Desconfia a toda costa


Los dioses nos amparen se lo llevo, se llevó a Pedro y el lanzallamas, todo fue tan rápido que Sam apenas si puede reconstruir lo que paso y como ocurrió, primero había visto ese liquido negro en la mano de "Sebastián" y cuando se quitó los lentes sus dedos empezaron a ser reemplazados por abominables extensiones negras y babosas de sus músculos que se separaron su piel como si fuera un mero disfraz de hule, la parte superior de su cabeza se separó de su mandíbula dando paso a la cabeza de un gusano fusiona con la de un cráneo humano haciéndolo ver como una abominación sacada de una pesadilla de muerte, su pecho se abrió soltando todos sus órganos internos siendo remplazados por tentáculos negros cubiertos de un líquido baboso los cuales se abalanzaron inmediatamente sobre Pedro quitándole el lanzallamas y tomándolo del cuello antes de que pudiera correr o accionar el lanzallamas, su cuerpo empezó a contorsionar y sus ojos se pusieron blancos soltando espuma por la boca.

El resto de la escena le es difusa, solo recuerda a los tentáculos moviéndose por todas partes, chillidos que sonaban como una cacofonía de gritos de dolor e ira animal, él y el resto del grupo corriendo hacia la puerta de la otra sección del almacén y posteriormente bloqueando la puerta con cajas y unas sillas. Los golpes y chillidos de la criatura fueron cada vez más fuertes con cada segundo que pasaba hasta parecer los sonidos de un millón de animales en agonía rogando por ayuda, Bian se trataba de cubrir los oídos con los codos, Hurtado y Godínez trataban de bloquear la puerta, y Sam estaba contra la pared hecho una bola de miedo viéndose como un animal indefenso, Sam pensó que era él fin que pronto haría parte de la horda monstruosa de criaturas se haya afuera y que perdería todo rastro de humanidad, y lo peor fue una imaginación terrible que se le paso por la mente, ¿Qué tal que cuando lo infecten él siga consciente pero no esté en control de su cuerpo? ¿Qué tal si sentía cada parte de la transformación abominable de los entes con todo el dolor y sufrimiento? Estos pensamientos solo hicieron que el pánico de Sam fuera en aumento haciendo que soltara pequeños chillidos de miedo parecidos a sollozos lo cual solo aumento el estrés de los demás. lentamente los golpes se calmaron y los chillidos se suavizaron pasando a ser solo breves gemidos de dolor.

Por un momento hubo, hubo un poco de agitación por parte de Sam pero en general los sonidos de suspiros aliviados predominaron en la sala, Godínez se apoyó en la pared para respirar, Hurtado solo se quedó mirando a la pared aparentemente pensativo, Bian estaba temblando del miedo y aun no parecía asimilar lo acababa de pasar, Ricardo simplemente se sentó en una caja con una cara más bien despreocupada y Sam se mantuvo en posición fetal contra la pared aterrado de la posibilidad de que la criatura atravesara la puerta, que de alguna manera la abominación lograra cobrar la fuerza suficiente para romper todo a su paso y consumirlos de la manera más violenta posible. Lamentablemente lo que vino después fue peor que eso, fue una prolongación del miedo y el estrés.

-déjenme entrar, les prometo que serán felices así-dijo una voz al otro lado de la puerta.

No había forma en que ninguno de los presentes pudiese describir con exactitud esa voz, no era la voz de Sebastián o de Pedro era una voz hueca, despersonalizada, sin ningún tipo de tono humano, ni siquiera se podía considerar la voz de un monstruo ya que no era una voz fuerte o distorsionada solo era una voz, una voz que no se le podía atribuir a nada ni a nadie, una voz carente de humanidad pero a la vez una voz que era difícil poner en cualquier criatura inhumana, era la voz de la nada absoluta, la voz de lo que no se supone que debería tener voz. Todos los que estaban en la habitación solo se pudieron congelar de terror al escuchar voz tan hueca y falta de vida, Sam solo se pudo cubrir la cara con él deseo de poder ser capaz de soltar lágrimas para poder al menos sentirse menos estresado, pero como no tenía ojos para llorar solo le quedaba su garganta esquelética para soltar chillidos sollozantes.

-¡Cállate por él amor del Cualquiera!- grito Hurtado harto de los chillidos de Sam.

-bastante curiosa la forma en que gritas para ser tan supuestamente calmado y comprensivo- dijo la voz de nadie con alguna intención oculta imposible de detectar por su falta de caracterización.

Hurtado volteo a mirar a la puerta con algo de espanto, pero rápidamente sacudió la cabeza tratando de pensar en que el monstruo solo trataba de hacerlo dudar de sí mismo y de su propia amabilidad.

-¿y tú qué sabes de ser comprensivo? Tu solo te la pasas arrastrándote miserablemente pretendiendo ser cualquier ser vivo para ocultar tu vil y abyecta naturaleza- dijo con rabia, aunque con un pequeño hilo de miedo.

La voz solamente hizo un sonido que ninguno de los presentes sabría como describir, no era ni un llanto, ni un grito, ni un gemido, ni una risa solo era un sonido indescriptible que por sus características resultaba completamente alienígena para todos, era como escuchar el sonido de todo al mismo tiempo que el sonido de nada.

-curioso viniendo de ti, dime ¿Qué acaso no tenías intención de matar a Pedro en el momento en que descuidara su lanzallamas?- pregunto la voz.

Hurtado parecía cada vez más molesto por las afirmaciones de la criatura viéndolas como hipócritas, ¿Qué derecho tenía esta criatura la cual se ha cobrado ya a miles si no tal vez millones de trabajadores inocentes por querer acabar con un solo trabajador el cual claramente no era una buena persona?.

-¿¡y tu con qué derecho me dices esto criatura del averno!? ¡Tú has matado a miles con tus propias manos!-

-yo no tengo la sangre de nadie en mis manos, ustedes fueron los que los mataron, ellos seguían vivos y felices.... conmigo hasta que.... los quemaron y los dejaron aún más muertos y miserables- dijo la voz con lentitud como si tuviera dificultades para conectar las palabras.

Hurtado se quedó congelado por unos segundos preguntándose a que se refería con eso, ¿acaso las consciencias de los infectados aun seguían activas dentro de la transformación? ¿acaso este ser se veía como alguna clase de salvador o protector? Pero después en sus pensamientos y en los demás aparecieron la desconfianza y la paranoia nuevamente, ya enconadas en sus espíritus por lo mucho que ya habían vivido en las alcantarillas, ¿Qué tal si mentía? ¿Qué tal si todo esto era un engaño para atraerlos dentro de su red de manipulación y tragarlos como al resto de los trabajadores que ya habían sucumbido a los parásitos? No podían confiarse, podría ser el fin de sus propias consciencias si confiaban de más, como dice el dicho en las alcantarillas "las palabras más dulces son los indicios más alarmantes del engaño".

Hurtado le hizo una seña a Godínez para que bloqueara aún más la puerta con cualquier objeto que aun quedara en la habitación, volteo a ver a Sam y Bian obligándolos a levantarse dándoles un par de bofetadas para que se calmaran y fueran a ayudar a Godínez, Ricardo estaba sentado sobre un montón de cajas aplastadas por su propio peso tenía una cara más seria de lo usual parecía congelado por las palabras de la voz, aun con su personalidad bromista y despreocupada no podía protegerse del horror de lo extrañamente desconocido.

-todos ustedes siempre andan creyéndose mejor de lo que son diciendo que harían tal, tal y tal creyéndose más puros que los otros, ustedes no pueden concebir la idea de ser ustedes los malos-dijo la voz empezando a hacer una especie de imitación de la voz de Hurtado- ¿Por qué lo harían? Si ustedes son tan puros, ¡no yo no mate a este tipo porque lo odiaba lo hice por el bien mayor! Claro esta yo mato en nombre de la humanidad de manera altruista- dijo como si se burlara.

Escuchar a la voz imitar a Hurtado de manera tan perfecta hizo que todos en la sala tuvieran un escalofrió colectivo de disgusto y terror, pensar que esta criatura podía imitar su voz solo los hacía pensar con aun más paranoia, no podían saber nada con exactitud con esta criatura, ¿Qué tal si metía alguna de sus extremidades negras por los bordes de la puerta? ¿Qué tal si uno de sus tentáculos atravesaba la puerta e intentaba atraparlos por ahí? Inmediatamente Sam en una demostración de pánico, busco histéricamente en las cajas cinta adhesiva para tapar los bordes de la puerta, Ricardo también lo ayudo ya que él mismo, aunque no quería admitirlo se sentía bastante intimidado con toda esta situación.

-¿quieres saber por qué Pedro nunca disparo aun cuando tuvo bastantes oportunidades? Es por que tenía miedo, el solo amenazaba a los otros no por tener el poder, sino porque estaba demasiado asustado de los otros pensando que alguno lo iba a infectar, yo le di seguridad en sus últimos momentos cuando fui Sebastián, yo le hice creer que tenía un amigo, algo que nunca tuvo en la miserable vida en esta alcantarilla- dijo la voz.

En este momento algunos ya estaban viendo a Hurtado con cierta desaprobación, sabían que Pedro no era el más agradable pero pensar que tal vez hizo lo que hizo no porque haya querido tener alguna sensación de poder si no por miedo a que los otros lo atacaran empezaba a hacer sentido en sus cabezas, de hecho empezaron a ver fallas en el discurso de Hurtado de que Pedro hacia todo lo que hacía por poder como siempre lo acusaba en todas discusiones, estaban en una situación extremadamente desesperada ¿para qué Pedro siquiera quisiera poder?, el único que no le estaba dirigiendo una mirada era Sam ya que a él sinceramente no le importaba al fin y al cabo él no era nadie para juzgar realmente, no le importaba las decisiones de tal y cual simplemente quería irse a un lugar seguro donde nadie podría hacerle daño y ya está no es como si se sintiera muy apegado a estas personas con excepción de Bian aunque no demasiado a decir verdad, digo apenas si lo conoce no es como si fuera un hijo para él, era más un conocido cercano.

Las horas pasaron con lentitud, había más miedo del que había habido antes, la voz venia de vez en cuando para atormentarlos con sus monólogos los cuales solo los ponían más paranoicos, hablaba de como los "otros" los han estado esperando afuera, y que eventualmente sabía que se entregarían ya que la mitad de ellos necesitaban comida y agua que no tenían, empezó a imitar sus voces para ponerlos nerviosos haciéndolos pensar que a lo mejor alguno estaba infectado, esto provoco que la paranoia se volviera peor que la que había antes de la transformación de Sebastián, ahora todos estaban en una esquina diferente de la habitación confinados a esta con tal de evitar una posible infección casi era como si cada esquina fuera la zona inviolable y sagrada de cada uno de ellos, parecían animales extremadamente territoriales los cuales a la mínima señal de acercamiento sus niveles de agresividad aumentaban exponencialmente, soltaban insultos unos a otros, se lanzaban objetos e incluso algunos se lanzaban amenazas de muerte (principalmente eran lanzadas por Godínez).

-si alguien se acerca al menos un centímetro a mi piel voy a arrancarles la garganta estén infectados o no malditos hijos de puta- dijo Godínez con una rabia paranoide.

Bian era el único que no se mostraba agresivo a los acercamientos de los otros, se veía más cansado que otra cosa, su apariencia parecía cada vez más demacrada y tosca ya no parecía tan juvenil ni tan inocente como lo había hecho cuando Sam lo conoció, y aun con todo eso Bian seguía siendo bastante confiado de que todos estaban libres de parásitos no por que fuera incrédulo de los entes parasitarios como lo fue en un principio, si no que se sentía cansado de la paranoia y el aislamiento social que estaba causando tanta agresividad entre sus ahora compañeros. En una ocasión trato de hablar tranquilamente con Ricardo, pero lo único que obtuvo fue una mirada fría y llena de desdén indicándole que claramente no tenía ninguna intención de socializar.

Ricardo parecía el más afectado, su personalidad bromista se había desvanecido y solo tenía una cara de molestia perpetua en donde miraba a todos como si el mero hecho de que lo miraran fuese disgustante para él, la paranoia finalmente se había hincado en su mente haciéndolo pensar que tal vez alguien andaba infectado dentro de la habitación, las imitaciones de voz solo lo pusieron a pensar en posibilidades horribles de como alguno de ellos podría abrirse a la mitad y dejar salir uno de esos horribles tentáculos, prefería morir a convertirse en una de esas cosas.

-malditas larvas super mutadas...- murmuro una vez.

Hurtado ha sido el que más ha sido afectado por todo, gracias a la voz ya nadie confiaba en su juicio ni en su voz, ya que la voz los había hecho cambiar su percepción inicial sobre Hurtado, el que alguna vez se vio como un hombre compasivo y calmado, ahora parecía un viejo rencoroso con deseos asesinos reprimidos, ya no sabían si creer en él o no, claro a ellos no les gustaba demasiado Pedro pero no podían negar que tal vez en su posición pudieron hacer lo mismo y no es como si él hubiese hecho algo verdaderamente malo en primer lugar, por lo que las acciones de Hurtado parecían más bien ahora un intento de tomar el poder del grupo más que un acto altruista impulsado por un sentimiento de justicia, y quien sabe puede que de verdad fuera eso.

Por ultimo esta Sam el cual ,tras sus acciones para probar que Bian no estaba infectado, era el miembro del grupo en el que los otros más confiaba pero esto no le brindaba seguridad alguna a Sam, él se sentía acorralado, se sentía rodeado por lobos en pieles de ovejas las cuales podían saltarle en cualquier momento para arrancarle el alma a su cuerpo, se sentía oprimido en toda esta situación, en los únicos que sentía un poco de confianza en que no estuvieran infectados eran Ricardo debido a la ayuda que recibió de este durante su intento de probar que Bian no estaba infectado y Bian, aunque dudaba de este último debido a lo cerca que estuvo de Sebastián cuando se transformó pero una parte de él quería creer que Bian aún era humano. Constantemente estaba ojeando cada movimiento de cada uno de sus compañeros, pensando que cada mínimo gesto era una potencial amenaza o intento de acercamiento deliberado, sus escasos sentidos constantemente revisaban los detalles de las caras de sus compañeros, sus manos, sus pies y sus ojos, asegurándose de que ninguno hiciera nada sospechoso.

Mientras todo este ambiente de paranoia se desenvolvía, la voz decidió hacer acto de presencia nuevamente para poder hacer algo que terminaría llevando a todos los presentes a la paranoia más absoluta.

-he escuchado sobre estos "chistes" que ustedes humanos les encantan hacer, ¿qué tal si les cuento uno? Al fin y al cabo, nuestro tiempo juntos nos ha vuelto muy cercanos, aquí va, había una vez un muchacho llamado "Alguien", Alguien vivía tranquilamente en un pozo, un día alguien encontró un gusano y dijo "eso parece algo apetitoso" así que se lo comió a pesar de su correosa textura, después otro muchacho cayo al pozo junto a Alguien, el muchacho le pidió ayuda a Alguien para salir pero lo que no sabía él y lo que no sabía Alguien es que él ya no era Alguien, era otro, pero Alguien esto no lo sabía por lo que creía que eso era lo que de él de verdad pensaba y no lo que otro pensaba, al final cuando el otro muchacho le pedio a Alguien ayuda el que no era Alguien sin saberlo le dijo "¿de qué hablas desayuno? ¿no caíste para ser mi próxima comida?"- dijo terminando con una risa forzada.

Todos los presentes se miraron horrorizados unos a los otros cuando entendieron las implicaciones de ese "chiste" y de las horripilantes posibilidades de todo ello, hubo unos momentos de silencio antes del inicio del pánico, primero Godínez trato de acercarse a una caja de herramientas para poder conseguir un arma, pero Ricardo se le adelanto y saco una pistola de clavos apuntándole a Godínez.

-¿que estabas haciendo Godínez?- pregunto con una cara furiosa.

-¿Qué crees tú bromista? Estoy tratando de no convertirme-

-¿y como sabemos si no estas infectado? ¿Cómo sabemos que no eres uno de esos monstruos salidos de una pesadilla de borrachera? ¿Cómo sabemos que tú eres tú? - dijo aun con cierto tono bromista pero aun serio.

-¿y como sé que tú eres tú Ricardo? ¿Cómo sabes que tú no estás infectado sin saberlo?-

Pero Hurtado tampoco perdió el tiempo y agarro otra pistola de clavos apuntándole a Ricardo.

-Ricardo...cálmate- le dijo Hurtado.

-oooh mira el señor homicida me va a decir que me calme, ¿para qué? ¿para hacer lo que no pudiste con Pedro?- respondió de forma burlona.

-¡baja él arma muchacho!- grito.

-si seguro, así don paranoia podrá quitarme él arma y dispararme con ella-

-¡vete a la mierda maldito ente!- grito Godínez.

-¿ves lo que digo?-

Mientras todo esto pasaba Sam se arrastró a una esquina de la habitación para protegerse de sus compañeros, o tal vez protegerlos de él mismo ahora que sabía lo que sabía, empezó a abrazarse asustado mientras se tapaba los ojos para no tener que ver nada de lo que estaba pasando tratando de convencerse de que él no estaba infectado, trataba de convencerse de que las palabras de la voz eran mentiras, pero las negaciones no servían ante tales implicaciones que, en caso de resultar ciertas, podría resignificar totalmente todas sus interacciones hasta ahora incluso sus propias acciones, ¿estaba él infectado sin siquiera saberlo?, ¿acaso su decisión de querer acercarse emocionalmente a alguien hace unos días fue influencia del parasito? ¿siquiera sus pensamientos eran los suyos? Y en caso de no ser él el infectado ¿Qué tal si Bian era un infectado y sus deseos de estar cerca de él eran producto de su infección?, toda su mente estaban llenos de estos pensamientos de paranoia que lo ponían a temblar como si estuviera en medio de un terremoto haciéndole desconfiar incluso de sí mismo haciéndole pensar que tal vez su voluntad no era su voluntad, que hace mucho que no tiene ningún tipo de agencia sobre sus propias decisiones o sobre sus propios pensamientos, por un momento pensó que algo se estaba moviendo en su interior algo asqueroso y babosa, aunque esta sensación era meramente imaginaria para Sam era muy real y muy horrorosa, si hubiera podido llorar lo hubiera hecho.

Entonces en medio de su ataque de pánico noto que Bian se le estaba acercando tratando de arrastrarse cerca de él, esto inmediatamente hizo que Sam soltara un grito de terror cuando vio que Bian se acercaba.

-¡BIAN QUEDATE AHÍ!- grito Sam.

Bian se detuvo inmediatamente, se podía notar una expresión de debilidad, de plegaria y miedo en la cara de Bian se podía notar que estaba buscando alguna clase de protección o refugio en Sam tratando de buscar consuelo ante la situación, por momento Sam recordó que Bian era solo un niño y que todo esto le debía resultar extremadamente traumatizante, un niño cuyo padre estaba fuera de las alcantarillas en Dios sabe dónde, incapaz de salir debido a las reglas de los niños nacidos en las alcantarillas, un niño que justo ahora solo tenía a Sam como único soporte.

-señor Sam por favor- le dijo con ojos desesperados.

Pero esa mirada le hizo recordar inmediatamente que no podía confiarse de nadie en las alcantarillas, por más cariño que le tuviese más en esta situación en donde ninguno podía saber si estaban infectados o no.

-q-quédate ahí muchacho-

-no quiero que me hagan daño-

-y-yo t-tampoco, pero ¿qu-que quieres que haga?-

-señor Sam ¿no ve que esto es una locura? Esa cosa debe estar mintiendo, quiere separarnos para que peleemos entre nosotros, seguramente se inventó todo eso para...-

-¿Qué pruebas tienes?-

-pues...- Bian trataba de buscar argumento alguno- ¿pues no es obvio? Le convendría mucho a él que nos peleáramos para infectarnos después...-

Pero entonces Sam empezó a reír, pero no era una risa amarga, o una risa divertida o una risa molesta, era una risa desquiciada llena de miedo, fragilidad y locura, como si algo se le rompió en la cabeza a Sam al escuchar las palabras de Bian.

-t-todo...es tan obvio para ti... todo...es obvio para ti... -dijo Sam con una voz alzada y llena de locura- nadie dice la verdad menos tú, si un anciano te dice que hay un monstruo en la alcantarilla es porque claramente está loco, no importa si todos le dan la razón, tú eres el único que tiene la razón, es tan obvio como que todos están locos menos tú-

-señor Sam...- trato calmarlo y tocarle el hombro, pero esto solo provoco que explotara.

-¡no todo es tan obvio sabes Bian, no todo es lo obvio y bonito que tú quieres que sea! ¡si pudieras ver más allá de tu maldita idiotez verías que lo único que hemos hecho por ti es protegerte y lo único que tu haz hecho es constantemente ponerte en peligro por tu estúpido deseo de querer SOCIALIZAR!-

Sus gritos habían sido lo suficientemente fuertes como para detener la discusión de los demás, sus palabras fueron lo suficientemente impactantes para dejar severamente dolido a Bian, tuvo un pequeño acceso de culpa por un momento, pero inmediatamente recordó que no se podía confiar y una disculpa podía ser una invitación a que se acercase y eso era algo que definitivamente Sam no quería.

-¿creen que el muchacho pueda ser un ente?- pregunto Godínez.

-cállate Godínez solo cállate y quédate pegado a la pared- dijo Ricardo

-hazme ponerme contra la pared entonces maldito hijo de...-

Pero entonces de la nada el sonido de una voz apareció, no la de el ente, si no una voz sintetizada, seria y mecanizada, una voz proveniente de la radio de Sam, de la vieja radio provenía una voz que ninguno de los presentes esperaba escuchar, una voz que no esperaron añorar tanto, trayendo noticias de alivio.

-DETENGANSE, ninguno de ustedes esta infectado, repito, ninguno de ustedes esta infectado- dijo la voz del hombre de la radio.

(compartan la historia y todo esto....y de paso perdon por la demora, la escuela y la procrastinacion me han pegado duro estos ultimos meses, asi que perdonenme no se si podre publicar con la constancia que se merecen, pero tratare de compensar, lo prometo)

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