Un diario
Ray POV
-¿Qué paso? ¿Lex?- Phil se levantó de una silla en el puente, dejando un libro abierto.
Mi amiga sonrió a la fuerza, causando solamente que el pelirrojo torciera la boca.
-Todos tienen cara de que algo está muy mal- se quejó -. Por favor no me salgas con esa sonrisa fingida, no me sobreprotejas.
-Eso he tratado de decir todo este tiempo- resopló Sara, ganándose una mirada asesina.
-Llegamos tarde- respondió por fin -.Encontramos a un miembro de la Sociedad de Justicia de América asesinado, debió tener un trozo.
-Lo siento- musitó recomponiéndose de temblar con sus ojos asustados -. ¿Amaya? Era tu amigo, ¿puedo hacer algo por ti?
Amaya negó con la cabeza, alejándose del grupo sin decir palabra. Nate la siguió después de un breve "Disculpen".
-¿Alguien más nota lo que se traen esos dos?- preguntó Mick señalando con un dedo hacia donde se habían ido.
-Nate es mi amigo, me hubiera dicho algo- sonreí, aunque no pude sostenerla cuando todos me miraron de manera rara.
-Todos menos El Catrín, qué típico- se burló -. Voy por cerveza, en honor del héroe caído.
-Lamento no ser de ayuda- se quejó Phil, tomando el libro y mostrándolo, noté que las páginas estaban escritas a mano -. En cada momento disponible he buscado en los diarios de Rip, suponiendo que no había dejado ningún registro... ¿digital, le dicen? Bueno, dentro de Gideon... eso suena peor, perdóname, Gideon.
-De hecho es bastante adecuado- escuchamos a la IA.
Me acerqué a tomar a Phil por el hombro, al notar que se estaba poniendo nervioso.
-Lo único que podemos hacer es esperar que Gideon encuentre otro trozo.
-¿Alguien quiere un trago en la biblioteca?- preguntó Sara encaminándose, todos respondimos que no.
Jax y Stein también se fueron, dejándonos en el puente. Lexell caminó hasta un asiento dejándose caer, frotándose la sien.
-Le estoy fallando a Rip- se lamentó, noté que quería empezar a llorar.
-No digas eso, cuando él regrese les dirá que lo hicieron genial- preguntó Phil acercándose y sentándose junto a ella, que asintió cubriéndose la cara -. Yo creo que lo hacen genial.
Lexell soltó un quejido largo, hasta que por fin nos sonrió sinceramente -Gracias.
Phil sonrió, tomando el libro y buscando unas hojas hasta que le brilló la mirada -¿Sabían que Rip estuvo en las Guerras del Opio? Arregló un gran desastre.
Me sorprendió que en lugar de entristecerse, mi amiga se acercó con curiosidad a que Phil leyera dramatizando las notas de Rip.
Sin tener nada más que hacer me quedé yo también, era una buena compañía. Empecé a pensar que de verdad quería que se quedara.
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