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Podía no ser el mejor momento hablando de su seguridad, pero no sabía cuándo volvería a tener un momento a solas con Jin Ling. Una vez que la misión terminara ellos volvería a Gusu y suponía que el castaño lo haría a la Torre Koi, no podía alejarse de esta por demasiado tiempo. No era seguro el volver a verse en poco tiempo al tener sus propias ocupaciones.

Además en ese momento, en un espacio tranquilo con Jin Ling rodeado de flores (debía plasmar esa escena en su mente para dibujarla) parecía una buena oportunidad.

Tomó el listón de sus manos, pareciendo que estudiaba la tela pero solo estaba escogiendo sus palabras con cuidado, unas que no estuvieran abiertas a malentendidos y que transmitieran todo lo que había estado ansiando por confesar tras esos años.

—Yo no creo en las lecturas o en si una persona puede ver los hilos del destino. —Comenzó a hablar dejando el listón en la mano izquierda de Jin Ling, por un momento una sombra de tristeza ensombreció el semblante del líder de Lanling Jin.

Sonrió al pensar en cómo era tan fácil de leer.

Tomó su mano derecha, dando caricias circulares sobre su dorso con la yema de su dedo. —Ni si el destino realmente existe, cada quien lo forja con las decisiones que toma. —Subió aquella mano a la altura de sus labios, acercando su rostro cerrando los ojos para depositar un beso en el dorso de esta. Volvió a abrirlos sonriendo ante la imagen de un Jin Ling con sus mejillas abochornadas. Sizhui jamás se cansaría de pensar en lo hermoso que era el castaño. —Te amo, Jin Ling. —Terminó por confesar soltando un suspiro de ensoñación.

Jin Ling frente a él por un momento parecía sorprendido, pero esa sorpresa se transformó en una sonrisa que ilumino su mundo.

El agarre de sus manos se afianzo mientras que acercaban sus rostros, Sizhui podía sentir la cálida respiración del castaño contra su piel causándole un estremecimiento. Jin Ling se inclinó y él espero ansioso la sensación de aquellos apetecibles labios contra los suyos, pero en su lugar sintió su mano libre acariciar su cabello.

Frente a él, el Jin sostenía en su mano un extremo de su cinta blanca con una sonrisa coqueta. Sizhui tuvo una sensación como si el castaño le estuviera tocando estando despojado de su túnica superior, era la primera vez que alguien ajeno a su familia la tocaba. La acomodo entre sus dedos antes de acercar su rostro para depositar un beso en aquella tela con un significado tan íntimo para él.

Sizhui no necesitó saber más. Aún si Jin Ling anteriormente no conociera el trasfondo de por qué los Lan usaban esa cinta, estaba seguro que se lo habían informado tras ascender como líder para evitar que cometiera errores como tocarlo.

Sizhui dio un paso más. Era arriesgado, pero estaba más que seguro.

No creía en el destino, pero estaba seguro que amaba tanto a Jin Ling como para estar seguro que él era su persona predestinada. Alguien a quien anhelaba cada Lan de conocer para pasar sus vidas juntos.

Soltó su mano para ayudarse de su zurda para desamarrar su cinta ante la mirada curiosa del castaño. Una vez que la cinta estuvo en sus manos volvió a acercarse a Jin Ling usándola para decorar su media cola.

Se alejó para contemplar lo bien que el blanco resaltaba en las hebras castañas.

El líder de Lanling volvió a tocar su cinta, antes de mirarle con una ceja alzada.

—Eres un cursi. —En sus palabras no había un tono de molestia, sino que era dulce.

Sonrió volviendo a tomar su mano. —Lo sé, pero así somos todos los Lan.

—No, tú eres otro nivel. —Jin Ling negó mirando sus manos unidas. —Pero así me gustas. —Confesó acercándose para unir sus labios en un beso tan necesitado.

El beso era lento, ambos jóvenes eran unos principiantes al haber estado más enfocados en sus carreras que en temas de romance pero no por eso era desagradable o incómodo. Aprendían sobre la marcha, uniendo sus manos y moviendo lentamente sus labios sobre los del contrario. Ambos corazones latían apresuradamente al momento en que sus manos se soltaron dando paso a un encuentro mas íntimo, Sizhui tenía a Jin Ling sentado sobre sus piernas mientras que ambos chicos se abrazaban sin dejar espacio entre sus cuerpos.

Había sido un año estando completamente alejados, teniendo que evocar recuerdos de sus manos entrelazadas y de abrazos amistosos para poder soportar los anhelos por su amado.

Finalmente ambos podían saciar su necesidad de tocarse, no de una forma lujuriosa sino una mas inocente, esperando grabar cada sensación de las manos y besos en su piel en caso de volver a tener que alejarse por un largo tiempo.

Con ese deseo se dejaron llevar por sus sentimientos.

Cuando el sol comenzó a salir, sus narices se encontraban rojas por el frío del sereno y sus labios hinchados ya que no habían detenido sus muestras de afecto se levantaron del campo de crisantemos acomodando sus túnicas y sus cabellos.

Ambos caminaron de regreso a la posada esperando que JingYi aún estuviera durmiendo, pero cuando pasaron por la zona del restaurante se encontraron con el azabache desayunando. Al parecer se había levantado con su pierna en una mejor condición si había bajado hasta el primer piso.

JingYi les miró asombrado, como sus manos estaban unidas y sus labios rojos. Pero probablemente la mayor prueba era la cinta blanca en el cabello de Jin Ling.

Con una sonrisa pícara JingYi les aplaudió antes de hacerles un gesto con su mano para que subieran las escaleras. —¿Dónde estaban? Ambos huelen a tierra y a hierbas, ¿acaso están aprendiendo malas mañas del señor Wei y HanGuang-Jun?

Jin Ling sintió un tic en su ojo y como su buen humor comenzaba a desaparecer, pero antes de poder darle una buena regañina a su amigo, Sizhui le dirigió hacía el piso de arriba con las puntas de sus orejas rojas.

—No se tarden.

Les recordó JingYi mientras que subían las escaleras de la posada.

Veinte minutos después Sizhui y Jin Ling se encontraban tomando su desayuno. Ambos habían tomado un baño y cambiado sus ropas, usaban las usuales pero Jin Ling aún usaba en su cabello la cinta de Lan Sizhui. Mientras que el azabache al no haber llevado una de repuesto usaba la que les había entregado Dai Jiaying.

—Hoy no he escuchado nada raro, al parecer ningún cultivador fue atacado ayer por la noche. —Explicó JingYi, le había preguntado al dueño de la posada los chismes del momento y tras enterarse de cuantas personas a las que no conocía habían participado en el baile dentro de la tienda supo que nada importante había sucedido.

—¿Estás seguro que tu pierna esta bien? —Preguntó primero Jin Ling dándole un sorbo a su té.

—Sí, solo no debería hacer movimientos muy bruscos. —JingYi se encogió en hombros para no darle tanta importancia, aunque era obvio que sus amigos lo harían.

—JingYi. —Sizhui extrajo de sus túnicas aquella pequeña botella con el líquido dorado, extendiéndosela a su amigo quien la tomó con cuidado. —No bebas de ella a menos que te sientas muy mal, ¿entendiste?

Como un niño pequeño JingYi asintió.

—Por la noche podríamos usar las banderas para atrapar espíritus, aunque tendría que ser en una zona donde no pusiéramos en riesgo a los pobladores. Sería problemático si algo ataca durante el festival. —Jin Ling pensaba que era una buena opción.

Sizhui asintió. —Tienes razón, pero creo que también deberíamos hablar con Dai Jiaying.

—¿Creen que esté dispuesta a hablar con nosotros? Escuche que últimamente era como una diva y era difícil hablar con ella.—JingYi parecía haber escuchado información importante.


→Ir con el jefe del pueblo a informarle de la situación.

→Ir a buscar a la anciana Dai Jiaying.





MDZS no me pertenece.

Finalmente los bbs se dieron sus buenos besotes, sin drama y sin angustia uwu por ahora. ¿Qué camino deberían de seguir?

Les agradezco mucho por seguir votando y leyendo esta pequeña historia, podrá no tener tanto romance ni narrativa, pero es trabajo honesto(?)

No olviden votar!

Siguiente actualización: 3 de diciembre

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