Adrien se encontraba confundido, es decir ¿qué hacían en la casa del anciano que ayudó hace bastante tiempo? Se le hacía muy extraño.

-Es increíble que no conocieras al maestro Fu- reprochó su otra persona.

-No te preocupes Kitty Noir, después de todo, la única persona que sabe exactamente quién soy es Ladybug- contestó con parsimonia.

-¿usted conoce a la muchacha detrás de la máscara?- preguntó muy emocionado, la idea de saber quién podría estar detrás de ella le hacía ilusión.

-Por supuesto que lo sé, al igual que sé que eres Chat Noir-

-¿Cómo rayos todos lo saben?-

-Adrien, piensa un poco ¿cómo obtuviste el miraculous?- Adrienne comenzaba a pensar que su contraparte era un tanto ¿lento? ¿Despistado? O ¿tonto? Quizás era las tres.

-Bueno... no sé cómo llegó aquella caja a mi habitación, es como si un ninja hubiera ingresado-

-Bueno...- la rubia se rio de manera cortés, imaginándose al maestro vestido como un ninja -no es uno, pero podría serlo, el maestro Fu es muy habilidoso-.

El chico comenzó a verlo fijamente, hasta que se percató del pequeño ser que se ocultaba en una caja musical.

-Es un portador miraculous- se dijo así mismo, mientras acariciaba la cabeza del pequeño Wayzz. El maestro asintió, y el chico le sonrió, se sentía feliz de conocer al hombre que lo había salvado de su monótona vida.

-De hecho, es el guardián de los miraculous. Yo lo conocí hace poco, pero su versión de mundo paralelo me trajo acá-

-¡Cierto! ¿Qué haces acá Adrienne?-

-¿Qué? ¿No lo sabías? Marino es Lordbug y Marino no es de aquí-

El rubio se quedó pensando un buen rato lo afirmado por la chica, ella le dio una sonrisa burlona mientras iba a la cocina buscar un poco de té verde. Adrien se colocó furioso, ahora sí que hervía en celos.

-Me debo retirar- dicho esto marchó.

-No creo que eso te ayude Kitty Noir, sabes que Marino debe cumplir su misión-

-Lo sé y lo ayudaré, lo prometo. Por ahora, iré a resolver un asunto pendiente-

-¿De qué se trata, Adrienne?- pregunto el kwami verde con verdadero interés.

-O nada interesante, tan sólo debo dejar claro lo que es mío- la muchacha se transformó en Kitty Noir y se marchó, perdiéndose entre la noche.

-Sabe maestro, estos gatos son muy celosos- menciono con una risa Wayzz.

-También lo siento así, pero así es más interesante- termino el maestro, llevándose la taza de té a sus labios.

Marinette pensó que las cosas iban cambiando rápidamente. Pensaba en su vida, en el constante devenir del amor hacia Adrien, sus constates rechazos hacia Chat Noir, intentar ocultar su identidad, anteponerse a los abusos de Chloé. Pero Adrien era su dilema, ¿qué hacer con él? El chico era todo un desafío.

Sin embargo su mente dejo de darle tantas vueltas cuando sintió unos labios en su frente.

-Buenas noches, Mari- se despidió Marino con una sonrisa, para luego ir a su habitación, la chica tan sólo le despidió con la mano.

-Ah, Marino es un buen chico-

-¡Claro que lo es!- Marinette se dio vuelta rápidamente, para luego caer al piso. Soltó un quejido y se la quedó mirando sorprendida.

-¡¿Ki-Kitty Noir?!-