Muchos alfas y betas estaban en un salón especial.

La música sonaba, pero los hombres no la escuchaban, solo querían que los omegas salieran.

-¡Vamos! ¡Putos omegas!-Gritaba un alfa.

No costaba mucho entretener a integrantes de la mafia.

Solo traer omegas y betas, les bailen, tengan sexo y todos felices.   

Unos cuantos omegas salieron a entretener a los alfas y betas que eran parte de la mafia.

-¿Estas cómodo?-Erwin Smith, un alfa rubio miraba a un omega de cabello dorado.

-Si, Amo Erwin...-decia el omega llamado Armin.

-¿Quieres algo?-

-Si usted quiere que beba algo, lo haré...-

-Si... tal vez un jugo... no quiero que bebas alcohol...-

-Como usted diga...-

El alfa llamo a un camarero para que trajera jugo.

-Aquí esta...-El camarero dejo el jugo.

-Ten...-Erwin le acercó el jugo a Armin.

-Gracias...-bebió del jugo.

El omega estaba mirando a todos lados, de repente su vista solo se quedo en la puerta.

-¿Que pasa?-Erwin saco su arma.

-Vienen personas... y no son parte de su familia...-Armin fruncio el ceño.

La puerta fue abierta de una patada y alguien entro, las personas se quedaron mirando.

-Buenop...-Sonrio- vamos a divertirnos-saco una ametralladora.

-¡Mierda!-

Comenzo a disparar a discreción, los omegas y betas que bailaban se trataban de esconder y no morir acribillados.

-¡Armin!-Erwin se escondió y miro a el omega, que se veia muy tranquilo bebiendo jugo-¡Matalo!-

-Como usted ordene...-Saco una katana escondida de bajo del asiento.

El castaño que disparaba se quedo sin balas y vio a alguien acercarse con una katana.

-Yo también tengo una...-sonrio, dejo caer la ametralladora para sacar una katana que reposaba en su espalda.

Ambos omegas se miraban en la oscuridad.