Capítulo 4.

Calor.

Demonios, tenía tanto calor.

Su frente soltaba unas gotitas de sudor, que mojaban sus sienes y entrecejo. Su cabello rubio se pegaba a su frente por la humedad. Las venas en sus brazos se marcaban. Su pecho subía y bajaba por la agitada respiración.

-Tranquilo, gatito. Ya casi. -Escuchó la voz de Zitao.

-No puedo soportarlo. Por favor... -Tragó saliva.- Por favor, tócame.

-Cariño, aún no puedo hacer eso. No hasta que tu cuerpo esté preparado o te preñaré ahora.

-¡Tócame! ¡Oh, por favor! ¡Préñame! ¡Quiero tener a tus cachorros! ¡Lléname de tu semen ahora! ¡No lo soporto más! -Suplicó entre sollozos mientras lágrimas se deslizaban por sus mejillas.

Zitao tragó saliva.

¿Sería prudente si le hago el amor ahora que es su primer celo? Su cuerpo aún se está desarrollando, pensó el lobo.

Anteriormente habían estado juntos, pero temía que en ese estado tan vulnerable lo llegara a lastimar.

-Gatito...

Se relamió los labios al ver que Yifan abría sus piernas, dejando ver su capullo, que segregaba un líquido pegajoso y transparente. Era su lubricante natural.

-Joder, gatito. -Soltó un gruñido y sintió sus ojos dilatarse.

-Tómame. -Susurró el león.

Y ahí mandó su razón al demonio.

Zitao se colocó sobre su cuerpo, entre sus piernas abiertas. Lo besó con tanta dedicación, concentrándose antes que nada en saborear sus rosados y rellenos labios. Los succionó con suavidad y los lamió.

Yifan gimió cuando su pareja empezó a besar su barbilla y a descender a su pecho. Cada toque le provocaba estremecimientos involuntarios. Su cuerpo estaba tan deseoso que cuando Zitao chupó uno de sus pezones sintió un tirón placentero en su pene.

-¡Oh, sí! ¡Sí, cariño! ¡Eso me encanta! -El Alfa dejó ese botón y habló:

-¿Si? Pues te gustará más lo que tengo planeado. Ya llegaron los juguetes que pedí.

Yifan gimió de disgusto cuando su pareja se apartó para ir a su armario y sacar una gran caja que parecía ser pesada. La dejó al lado de la cama y la abrió.

-Ven a ver esto, gatito. -El rubio se acercó ansiosamente y miró.

Jadeó al observar los dildos de diferentes tamaños, colores y formas; dos peluches enormes que seguramente eran para follar; pinzas para los pezones; arneses con vibradores; botellas de lubricante... E incluso esposas.

-¿Qué te parecen? -Preguntó el pelinegro.

-Me encantan. Quiero usarlos ya. No aguanto el calor. -Habló, acariciándose la entrepierna suavemente.

-Eso haremos. Umm... ¿Estaría bien usar las pinzas y las esposas? -El león asintió rápidamente, ansioso.

-Lo que quieras. Pero que sea ahora. -Rogó, frotándose contra las sábanas.

Zitao tomó los materiales y uno de los lubricantes. Acomodó a su pareja sobre su espalda en la cama y se situó sobre su cuerpo. Lo besó, abriendo sus labios para adentrar su lengua en la cálida boca del contrario. Rió un poco por lo impaciente que estaba su gatito cuando se separaron.

Tomó sus manos y las elevó a la cabecera. Agarró las esposas y aseguró sus muñecas con delicadeza, para no apretar mucho la blanca piel del rubio. Éste no puso ninguna queja.

Lo besó una vez más y bajó por su cuello a su pecho para tomar entre sus labios los rosados pezones. Yifan gimió con voz algo ronca.

Chupó una de las pequeñas protuberancias con paciencia hasta que se erecto.

Agarró las pinzas, abrió cada extremo y cuidadosamente la puso en el botón que había degustado. Hizo el mismo procedimiento con el otro.

Se retiró un poco para admirar su obra de arte.

Exquisito, pensó, lamiéndose los labios.

-Por favor. -Dijo el león, sin saber realmente lo que pedía.

-No sabes lo apetecible que te ves al rogar así. -Le susurró al oído.

-Por favor... Oh, por favor... Tócame. -Habló entre gemidos necesitados.

-Por supuesto que sí, gatito. -Le abrió las piernas para mirar su rosado capullo, segregando su lubricante natural.- No necesitaremos esto. -Dejó caer la botella del líquido pegajoso que tenía preparada.- Estás húmedo para mí. -Acarició su agujero. El león se retorció de gusto.

Yifan jadeó cuando el lobo adentró un dedo en su interior, notando que incluso estaba dilatado. Pero para asegurarse, metió uno más. Su pareja los aceptó sin problemas.

-Estoy listo. Por favor... -Volvió  suplicar.

Zitao ya no se demoró. Entró con lentitud, por si acaso a su gatito le incomodaba la intromisión. Pero a éste pareció gustarle mucho. Abrió más sus piernas y acomodó sus brazos a cada lado de la cabeza de su pareja. Lo miró a los ojos. Pudo ver un brillo lujurioso al comenzar a moverse, pero también notó cierto cariño hacia sí. Y era correspondido.

Ese momento no era un acto de calentura por el celo. Era un acto íntimo, dulce, cuidadoso, lleno de emociones, donde confiaban su cuerpo al otro. Y ante todo, amor. Un amor que empezó a florecer desde el primer momento en que se vieron.

Sus labios se unieron, empezando a danzar al ritmo de sus caderas. Haciendo sus anatomías una sola, sintiendo sus corazones latir al mismo tiempo, el sudor corriendo por sus pieles, sus respiraciones agitadas, los gemidos de Yifan y los gruñidos de Zitao.

Al rubio le estaba volviendo loco el que sus glúteos tocaban los testículos de su Alfa. Cómo se sentía dentro de su ano y el aroma afrodisíaco que se impregnaba en la habitación.

-Cariño, casi... Casi termino. Estoy a punto... -Advirtió el león.

-Déjalo salir, gatito. Córrete.

El rubio solo necesitó esas palabras para alcanzar el clímax, manchando ambos abdómenes de su blanca esencia.

El Alfa continuó embistiendo unos minutos más, disfrutando la manera en la que su pene era apretado por el capullo de su pareja. Tocó su próstata varias veces causando estremecimientos en el contrario.

Cuando estuvo cerca de terminar, se inclinó sobre el león y mordió su cuello, derramando su crema en el interior de su gatito. Éste se arqueó y volvió a correrse, soltando en un grito alto el nombre de su amado.

Cuando el pelinegro se recuperó un poco, se quitó de encima del rubio, retiró las esposas, jugó un poco con las pinzas y las desplegó. Observó que su gatito aún estaba excitado.

-¿Otra ronda?

-Por favor. -Contestó el león, sonriendo, tocando sus pezones enrojecidos.







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Esta historia será una mezcla de mis One Shots "Placer con los Peluches", "No Puedo Dormir" y una pizca de "Mi Profesor y su Perro".

Me disculpo por no haber actualizado, pero no estaba tan imaginativa, y sinceramente, no quería escribir algo que no les gustara.

¿Cómo se pasaron esta navidad y año nuevo? Yo comí mucho.

Por cierto, encontré una aplicación para hablar otros idiomas. Se llama HelloTalk. Yo la uso para aprender japonés, por que en coreano nadie me contestó (, es como Facebook). Así que si les interesa, pueden descargarla. A me gustó. Sólo que el problema es que los coreanos no me respondían mis mensajes, así que intenté con japoneses, y ellos fueron más serviciales. Pero eso ya es cuestión de cada quién.

Otra razón por la cual no había podido escribir, es porque mi madre se había enfermado gravemente en su trabajo. Y para empeorar, no le quisieron pagar correctamente su tratamiento.

Y... Pues... Ya. Creo que es todo.

Espero que estén bien y... Denle like a mi página de FacebookTnT
Se llama: XimKyungsoo Books.

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#XimenaEsmeDeSchmidt

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