Un Alto

Universo alterno.
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Todo estaba bien o eso se suponía, el estaba bien, no tenía nada malo, no estaba enfermo, no lo habían herido, no había sufrido un accidente, no lo habían atacado, no lo habían envenenado, no lo habían drogado, entonces como es que ahora se encontraba en esa habitación conectado a esas máquinas luchando por su vida.

Fue repentino, el siempre tuvo buena salud, sin contar que era ciego, siempre fue muy responsable, se hacía chequeos médicos dos o tres veces al año, cuando una persona normal solo lo hace una vez al año y si acaso ya que lo normal es ir al médico cuando te sientes mal o eso piensan muchos.

No aceptaba que algo así estuviese ocurriendo, siempre se cuidaba, siempre atento a cualquier cambio en el o en mi, en especial en mi que odia los hospitales y más aún a los doctores con sus orgullos de "Mira tengo un título médico tu no, ja bueno para nada, yo lo sé todo y tú no, yo estoy cerca de Dios y tu no" solo me apetecía cada vez que veía a alguno de estos romperles la cara hasta dejarlos irreconocibles, sin embargo hay estaba esperando a esos odiosos médicos que iban de aquí para allá y no me daban respuesta a la única pregunta que les hacía:

"¿Que tiene Ashmita?"

Yo ya sabía que mi pareja era un luchar y que no se iba a rendir fácilmente, que el lucharía hasta el final por mantenerse vivo, los médicos buscaban una explicación pero nadie la tenía.

Aún recuerdo cuando lo conocí, fue a través de un amigo en común Degel, siempre tan frío, pero rodeado de buenas personas ese día había una reunión en su casa para celebrar su cumpleaños, claro que con lo antisocial que es fue Kardia quien organizó la reunión, por llamarla humildemente, fue entonces cuando lo vi, a decir verdad me dejó sin palabras, hay estaba un hermoso rubio, con los ojos cerrados mientras hablaba con Albafica sobre algo que aparentemente era muy divertido para el par.

Por supuesto que cuando el cubo de hielo de Degel se entero de mi interés por el rubio me amenazó con castrarme si me acercaba a su amigo, a decir verdad aquello no me preocupó lo que me sorprendió fue ver que Ashmita era ciego, pude ver ese bastón que los ciegos usaban para no tropezar, pero en vez de volverlo un imposible no pude evitar sentir ternura por él, dentro de mi senti como nacía una fuerte sensación de querer protegerlo, a pesar de que hasta yo mismo sabía que no merecía a alguien como él, que se veía tan inocente, tan puro, en primera instancia quize olvidarlo, negarme a estar con él, no por su ceguera, no se confundan ese nunca fue un impedimento para mi, nunca fue un defecto o una carga con la cual tuviera que vivir, por el contrario era un plus, algo que ante mis ojos lo volvía como un bebé recién nacido, lo volvía una bella persona a la cual quería cuidar sin importar que.

Lo que yo veía como impedimento era lo mierda de persona que yo era y que todos los que me conocían sabían que era, me aburría muy rápido de mis parejas, por eso dejé de salir con las personas y empecé a tener solo sexo casual.

Pero al verlo fue la primera vez en mucho tiempo que quise regresar a ese tiempo donde me gana el afecto de las personas que me gustaban con detalles románticos, palabras lindas, susurrarle insinuaciones para verlos sonrojar o diciendo cosas para verlos mal pensarlas. Eran buenos tiempos, pero nunca duraba mucho tiempo así que me rendí.

Aún así me acerqué a él a pesar de que mis pelotas estuvieran en juego, pues sabía que si pasaba algo que a Degel no le gustara mandaría a Kardia a cumplir su amenaza.

Comenzamos a hablar, y su voz me pareció la de un Ángel tan tranquila, su tono tan suave, su forma de expresarse tan correcta, normalmente las personas como el solo me provocaba corromperlos y luego desecharlo, pero con el todo era diferente, por primera vez en seis años, no quise llevarme a alguien a la cama, solo quería conocerlo, hablar con el, saber de donde venía, que quería para su vida, en otras palabras, no se que trampa usó, solo se que para cuando me había dado cuenta ya estaba atrapado en ella.

Con el pasar del tiempo, Ashmita y yo nos habíamos vuelto muy cercanos, lo acompañaba y ayudaba en todo lo que podía y el me pedía, la verdad no me molestaba tener que dejar mis cosas en espera si podía verlo sonreír, con eso mis días se llenaban de alegría, no había nada más importante para mí que su persona.

Obvio que mis "queridos" amigos no tardaron en darse cuenta de mis sentimientos por ese hermoso hombre rubio, y claro no faltaron sus bromas y estupideces, Kardia se llevó más de un zape de Degel por sus bromas sexuales fuera de lugar y obvio ese temprano de hielo seguía con su amenaza de castrarme si lastimaba a su amigo, cosa que no me permitiría hacer, pues lo necesitaba, lo necesitaba en mi vida tanto o quizás mas que el aire que respiró.

Volví a ser ese hombre romántico que hace años había sepultado, todo para no volver a sufrir, muchos dicen que el amor es la peor de las drogas, pues quieras o no siempre recae en ella, a pesar de que sabes que está mal, que te van a lastimar, aún así no puedes vivir sin ella.

Esa droga para mí se volvió Ashmita, no para de pensar en él, cada que lo veía no podía evitar que mi corazón se acelerará, quería tocarlo pero me conformaba con abrazarlo, sontener sus mejillas y acariciar su cabellera.

Cuando tuve el valor,  me confesé estábamos en la puerta de su casa, estaba lloviendo y yo ya me iba, aún así decidí decirlo hay, de frente, sin miramientos, pero la felicidad solo llegó cuando el me dijo que tomara su mano, así lo hice y luego puso su otra mano en mi pecho para pegarse a mi cuerpo y susurrar un: "Te tomaste tu tiempo ¿no?".

Aquello me impactó así que lo besé y obvio eso llevó a algo más, con el tiempo nos mudamos juntos, y siempre estaba hay el sobreprotector de Degel con su tonta amenaza la cual mi hermoso rubio respondía con un simple "si haces eso te quedas sin sobrinos" a manera de broma haciéndome reír y a Kardia.

Habían pasado ya seis años desde aquello, todo había ido bien, teníamos un hermoso pequeño igualito a "madre" le dimos el nombre de Shaka y por supuesto algo que no soportaba era al hijo de Kardia y Degel siempre detrás de mi pequeño, le dije más de una vez a ese par que alejaran a Milo de mi pequeño angel o me aseguraría de que nunca fuesen abuelos, y con los hijos de Deufteros y Albafica ni hablar esos gemelos infernales que habían heredado la perversión de su Tío Aspros me sacaban de quicio, al único que toleraba era al pequeño de Shion y Dohko, Mu un pequeño angel igual a mi hijo igual mente acosado por el trío ya mencionado.

Dicha amenaza no funcionó solo hizo que el trío saliera ganando sl acusarme con mi amado esposo.

Ahora estaba hay esperando a que los médicos me dieran una mínima noticia de que estaba sucediendo.

-Familiares del Sr. Ashmita- me levanté enseguida seguido de Kardia y Degel que me acompañaban, el médico nos vio con una cara que me lo dijo todo.

Iba a perderlo

-El sr. Ashmita adquirió una bacteria extremadamente resistente a los antibióticos, lamento informarles que no hay nada que hacer, así que ya comenzamos con los cuidados paliativos, una vez este en su habitación les avisaremos para que puedan estar con él- dijo para después dar media vuelta e irse y yo hay en ese lugar por primera vez en mi vida me derrumbe, por completo.

Después de un sermón por parte de Degel y palabras de Consuelo o eso intentaban que fueran de parte de Kardia, una vez me recompuse, fui a su habitación, primero hablamos del aspecto médico, juntos tomamos la difícil decisión de firmar la forma de no resucitar, ya que eso solo alargaría la tortura que estaba pasando Ashmita, después de eso me quede hay con él, sosteniendo su mano mientras hablábamos de viejos tiempos, del futuro de nuestro retoño,  me pidió que mantuviera lejos de nuestro angel a los pervertidos aunque no debía hacerlo de eso me encargaría si o si.

Estuvimos así varias horas hasta que pude ver en el monitor que sus signos vitales, estos empezaban a caer.

-Amor, no estés triste- me dijo -almenos me llevo algo conmigo que jamás imaginé que me fuera concedido- dije y lo voltee a ver, el me observaba tenía sus ojos azules abiertos

-Y eso ¿que es?es-  le pregunté con voz rota

-tu imagen, Manigolo- dijo para luego dar su último aliento dejándome destrozado mientras por la puerta aparecían los médicos para verificar la hora de muerte y mis amigos para darme apoyo.

Desde aquello habían pasado catorce años y allí estaba Shaka casándose con el idiota de Kanon, había prometido no dejarlo ir con un imbecil pervertido pero al igual que su madre mi pequeño siempre hacía lo que le venía en gana y ni hablar de Shion a quien Dohko tenía que controlar para que no fuera a matar a Saga que desposaba a su pequeño querubín como lo llamaba su padre, quien tenía seis meses de embarazo del gemelo mayor.

Solté un suspiro y me acerqué a mi hijo.

-toma- le extendí un regalo - se que a tu madre le abria gustado que lo tuvieras- dije para entregarle el rosario indu de Ashmita, Shaka mantuvo la religión de su madre creo que eso lo hacía sentir cercano a él, a pesar de que nunca creí en ningún Dios, deje que Shaka eligiera por si mismo.

-Gracias Papa- dijo con una sonrisa melancólica para luego abrazarme.

Gracias a Ashmita obtuve amor en mi vida, felicidad, una familia y una nueva forma de ver la vida, pero nunca pude volver a enamorarme de nadie, pues no había otra persona en este mundo para mí.

Agradezco haberlo tenido en mi vida pues....

Él le dio un alto a mi desdichada vida.

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Manigolo x Ashmita

Espero que les allá gustado, y bueno si usaré parejas clichés pero más para relleno en las historias que como centrales.

Espero que les haya gustado!

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