OO2

Julian.

Dale, solamente toca la puerta. Es Enzo, una noche de sexo no cambia nada. O por lo menos no mucho.
¿Cuántas posibilidades hay de que Enzo no me quiera explicar? No muchas. Supongo.

Bueno.

Alcé mi brazo para así tocar la puerta de la casa, esperando por alguna respuesta. ¿Cómo se supone que deba actuar ahora? Me parece imposible que actúe normal, osea, como siempre, porque bueno, cogimos, eso no es normal. Tal vez deba actuar neutral, o enojado... ¿Enojado neutral? Un punto medio, sí. Le voy a reclamar y lo voy a odiar por el momento, después supongo que esperaré a que las cosas se calmen. Aunque no estoy seguro de que forma las cosas podrían calmarse, la friendzone nunca fue lo mío. A duras penas conseguía citas, mujeres, obviamente. Los hombres nunca en la vida me habían pasado por la mente. Hasta... hasta que pasó, lo que pasó. Eso, sí.

Dejé mis pensamientos cuando la puerta se abrió y Enzo apareció frente a mí con su carácteristica sonrisa brillante. ¿Por qué hasta ahora noto lo atractivo que es?... ah sí, soy gay desde esa noche, ya me recordé.

─Hola, Ju. ─ Enzo se volvió, dejándome pasar, para cerrar la puerta detrás de mí. Miré a mi alrededor, buscando a sus hermanos, o alguna señal de su mamá, o cualquier persona, pero al parecer no había nadie.

─¿Estás solo...? ─ inquirí cauteloso, Enzo alzó una ceja con una sonrisa.

─Sí ─ contestó, casi en un tono interrogativo. Bueno, es el momento.

─¡Sos un enfermo! ¿Por qué dejaste que, hiciéramos, eso que... No hacen los amigos, pelotudo... Sos, somos... Vos... ─ debí haber ordenado mejor mis ideas antes de abrir la boca. Pero dios, es que las cosas suenan tan bien cuando las pienso en mi cabeza, y al momento de decirlas, todo es una verga.

Enzo alzó sus manos en señal de que me detuviera, con burla.

─Vos también pudiste pararlo... Y no lo hiciste ─ se defendió.

─¡Era de noche, pensé que eras un chorro loco, no tenía saldo, vos tenías que morir primero, gemías "Julian", llegaste a la pieza y te me tiraste encima! ¡No sabía cómo! ─ Enzo entrecerró sus ojos y se cruzó de brazos con una sonrisa. Casi pareciera que la situación lo divertía.

─ ¿Y si me refería a otro Julian?... No a vos, Alvarez.

¿Qué?

¿Otro Julian? ¡No puede haber otro Julian en su vida! Sí, a veces me trabo cuando hablo, tengo muchos defectos y digo estupideces, lo reconozco, pero soy el unico, tengo que ser el unico.

─ ¿Es joda, no? Yo soy el mejor Julián que podes conocer ¿quien es el otro?

Enzo rió.

─ ¿Por qué te importa si me estas reclamando?

─ Porque... ─ Suspiré. Reconociendo que discutir el "A cuál Julian se refería mientras se pajeaba" era algo estupido y me dejaría como celoso. No estoy celoso, solamente soy mejor.
Fácilmente es a mí a quien se refería. No al otro pito chico... (Que ni conozco) Pero, por favor,  Era yo. Obvio. — Deja, mi punto aca es que estuvo mal, Enzo.

─En realidad estuvo bastante bien, eh.

─Sí pero... ¡No! no estuvo bien, y no me decis nada de tu enfermedad, o eso que tenes... Y, además, ¿Ahora qué se supone que pase boludo?... ¿Vamos a seguir igual?... Como amigos de toda la vida, o como amantes raros en las noches, ¿asi cómo hombres lobo?... ─ Enzo me miró confundido.

─¿Hombres lobo?...

─Sí, ya sabes. De día unos y de noche otros, es metafórico.

─Sería más como vampiros...

─¡No! Por eso soy yo el inteligente de nuestra relación.

─Bueno, entonces voy a ser el hombre lobo y vos vas a ser mi corderito.

¡Eso es probablemente lo más idiota que me hayan dicho en mi corta vida! Sólamente podía haber salido de la boca de Enzo. Aunque no tiene mucho sentido... Yo como "Corderito" sería como los "Cerditos" en la historia de los tres cerditos, y el "lobo" vendría de Caperucita roja... Fua creé un nuevo cuento, no infantil, más bien erótico que trascenderá a la historia de la literatura.

¿Porque estoy pensando en estas giladas ahora?

─Corderito tu culo.

─Seh, suena re pete. No voy a ponerte  algún apodo para dominarte mientras cojamos. "Julián" está bien ─ dijo y fruncí el ceño. ¿Mientras cojamos?

─¿Rubio teñido, te afectó la lavandina que te mandaste? ─ mascullé sin mirarlo. Enzo soltó una enorme carcajada.

─¿Mi nene está celoso?

─Si queres que te diga lobo, espera sentado, pelotudo. ─ dije ignorando lo que soltó. Enzo sonrió con triunfo, aparentemente satisfecho.

─Nah, podes decirme Enzo.

─Bueno, ahora necesito aclarar las cosas.

─¿Qué tenemos que aclarar, Ju? ¿De verdad sos el tipo de pibe que después de coger no puede estar igual que antes de que pasara? Dale, Juli, tampoco es como si te fueras a embarazar o nos fuéramos a casar ─ Dijo, ¡Y es que así lo siento! Pero claro que para él es sencillo. Acostumbra a hacer esto con cada mina que se garcha.

Típicas palabras de un desorganizado amante que vive aterrado al compromiso, y encuentra placentero vivir rodeado del buen cumplimiento de sus deseos; como en las novelas mexicanas.

─¡Sí, en realidad es casi así! Y tuve que suponer que vos te lo tomarías así, a la ligera... Sos tan sorete...

─¡Juli! Espera, dale, ni siquiera nos casamos, y ya me estás haciendo estos planteos ─ río ¿casarnos? ¿De qué habla éste? Por lo menos tiene un poco de razón, estoy haciendo algo de drama ─ espera al menos a que te deje plantado en el altar. ─ ¡animal!

─¡No me sorprenderia eso conociendote, idiota! No sabes lo insoportable que sos, Jeremías...

─Bueno, hace una noche me soportaste, me absorbiste, me apretaste, me rodeaste, me empapaste, también...

─¡Callate! ─ le di un golpe en el brazo, logrando que comenzara a reír. Bufé exasperado, y con la pena reflejada en mi rostro. Bien, está casi bien que hayamos hecho lo que hicimos, pero que me lo diga puede que resulte siempre un poco vergonzoso, e innecesario. Tallé mis ojos con mis manos, sin saber qué hacer exactamente. Sólo buscando algo de tiempo, o alguna idea para saber qué decir o algo. Lo que sea.

─Julian... ─ Enzo murmuró después de un rato. No contesté. Sólo seguí cubriendo mis ojos con mi mano. Capaz es cierto todo lo que dice y yo sólo debería bajarle un poco el peso a todo, probablemente estoy siendo exagerado e intenso, capaz sólo deba llevar las cosas con más calma... Y menos reina del drama... Pero, bueno... Ahora soy gay, quiero ser dramático ─ Escucha, Ju... Perdóname ─ prosiguió ─, entiendo muy bien que vos no puedas quitarle importancia a la cosa, eso es algo que me gusta de vos, pero, sólo por esta vez, te pido que lo hagas ─ Enzo se acercó hacia mi y quitó mi mano de mi cara para que lo mirara a los ojos ─. Ignora por primera vez las consecuencias que puedan surgir, y hagamos de ésto algo interesante para los dos...

¿Algo interesante?... Bueno suena interesante, extraño y me asusta. Pero... la puta madre, me gusta la idea.

Capaz podamos jugar a esa gilada del corderito y el lobo otra vez...

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