Rosa Verde

Me encontraba en un jardín lleno de rosales, en su mayoría rosas blancas, rosadas, rojas y negras; estaban muy bien cuidadas, sin embargo a pesar de la belleza del jardín, que era un lindo laberinto de rosales con arcos de rosas rojas y negras, muros de una mezcla se rosas blancas y rosadas; en algunas partes del laberinto había claros, algunos eran pequeñas lagunas rodeadas de rosas amarillas y de tono melocotón, otras eran estancias con rosas azules.

Tenía que admitirlo el lugar le encantaba, entre más se adentraba más se sorprendía en el especial por el estilo, los claros y algunas tenían un estilo más oriental mientras el laberinto sin duda era francés, aquello le daba al lugar un aspecto hermoso y poco convencional, normalmente odiaría esa mezcla ya que sentia que no se llevaban bien los dos estilos, pero en ese jardín encontraban la forma de armonizar.

Despues de investigar el lugar y de encontrar toldos cubiertos de rosas lilas, en el centro del laberinto encontró un pequeño estanque con un toldo en medio una pequeña construcción bastante oriental pero rodeada por rosas verdes; al caminar por el puente que iba hacia en el toldo, pudo observar los peces oki en el estanque todos muy diferentes y hermosos.

Al llegar al toldo observo la mesa y sillas que ahí se encontraban, eran de estilo europeo pero decoradas al estilo oriental para que quedaran bien con el lugar en el que se encontraban, sonrió satisfecho.

-Parece que lo hicieron bien- dijo mientras se acercaba al borde del toldo tomándose del cerco para ver hacia el estanque y perderse en la vista de los peces y las rosas verdes

-Quedo muy lindo- oyó decir a una voz suave pero alegre, al voltearse puedo observar a un joven, pero por extraño que parezca no podía observar bien sus rasgos como si estos se negaran a quedarse grabados en su memoria, lo único que si podía observar claramente eran esos hermosos ojos verdes, ciertamente el color de las rosas que había escogido no le hacían justicia a los ojos del hombre que se encontraba frente a el.

Sin importar las veces que viera esos ojos de un hermoso color verde jade, no podía evitar perderse en ellos, su joven amante definitivamente tenía un color de ojos que no debía ser considerado natural a pesar de que hay estaban observándolo mientras avanzaba hacia él.

-....- lo llamo por su nombre haciendo que el hombre lo viera divertido mientras rodeaba las sillas y la mesa para poner distancia

-En serio ¿te vas a comportar como una niño?- le pregunto divertido por la situación

-Solo quiero disfrutar de este lugar un poco más y de preferencia sin situaciones obscenas....por ahora- dijo lo último con una sonrisa traviesa

Aquello solo ocasionó que una sonrisa se apoderara de mí rostro.

-Bien- dije para acercarme a él y abrazarlo por la espalda y luego besar su cuello para dejar mi rostros en el hueco que une su hombro con su cuello, me sentía tranquilo... no el me hacía sentir tranquilo.

¿Le amaba? O definitivamente le amaba, era mi posesión más preciada mi rosa de Jade, mi pequeña belleza oriental.

-¿Me amas?- le pregunté el giro suavemente su rostro para luego comenzar a acariciar mi cabello.

-Esa pregunta ofende- respondió y pude observar una sonrisa tranquila en su rostro -Eres mi vida, si no te amara ya me abría ido, en especial con todo lo que sucedió, la única razón por la que sigo aquí es porque te amo- me respondió con seguro

-¿Me temes? - le pregunte con duda, ciertamente lo que habíamos vivido no fue fácil y mucho menos por lo que el paso, mi vida como mafioso lo puso a el y a su hijo en peligro muchas veces y eso que aún ni siquiera existía entre nosotros una atracción.

-Temo perderte- me respondió mientras clavaba su mirada en el suelo como si fuese lo más interesante.

-eso no responde mi pregunta- le dije, pues no quería que evadiera la pregunta, aquello hizo que volviera a verme.

-No, no te tengo miedo, se que si yo eligiera irme tú me dejarías ir sin protesta, pero no quiero estar lejos, no importa que pase o cuán doloroso sea, quiero estar contigo- me dijo mientras me observaba y definitivamente debería ser ilegal sentirse tan feliz.

-Me alegra escuchar eso pero no quiero que malinterpretes lo que te voy a decir, bien?- le pregunte antes de continuar depsues de ver como asentía.

-Ciertamente prefería que eligieras estar lejos, pues no quiero que terminen ñaatimandote por mi culpa, ni a ti ni a nuestros hijos- le dije aún sosteniéndolo entre mis brazos.

Pude ver su rostro impasible con una sonrisa suave combinada con una mirada que expresaba amor y ternura.

-Te entiendo ¡Papi!-

Lo último que dijo me dejó asombrado.

-¿¡Papi!?- volvía a decir pero la imagen cada vez estaba más alejada y más distorsionada

-¡Papa!- escuche ese grito y luego sentia algo saltado en mi estomago sacandome un gruñido de dolor obligándome a abrir los ojos y hay estaba mi pequeño hijo, viéndome con una sonrisa alegre.

-Afrodite- le llame mientras me sentaba en la cama.

-Papi prometiste que hoy me llevarías al parque de diversiones!- me dijo acusadoramente.

Simplemente me limitr a soltar un suspiro y sonreír para proceder a acariciar sus cabellos turquesa mientras veía esos hermosos ojos azules y ese lindo lunar pícaro debajo de su ojo derecho.

-Si lo se, y voy a cumplirlo- le dije para ver cómo sonreía, no solíamos salir mucho y por ende mi hijo no iba a muchos lugares, en especial a lugares públicos pues temia que algo malo le sucediera como a su madre.

-¿Iremos solo tu y yo?-

-Ya hablamos de eso Afrodite vendrán Degel y Kardia con nosotros junto a Camus- le dije de forma tranquila volviéndome a explicar.

Kardia y Degel eran mis mejores junto a Defterus, Aspros y Manigolo pero los dos últimos apenas y podían con con mi hijo y los suyos propios como para también darles el trabajo extra de ir a un parque de diversiones rodeados de niños.... Seria divertido verlo intentar no perder la paciencia, pero no quiero arriesgarme a que termine matando a alguien por aquello.

-Queria que solo fuéramos tu y yo- dijo con un puchero mi pequeño de 6 años haciéndome sonreír de ternura para luego proceder a lanzarme a él para hacerle muchas cosquillas.

-Papi!..... para!- ne dijo entre risas mientras yo también reía

-No, soy el monstruo de la cosquillas no voy a parar- le dije con una actuación exagerada para seguir haciéndole cosquillas.

Una vez nos detuvimos mire la hora eran ya las 8:25 de la mañana.

-Vamos a ducharnos y prepararnos para salir- le dije haciendo que el asintiera feliz y saliera corriendo por la puesta para ir a bañarse, negué con la cabeza; ya había perdido la cuenta de la veces que le dije que no hiciera eso pues podía caerse y hacerse daño.

Me quité la sábana de encima y fui al baño, y mientras me duchaba me llegaron las imágenes del sueño que había tenido, definitivamente nunca había estado en un laberinto como ese, pero... sin duda yo lo había mandado a hacer.

Lo que aún no encajaba en mi mente era aquel hombre... sus ojos verdes se quedaron grabados en mi mente, la cual se negaba a olvidarlos, llevé una mano a mi pecho, y recordé que en el sueño yo le amaba... pero eso era imposible, nunca amé a nadie hasta que nació Afrodite, la madre de mi hijo y yo solo nos casamos por obligación ninguno nos amábamos y ella murió en un atentado hace seis años.

Solté un suspiro

-Es un sueño solo debo olvidarlo- me dije mientras cerraba la llave de la ducha y salía de la misma para proceder a secarme, pero aun así mi mente se negaba a olvidar aquellos ojos.

Solté un gruñido frustrado y me dirigí a vestirme.

Hoy iba a pasarla con mi hijo e iba a disfrutarlo, no permitiría que un par de ojos que mi mente se negaba a olvidar se interpusiera entre mi hijo y el poco tiempo que a veces podía compartir de esta manera con el.

Una vez listo fui a la habitación de mi pequeña rosa, solo para ver cómo Degel terminaba de vestirlo y ahí también estaba Camus el hijo de Degel y Kardia hablando con Afrodite.

-¿Listos?- pregunte con una sonrisa todos voltearon a verme Delgel solo asintió y Camus junto a mi Hijo sonrieron. Mientras gritaban un si.

Nos dirigimos a la estancia para luego salir y dirigirnos al auto en donde nos esperaba Kardia quien haría de chófer ese día, claro lo hizo a regañadientes y bajo amenazas de Degel.

Una vez dentro pusimos rumbo al parque de diversiones.

Lo que no sabía era la sorpresa que me esperaba en dicho lugar, pues la vida nos guste o no siempre es caprichosa y muy imprudente a decir verdad, ya que nos da cosas en los peores momentos.

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Bueno hasta aquí la primera parte de este shot.

No se cuantaa partes llegue a tener, pues eso depende de la señorita inspiración

Ahora una preguntita

¿Quienes creen que son la pareja principal?

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