Gimió alto cuando movió los dedos más rápido dentro de su culo.

Zitao admiraba cómo los dígitos aparecían, húmedos, y luego desaparecían enterrándose en su estrecho canal, justo debajo de sus testículos.

Gruñó y detuvo la mano del león con una de sus garras.

-Si sigues de esa manera, no me quedara más que mantenerte atado a un árbol mientras de follo. -Yifan sonrió.

-Eso no suena mal. -El lobo gruñó y frotó su virilidad contra el cuerpo de su pareja.

-Quiero marcarte con mi olor, gatito. Todos deben saber que me perteneces. -Su voz tan grave por el estado de celo puso aún más caliente al rubio.

-Mmh... ¿Y por qué no lo haces, cariño? -Esas palabras fueron suficientes para que el pelinegro echara de rodillas al león.

Se posicionó tras él dejó su rostro bajo las caderas de su pareja, justo entre sus piernas. Se recostó sobre su espalda y ajustó los genitales del contrario para que estuvieran sobre su rostro.

-Quiero probarte, gatito. Voy a saborearte muy bien. Tu olor también estará en mí. -Dicho esto, inclinó con algo de fuerza las caderas de Yifan, provocando de manera inmediata que su culo estuviera en la boca del lobo. Era irónico pensarlo, se hubiesen reído de no ser por que estaban más ocupados deleitándose con el otro.

-¡Oh, dios! ¡Joder! -El rubio gritó, bastante fuerte.

Zitao no perdió tiempo, y empezó a degustar el capullo de su pareja.

Era tan suave, se contraía con cada lamida que le era cedida. El lobo tuvo mucho cuidado de no acercar sus mandíbulas a la sensible piel del rubio, podría lastimarlo, y eso no estaba en sus planes.

Se dedicó a pasar su lengua una y otra vez por el ano del doncel. Quizá sería por que estaba muy caliente, por el celo, por la boda, o por lo que fuera, pero el sabor de su entrada era a cerezas. Muy delicioso.

Yifan comenzó a mecer sus caderas, a un ritmo suave pero sensual, indicándole a Zitao sus lugares sensibles.

El pelinegro se apartó con una larga lamida, dejando su capullo lleno de su saliva. El rubio se estremeció.

-Oh, gatito. El que estés montando mi cara con tu dulce culo es verdaderamente caliente. Pero debo follarte ahora o mi polla dolerá aún peor de como ya está. -El león se sonrojó.

Definitivamente amo su voz grave cuando está en celo, pensó el rubio.

Se acomodó de mejor manera para quedar frente a frente con el Alfa. Se sentó a horcajadas sobré él y alineó el pene del lobo en su ano... Echó la cabeza hacia atrás cuando la punta entró. Era tan suave, húmeda, firme y gruesa. Se sentía lleno.

Una vez que lo metió todo, suspiró. Adoraba la sensación de su pareja dentro de él.

Se sintió protegido cuando el pelinegro rodeó con sus brazos su masculina cintura. Gimió cuando sintió humedad en uno de sus rosados pezones. El lobo lo estaba lamiendo.

Comenzó a moverse a una velocidad lenta, adaptándose al enorme miembro dentro suyo.

Su piel estaba cálida por el pelaje de su pareja, haciendo que sintiera que en realidad estaba follando con un gran peluche.

-Eres como un... ¡Oh, cielos! -Se arqueó, jadeando cuando el Alfa movió las caderas con las suyas.- Eres como un oso de peluche. -Completó.- ¡Umh!

-Consideraría compartirte con uno. -Gruñó.- Si lo hago con alguien real, lo mataré sólo por mirarte de forma indecente.

Las penetraciones se volvieron feroces. Ahora el león rebotaba una y otra vez sobre el pene de su pareja. Podía escuchar con toda calidad el azote de su culo contra los testículos del pelinegro. Sus pieles golpeando una con la otra. ¡Y el chasquido era tan erótico!

Sentía su entrada estirándose con cada embestida. Tan placentero.

-¡Oh, sí! -Yifan tembló cuando Zitao tocó su próstata con un certero golpe. Detuvo los movimientos del contrario y suspiró fuertemente. Eso fue intenso, pero aún no terminaba.- No estaba... preparado.  -Respiró entrecortadamente.

-¿Te lastimé? -La gutural voz del lobo sonaba llena de preocupación.

-No. Eso se sintió jodidamente bueno. No lo había sentido desde que nos conocimos.

-Hablas como si hubiese sido hace años.

-Para mí tres días lo fueron. -Rieron levemente.

El rubio debió aguantar las terribles ganas de atacar la boca del pelinegro, pues ésta era la de un can y, además de ser raro y casi imposible, era peligroso, pues podía hacerse daño en los labios.

Retomó el vaivén que tenía hace unos momentos. Moviendo las caderas en círculos, masajeando la virilidad del contrario en sus paredes interiores.

Zitao lo ayudó, subiendo y bajando su pelvis para follar más profundamente a su pareja.

El doncel comenzó a acariciar su propio pene al percibir un cosquilleo en su vientre bajo debido a las embestidas que golpeaban sin cesar su próstata. Tan delicioso.

-Voy a... Voy... -No podía manejar su voz debido al placer en su ano.

-Hazlo, gatito. Alcanza el orgasmo. -Con esas palabras, Yifan derramó su semen en el vientre de él y su pareja.

-¡Oh, mi dios! -Gritó cuando el lobo también se corrió, pero Zitao no dejó de derramar su semilla sino hasta después de unos minutos, cuando el semen escurría del culo de su pareja, dejándolo pegajoso y muy húmedo.

-Esta vez no me mordiste. -Susurró Yifan, abrazando el cuello del Alfa y escondiendo su rostro en el mismo lugar.

-Creéme, las ganas no me faltaron. Pero si lo hacía, te provocaría una hemorragia. No quiero lastimarte.

-Y no lo harás. Cuando me muerdes es muy caliente. Me corro sin necesidad de tocarme. -El pelinegro no dijo nada al respecto. Cargó a su pareja, con su miembro aún en el capullo del león.- Nos verán. Destruiste mi única prenda y estoy desnudo. -Zitao gruñó.

-Nadie te verá. Y si se atreven les desgarraré el cuello. Ordené que se fueran a descansar temprano y que nadie saliera de su habitación por ningún motivo. Nadie te mirará. Tu cuerpo me pertenece. -Yifan se sonrojó y dejó que el Alfa lo llevara a donde sea que durmieran esa noche.

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Siento que el lemon me salió muy pobre hoy.

Umm... ¿Quisieran que Kris montara un peluche, como Luhan en "Placer con los Peluches"? (Publicidad, ¿dónde?).

Umm... Me iré a dormir.

PD: Disculpen los errores y faltas ortográficas. Estoy cansada y quiero dormir.

Disfruten el capítulo.

#XimenaEsmeDeSchmidt