda de otros. Jiwon me ayudó con la locación. Rose me ayudó a encontrar el traje perfecto, y Booyoung supervisó a el resto de los hombres con sus tareas. Ella tenía el trabajo más pesado.
Había estado en incontables pruebas, fiestas y despedidas. Jungkook y yo trabajamos juntos para tener su casa lista para que Tae y yo nos mudáramos junto con Yeontan y el maldito gato.
También tuvimos que mover la casa del árbol. No había manera de que la dejáramos atrás. Todo estaba listo y planeado. Todo lo que tenía que hacer era vestirme y decir "Acepto".
Rodeé sobre mi costado y abrí los ojos, solo para encontrar un par de pequeños pies. Tae y yo tuvimos nuestra última noche para nosotros dos solos, así que jugué juegos casuales con él hasta que se pasó a mi cama. Aparentemente, se había girado en algún momento de la noche. Bajé la mano y cosquilleé ligeramente la parte de debajo de sus pies para despertarlo.
Sus risitas adormiladas alcanzaron mis oídos, así que me bajé y lo jalé para voltearlo y poder verlo. – Necesitamos levantarnos y ponernos en marcha. Si vamos a ser Jeon's, tenemos que aprender a estar a tiempo para las cosas.
–Necesito algo de café – dijo Tae, estirando sus brazos sobre su cabeza.
–Tú no bebes café – contesté, haciéndole cosquillas otra vez.
Bajó sus manos, como un intento de bloquearme. – De acuerdo, de acuerdo, tomaré jugo.
–¿Tienes todo empacado? – Pregunté. Él, Jihoon y Eunbi iban a pasar la semana con sus abuelos, mientras Jungkook y yo nos íbamos a nuestra Luna de Miel.
–Sí, Capitán – contestó.
Me senté. – Entonces, pongámonos en marcha, chico.
Cepillamos nuestros dientes y tomamos algunas cosas que no habíamos llevado a casa de Jungkook. No íbamos a vivir en esta casa nunca más, pero podíamos seguirla visitando. Alegando que le había gustado el vecindario, Chanyeol la había comprado con todo y los muebles que no me iba a llevar. Le deseé suerte. Esas personas estaban locas. De hecho, probablemente él iba a encajar muy bien.
Aparqué afuera de la casa de Jackson. No estaba permitido que entrara ya que Jungkook estaba ahí, así que le envié a Jackson un mensaje de texto para hacerle saber que había llegado. Salió en poco tiempo con Eunbi en sus brazos.
Me incliné y besé a Tae en la mejilla. – Sé bueno. Te veré en la boda.
Él sonrió. – Está bien, papá. – Me besó de regreso. – Te amo.
Ese niño en serio sabía cómo derretir mi corazón. – También te amo – le dije antes de que se bajara de la camioneta, saludó a Jackson y corrió hacia adentro.
– ¡Hey, hermano! –sonrió Jackson. – ¿Listo para ser enganchado?
–Solo si el novio se presenta – contesté.
– ¿Estás bromeando? – rió. – Yoongi tiene que sostenerlo para mantenerlo dentro. El pobre bobo actúa como si con una mañana apartado de ti lo fuera a matar.
Sonreí y salí de la camioneta para darle al grandote un abrazo. – Trata de mantener a mis niños fuera de problemas. Los quiero a todos en mi boda en una sola pieza.
–No te preocupes. El Jefe viene en camino. Estoy seguro de que los mantendrá a raya – contestó. Entonces, me pasó a Eunbi.
– ¡Hola, papi! – dijo emocionadísima.
–Buenos días – sonreí. – ¿Estás lista para apartarte de todos esos chicos? – pregunté, y ella asintió vigorosamente.
Jackson rió y nos besó a Eunbi y a mí en la mejilla. – Los veré más tarde.
Abroché a Eunbi en su asiento, y ambos fuimos a reunirnos con las señoras en el salón. Jin se encontró conmigo en la camioneta. – ¿Tenías que invitarla? Me está volviendo loco – se quejó mientras levantaba a Eunbi.
– Jin, es nuestra madre. Tiene que estar en mi boda – contesté.
– ¡Mi bebé se está casando! –nuestra madre chilló mientras corría hacia mí con sus brazos bien abiertos. Ella trató de apretarme hasta sacarme la vida.
–Hola, mamá –me las arreglé para soltar.
Kye me besó sonoramente en la mejilla antes de girarse. – Y esta debe ser la pequeña Eunbi. ¡Oh, eres tan adorable! ¡Me dan ganas de comerte! – La pobre Eunbi no sabía qué pensar sobre la rara mujer.
Jin dio un paso hacia atrás. – No asustes a la niña, mamá.
–Shush, Jin – reprendió gentilmente.
No pude evitar reírme por la mirada amenazadora en la cara de mi hermano. – Vamos, vamos adentro.
Pasamos el día arreglándonos el cabello y el pedicure. Jiwon se las arregló para que almorzáramos en el salón, así que no fue necesario que saliéramos. Además de Kyo quejándose con Jin sobre su cabello, todo pasó tranquilamente.
Rose sobornó a Eunbi con dulces para mantenerla sentada el tiempo suficiente para que la estilista arreglara su cabello. Ella iba a ser la niña de las flores, por supuesto.
Jihoon y Tae pensaron que eran demasiado mayores para llevar los anillos, así que en lugar de eso pidieron ser quienes acomodaran a las personas en sus lugares.
Chanyeol prometió que se aseguraría de que ellos sentaran a todos en sus asientos, pero confiaba más en los chicos que en él.
–¿Cómo estás, querido? – Jiwon preguntó dulcemente.
–Estoy un poquito nervioso – admití.
Ella acarició mi mano. – Eso es perfectamente normal, pero te aseguro, no hay razón para estarlo. Definitivamente, estás haciendo lo correcto casándote con mi hijo.
–Oh, no es por eso que estoy nervioso – contesté. Me miró curiosa. – Simplemente no quiero caerme en el arrollo mientras trato de llegar al mirador.
Entonces, Jiwon rió. – Joong no dejará que eso suceda. Vas a estar bien.
Cuando nuestro cabello y maquillaje estuvo terminado, movimos nuestra pequeña reunión a la casa de Jungkook... nuestra casa.
Booyoung me ayudó con mi traje. Los delicados botoncitos eran bonitos, pero eran un martirio para abrochar. Iba vestido de blanco con una camisa negra y una corbata blanca –Ahora – dijo, girándome para ver un espejo. – ¿No te alegra no haber usado los dardos para elegir tu traje?
–Quéjate lo que quieras – dijo Jin – Pero es una gran técnica.
Hubo un fuerte golpe en la puerta. – ¿Todos ahí adentro están decentes? – gritó Chanyeol.
–Ven aquí, bocón – dijo Rose en broma.
Asomó su cabeza hacia dentro y escaneó el cuarto hasta encontrarme. – ¡Demonios, Jimmy! Te ves bien – sonrió. – Mis compañeros acomodadores quieren verte antes de que nos vayamos. – Se hizo a un lado para dejar pasar a Jihoon y a Tae.
Tae ajustó su pequeño saco. – Buenas tardes, señoras. – Inmediatamente, fue atacado con besos en las mejillas.
Jihoon corrió hacia mí. – Te ves muy bonito, papá.
Nunca me cansaría de que me llamara así. Jungkook y yo íbamos a adoptar oficialmente a los niños cuando regresáramos. Ya venía una fiesta en camino para cuando eso pasara. – Gracias – sonreí. – Y tú te ves guapo.
–Como que pica – me dijo, tirando de su cuello.
–Este también –contesté, señalando mi traje. – ¿Quieres intercambiar?
Sonrió y sacudió su cabeza. – No, gracias. Es muy grande.
Tae finalmente vino hacia acá y me silbó. Cuando le eché una mirada, me sonrió orgullosamente. – Tío Chanyeol me enseñó a hacer eso.
–Cada vez que él les enseñe alguna cosa, vengan conmigo antes de hacerlo – contesté.
– Eso también va para sus otros tíos e incluso para Jin. – Los dos rieron y asintieron.
Chanyeol resopló. – Sigo sin ver por qué no puedo ser tu dama de honor. – Bromeo – Yo te agrado más que el Monstruo...
Jin lo miró feo. – Sigue hablando – amenazó. – Traigo gas pimienta escondido en mi traje. Y soy su padrino, no su dama, idiota.
–Chanyeol, se vería ridículo en vestido. Suponiendo que fueras mi despampánate "dama" de honor – Bromeé – Y Jin, suelta el gas pimienta.
–Si Nam es el padrino, podría necesitarlo – protestó.
Sacudí mi cabeza y me giré de vuelta a los chicos. – ¿Ven a lo que me refiero? No dejen que les enseñen cualquier cosa.
–Sí, señor – contestaron.
–Vengan, chicos – dijo Chanyeol. – Tenemos un trabajo que hacer.
Tae me abrazó primero. – Buena suerte, papá. No te caigas en el arrollo.
–Largo de aquí – reí, enviándolo con Chanyeol.
Jihoon me abrazó después. – Gracias por casarte con mi papá.
Besé su mejilla. – Gracias por querer que lo haga.
–Gente, ustedes son tan malditamente adorables – dijo Jin.
–Jin – la regañó Kyo. – Lenguaje.
– ¿A qué diablos estás jugando? – contestó. – Mi primera palabra fue mierda, gracias a ti.
Sus ojos se abrieron, pero puedo decir que estaba tratando de no reír. – Eso no es verdad.
Jin rió. – Tienes razón. Fue miércoles, pero todos sabemos lo que quiere decir.
Rose revisó la hora. – Necesitamos ponernos en camino. Vamos, gente. – Tomó a mi adorable niñita de la mano y siguió a las otras mujeres hacia afuera.
– ¿Quién iba a saber que secuestrar niños me iba a conseguir un marido? – suspiré mientras me miraba una vez más en el espejo.
–¿JiMin? – me giré para ver a Joong. – Te ves... muy bonito.
Corrí hacia él y enrollé mis brazos alrededor de su cuello. – Gracias, papá – Dije suavemente.
Me dio golpecitos en mi espalda antes de hacerse para atrás. – Traigo mi arma. Ese prometido tuyo sigue pensando que le dispararé. Me tiene miedo. Me gusta eso.
– Te diría que la dejaras, pero Kyo está ahí afuera. No te dejaría indefenso ante algo como eso – contesté.
– Aprecio eso – dijo, ofreciéndome su brazo. – Supongo que es momento de llevarte para allá.
Caminamos brazo con brazo hacia afuera para encontrar a Chanyeol esperándome en un carrito de golf. – Quería llevarte para allá en una todoterreno, pero Mamá Jeon no me lo permitiría. – Viéndolo detrás del volante, casi decido irme caminando.
Los invitados lo habían hecho, y no estaba tan lejos. Joong me ayudó a subir y se aseguró de que Chanyeol no condujera como un desquiciado. Jungkook no era el único al que le asustaba que le disparan.
Pude escuchar la música en vivo cuando Chanyeol detuvo el carrito. Estuvimos a tiempo para ver a la pequeña Eunbi dirigirse hacia el improvisado pasillo, arrojando pétalos de flores mientras avanzaba. Joong suspiró – Ya seguimos.
Me aferré a su brazo. – Te amo papá.
– Yo también, hijo – soltó una pequeña risita.
Jiwon nos había puesto una maldita mampara, así que no pude ver hasta que llegué al arco. Por supuesto, eso hacía que ellos tampoco pudieran verme. Nunca había sido fanático de ser el centro de atención.
Busqué a Jungkook tan pronto como llegué al pasillo. – Demonios – susurré cuando lo vi. Sentí que Joong me sacudía ligeramente con su codo por maldecir, pero no pude evitarlo.
Mi prometido era un tipo muy sexy.
La mirada que me lanzó de regreso me dio esa ridícula sensación de calidez y confusión. ¿Qué diablos? Era el día de mi boda. Podía ser un bobo. ¿Cómo me las arreglé para hacer que ese hombre se viera tan malditamente feliz? No tenía idea.
– Te lo dije – susurró Joong.
Aparté la mirada un instante de Jungkook y me sorprendí al darme cuenta de que ya habíamos cruzado el pequeño puente. – Mierda – susurré, ganándome otro codazo.
– JiMin, no puedes maldecir en una boda – dijo Joong.
– Al diablo que puedo. Es mi boda – susurré de vuelta. Volví a mirar a Jungkook. Ahora se veía divertido.
El Reverendo Kim se paró al lado de él. Jackson se había ofrecido a casarnos, pero no confiábamos en que no sacara chistes de Mr. CCC a la mitad de la ceremonia, así que lo fijamos como padrino en lugar de eso.
Yoongi, Namjoon y Jin fueron los padrinos. Pensamos que era adecuado para Nam ser parte de nuestra boda, ya que éramos amigos, y él había estado ahí la primera vez que nos encontramos. Había estado ahí para arrestarme, pero eso se salía del tema.
Cuando fue momento de que Joong me dejara ir, besó mi mejilla. – Ya te lo dije, pero... Te amo, JiMin – Entonces, tomó asiento junto a mí llorosa madre.
– Hola – dijo Jungkook.
Sonreí como un maldito tonto. – Hey. – Estaba bastante seguro de que el Reverendo estaba hablando. Esperaba que alguien estuviera filmando esto porque algún día iba a querer saber qué fue lo que dijo.
No arruinamos la boda para la sorpresa de todos, incluyendo la nuestra. Hablamos cuando se suponía que teníamos que hacerlo, y nos las arreglamos para decir las cosas correctamente. La sonrisa tonta nunca dejó mi cara, y sus ojos nunca dejaron los míos.
– Y ahora, yo los declaro marido y...esposo. Puedes besar al novio – Bendijo el Reverendo.
– Ya era hora – susurró Jungkook antes de presionar sus labios con los míos. El público aplaudió y Tae silbó. – Te amo – dijo Jungkook antes de besarme de nuevo. Las cosas iban perfectas, hasta que caminamos de regreso por el pasillo. – Bueno, JiMin la Bestia, ¿qué se siente ser Trasero Lindo Jeon?
Lo miré boquiabierto y ofendido. – No puedes maldecir en una boda.
Rió. – Hipócrita. Tú dijiste mierda cuando cruzaste ese puente. Estoy bastante seguro de que hasta el Reverendo te escuchó.
– Oh – sonreí. – Whoops.
Cuando pasamos por debajo del arco, Jungkook me jaló hacia él otra vez. – Larguémonos de aquí. Esas personas pueden tener una fiesta sin nosotros. Te he echado de menos todo el día.
Sacudí mi cabeza. – Lo siento. Estaría feliz de huir contigo, esposo, pero no he probado el perfecto pastel de bodas.
– Me encanta cuando me llamas esposo – Dijo Jungkook.
– No te acostumbres. Estoy seguro de que pronto te llamaré asno otra vez – contesté en broma.
– Ustedes dos ya no tienen que coquetear más – dijo Namjoon, viniendo detrás de nosotros con Jin. – Están casados. Ya no tienen que esforzarse. – Rose, quien estaba caminando con Yoongi, lo golpeó en el brazo.
Yoongi soltó una risita y suspiró. – No lo escuches. Solo recuerda asentir con tu cabeza y decir 'sí, querido' y estarás bien.
– Cállate, Yoongi – resopló BooYoung.
– Sí, querida – nos guiñó un ojo.
– Me casé con una familia de lunáticos – le dije a Jungkook.
– ¿De verdad quieres comparar nuestros niveles de cordura? – preguntó. – ¿Te acuerdas cómo nos conocimos, verdad?
Sabía que iba a sacar eso a relucir. – Vamos a ver ese pastel.
La recepción estuvo perfecta, aún y aunque alguien se coló en una pequeña máquina de karaoke. Jungkook y yo estábamos a mitad de nuestro primer baile, cuando Jackson y Yoongi empezaron una terrible interpretación de 'At Last'.
– Permítame por un segundo, Sr. Jeon – dijo Jungkook. Se paseó casualmente, cruzando el patio, desenchufó la máquina, y la arrojó a la alberca, causando las risas y aplausos agradecidos de nuestros invitados. – Ahora sí, ¿en dónde estábamos? – sonrió, jalándome de vuelta hacia él.
– Son los momentos como este los que me hacen amarte mucho más – reí.
Ya que fueron demasiado flojos para escribir sus propios discursos, Namjoon y Jin se fueron por el lado sentimental y dejaron que los niños hicieran el brindis.
– Si tuviera que compartir a mi papá, sería feliz si fuera contigo – dijo Tae.
– Gracias por hacer feliz a papá, y hacernos felices a nosotros también – dijo Jihoon.
– Tal vez tu vida estará llena de alegría y un montón de sonrisas y diversión – dijo Tae, mirando abajo, al pequeño papel que los dos sostenían entre ellos.
– Porque tus días de soltero se han terminado, pero nuestra familia recién empieza – dijo Jihoon.
Ayudaron a Eunbi a pararse en una silla. Con una enorme sonrisa, sostuvo su pequeña taza con ponche. – ¡Por mis papis!
¿Cuál fue su personaje favorito?
Si me contesta la mayoría de quienes leen los capítulos voy a subir un epílogo.
No estaba lista para esto.
Pero este es ya el final.
Les amo mucho, mucho.
Muchas gracias por acompañarme a lo largo de esta historia y...
¡YA CASI LLEGAMOS A 1K!
Todo esto es gracias a ustedes.
Les amo infinitamente.
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