Paris está asustada, su corazón latiendo a mil por hora y con las manos sudadas en la sala de espera del hospital, con los padres de Alaric, igualmente o más preocupados.

Luego de una hora que parecio eterna, el doctor Couvier entra en la sala.

—Alaric Fernández—llama.

Paris se extraño por el apellido, pero entonces recordó que el padre de Alaric es latino.

—¿Sí?—responde Agatha, la madre de Alaric.

—¿Usted sabe que su hijo sufre de taquicardia ventricular?— pregunta el doctor y Paris abre los ojos preocupada.

—Claro, desde pequeño—asiente Agatha.

—Resulta que... Le dio un ataque... Y haciéndole una ecografía, deducimos que es por estrés, ¿Últimamente no lo han visto... Forzado, cansado...?—pregunta el doctor y entonces Paris comienza a recordar una nota, escrita forzadamente.

—La verdad... no— contesta su padre.

–Pues... lo que sea que le esté pasando, hace que su corazón lata a más de 300 latidos por minuto; esto causó que las paredes de su corazón sean cada vez más débiles, por ello creemos que deberíamos hacerle una ablación por radiofrecuencia—, espetó el doctor.

—¿Que es eso?—pregunta Paris.

—Una cirugía de corazón abierto—contesta el doctor.

Álvaro, el padre de Alaric, se alborota el pelo, respira hondo y finalmente dice —Haga lo que tenga que hacer doctor.

—Ya veremos—dice antes de retirarse.

Luego de que el doctor se va, Agatha le pide a su esposo hablar en privado.

—Alaric está sufriendo por culpa tuya—le grita Agatha.

Paris trata de no escuchar, pero los gritos son muy fuertes.

—¿Mía? Tú eres la que vive discutiendo con él—le grita Álvaro.

Poco a poco Paris se acerca a oír la conversación, pues le resulta familiar.

—¡Hablándole del divorcio, idiota!.

—Pues ya ves a donde lo llevó—grita y luego de unos segundos de silencio, éste dice—casarme contigo fue la peor decisión que he tomado—Agatha, dolida por las palabras de su marido, comienza a brotar lágrimas.

Paris sale de su escondite, adentrándose en la conversación.

—Mi padre le dijo eso a mi madre la última noche que pelearon, y ella abandonó la casa. No se perdonaron y mamá murió, en el funeral papá dijo que nunca había dejado de amarla, que le encanto haberla conocido—, decía Paris con lágrimas en los ojos—, aún le duele su muerte y dijo que lo más estúpido que hizo fue no pedirle perdón—, las lágrimas comienzan a acompañarse con sollozos—. Así que no cometa el mismo error que él, no les pido que vuelvan a estar juntos, sólo les pido que se lleven bien, por Alaric—termina y se va dejando a éstos pensativos.

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El padre de Paris la fue a buscar pero ella se negó a irse, así que él, para no discutir se quedó con ella hasta el día siguiente, pues esté tenía que irse a trabajar.

Como a las 7:30 a.m. dan los resultados de Alaric, dicen que está inestable, por lo tanto le dicen que tengan cuidado.

Los padres de Alaric son los primeros en verlo, luego de como una hora, salen.

—Paris—, le llama Agatha. Paris, somnolienta, abre un poco más los ojos—. Alaric quiere verte—, dice con voz dulce.

Paris de una vez se despereza y se dirige al baño para arreglarse. Ninguna chica despierta peinada y maquillada, eso sólo pasa en la televisión. Agatha le presta un cepillo y unas toallitas húmedas, pues ella sabe lo que se siente.

Paris con una cola de caballo y sin maquillaje, se dirige a la habitación 305, allí encuentra a Alaric durmiendo, entonces comienza a irse, pero él abre los ojos.

—Hola Paris—dice Alaric, deteniendo su salida.

—¿Te desperté?—pregunta.

—No, la verdad no tengo sueño—dice incorporándose.

—Entonces, ¿Por qué cerraste los ojos?

—No quería que me inyectaran.

—¿Y funcionó?

—No—dice con cara enfadada—. Estúpida enfermera.

Paris ve la bandeja con el desayuno en la mesa de noche.

—¿No has desayunado?—pregunta Paris con los brazos en jarras.

—Pareces mi madre—dice Alaric con tono burlón—. Sí, ya desayune—, su estómago gruñe y Paris levanta una ceja.

—¿Seguro? ¿Y ese gruñido?

—Gases—otro gruñido.

—Claro—dice Paris con ironía. Toma la bandeja, despliega sus patas y la pone en la cama—. Abre la boca—dice dirigiendo la cuchara llena de cereal hacia la boca de Alaric.

—¡Mamá, sal de ese cuerpo!—grita Alaric, sacándole una sonrisa a Paris.

—Sólo come—ordena Paris, mientras acerca más la cuchara, pero Alaric la detiene.

—¿Ya desayunaste?—pregunta Alaric con una sonrisa.

—Sí—se oye otro gruñido—. ¡Ves! tienes hambre, ¡Abre!

—Ese no fue mi estómago—le dice negando con la cabeza—Mira, haremos esto— propone Alaric—. Tú me das una cucharada y yo te doy otra.

Paris sabía que Alaric no la iba a dejar alimentarlo, sino aceptaba, por eso aceptó. Poco a poco acabaron toda la bandeja.

—¿Por qué no me lo dijiste?—pregunta luego de un rato.

Alaric suelta un suspiro y dice —Sólo tuvimos una cita, Paris. No iba a decirte "Hola Paris, yo soy Eiffel y sufro de taquicardia".

—Bueno... No se lo dijiste a alguno de tus amigos.

—No, solo lo saben mis padres y tú—, entonces se oyen gritos afuera—. Son ellos ¿verdad?—pregunta. Paris solo hace una mueca—. ¡Joder!– grita Alaric golpeando la cama—. Ni siquiera estando en el hospital, pueden dejar de pelear.

—Alaric... Tranquilo—trata de calmarlo.

—¡No puedo estar tranquilo mientras ellos se están gritando!—. Alaric está cada vez más rojo, y el monitor cardíaco suena cada vez más rapido.

—Alaric.

Alaric da un último golpe a la cama, en ese momento el monitor para y éste pierda la conciencia. Paris grita por ayuda.

Antes de que el doctor llegue, abraza a Alaric y le dice, llena de lágrimas.

—Por favor, Eiffel no te mueras, te lo suplico... Yo te amo—lo besa, entonces llega el doctor y la saca de la habitación.

Paris mira mientras con el desfibriliador, le dan pulsaciones pero no funciona, le siguen dando como cinco veces más, pero aún no funciona.

Paris, del susto, comienza a hiperventilar, a ver borroso y por último a desmayarse.

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Sí ya sé que quieren matarme... Pero no es el final.

Kisses,
Lissy.

P.D.: Oigan tuve que volverme una cardióloga para hacer éste cap., por eso tardé en actualizar.

P.D.2: ¿Tengo errores? Si los tengo me avisan, los corregiré con gusto.

P.D.3: Puse una pizza estilo chicago en el cap. 24.