Todo Se Ve En Gris

No-pensar es bonito, al menos desde la perspectiva de Sam era bonito estar en su No-pensar, no sentía nada, no dolía nada, no se estresaba de nada, simplemente estaba allí mirando a la luz que se volvía oscuridad absoluta a sus ojos, ni tenía sentimiento alguno de vacío o soledad del cual preocuparse sólo tenía que dejar de preocuparse, recordar, sentir o imaginar solo tenía que dejarse ir del mundo de afuera e ir al vacío absoluto del interior del mundo propio y hueco, en momentos como esos no tenía nada que envidiarle a los ansiosos o los dispersos, el No-pensar era lo más cercano que tenía Sam a dormir y aunque nunca hubiera sueños o pesadillas en sus No-pensares, si había algo que podía considerarse como un infiltrado involuntario en su cabeza, sus memorias, sus recuerdos entraban de improvisto en su cabeza como un gusano intrusivo y hambriento.

De las imágenes oníricas pero detalladas de sus recuerdos, salía un lugar que el poco recordaba pero sabía que había existido, el cuarto gris, era un lugar sucio, agrietado, lleno de manchas negras que erosionaban en el cuarto, un bombillo titilante, un espejo, una cama, una pelota, tapiz desgarrado y desgastado, y un olor a una extraña humedad plástica.

Sam no podía recordar su cara muy bien en ese tiempo aún tenía piel y ojos pero no recordaba ni su nariz, ni su boca, ni sus orejas pero si recordaba una cosa, sus ojos, sus ojos tenían unas ojeras prominentes y un aura decaída, triste y melancólica. Su decaimiento denotaba su destruido horario de sueño, él ya no sabía si era de día o de noche, la única escotilla por donde salía luz natural daba a un callejón y apenas si podía identificar el tiempo.

Sam nunca salía de la habitación apenas si sabía que pasaba afuera y algunas veces apenas él si sabía si algo pasaba adentro, solo sabía que el afuera existía y que pasaba algo grave allí, algo terrible y aterrador que sonaba a explosiones, gritos, megáfonos que no podía entender, algo que Sam no quería saber y que estaba mejor sin saberlo, solo necesitaba estar en su habitación seguro, cómodo, cálido y sin miedo. Claro nunca podía salir aunque la puerta estuviera ahí en frente expectante y aguardando, pero Sam nunca jamás la intento abrir y pensaba que nunca jamás la abriría, ¿Por qué para que salir? Si aquí él no pasaba peligro o amenaza alguna, estaba feliz y tranquilo sin el estrés de pensar que un día lo mataran, ¿Qué si se preguntaba si alguna vez quería salir? Solo gritaba alto a todo pulmón y después lo olvidaba y volvía a ser feliz, ¿se empezaba a sentir claustrofóbico? Se golpeaba la cabeza contra el muro y se sentía calmado otra vez, ¿extrañaba a algún familiar? Solo se reía hasta dormir y soñar felizmente, ¿pensaba en papá? Nunca pensaba en papá.

Pero claro está, ¿cómo aguanta uno tanto tiempo solo? Pues con ayuda de Julián claro está, el hombre que aparecía al lado de la escotilla de la habitación y el único amigo que ha tenido estos últimos 10 años, nunca le veía la cara completa solo sus ojos marrones y simples suyos, no podía identificar mucho de su nariz pero parecía una nariz muy plana por lo poco que podía ver de Julián, hablaba y hablaba de su casa y su familia decía que su hija iba a la escuela, que su esposa era un portento de señora, que su padre se ponía cada día más gruñón, cosas así que Sam simplemente se limitaba a escuchar y alguna que otra vez decía algún comentario sobre ello, pero a medida que los días pasaban las conversaciones se ponían cada vez más extrañas.

-cerraron las escuelas, todas ellas, no queda ninguna ya no puedo llevar a mi hija a estudiar a ningún lado, es una desgracia que por toda esta locura de las resurrecciones y las rarezas, los Rarabyre....rarabira....rara.....esas cosas,  todo se esté yendo para abajo- Dijo molesto Julián.

Días después vino con noticias más preocupantes.

-santos....santos, Sam....por Dios y todo lo que es puro....han....lo han hecho...ellos....ellos de verdad lo hicieron....de verdad lo hicieron....o Dios- Julián dijo entre sollozos.

-¿hicieron que Julián?- Sam pregunto.

-Estado Unidos....atomizaron estados unidos....toda estados unidos es ahora un páramo radioactivo, CON SUS PROPIAS BOMBAS....Dios sabe de qué más son capaces-

-¿pero quienes Julián?-

-Los señores de la guerra, ellos hicieron algo, hicieron que los estados unidos se tirara sus propias bombas, oh Dios estamos muertos todos estamos muertos- sollozo Julián.

Los días siguientes Julián apareció por su ventana para contarle lo que pasaba afuera, dijo que los ejércitos de los señores de la guerra estaban tomando la Ciudad, dijo que Rusia se alió con uno de los señores de la guerra el supuesto "Gran Señor" para evitar ser atomizados también, dijo que habían matado al Presidente y  después de tantas noticias catastróficas Sam decidió dejar de escucharlo, no quería saber más del dolor o de la guerra o de la muerte, tenía miedo, tenía ansiedad, tenía tristeza, él no quería saber más, quería borrarlo de su mente y dejar de saber lo que sabía para así nunca preocuparse de que alguien viniera por la puerta y lo matará, quería ser libre de toda ansiedad o miedo. Aunque había alguna que otra vez que auténticamente lo escuchaba.

-Sam, si te soy sincero me estoy poniendo cada día más preocupado por lo que pasara, estoy comprando periódicos como histérico y no dejo de prender la televisión por noticias- Julián dijo.

-pues ya no lo hagas- Sam dijo.

-no es tan simple Sam, todo esto afecta a mí trabajo, a mí esposa y a mí hija, nos afecta a todos, si un día dicen que van a mandar a matar a todos los ecuatorianos yo tengo que estar enterado, ¿o quieres que tu amigo de toda la vida se muera?- Julián dijo un poco bromista.

-no, pero no creo que te haga bien, pueden salirte canas de tanta información preocupante que te metes- Sam dijo.

-prefiero morirme a los 50 que dejar que un peligro potencial ataque a mi familia-

-si te mueres a los 50 tu hija probablemente morirá a los 20 o menos-

-¿Cómo puedes estar tan seguro de eso?- Julián pregunto algo desafiante.

- Julián, eres demasiado astuto como para morirte de una forma tan bruta- dijo Sam.

Julián se quedó callado unos segundos y después empezó a reír.

-bueno tal vez tengas razón....tal vez no deba ver tantas noticias...al fin y al cabo como buen padre siempre tengo que pensar en el futuro a largo plazo de mis hijos- dijo Julián riendo- aunque bueno cambiando de tema, ¿sabías que crearon una nueva bomba?, la bomba mutagénica la llaman....- de ahí en adelante Sam bloqueo el resto de palabras de Julián.

Pudo bloquear casi todas las palabras de Julián, fingiendo interés alguno y respondiendo con respuestas planas como "que terrible" o "alguien debería hacer algo" cosas simples. Hasta que un día no pudo no escuchar lo que dijo Julián.

Escuchó lloriqueos y llantos en la escotilla de la habitación, gritos de agonía y dolor puro, el sonido del ser más desgraciado sobre la tierra, un hombre roto.

-oh Sam....por favor dime que sigues ahí, por favor dime que sigues ahí amigo, dime que aun estas vivo por favor- Julián lloriqueo mientras susurra "por favor" desesperadamente

Sam se acercó lentamente a la escotilla, pudo ver un hombre en posición fetal, un hombre rechoncho y vestido de marrón con un pelo desorganizado, era la primera vez que veía a Julián de cuerpo completo.

-aquí estoy Julián- Sam dijo

-oh Sam....oh gracias al Cualquiera....o dulce Cualquiera....Sam me he quedado sin nada, ya no tengo nada no me queda nada...se las han llevado...a ambas- Julián sollozo

-¿a quienes?- Sam preguntó.

-¡a mi esposa y a mi hija! -espeto como un puerquito- mataron a mi esposa y secuestraron a mi hija....oh Sam....lo he perdido todo...solo me queda mi moribundo y viejo padre, mi familia se ido Sam....y no sé dónde está mi hija ¿Qué hago Sam? ¿Qué hago?- grito desesperado.

Sam no sabía que responder ni cómo proceder, siempre ha sido malo comprendiendo los sentimientos de duelo ya que él nunca los ha sentido más allá de la mera nostalgia, ni mucho menos sabía qué hacer cuando alguien era secuestrado, no tenía idea de que hacer.

-por favor dime que hay algo que puedo hacer- Julián dijo rogando

No salieron palabras, no salieron pensamientos, solo un sentimiento de angustia y pena en el corazón de Sam por no saber qué hacer en aquel momento ni cómo responderle a Julián.

-no....no sé- Sam dijo.

-ya sé, que tal...que tal si tu vienes y sales de la habitación para ayudarme- sugirió Julián.

-No- dijo casi de inmediato Sam.

-¿Por qué no Sam?- pregunto Julián sorprendido.

-me va a matar si salgo- Sam dijo.

-¿quién?- pregunto Julián.

-por favor no me hagas salir-

-pero Sam, por favor es por mi familia, solo sal y tal vez así podamos...-

-NO-

-por favor Sam te prometo que nadie te vera me asegurare de que no te ocurra nada por favor solo puedo hacerlo contigo, necesito que alguien me ayude- Julián rogó.

Sam permaneció en silencio unos segundos y pensó y sopeso las palabras de Julián, pensó, divago y se excusó, y al final llego a un consenso.

-no, hazlo tú- Sam dijo.

-¡Sam por favor!- Julián chillo.

-no son mi familia, son la tuya- Sam se excusó.

-SOY TU AMIGO-

Sam callo unos segundos pensando en que decir, como escapar del peligro del afuera y no ser herido.

-no, solo eres el tipo de la ventana que salió de la nada- Sam dijo.

Lo último que escuchó de Julián fue un furioso y herido-vete a la mierda- y escuchó como se fue.

Después de aquello Sam lloro todo ese día y noche, arrepintiéndose y tratando de excusar sus palabras para así no sentir más dolor ni culpa por sus acciones. Pasaron los días, las semanas, los meses y los años, Sam no recordaba cuanto había contado pero era realmente lo único que podía hacer además de jugar con su pelota Gregorio, el único objeto con él que entablaba conversación desde que Julián se fue.

-hay veces que suelo dibujar ¿sabías?- Sam dijo a Gregorio- hay veces que dibujo en las sabanas con el hollín que sale de la escotilla, aunque supongo que eso ya lo sabes-

Sam quedó callado unos segundos.

-lo siento....no se me ocurrió nada mejor que decir....usualmente es más fácil cuando las personas te responden- dijo poniéndose una mano en la cabeza- lo siento enserio, me gustaría poder hacer más por ti- Sam sabía que no le dijo eso a la pelota.

De vez en cuando Sam se preguntaba cosas como por ejemplo ¿Por qué no sentía hambre ni sed? ¿Por qué nunca se había preguntado esto hasta ahora? ¿Cómo Había llegado allí? No tenía recuerdo alguno de como llego allí, Sam solo sabía que había aparecido allí y que ha estado allí desde hace mucho.

En un punto Sam dejo de moverse, dejo de respirar y dejo de dormir, pero no estaba muerto, seguía vivo de alguna manera ilógica, era como si la habitación misma le estuviese impidiendo morir de cualquier forma. En un punto finalmente Sam dedujo que estaba pasando, la habitación estaba viva, dejo de hablarle a Gregorio la pelota y empezó a hablarle a la habitación, le hablaba a las paredes, a la cama, a la escotilla e incluso el bombillo. Un hombre normal hubiera dicho que Sam se había vuelto loco, pero nada más lejos que eso, Sam tenía la intuición y la sensibilidad suficiente para saber que no estaba hablando con un objeto inanimado como Gregorio, estaba hablando con un ser consciente o al menos a algo similar a ello. Cuando preguntaba cosas el muro le respondía con caras negras erosionadas en el muro, cuando se ponía a reír el suelo se agrietaba y se volvía a reparar solo, cuando hablaba de él las luces del cuarto se apagaban para dejarlo pensar solo en él.

Los días pasaban y Sam no parecía menos mal de como llego allí, se había vuelto más flaco y tenía dolores constantes de espalda, sentía los huesos cada día más rígidos y casi nunca se movía de la cama. Su cordura se podía resumir en que aún era un hombre sano pero que difícilmente se mantenía en contacto con la realidad, aun con todo su negación a salir del cuarto era absoluta y renuente, no pensaba en poner un pie fuera de la habitación siquiera pasaba por sus pensamientos el afuera, al fin y al cabo a pesar de la claustrofobia, la soledad, la ocasional añoranza por agua o comida. Sam, estaba seguro y no tenía que temer ni los señores de la guerra, ni las bombas, ni papá.

Esa seguridad le era tan pero tan preciada a Sam pero a la vez algo tan desesperante a veces, pero era mejor eso a la muerte. Entonces un día sin aviso ni augurio, una voz familiar sonó en la escotilla de la habitación.

-con que sigues aquí....- dijo Julián con una voz más ronca y cansada.

Sam se quedó viendo al muro, no se atrevía a ver a Julián, no se atrevía a encararlo después de lo que le hizo y lo que le dijo, tenía miedo del dolor, pero también tenía miedo del dolor emocional.

-mírame a la cara maldito desgraciado- dijo Julián con un hilo de ira irrompible

Sam dudó en hacerlo pero tenía también miedo de que le pasara algo si no llegaba a hacerlo, así que decidió voltearse lentamente para mirar a su amigo, o lo que quedaba de él. Cuando vio lo que había en la escotilla Sam no dudo ni un momento en gritar del horror al ver lo que vio, eran cuencas oculares vacías y negras con solo un punto brillante en el fondo de cada una, dos hoyos pequeños donde debería estar la nariz, y una cabeza sin piel ni músculos, una calavera, esa fue la primera vez que Sam vio a un Huesudo y fue horroroso.

-¿vez lo que me hiciste desgraciado? ¿¡VES LO QUE ME HICISTE!? Dijiste que era demasiado astuto para morirme....pero te equivocaste maldito cobarde, ¡ASÍ QUE VEAMOS SI ERES LO SUFIENCIENTEMENTE GALLINA PARA CORRER DE ESTO!-Grito Julián iracundo

De repente la cara esquelética de Julián se alejó de la escotilla y salió el cañón de un revolver de ella, Sam inmediatamente salto de su cama como un miserable corriendo de la muerte, el primer cañonazo se escudó e impacto en el muro al lado de la cama, Sam estaba en el suelo como un mono herido temblando y pensando en una forma de no morir en esa situación, el segundo cañonazo sonó e hizo a Gregorio explotar por los aires tirando su plástico por las paredes pero también soltó algo más y eso fue pintura amarilla, amarilla y dorada como el oro algo imposible como todo lo que ocurría en la habitación, la habitación empezó a erosionar por todas partes lentamente por todas partes la habitación pasaba de un gris monótono a un negro podrido e inyecto, el tercer cañonazo sonó y este impacto en el suelo muy cerca de la cara de Sam. Sam no quería hacerlo, no quería pero tenía que, si no él iba a morir de una manera terrible, él no quería morir, él no quería que le dispararán, le tenía miedo al dolor, así qué Sam dio un respigón, se levantó y corrió a la puerta de la habitación gris, hubo un cuarto y quinto cañonazo el cuál casi le da a Sam. Finalmente Sam toco el picaporte de la puerta la abrió tan rápido como pudo, salió al vacío negro y escuchó un sexto cañonazo.

Cuando despertó, Sam estaba en un hoyo mirando al cielo gris y un huesudo con una pala en la mano el cual lo miraba con un sentimiento que no podía leer, lentamente ascendía fuera del hoyo hasta que se dio cuenta que estaba en una tumba y noto que sus brazos, piernas y cabeza se sentían completamente diferentes, cuando se levantó el huesudo le dijo.

-¡sorpresa estas muerto!-

Finalmente Sam salió de su No-pensar y sus recuerdos y recobro la consciencia de donde estaba, de vuelta en las selladas e inmensas alcantarillas en su apretado cubículo de descanso donde estaba confinado en sus horas de descanso, tirado en su cama barata de colchón barato, que tenía apenas espacio para sus piernas, con cantidades ingentes de objetos inútiles que encontraba en las alcantarillas como casetes de canciones viejas, pedazos de metal raros, juguetes rotos y alguna que otra vez ropa de vagabundos de las épocas viejas antes de todos los eventos de las guerras Fóbicas. Había una pantalla de televisión en la habitación la cual solo pasaba como 4 canales, uno para los deportes en Italia, otro para los programas de televisión para adultos Rusos, otro para las telenovelas españolas y otro para la propaganda y noticias de la Ciudad—Programa que Sam nunca veía— los robots de la taberna de la estación central decían que era un privilegio tener estas televisiones ya que la mayoría de personas en la superficie no se las podían permitir.

Pero de repente la televisión se prendió sola y mostro una transmisión importante directa de la estación central y del tipo de la radio.

-ATENCIÓN A TODOS LOS TRABAJADORES, HAY UNA FUGA DE ENTES PARASITARIOS CERCA DE LA ESTACIÓN CENTRAL, ESTO NO ES UN SIMULACRO, POR FAVOR TODOS VAYAN EN FORMA ORGANIZADA A LOS LUGARES QUE SE LE INDIQUEN- el mensaje dijo.

Sam inmediatamente se remango, se puso su chaleco amarillo de trabajo, se puso su cinturón con su radio y se preparó para salir lo más rápido posible. Espero y espero para que se le diera la orden de salir de su cubículo y así prepararse junto a sus compañeros para un posible ataque de entes parasitarios, pero la orden no llegaba, entonces una preocupación horrible recorrió todo su cuerpo pensó en una horrible posibilidad del por qué no había sido llamado.

Decidió inmediatamente ir a fuera a ver si sus sospechas eran ciertas, cuando salió de su cubículo vio hacia arriba, todo parecía normal, la cerca que rodeaba su cubículo y las de otros no parecía electrificada, no había soldados incendiarios en su puerta y no parecía que hubiesen techado la cerca tampoco, parecía que todo estaba normal.

-hola Sam- dijo alguien al lado

Cuando Sam volteo a mirar vio que él que le había hablado era su nuevo vecino de cubículo, Bian.

-¿a usted también le dejaron esta nota en la puerta?- Bian pregunto

Sam inmediatamente volteo a mirar la puerta de la cerca de su cubículo y entonces todos sus temores y sospechas se confirmaron, había unos 3 candados en su puerta y una nota amarilla en la que se leía.

"Señor Samuel Rodríguez, usted y Bian Buitrago han levantado sospechas de ser posibles portadores de entes parasitarios por su reciente actividad social, por lo tanto hemos decidido confinarlos a ambos en sus cubículos hasta que podamos hacer las pruebas pertinentes, por favor absténgase de la posibilidad de escapar ya que eso podría derivar en su inmediata eliminación o en el recorte de su siguiente paga de créditos en un 70%.

Atte.: el hombre de la radio"

Sam solo tuvo un pensamiento en la mente "me dejaron tirado aquí, con una invasión de entes parasitarios en camino", en ese momento Sam maldijo su empatía para con Bian para sus adentros.

(Otra vez gracias a mi buen amigo Otro_Ctm por la ayuda, y perdon por que el capitulo sea tan corto a decir verdad originalmente hiba a ser mas largo pero eso hubiera comido mucho de mi tiempo y la escuela me esta poniendo muchas responsabilidades, igualmente gracias por leer)

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