OO8
Capítulo 8
❝Sonrojarse, chocarse con gente y desaparecer ❞
[N/A: Capítulo largo, perdón por la demora )-: ].
—Toshinori.— dijo Aizawa algo irritado al ver al ex héroe número uno en su forma normal entrar en el salón de profesores tan tranquilamente. Pudo ver como el rubio se sobresaltó ante la mención de su nombre y volteó a mirarlo lentamente algo asustado.
Por su parte, All Might estaba en pánico interno al notar la venita resaltando en la frente del contrario, lo cual generalmente significaba que Aizawa estaba muy enfadado. Tragó saliva, preparándose mentalmente para lo que sea que estaban a punto de informarle.
—Buenas tardes... ¿pasó algo?— se apresuró a preguntar, pero se asustó al ver como el azabache parecía enfadarse un poco más que antes.
—¿Si pasó algo, dices? Pues claro que pasó algo. No has revisado tus mensajes, ni tus correos, ni tus llamadas en estos días.
—¿Mis mensajes...?— preguntó, más para sí mismo que para el otro.— ¡Oh! Lo siento mucho, mi teléfono se averió así que tengo que reponerlo, solo que no he tenido tiempo para hacerlo.
—Tampoco venías a las clases ni a las prácticas. El director dijo que te habían dado licencia por unos días, pero no dio más información.
—Bueno... le pedí a Tsukauchi que me dejara ayudarlo en uno de sus últimos casos.— explicó, dejando su taza de café en un costado mientras tomaba asiento en una silla de escritorio.— Es uno bastante reciente, tiene que ver con unas desapariciones extrañas.
—Vi algo por el estilo en las noticias.— dijo el azabache finalmente, soltando un suspiro y sobándose el puente de la nariz. Parecía estresado, pero daba miedo preguntar el por qué.
—Entonces... ¿sí pasó algo?— preguntó con temor, rogando internamente que no tuviera nada que ver con alumnos, secuestros y la liga de villanos.
—Por supuesto que sí pasó algo.— respondió.— Aquí no puede pasar un solo día sin que pase algo. Esta vez resulta que Midoriya de alguna forma fue enviado a otra dimensión p-
Aizawa estuvo a punto de perderse en su explicación de todas las cosas -malas- que estaban pasando en la institución; sin embargo, fue interrumpido por un sonido estruendoso a su costado.
—¿¡Qué el joven Midoriya qué!?
Provenía de All Might, quien acababa de caerse de la silla en la que estaba sentado. Afortunadamente su taza de café no había caído con él y seguía intacta en la mesa.
—Midoriya fue enviado a otra dimensión, pero eso no es todo. Cuando regresó, trajo a un chico que proviene de un lugar en donde no existen los quirks.— narró, mientras que Toshinori comenzaba a ponerse cada vez más ansioso.— También perdió la memoria acerca de cómo terminó en esta situación y algunas otras más, pero lo más grave es que está saltando entre dimensiones sin un intervalo de tiempo fijo junto a ese otro muchacho. No entiendo por qué mis alumnos siempre tienen que estar en cosas complicadas... ¿No pueden simplemente tener problemas como... rupturas amorosas o algo así? Definitivamente necesito un aumento de sueldo.
Pasaron unos segundo hasta que el rubio -quien ya se había levantado- finalmente entró en cuenta de la magnitud de la situación y respondió.
—¡Eso es terrible!
—¿Mi aumento de sueldo?
—¡No, lo del joven Midoriya!
—Lo es, el chico ha estado intentando contactarse contigo desde que regresó, pero no respondías y habíamos empezado a preocuparnos. En fin, el director dio la orden de hacer una investigación al respecto, y ya estamos en eso.
—¿En dónde está él ahorita?
—Hace un rato lo mandé a los dormitorios.
—Iré a darle una visita.
Ambos se despidieron, y a penas All Might salió de la sala, Aizawa se metió en su saco de dormir amarillo. Hablar tanto era taaaan agotador.
[...]
Midoriya había regresado a su dormitorio momentos atrás luego de que le hicieran algunos exámenes para intentar averiguar algo acerca de lo que le estaba pasando. Realmente estaba muy agotado por toda la situación, pero dentro de todo se alegró cuando llegó y se encontró con que Hinata estaba muy feliz gracias a que sus compañeros le iban a organizar una mini-fiesta de bienvenida a la que tendrían que asistir en la noche.
—No puedo esperar por conocer a tus otros amigos— le dijo el pelinaranja con emoción, posando sus manos en sus propias mejillas con una expresión de asombro, incluso parecía tener estrellitas en los ojos de lo contento que estaba.
Midoriya, quien estaba sacando un par de cosas de su ropero, volteó para regalarle una sonrisa. Adorables, definitivamente.
—Te van a caer muy bien, son todos muy divertidos ¡solo con algunas excepciones! Pero en su mayoría siempre están animados.— respondió, extendiéndole una camiseta blanca y unos shorts negros.— Hace rato parecías incómodo, y pensé que era porque no te habías cambiado de ropa luego del entrenamiento... ¿Está bien si usas mi ropa?
Hinata elevó las cejas, pareciendo entre sorprendido y enternecido.
—¡Sí, muchas gracias! De hecho,quería bañarme y cambiarme, pero me daba vergüenza pedirte ropa prestada...—. Internamente notó que le daba vergüenza pedirle ropa prestada, pero no el hecho de haber tomado uno de los uniformes del pecoso. Si antes estaba averngonzado, ahora seguía estándolo, pero el doble. — Y lamento haber tomado tu uniforme hace rato...
—¡N-no te preocupes!— exclamó Midoriya con las mejillas rojas, moviendo sus manos apresuradamente hecho todo un manojo de nervios.— Y-yo también necesito asearme, así que podríamos ir a-a-ambos.
—¡Claro!
Ambos fueron caminando en dirección a los baños mientras mantenían una apasionada conversación acerca de los quirks de Todoroki y de Bakugō. Midoriya hablaba de cómo los podían usar en combates y cosas de héroes, mientras que Hinata, por el contrario, hablaba de los beneficios que tendrían al jugar volley.
Nerds, diría Bakugō si los escuchara. Afortunadamente y por el bien de ambos, no se cruzaron con nadie por los pasillos, así que llegaron sin ningún problema.
—¡S-son enormes!— exclamó Hinata maravillado al ver el tamaño del lugar.
—Sí... aquí siempre suelen exagerar el tamaño de las habitaciones. Pero tiene sentido, la gente puede ser muy grande o muy chiquita, así que no me parece mal que se aseguren con un tamaño alto de puertas y salas espaciosas.
—¡Qué genial!— definitivamente Hinata no había entendido mucho de los murmullos de Midoriya, pero estaba seguro de que tenía que ser algo genial, así que dijo que era genial.
Ambos se ducharon y posteriormente se cambiaron de ropa. Hinata se sentía avergonzado al estar usando la ropa del pecoso (incluidos los interiores), por lo que su rostro estaba un poco rojo. De igual forma, este mismo sentía vergüenza al ver al pelinaranja usar su ropa (nuevamente, incluyendo interiores), así que también estaba nervioso y titubeaba al intentar decir algunas palabras.
Regresaron a la habitación de Midoriya un rato después.
Cuando llegaron, sacó su teléfono para ver la hora, pero grande fue su sorpresa al encontrar un mensaje escrito por su mentor entre sus notificaciones. En gran parte, de sentía aliviado porque ahora podría hablar con él acerca de la situación y preguntarle por su estado de salud.
—¿A qué hora era la mini-fiesta?— preguntó el peliverde.
—A las nueve.
Ya eran las 8:30 p. m.
—¿Te molesta si te dejo solo por un ratito? Es que... necesito hablar con alguien urgentemente y me está esperando justo ahorita.
—¡Está bien!
—¡Muchas gracias, ya regreso!
Midoriya salió a paso rápido de su habitación, dejando solo a un ansioso Hinata. Intentó ser lo más sigiloso posible para no encontrarse con nadie en el camino, incluso se sintió en una de esas películas de espías, pero...
—Deku.
A veces la realidad es muy distinta a cómo esperamos.
—Kacchan.
Ambos se quedaron en silencio, uno de ellos nervioso y el otro intentando analizar la situación.
Desde el punto de vista de Bakugō, Deku estaba solo en el pasillo sin Hinata y evidentemente estaba inquieto por algo. Principalmente pensaba eso por el hecho de que el pecoso estaba caminando de puntitas aparentemente intentando no hacer bulla y ser lo más sigiloso posible... para nada sospechoso.
—¿Iban a hacer una reunión?— preguntó, dando a entender que hablaba de las reuniones que solían hacer -ahora los tres desde que Bakugō descubrió el tema del quirk y eso- con All Might. Midoriya rápidamente captó a lo que se refería.
—Sí.
El cenizo quizo meterse una explosión a sí mismo al pensar en lo obvio que era.
—Vamos.
[...]
—Me olvidé de ir al baño cuando estaba en el baño...— se dijo a sí mismo Hinata.
Estaba solo, echado en la cama de Midoriya mientras miraba el techo con aburrimiento. No había querido salir del cuarto antes porque le daba miedo, peor aún luego de la primera experiencia que se había llevado al salir solo anteriormente por esos lares. Sin embargo, ahora pensó en que ya no tenía que mentirle a nadie y que ya conocía a cuatro personas a parte del peliverde en ese lugar, ademas de que Izuku ya le había hablado muy bien de todos sus compañeros, así que decidió ir de todas formas.
El lugar era tan grande que sentía que en cualquier momento se podría perder y jamás volverían a encontrarlo. Por alguna razón extraña le recordó a Shiratorizawa, pero luego se borró la idea de la cabeza al pensar en que era absurdo.
Se sentía algo inseguro al recorrer los pasillos, ya que hace rato cuando bajo con Midoriya había estado tan absorto en su conversación que simplemente no le había prestado atención al camino que habían recorrido. Bajó las escaleras (no se dio cuenta del ascensor) mientras iba mirando las paredes y los decorados en general.
—Esto definitivamente es una mansión.— dijo en voz baja. Lo malo era que había estado tan metido en su mente que todo se fue al diablo cuando sintió que chocó contra algo.
—¡Ay, lo siento!
O... ¿alguien?
Definitivamente había oído la voz de una chica, el único problema era que no había absolutamente nadie a su alrededor.
—¿¡Un fantasma!?— exclamó aterrorizado con los ojos abiertos al máximo, sintiendo como la temperatura de su cuerpo disminuía por el susto y sus vellos se erizaban. Era lógico, en las mansiones siempre habían fantasmas.
—¡No soy un fantasma!— exclamó el fantasma con indignación.— ¡Mira tengo manos!
De repente, frente a su campo visual aparecieron unos guantes rosados que se movían de un lado a otro como si lo estuvieran saludando.
—¡Los fantasmas también tienen manos!
La voz jadeó con indignación.
—¡Es mi quirk, soy invisible y sí estoy viva!
—Ah, los quirks.— pensó Hinata, recordando que estaba en otra dimensión. Su rostro se ruborizó por lo avergonzado que estaba.— Lo siento...
—Oh, no te preocupes, me ha pasado más veces de las que te imaginas.— dijo la chica, olvidando rápidamente su molestia anterior. Hinata no podía verla, pero de alguna forma sabía que estaba sonriendo.— Soy Hagakure Toru, tu debes ser el chico nuevo... ¡Me gusta mucho tu cabello!
—¡Gracias!— respondió, en parte sintiéndose culpable por el "tú debes ser el chico nuevo". Ya se encargaría de aclarar eso más adelante.— ¡Tu tienes una voz muy linda!
—¡Aww, gracias, que tierno! Nos vemos en un rato, tengo que ir a terminar una cosita para tu fiest- ¡d-digo, adiós!
Mientras se despedía vio como los guantes rosados iban alejándose, hasta que se metió sentirlo de un ascensor. Frunció las cejas al darse cuenta de la existencia de este mismo, pero decidió que lo mejor sería seguir con su recorrido por las escaleras al no saber exactamente en qué piso se encontraban los baños.
Mientras avanzaba algo vino a su mente de forma repentina: Si Hagakure era invisible y solo podía ver sus manos porque estaba usando guantes... ¿eso significaba que estaba andando desnuda por el pasillo?
Prefirió no pensar en ello e intentó auto convencer de que ella estaba usando alguna prenda de ropa que invisible o algo por el estilo.
Mientras repetía como mantra "ropa invisible" en su mente, logró divisar a lo lejos una puerta que tenía un pequeño símbolo de una persona, típico de los baños publicos. Sus ojos se iluminaron al finalmente haber logrado encontrar su meta de forma exitosa según él.
Corrió en dirección al baño y cuando estaba entrando chocó con una persona que casualmente iba saliendo del lugar. Era muuuuy alto, su rostro estaba cubierto por su cabello y ropa y sus brazos estaban unidos con... ¿otros brazos? Al inicio se sintió un poco intimidado, hasta que contó rápidamente un total de seis... ¿o sea que le podía dar seis remates al mismo tiempo?
—¡Qué genial!— exclamó mientras ingresaba a los baños. Shoji, el chico descrito anteriormente, se lo quedó mirando al pelinaranja extrañado, pero decidió seguir su camino sin molestarse en decir algo.
Unos minutos después, Hinata salió del baño con el nuevo objetivo de regresar a la habitación de Izuku. Había mucho silencio, así que decidió ir tarareando una canción inventada mientras caminaba animadamente, hasta que se chocó con alguien... otra vez.
—Hinata.
Era Todoroki.
—H-Hola.
Precisamente Todoroki entre todas las personas con las cuales podía haberse cruzado. Estaba rojo de la vergüenza al recordar lo que sucedió la última vez que se quedaron solos, y ahora nuevamente estaban ello dos, sin Izuku o Bokegō.
—¿Y Midoriya?
—Salió un momento a hablar con alguien, pero va a regresar pronto.
—Ah...
Ambos quedaron en silencio ya que ninguno sabía qué decir. Hinata estaba en su mundo queriendo desaparecer en ese preciso momento, pero no podía simplemente irse porque Todoroki se había quedado parado frente a él como si estuviera esperando a que dijera algo.
—¿Qué hora es?— preguntó el pelinaranja finalmente al sentirse bajo la presión de tener que hablar, aunque en realidad ya sabía la hora por el reloj que estaba colgado en una pared cercana.
—Las 8:45 p. m.— respondió el otro, para luego volver a quedarse callado.
Hinata se sentía nervioso y era evidente, después de todo ambos estaban parados en un pasillo haciendo absolutamente nada más que mirarse, lo cual hacía la situación mucho más extraña de lo que de por sí ya era. Incluso intentó invocar a Kageyama mentalmente para que apareciera e hiciera algo al respecto, aunque si lo pensaba bien el armador no sería de mucha ayuda ya que sus habilidades sociales eran peores que las suyas.
—¿Y... quieres hacer algo?— preguntó el más bajito rascando una de sus mejillas y mirando en cualquier dirección menos en la del Todoroki.
—Ah... si gustas puedo llevarte a mi habitación, habías mencionado que te gusta el volley, así que intenté averiguar un poco y guardé un archivo en mi ordenador.— Ante la sola mención de su deporte favorito, Hinata se olvidó de todo lo que había pasado anteriormente. Ahora estaba emocionado, bastante.
—¡Eso es genial, me muero por saber cómo funciona el volley acá!
—A mi también me gustaría entender un par de cosas, tal vez tu podrías explicarme.
—¡Claro!
Llegó a la conclusión de que Todoroki no solo era guapo, si no que también era amable, educado y extrañamente gracioso. Resumiendo, era casi perfecto, solo le faltaba aprender jugar volley.
[...]
—Ya veo...— dijo All Might soltando un suspiro, luego de que Midoriya lo pusiera al tanto de la situación en la cual se encontraban.— No creo que esto tenga que ver con One for All, ninguno de los antecesores tenía el poder de dar saltos interdimensionales. De hecho, es un quirk bastante poderoso, pero nunca había escuchado de él.
—¿Entonces que podría ser?— preguntó el pecoso con preocupación.
—Nerd, dijiste que no recordabas más de lo que había pasado en los últimos días antes de que viajaras a la dimensión del idiota naranja, ¿cierto?
—Ajá.
—¿Y si alguien te atacó con su quirk y de alguna forma te golpeó en la cabeza por lo cual perdiste la puta memoria?
Los ojos de Midoriya se iluminaron y no podía dejar de pensar en lo genial e inteligente que era Kacchan.
—Lo que dice el joven Bakugō tiene sentido, solo tendríamos que confirmarlo. Aizawa va a mandar a verificar las cámaras de seguridad de los lugares por los cuales pasaste antes de los hechos y probablemente ahí encontremos lo que sucedió.
—Si la teoría de Kacchan es cierta y el efecto de viajar a otra dimensión es causado por el quirk de alguien más, eso significaría que el usuario ya tendría que estar registrado y por lo tanto deberíamos buscar en los registros a personas que tengan un poder similar, si es que existen.
—Asumo que Aizawa ya debe haber pensado en ello, igualmente se lo voy a mencionar.
—Lo que no me cuadra del todo es que un quirk tan poderoso como ese no haya causado revuelo en nuestra sociedad de alguna forma anteriormente...
Otro punto válido. Bakugō y All Might se miraron entre sí, ambos con el ceño fruncido.
—¡Midoriya, Bakugō!— escucharon a alguien detrás de ellos llamándolos, era Mina, quien hablaba desde la entrada principal de las habitaciones a medida que iba acercándose a ambos. Al parecer no se había dado cuenta de la presencia de All Might.— ¿No van a entrar?¡Tenemos que estar todos para conocer al chico nuevo! Por cierto, ¿lo han visto en algún lado? No lo encontramos, pero Hagakure y Shoji dicen que lo vieron caminando por los pasillos.
¿Que no encontraban a Shōyō y que lo habían visto caminando por los pasillos? Midoriya se quería morir. Por su parte, Bakugō quería matar.
—¡Sí, ya vamos!
—Vayan a buscarlo jóvenes, yo iré con Aizawa para continuar con la investigación del caso y les notificaré si hay alguna nueva actualización.— dijo el rubio, mientras empezaba a caminar en dirección contraria a ellos y se despedía con la mano.
—¡Gracias All Might, por favor toma agua!—. El mencionado arqueó una ceja ante lo dicho por su pupilo, pero luego asintió y le regaló una sonrisa.
Bakugō y Midoriya caminaron hacia donde estaba Mina esperándolos. La chica se veía más entusiasmada de lo habitual, era obvio por los pequeños saltitos que daba y la alegria en sus ojos.
—¡Vamos, vamos, vamos!— exclamó mientras los tomaba a ambos de las manos y los arrastraba hacia adentro del edificio.— ¡Sato preparó pasteles y Tokoyami nos va a mostrar algo increíble de su libro de ocultismo!
—¿¡O-ocultismo!?
—No sabemos los gustos del chico nuevo, así que preparamos muchas cosas.
—Van a terminar generándole un puto infarto al idiota naranja.
Los tres entraron a la sala común, en donde la mayoría de sus compañeros estaban juntando mesas y sillones para cenar todos juntos.
—¡Midobro, Bakubro!— saludó Kirishima animadamente, caminando hacia ellos.— ¿Han visto a Hinabro? Creí que estaría con ustedes.
—No, pero la última vez que lo vi estaba en mi habitación...
—¿¡En tu habitación!?— preguntó/exclamó Uraraka, quien se acercaba mientras estaba flotando.—¡No sabía que conocías al nuevo, Deku-kun!
—Literalmente el lo trajo.— dijo Bakugō. El pecoso lo miró con el ceño fruncido, insinuándole que se calle, haciendo que el cenizo le sacara el dedo medio y la lengua de vuelta.
—¿Tu lo trajiste? ¡Qué amable de tu parte!—. Afortunadamente, Uraraka se lo había tomado de otra forma.
Pensándolo bien, igual iban a tener que explicarle a sus compañeros que Hinata venía de otra dimensión y eso, sí es que ya no se habían enterado por Kaminari o por Kirishima -aunque lo dudaba, porque les habían pedido que no digan nada-. Pero, pensó en que podría dejarlo para más tarde... ahorita lo importante era encontrar al pelinaranja.
—¡Voy a buscarlo!— dijo Midoriya, antes de empezar a caminar.
—¡Si puedes, avísale a Todoroki baje!— pidió el pelirrojo, quien ahora estaba yendo en dirección a la cocina.
Entró al ascensor y pronto de dio cuenta de que no estaba solo.
—¿Kacchan?
—Qué.— respondió el mencionado, con su típica mirada de "te odio aunque realmente no te odio, pero te odio".
—Pensé que te quedarías abajo.
—Pensaste mal, idiota.
Las puedas del ascensor se abrieron en el piso en el que estaba la habitación de Midoriya. Ambos fueron hasta allá a revisar, pero se encontraron con que no había absolutamente nadie.
—¿A dónde pudo irse?
—A joder a su dimensión, tal vez.
Ahora tenían que buscar al naranjito sin una pista en donde podría estar.
—No creo que sea tan simple como eso, si hubiera regresado a su dimensión, yo también me hubiera ido con él de alguna forma.— empezó a murmurar, mientras que el cenizo tenía ganas de patearlo -no realmente- .— Aunque, si lo pienso bien, todas las veces anteriores en las que viajamos, hicimos contacto de alguna forma... ¿¡Tal vez por eso viajábamos ambos!?
—¡Pues sí, idiota, tal vez el tiger imbécil ya de regresó a su casa!
Midoriya se sintió feliz ante la posibilidad y triste a la vez. Aunque sonara un poco egoísta de su parte y en el caso hipotético en que de verdad se haya ido, al menos... le hubiera gustado despedirse.
—Espero que esté bien...— susurró, aunque su rostro era tan expresivo que se notaba a leguas que estaba un poco deprimido.
—¡Cambia de cara, idiota!— exclamó Bakugō luego de chasquear la lengua, sintiéndose obligado a meterse en el papel de animador de nerds.—¡Claro que está bien si es que regresó a su dimensión! De seguro estaría más que feliz de volver a encontrarse con sus amiguitos voleibolistas y su familia.
—Gracias Kacchan, tienes razón.— dijo Midoriya, sonriendo levemente.— Igual deberíamos buscarlo para asegurarnos de que haya regresado a su casa, tal vez podríamos pedirle ayuda a Todoroki.
—Claro que tengo razón, y no necesito ayuda del bastardo mitad-mitad.
—¡Pero Kacchan, igual Kirishima nos pidió que lo buscáramos!
—¿¡Y yo le tengo que hacer caso a pelos de mierda!?
—¡Kacchan!
—¡Agggh, ya!— exclamó el cenizo, poniéndose en marcha nuevamente hacia el ascensor. Deku, sonriente, lo siguió.
[...]
No se esperaban que al entrar de improvisto a la habitación de Todoroki se encontrarían con una escena que podía describirse como... extraña.
Básicamente Todoroki estaba de cuclillas estirando los brazos mientras que Hinata estaba detrás de él agarrando su pecho intentando enderezarlo.
Sí, una escena muy extraña y en parte, graciosa.
—¡Izuku!— exclamó Hinata, corriendo hacia el pecoso para tomarlo de las manos con emoción.— ¡Le estoy enseñando a Todoroki a hacer una recepción! Aunque no soy tan bueno pero... creo que tiene una buena postura ¿cierto?
—¡Estábamos preocupados por ti porque no te encontrábamos!— dijo Midoriya, que en realidad parecía más aliviado que molesto.
—Habla por ti mismo.
Hinata le sacó la lengua y Bakugō alzó su mano en su típica pose amenazante como si fuera a hacer una explosión, aunque en realidad no hizo ninguna, así que también le sacó la lengua de vuelta.
—Creímos que podrías haber vuelto a tu dimensión, pero al parecer nos equivocamos.—. Nuevamente podía sonar egoísta, pero una parte de Midoriya estaba feliz de que Hinata siguiera ahí.
—Me encontré con Hinata hace un rato y le dije que viniéramos acá para mostrarle cómo funciona el volley en nuestra dimensión.— explicó Todoroki, hablando por primera vez desde que los otros dos chicos habían llegado.— Además, quería intentar aprender algunas cosas. Es bastante interesante.
—¡El volley acá es genial aunque no muy diferente al de mi dimensión!
—Ahora que lo dicen... a mi también me gustaría aprender, me da algo de curiosidad.— dijo Midoriya, viendo como Hinata se alegraba cada vez más.
—Claro que te da curiosidad, eres un nerd.
Izuku frunció el ceño por lo dicho, aunque en realidad no estaba ofendido.
—Bueno, veníamos porque todos ya están abajo y te estaban buscando. También me pidieron que te diga que bajes, Todoroki.
—Ah.
—¡Oh, tus amigos, que emoción!— exclamó Hinata dando saltitos. El de ojos heterocromáticos se preguntaba cómo es que el chico podía tener tanta energía.—¡Vamos, vamos!
Los cuarto estaban a punto de salir de la habitación de Todoroki para reunirse con sus compañeros. Estuvieron a muy poco de irse, cuando de la nada una luz cegadora empezó a envolver los cuerpos de Midoriya y Hinata. El pecoso intentó no hacer contacto con el de cabello naranja, creyendo que tal vez así habría alguna diferencia... pero nada cambio, porque de igual forma ambos terminaron desapareciendo.
El único problema era que... esta vez no solo fueron ellos dos.
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