¿Haz hecho Bien?
Debió haber rechazado a Bian, debió haber tenido cuidado con el C.T.D.A, debió haber ignorado a Bian, nunca debió haber tomado el riesgo de haberse acercado a otro trabajador. Ahora estaba condenado, iban a atraparlo y mancillarlo hasta dejarlo irreconocible e infecto, todo por haber tomado una decisión tan estúpida como encariñarse de un trabajador.
-¿señor Sam?- Bian dijo al otro lado de su jaula.
Sam se puso de rodillas en frente de la puerta, aunque no podía respirar juraba y perjuraba que su respiración hubiera sido la mas agitada posible, su torso se sentía cada vez mas comprimido y torcido, sentía gusanos en su espalda y astillas donde solía estar su garganta, el tiempo pasaba mas lento y su visión se volvía mas borrosa, Sam se estaba desestabilizando. A falta de lagrimas empezó a gritar como un puerco en agonía.
-Señor Sam, señor Sam cálmese, no va a pasar nada- Bian dijo.
-¿COMO PUEDES DECIR ESO? ¡ESAS COSAS NOS VAN A MATAR!, NOS VAN A QUITAR NUESTRAS MENTES Y NUESTRAS CONCIENCIAS, ¡¿COMO PUEDES CREER QUE VAMOS A ESTAR BIEN!?- Sam grito perdiendo su compostura.
-por que todo es falso-
Sam se callo un segundo su pánico fue reemplazado inmediatamente por una combinación de confusión y gracia humorística, estaba entre empezar a reírse o quedársele mirando a Bian.
-¿q-que?- Sam dijo confundido.
-escúcheme se que puede sonar loco para usted pero dígame, ¿usted alguna vez ha visto a un ente parasitario?- Bian pregunto.
Sam casi responde pero tenia curiosidad por ver hacia donde llevaba esto así que se limito a guardar silencio y escuchar la explicación de Bian.
-pues vera, usted ya debe saber que el hombre de la radio nos oculta muchas cosas a nosotros.....y muy seguramente los señores de la guerra también-
-¿tu punto es?- Sam pregunto no entendiendo su lógica, ¿por que demonios los señores de la guerra se inventarían monstruos?, suena lo mas idiota jamás pensado y sin fundamento alguno para siquiera creerlo.
-Mire, pregúntese esto, ¿Por qué nadie ha visto a un ente parasitario? ¿Por que no a habido nadie aquí que haya sobrevivido a uno?- Bian dijo.
La respuesta era muy simple, en la gran mayoría de los casos los trabajadores que se encuentran con entes parasitarios tienen un 80% de posibilidades de ya haber sido infectados y usualmente después de un evento así se les hace una prueba con un spray de fuego, casi ninguno la pasa.
-pues mire, ¿que tal si los señores de la guerra nos están mintiendo sobre todo esto?, ¿Qué tal si los entes parasitarios no existen y son invenciones para mantenernos aquí abajo?-
-¿y por que mierda nos mantendrían aquí abajo?- Sam pregunto tratando de no reírse.
-¿no es obvio? Para que trabajemos por un sueldo mínimo, mírelo así, si nos mantienen trabajando en aislamiento haciéndonos esperar lo mínimo, eso no les daría la excusa perfecta para poder...- Bian estaba diciendo mientras poco a poco Sam apagaba sus palabras cuando se andaba dando cuenta.
Este idiota de verdad se creía esas estupideces, y estaba atrapado con él a pocos minutos de una invasión de entes parasitarios, su sentimiento de gracia humorística se hiba de a poco mientras el pánico volvía a dominar su cuerpo combinado con ira y frustración pura ante el prospecto de morir por haberse compadecido de un muchacho conspiranoico, sentía vergüenza, arrepentimiento y ira todo al mismo tiempo mientras que Bian despotricaba sus justificaciones conspiranoicas.
-....¿no le parece extraño que nunca nos paguen mas de 150 créditos? Yo creo que será por alguna conspiración corporativa- Bian dijo.
-oh por Dios.....- Sam dijo en su shock
-si, ¿impactante no? Es muy fácil caer en las mentiras de los medios...- dijo condescendiente.
-¿como?....¿¡COMO PUEDES SER TAN REMATADAMENTE IDIOTA!?- Sam espeto.
En Bian se vio una cara ofendida por el comentario repentino de Sam, realmente esperaba algo de compresión en su pensamiento.
-oiga no es mi culpa que usted no vea lo obvio- Bian dice.
-¿lo obvio? ¿LO OBVIO? Oh claro lo obvio seria entonces pensar que los perros vuelan por que nunca los e visto volar ¿verdad?. Lo obvio seria que los juguetes se mueven solos por que nunca los veo cuando se pierden ¿no? ¿NO?- Sam dijo iracundo y ansioso.
-...pues...pues....¿usted como puede decir que esa no es la verdad? ¿Acaso alguna vez ha visto a un ente parasitario?-
Sam ya cansado exploto en rabia.
-SI, SI LOS E VISTO Y SON REALES, SON COMPLETAMENTE REALES, LOS E VISTO DEFORMAR Y MANCILLAR LA IMAGEN DEL HOMBRE, E VISTO SU HAMBRE Y E VISTO SU HORRIPILANCIA, SÉ MUY BIEN QUE EXISTEN POR QUE LOS E VISTO......-finalmente imito un suspiro para calmarse - y eso es mucho mas verídico que tus estúpidas suposiciones conspiranoicas-
Bian se quedó callado sin saber que responder, sentía vergüenza, sentía la horrible sensación de ser contradicho exitosamente en un argumento, "pobres de los buscadores de verdades donde no hay mas respuestas que el caos, por que a ellos les cae el peso de una locura humillante" recordó Sam pensando en tiempos lejanos.
Hubo aproximadamente unos 15 minutos de silencio, Sam ya había perdido toda esperanza y estaba sentado de espaldas de Bian, ese sentimiento de seguridad que siempre tuvo-o creyó tener- se había esfumado totalmente, todo su cuerpo se había rendido ante el prospecto de volverse una cascara sin libre albedrío, en momentos como estos Sam deseaba haberse quedado en la habitación gris donde podía estar seguro, estar quieto, estar solo, estar fuera de peligro, no tener que ver a la muerte nunca, no tener que encarar al afuera, no tener que encarar a papá, y pensándolo detenidamente tal vez debió haber dejado que papá lo matase esa noche, por lo menos hubiese muerto con su libre albedrío.
-señor Sam......esta completamente seguro que...- Bian trato de decir en un tono triste.
-no, no, n-no lo intentes ya fue suficiente, no ti-tienes que aferrarte a esa idea ya.....ya no vale para nada de todas m-maneras- Sam dijo.
El ambiente se volvía cada vez mas lúgubre, a lo lejos Sam creía poder escuchar pasos rápidos, no escuchaba los rugidos típicos de los entes parasitarios o los sonidos de sus garras y apéndices rozando el suelo, solo pasos agitados y fugases, eran cada vez más y más, era como una sinfonía de bongos y palomas volando sonando al mismo tiempo, pero en vez de crear armonía y paz, generaban incertidumbre y miedo, todos sabían que era lo que venía, todos los que alguna vez vivieron en esos miserables cubículos cercados ahora refugiados inútilmente en la estación principal sabían que ellos venían pronto, no sabían como se habían expandido, como pudo formarse una horda suficientemente grande como para comenzar una invasión o como solo 77 de 79 trabajadores iban a poder contra una horda de aproximadamente mil entes parasitarios, y Bian estaba sopesando en su cabeza si había salida alguna mientras Sam aceptaba su destino.
-señor Sam....¿le caigo mal?- Bian pregunto.
-¿Por qué crees que te caigo mal?-
-usted siempre me golpea, grita y me trata como si fuera idiota-
Hubo un pequeño silencio, Sam debía admitirlo en los pocos días que a conocido a Bian no lo había tratado de la mejor manera, su falta de contacto humano por una gran parte de su vida había contribuido a que él fuese muy poco paciente con las personas alrededor y en especial los mas jóvenes, Sam veía a Bian como alguien ingenuo y un poco crédulo, pero en definitiva el no pensaba que Bian era-del todo- un idiota, era probablemente hasta ahora la única persona con la que había tenido contacto alguno, un contacto que aunque le era difícil admitirlo extrañaba.
-no, no me caes mal Bian.....solo creo que eres muy......muy...- Sam no sabia como decirlo sin que sonase feo.
-¿estúpido?- Bian dijo con una sonrisa intentando mejorar el humor.
-m-mas o menos- dijo mientras soltaba una pequeña risita.
Sam al menos tenia el consuelo de que hiba a irse junto a un "amigo" por así decirlo, a pesar de solo haberlo conocido apenas hace unos días, de no saber casi nada de él y de que lo había sacado de sus cabales mas de una vez, se alegraba de poder irse junto a él. aunque eso no hacia las cosas menos aterradoras.
La angustia crecía en los corazones de todos a medida que los pasos se iban convirtiendo en silbidos tenues y desafinados, silbidos que traspasaban el alma como una infección aérea fría y escalofriante. Nadie sabía por que ellos silbaban, tal vez para intimidarlos, tal vez para apaciguarlos, tal vez para confundirlos. cualquiera que fuera la razón era imposible saberlo con exactitud pero sabían que no significaba nada bueno para nadie.
-señor Sam- Bian dijo.
-¿mmm?-
-¿Por qué sospechan de nosotros?-
-debería ser muy obvio el por que- dijo Sam casi obviando la pregunta sin ninguna intención de responder
-digo....no tienen ninguna prueba de que estemos infectados- Bian dijo.
-si pero los entes parasitarios pueden absorber todos los recuerdos de las personas y además de que ellos son imitadores natos- dijo en un tono un tanto mas calmado.
-oh...-
-e-enserio chico, ¿acaso jamás viste algún video educativo o haz escuchado algún consejo del hombre de la radio?-dijo en un tono un tanto bromista- ¿Siquiera sabes cual es la funcionalidad de un C.T.D.A, o cual es la forma de identificar los sectores y zonas? ¿Siquiera sabes que es una prueba de spray de fue....?- de repente Sam cayo en cuenta de algo.
-¿señor Sam?-
Sam había caído en cuenta de algo. En ningún momento les hicieron la prueba de spray de fuego, el momento en que cayó en cuenta sus pensamientos pararon de un momento a otro y solo prevaleció una pequeña voz en su cabeza que repetía una y otra vez la misma palabra de manera casi instintiva e incesante, ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?. No tenia sentido alguno que no se las hubieran hecho, si el C.T.D.A había detectado sus interacciones sociales, ¿entonces por qué el hombre de la radio no había mandado a hacer una prueba de spray?, ¿se habría acabado el químico del spray? Imposible, si ese fuera el caso el hombre de la radio hubiera puesto en cuarentena a todos los trabajadores que estaban de servicio, ¿habrá habido algún fallo en el sistema? Imposible, de haber sido el caso el hombre de la radio se habría dado cuenta de manera inmediata y los hubiera mandado a hacer la prueba de inmediato, ¿acaso habrá algún ente externo saboteando los datos? Tal vez, según tenia entendido Sam, la principal encargada de pasar información al hombre de la radio es la computadora central, ¿pero como es que alguien podría obtener acceso a la computadora central? Sam imaginaba que el lugar debía estar protegido a capa y espada, y debería ser casi inaccesible, tal vez...
-SEÑOR SAM- Bian grito.
Sam despertó de su sopor y volteo a ver a Bian un poco desorientado tras ser despertado por Bian.
-¿Qué pasa?- Bian pregunto.
-....nada....ya no importa...- Sam dijo recordando su situación .
-eso no pudo ser nada, uno no se queda congelado por nada, algo paso y quiero saber- Bian dijo.
-¿que importa? ¿Que no los escuchas? Ya están cerca- Sam dijo apuntando a las lejanas puertas de acero de la entrada de la estación principal que estaba detrás de 5 rejas diferentes que separaban cada circulo de 2 filas de habitáculos cuadrados y sucios.
-por favor dígame....no quiero morir con la curiosidad- Bian rogo.
Sam se había quedado sordo ante sus palabras prefería no escuchar sus plegarias, solo levanto la mano y rápidamente Bian entendió que ya no valía la pena preguntar.
-....no quiero perder mi cuerpo...-
En un momento se les apretó el corazón cuando se escucharon esas palabras de miedo y desesperación, probablemente ninguno de los dos lo quería decir, pero suponiendo que el mas aterrado y confundido de la sala lo dijo tal vez era de esperarse.
-no quiero perder mi cuerpo Bian...- dijo nuevamente Sam.
Bian se le quedo mirando con compasión, los sonidos de las pisadas y silbidos se escuchaban mas cerca ya había golpes en la puerta principal y arañazos, hasta se empezaron a escuchar pedazos de piel y carne separándose.
-yo tampoc....- Bian trato de decir pero fue cortado.
-NO QUIERO MORIR, NO QUIERO PERDER MI CUERPO...- Sam dijo en un ataque de pánico.
Se arrepentía de todo lo dicho, ¿Qué le importaba la vida de este chico que apenas había conocido hace unos días y apenas si podía recordar su nombre? ¿Qué le importaba si terminaba su existencia con un amigo?, el no estaba dispuesto a ser tragado por esas cosas, no iba a dejar que papá lo atrapara, no había escapado de él para terminar así, no hiba a dejar a esas cosas agarrarlo JAMÁS. Empezó a buscar de manera histérica en su caja de herramientas algún objeto para romper el candado o forzarlo, carecía de herramientas como destornilladores pequeños o pinzas ya que esas herramientas fueron reemplazadas por objetos mas mecánicos y con menos posibilidades de ser usados como armas, vio entre todas las herramientas posibles que podría utilizar.
-Señor Sam calmes....-
-CALLATE- grito Sam desesperado.
Empezó a tirar todas las herramientas que consideraba inútiles fuera de su caja de herramientas , saco todos los tornillos, destornilladores, llaves y maquinas de tornillos. Nada era útil, nada parecía tener utilidad alguna, todo estaba perdido en ese momento para Sam, pero entonces encontró una herramienta al fondo de la caja que podría salvarlo, un martillo.
-SI...LO TENGO- dijo agitado
Utilizo las orejas del martillo para intentar romper el candado, pero debido a la fuerza del candado y su falta de músculos hiba a requerir casi toda su fuerza. Noto que Bian lo empezó a imitar en cuanto vio lo que hacia por lo que tenia al menos una esperanza más, Sam tiro y tiro con toda la fuerza que su atrofiado cuerpo de huesudo le permitía, sentía de alguna manera dolor. los huesudos apenas tenían un par de ligamentos para mantenerse en pie y moverse, por lo que el esfuerzo que estaba haciendo se podría decir que era titánico, incluso algunos podrían decir que de leyenda pero para un topo asustadizo como Sam esto era lo esperable. El candado parecía mucho mas resistente de lo que Sam creía incluso Bian estaba teniendo dificultades para romperlo él mismo y los sonidos de la puerta empezaban a ser mas duros, fuertes y deformes, Sam incluso empezó a pensar que esto era tal vez una perdida de tiempo, hasta que escucho lo que venía después.
La puerta de entrada empezó a ser abierta a la fuerza lentamente. de ella empezaron a salir extremidades, apéndices, pieles rasgadas, músculos negros llenos de gusanos, pedazos de ropa de los que alguna vez fueron personas y caras de completa disformidad indescriptible, había personas con caras asimétricas y extremidades extra hechas del liquido negro, sus ropajes se caían a pedazos a medida que tomaban mas formas amorfas y dignas de un ser de pesadilla. de entre todo el grupo de criaturas amorfas destacaba un ente de extremidades alargadas de donde sobresalían gusanos tan largos que casi parecía pequeños tentáculos que salían de sus partes desgarradas, sus cuencas oculares estaban completamente vacíos y su boca estaba llena de alguna especie de papilla negra de la cual brotaban una especie de raíces o hongos, la criatura tenía en una perpetua expresión de felicidad y regocijo que resultaba en una vista desagradable y aterradora a la vista.
Cuando Sam vio a esta criatura salir de la puerta se esforzó como nunca lo hizo jamás, incluso más que cuando tuvo que escapar de papá o cuando tuvo que escapar de Julián en la habitación gris, Sam estaba haciendo un esfuerzo tal que era imposible que sus músculos se mantuvieran unidos con tal potencia producida por el miedo y la adrenalina de tan solo ver el mar negro de infección que se les venía encima.
-DIOS POR FAVOR, DIOS- Sam rogo.
La marea negra empezó a entrar por la puerta y empezó a tirar abajo la primera reja tratando de morder, jalonear y rasgar todo lo que pudieran de la reja que les bloqueaba el paso a los entes. Cada segundo se volvía un milenio de la eternidad, cada esfuerzo se volvía un dolor comparable al del dolor de Prometeo cuando fue torturado por los dioses griegos, cada gemido de dolor se volvía una pequeña e insignificante plegaria por la salvación.
Los entes parasitarios empezaban a romper la primera reja, se escuchaban los resquebrajos y los rechinares de la reja los sonidos de los entes parasitarios se volvían cada vez mas intimidantes, pasaron de ser un silbido desafinado e irritante a un tarareo grave cantado al unísono, una melodía relajante pero perturbadora la cual solo aumentaba el miedo en los corazones de todos los hombres cerca, la primera reja cae y continua la siguiente.
Entonces un pequeño sonido suena en el candado de Sam y luego otro, y luego suena el dulce sonido de un 'CRACK' es entonces cuando Sam cae al piso de la fuerza, su caída es tan fuerte que termina golpeándose muy fuerte la cabeza y quedando aturdido severamente.
-SEÑOR SAM- Bian grito mientras trataba aún de romper su cerrojo.
La marea negra desgarraba y destruía cada vez mas rápido la segunda reja, el único sonido que hubo cuando la reja cayó fue un golpe seco del metal. La tercera reja empezó a ser desgarrada esta vez con mas salvajismo que la anterior, el que mas contribuía a su destrucción era el ser de extremidades largas y sonrisa perturbadora, podría perfectamente pasar por encima de la reja pero prefería por alguna razón destruirlas primero, probablemente para dejar pasar a sus otros deformes compañeros.
Sam tuvo que mantenerse unos segundos extra en el piso hasta que logro recuperar la compostura y levantarse cuando volteo a mirar vio el candado roto-aunque el martillo también estaba hecho pedazos-.
-¡SI!- Sam grito victorioso.
Sam inmediatamente corrió a la salida de la reja de su cubículo miserable, pensaba correr y no mirar atrás por ninguna razón.
-SEÑOR SAM, ESPERE- Bian grito.
Rápidamente rompió su propia promesa cuando volteo a mirar a Bian que aún intentaba romper su candado y eso significaba que ahora Sam estaba en un dilema, dejar a Bian atrás o salvarlo en tal vez el primer acto valiente en su vida. Lamentablemente para Sam esto dejo de ser una opción en cuanto notó algo y es que alguien ya lo había notado a él. El ente de extremidades largas lo había visto y paro de intentar de quitar la reja e inmediatamente levanto uno de sus pies para saltarse las rejas.
Ya no había pregunta alguna que hacerse, Sam se hiba ir corriendo, no le importaba si era visto como un mal amigo o un embustero, el no hiba a ser tomado por esos maltrechos malnacidos, esas denigraciones de todo lo natural no lo iban a convertir en otro monstruo deforme y asimétrico como ellos, pero cuando estaba apunto de correr otro sonido sonó.
-POR FAVOR NO ME ABANDONE- Bian rogo.
Cuando escucho esas palabras la imagen de Julián vino a su mente, sus ojos vacíos pero llenos de ira y resentimiento de una manera mas bien intuitiva que observable, sus lloriqueos y ruegos desesperados por ayuda, las miles de conversaciones que sostuvo con él a pesar de tal vez a veces dar respuestas vacías y algo planas. Sam fue detenido por una fuerza atronadora de dolor y sufrimiento interno casi tan intensa como el dolor físico en algunas ocasiones, culpa, remordimiento y pena. Se intento justificar en su propia supervivencia en que era necesario para que él pudiera evitarse el dolor en ese momento cuando aún no era huesudo, pero eso era fútil y burdo a este punto de su existencia evitando el dolor físico. No hiba a negarlo Sam tenía miedo, miedo de que si de algún modo los entes parasitarios lo llegasen a infectar obtenga un destino peor del que ya tiene de por si, tal vez ser aun consciente de tus acciones mientras estas infectado, tampoco quería terminar muriendo de una manera tan horripilante-aunque Sam ni siquiera sabia si eso se le puede considerar morir-. Pero al mismo tiempo su culpa por sus acciones pasadas lo atraían a tratar de salvar a Bian aunque fuera en vano.
Mientras estas tribulaciones pasaban en pocos segundos por la cabeza de Sam, el monstruo alargado ya estaba saltando por sobre la tercera reja mientras sus compañeros deformes intentaban romperla.
Finalmente Sam incapaz de resistir mas la indecisión decidió ayudar a Bian a romper el cerrojo, cogió un pedazo de concreto suelto que había caído del techo de las alcantarillas y corrió hacia la puerta de Bian.
El ser de extremidades largas empezó a estirar su siguiente pierna para atravesar la cuarta reja mientras
-SEÑOR SAM, NO PUEDO, NO PUEDO ROMPERLO-
Sam lanzo la piedra de concreto por encima de la reja y callo a los pies de Bian.
-utiliza la piedra esta hecha del concreto mas duro de todos, aguanta casi cualquier cosa-
Bian tiro de inmediato a un lado su martillo y agarro la piedra y la empezó a azotar contra el candado, mientras que el ente ya estaba levantando la pierna para pasar la ultima reja mientras que sus compañeros ya estaban en proceso de tirar la cuarta.
Entonces un agudo 'CRACK' sonó.
-SI- vitoreo Bian mientras quitaba el candado.
-Ahora corre, corre - le ínsito Sam mientras el empezaba a correr.
-¡OIGA ESPERE!- Bian dijo mientras abría la puerta e hiba afuera.
Finalmente el ser de extremidades largas sorteo la ultima reja y vio a Bian de manera depredadora, Bian se quedo congelado unos segundos hasta que finalmente reaccionó y empezó a correr detrás de Sam, la criatura hizo lo mismo y se puso en cuatro para poder moverse mas adecuadamente y empezó a perseguir a ambos compañeros. La monstruosidad corría como si de algún tipo de pantera se tratara con una necesidad imperiosa de atrapar humanos y seres biológicos.
Sam hiba a la delantera ambos corrían al edificio central de la estación principal, el cual era una estructura gigantesca en forma de cilindro la cual llegaba hasta el techo y estaba rodeada por una fosa de aguas residuales, en la parte de arriba estaba una de las salidas de emergencia que solo podía ser desbloqueada por el hombre de la radio, en la parte de abajo estaba el bar donde estaban atrincherados el resto de trabajadores de la alcantarilla. Inmediatamente cuando Sam pensó en ello se dio cuanta de un pedazo de información importante y se dio cuenta de que entrar a el edificio principal seria un suicidio casi instantáneo. De inmediato Sam corrió rodeando el edificio principal y yendo en dirección hacía la puerta del almacén la cual estaba ubicada en una pared detrás del edificio central.
-¿¡SEÑOR SAM PARA DONDE VA!? EL EDIFICIO ES POR ALLÁ- Bian dijo perdiendo un poco los nervios.
-si entramos allí el resto de los trabajadores nos eliminaran de inmediato, debemos entrar por el almacén-
La criatura hiba dando zancadas y lanzando puñetazos al aire mientras los perseguía, su espalda empezaba a alargarse para poder alcanzarlos, su cara sonriente se empezó a poner cada vez mas arrugada y extensa casi cómo una prenda mojada recién sacada de la lavadora, empezaba a acercarse más y más con la mayor velocidad que su cuerpo desproporcionado le permitía, rompiendo rejas donde se agarraba para impulsarse o rasgando levemente el piso para alcanzar a los compañeros mas rápido. Finalmente Sam diviso la puerta del almacén a lo lejos y corrió con todas sus fuerzas para alcanzarla.
Vio que un hombre abrió la puerta de repente, esta moviendo la mano de un lado a otro obviamente para darles a entender que vinieran con él.
-MANTENLA ABIERTA- Grito Sam.
Pero cuando estuvieron lo suficientemente cerca de él, una estela de fuego se expandió detrás del hombre quemándolo por completo y rostizándolo al completo, Sam tropezó del susto en cuanto vio la estela de fuego quemando al hombre, pero pudo ver que mientras el hombre se quemaba, de él emanaban pequeños gusanos negros muertos dando a entender que el hombre estaba infectado y los trato de engañar, cuando vio quien había sido el responsable vio a un hombre de piel oscura, camisilla blanca, rapado y con un lanzallamas en la mano. Cuando Sam volteo rápidamente a mirar vio a la criatura de extremidades largas a 20 metros de él y a 9 metros de Bian que seguía corriendo a la puerta, cuando el hombre de tez oscura vio al monstruo inmediatamente intento cerrar la puerta de nuevo pero Sam rápidamente se levanto y se puso a empujar en contra de la fuerza del hombre oscuro.
-QUITATE- grito el hombre de tez oscura.
Bian estaba a 9 metros de la puerta. Otros 2 hombres aparecieron de detrás del hombre negro y empezaron a forcejear con Sam para echarlo de la habitación.
-VETE DE AQUÍ HUESUDO- uno de los hombres dijo.
Bian estaba a 6 metros de la puerta. El monstruo logro rozarle su camisilla blanca con una de sus garras haciendo que por el cuerpo de Bian pasara un terrible escalofrío, Frío y mordaz, que lo impulso a dar un ultimo esfuerzo de fuerza explosiva.
-EMPUJEN LA PUERTA SAQUENLO- dijo otro hombre.
Los hombres hacían lo que podían para sacar a Sam y cerrar la puerta, Sam empezaba a desgastar sus fuerzas, apenas si le quedaban fuerzas de cuando rompió el candado y sus pies empezaban a resbalar en el piso, no hiba a poder aguantar más la fuerza de empuje de estos hombres.
-SE ACERCA CIERREN YA LA PUERTA- el hombre negro grito con miedo en su voz.
3 metros de la puerta, la figura imponente e inhumana de la criatura se empezó a volver mas monstruosa cuando su cara se destruyo para abrirse y crear 3 tentáculos que salían de su mandíbula superior, en un intento ultimo y desesperado para alcanzar a Bian y reclamarlo como parte de sus victimas parasitadas.
2,5 metros, los gritos de los hombres se volvían mas desesperados y aterrados.
2 Metros, Bian hace su ultimo esfuerzo por la supervivencia.
1,5 metros, el cuerpo de Sam ya esta cerca de la falla absoluta y el rendimiento, poco espíritu queda para pelear por su mente.
1 metro, finalmente Sam en un ultimo acto desesperado se desliza hasta dentro de la habitación para no perder la conciencia.
0,7 metros, que el Cualquiera, el Triangulo y la Muerte decidan tu destino Bian.
0,4 metros los hombres empiezan a cerrar la puerta.
0,1 metros, alabada sea la piedad de los Dioses, por que veras una hora mas de tu vida.
Bian finalmente logro escabullirse dentro de la puerta en el ultimo segundo y cayó al piso apenas entro, los 3 hombres finalmente bloquearon la puerta y la contuvieron para evitar la entrada de la criatura, la criatura golpeo, chillo y araño pero no pudo hacer nada mas y se retiro.
-casi no la contamos-dijo Bian con respiración agitada- pero hey, al menos tendremos una anécdota que contarle a nuestros nietos....o bueno en este caso mis nietos, pues por que tu no tienes...- dijo tratando de bromear un poco.
Pero entonces miraron para donde estaban los hombres y vieron que él hombre de tez oscura les estaba a apuntando con el lanzallamas.
-quédense quietos desgraciados- dijo el hombre de tez oscura.
Todos los hombres los veían con caras enfadadas y faltas de simpatía .
-ustedes 2 casi hacen que nos maten- otro de los hombres dijo.
-y tal vez estén a punto de hacerlo, quien sabe si estos desgraciados están infectados- el hombre de tez negra dijo.
-hey, ahora que los veo, ¿ellos no eran los que estaban bajo cuarentena?- otro hombre con gafas dijo.
-¿que esta pasando?- una voz de la parte trasera dijo.
De la parte de atrás vino otro hombre con una confección física corpulenta y un huesudo.
-que esta pasando Pedro- pregunto el hombre corpulento dirigiéndose al hombre de tez Negra.
-estos 2 se colaron y casi nos matan- el hombre de tez negra llamado Pedro dijo.
-¿los atacaron?- el huesudo pregunto preocupado
-no, casi dejan entrar a uno de esos monstruos- Pedro dijo
-entonces deben esta infectados- el huesudo dijo
De inmediato Sam sabia que no podía mantenerse callado.
-s-solo tratábamos de huir de esa cosa pero ustedes n-nos trataban de cerrar la pu-puerta- Sam grito
-aja, ¿y te pareció buena idea mantener la puta puerta abierta mientras esa cosa se acercaba a pasos agigantados con la alta probabilidad de que nos atrapara?- Pedro dijo
-Yo aún estaba afuera y esa cosa me perseguía de cerca- Bian dijo
-si y eso te hace mas sospechoso a ti y a tu amigo de ser infectados, por 1 haber tenido contacto cercano con entes parasitarios, 2 por estar tan apegados y 3 por que ambos estaban en estado de cuarentena- el hombre de gafas dijo
-gracias por la observación Sebastián- dijo el hombre corpulento- bueno....¿algo que decir en su defensa?-
Bian trato de pensar en cualquier argumento para defenderse pero de él no salía palabra alguna, estaba en contra de argumentos muy buenos en su contra y la verdad una teoría conspiranoica no ayudaría mucho aquí, mientras Sam miraba por todo el almacén con la esperanza de encontrar algo y por suerte para él, encontró ese algo.
-e-el d-desodorante de allá- dijo Sam apuntando al desodorante de una estantería cercana.
-¿que con eso?- el hombre de las gafas llamado Sebastián pregunto.
-¿t-tienen cerillos?- pregunto Sam.
-¿Por qué?- Pedro dijo confundido.
-p-puedo hacer una prueba de f-fuego casera con esas 2 cosas- Sam dijo tembloroso.
-¿enserio?- Sebastián pregunto.
-si, es verdad es un truco antiguo- el Huesudo dijo.
Los Hombres se vieron sorprendidos por esto, al fin y al cabo no tenían mucho tiempo para aprender trucos de química aquí abajo, Pedro volteo a ver a Sam y a Bian con precaución nunca dejando de apuntarles a ambos.
-Godínez....dales el desodorante- Pedro dijo al hombre a su lado.
-ok- dijo Godínez el tercer hombre.
Antes de pasárselo Godínez sacudió el desodorante antes de pasárselo a Sam.
-esta casi vacío- Godínez dijo.
-c-con eso me b-basta- Sam dijo.
Godínez de inmediato le lanzo el desodorante que apenas y si atrapa.
-¿y los cerillos?- pregunto Sebastián.
-oh, yo tengo...son para en caso que quiera fumar- dijo el hombre corpulento un tanto alegre mientras sacaba su caja de cerillos.
-maldición Ricardo, ¿desde cuando tienes esos? Nos pudieron ser útiles antes para saber que Rupert era un ente y así no hubiéramos perdido a Samuel- dijo Sebastián un tanto molesto.
-pues....se me olvidaron- dijo el hombre corpulento llamado Ricardo con una sonrisa mientras le pasaba los cerillos a Sam.
Los demás hombres vieron a Ricardo con una cara decepcionada. Sam de Mientras preparaba la botella de desodorante, cuando comprobó el contenido vio que solo le daba para una rociada así que tenia que decidir a quien comprobar de que estaba limpio. Sam agarro el spray y empezó a hacer marañas con las manos para poderse quemar su propia mano.
-señor Sam apresúrese- dijo Bian ansioso por las miradas intensas de los hombres.
Entonces ahora estaba la decisión de ver quien probaba su inocencia, quién resultaba ser el verdadero y cual el imitador, de salvar a uno de los dos de las miradas acusadoras. Lamentablemente para Bian, para personas cómo Sam el sentimiento de miedo superaba el sentimiento de cariño hacía el prójimo. Sam se metió la mano al fuego del spray improvisado, el sentimiento abrasador pero ardiente y despellejante hizo que soltase un grito intenso.
-bien....supongo que él huesudo no esta infectado- dijo Ricardo.
-aléjenlo del otro- ordeno Pedro.
Sam fue arrastrado lejos de Bian por Sebastián y Godínez. El huesudo que acompañaba a los hombres se acerco a la botella de desodorante y la sacudió.
-ya no queda nada- dijo el huesudo
-entonces habrá que poner en cuarentena a este chico- dijo Pedro- Vamos Levántate, o te incinero- amenazo Pedro
Bian miro a Sam sintiéndose algo traicionado por sus acciones pero Sam también pudo ver un pequeño atisbo extraño de comprensión, como si su mirada le dijera que Bian no lo culpaba por su accionar, algo que ciertamente hacía que Sam ya no se sintiera tan mal.
Bian fue llevado a otro cuarto para prevenir ser infectados en caso de que Bian tuviera un ente en su cuerpo. Mientras esto ocurría Ricardo se le acerco.
-hey....¿como te llamas?- Ricardo preguntó
Sam se mantuvo en silencio unos segundos antes de responder.
-Samuel....pero todo mundo me llama Sam-
Ricardo se rio por esto.
-¿escuchaste Sebastián? Este se llama Samuel igualito al que perdimos- dijo Ricardo burlón.
-vete a la mierda Ricardo- dijo Sebastián algo ofendido
-va pero si aún no estoy en una tumba para eso-
Mientras ellos 2 se enzarzaban en una discusión Sam se preguntaba en sus adentros llenos de miedos, inseguridades y arrepentimientos, una pregunta que ya se a hecho mil veces y probablemente volverá a hacerse de nuevo en un futuro cercano, "¿hice bien?".
(Lamentablemente en este capítulo no tuve la ayuda Csm por lo que este capítulo tendra muchos errores de praxis, pero igualmente espero que les guste que este fue el que mas tiempo me tomó desde el capítulo 1 y 2)
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top