OO1

Capítulo 1

❝Hermoso, extraño y desconocido❞


Ambos chicos habían entrado sigilosamente a la casa del pelinaranjo. Su madre y hermana ya estaban dormidas, o al menos eso es lo que creyeron al ver las luces apagadas, por lo que intentaron hacer el menor ruido posible para que no se despertaran.

Ya adentro, Shōyō propuso compartir cama al no tener un futón disponible. Midoriya accedió algo apenado y preocupado a la vez... iba a dormir con un completo desconocido, pero eso no parecía preocuparle al otro.

Ambos estaban en un silencio bastante incómodo para el peliverde, a decir verdad, toda esta situación era muy rara para él. Pensó en que sería buena idea conversar con el chico, tal vez así lo conocería más a fondo y todo esto sería menos extraño de lo que ya era.

"Si lo conozco ya no estaré durmiendo con un desconocido".—. Aunque sonaba totalmente estúpido y redundante, esa era la lógica del momento.

Buscaba algún tema que pudieran tocar, algo no tan aburrido pero que fuera interesante. Se le prendió el foco cuando vio una figurita de acción en su escritorio... ¿Acaso ese chico era un nerd como él?

—¿Cuál es tu superhéroe favorito?

Hinata pareció sorprendido ante la repentina pregunta, pero luego soltó un pequeño chillido por la emoción, como el pequeño fanboy que era.

—¡El pequeño gigante!

—Nunca había escuchado hablar de él antes.— respondió Midoriya, haciendo que el contrario pusiera un rostro de decepción momentáneo.—¡El mío es All Might!

—¿All- qué?—. Ahora el peliverde lo miró con confusión— Tampoco he escuchado de él... ¿Marvel o DC?

Izuku casi se desmaya.

—¿¡N-Nunca!?¡E-eso es literalmente imposible!

—¡Nada es imposible para mi! O al menos eso es lo que dice mi madre....

Ambos se quedaron viéndose el uno al otro en silencio.

A Midoriya todo esto le estaba dando mal rollo.

—Tu no sabes qué es un quirk, ni quién es All might, tampoco conoces Yuuei.— Hinata negó con la cabeza, apenado.— Imposible, no podemos vivir en el mismo mundo.

—¿Ah, y cómo estás acá entonces?— preguntó sin entender. Estaba confundido desde que el rostro del pecoso se había vuelto serio.

—¿Me prestas tu móvil un momento?

—Claro, ten.— el pelirrojo le pasó su teléfono con cierta extrañeza.

Midoriya desbloqueó la pantalla del teléfono y entró a Google. Escribió cuidadosamente "All Migth" en el buscador, fijándose detenidamente en no haber escrito nada mal o de no haberse saltado alguna letra, luego le dio enter y esperó hasta que cargaran las páginas y las imágenes.

Quedó atónito.

¡No había nada sobre él, el símbolo de la paz y superhéroe número uno!

Luego escribió "Yuuei", el nombre de la academia de héroes más famosa de Japón... ¡Pero nada, su maldita academia no existía!

Finalmente decidió buscar la palabra "quirk" escribiéndola lentamente, letra por letra; sin embargo, no obtuvo nada de su búsqueda.

Hinata lo miraba atentamente y con el ceño fruncido ¿Qué demonios se supone que era todo eso?

—Oye...—llamó de repente, con un rostro lleno de preocupación.—Creo que estoy en un lugar en el que no debería estar.

Ninguno de los dos entendía nada.

—¿A qué te refieres?

—Esto está mal... probablemente haya sido el quirk de un villano el que me mandó a otra dimensión y ahora estoy acá.— murmulló— ¿Ahora como se supone que volveré a casa si estoy en un lugar común, con nadie que tenga algún súperpoder?

—¿De qué estás hablando?

Se removió incómodo.

—Verás... en dónde yo vivo la gente tiene quirks, que son como súperpoderes.— explicó— Ahí existen los superhéroes, el más famoso de ellos es All Migth.

Hinata no sabía si creerle o no... es decir, era un desconocido que había encontrado en la calle.
Habían tres opciones posibles para él:

1.- El individuo presentaba alguna enfermedad mental.

2.- Alguno de los dos o ambos estaban bajo los efectos de algún alucinógeno.

3.- Estaba mintiendo.

Pero vamos, a quién engañaba. Él era Hinata Shōyō y era alguien bastante crédulo e inocente, mejor dicho, un idiota.

—¿Y hay alguna forma de que regreses a tu dimensión?

Midoriya suspiró.

—No lo s-

—¡Ya duérmete, Hinata!—. Se escuchó desde afuera de la habitación, era el grito de su madre que había interrumpido la conversación.

—Hora de dormir.— dijo rápidamente acostándose en su cama.— No queremos que mamá se moleste, mejor mañana veremos qué hacer.

—Está bien, sería de mucha ayuda. Gracias.

—No es problema, además, también quiero que me muestres tus súperpoderes ¡Debe ser asombroso!

—¡No es tanto así, pero igual lo haré!

—¡Hinata Shōyō! ¿Con quién demonios hablas tanto?—. Otra vez la señora Hinata gritaba desde su habitación.— ¡Tu hermana está intentando dormir y yo también!

El pecoso soltó una leve risa.

—Tu madre cuida mucho de tus horas de sueño— susurró mientras se acomodaba, de alguna forma le hacía recordar a su madre.

—Suele hacerlo siempre, haha.

—Hasta mañana.

—Hasta mañana.

Y con un sentimiento de nerviosismo en el pecho, ambos chicos cayeron en brazos de morfeo.

[...]

El entrenamiento había empezado hace ya un buen rato y Hinata no aparecía, lo cual hizo que algunos de los miembros del equipo se empezaran a preocupar. Y bueno, con mucha razón ya que el chico nunca faltaba ni llegaba tarde.

La puerta del gimnasio se abrió de repente, haciendo un fuerte sonido que hizo que más de uno se sobresaltara. Dos chicos entraron a pasos rápido mientras conversaban animadamente.

El primero de ellos era Hinata, quien ya iba con en uniforme puesto. El problema era el segundo chico, ya que era totalmente desconocido para todos.

Se podría decir que ninguno de los ellos lo habían visto antes andando por la preparatoria, además, tenía una apariencia bastante peculiar ante sus ojos... ¿Acaso Shōyō había traído a un nuevo miembro?

Sugawara y Daichi notaron como algunos de los jugadores volteaban a mirarlos esperando a que hicieran algo. Ambos cruzaron miradas y aparentemente pensaron en lo mismo.

Se acercaron a Hinata y a su nuevo amigo mientras que los demás volvían a sus actividades normales, o al menos eso fingían hacer. El chisme podía más que ellos.

—¡Su nombre es Midoriya Izuku y lo conocí cuando casi lo atropellé ayer a media noche!— explicó alzando los brazos eufóricamente.

Midoriya sonrió nervioso... ¿Qué clase de presentación había sido esa?

—Un gusto, Midoriya.— saludó el chico con cabello azabache tendiéndole la mano. Tenía apariencia fuerte y estricta.— Soy Sawamura Daichi, capitán del equipo.

—Para unirte debes llenar esta hoja con tus datos y luego pasar una prueba con el entrenador Ukai.— dijo el albino, bastante lindo a la vista de Izuku— Por cierto, soy Sugawara Koushi, vice capitán.

Sin embargo, el pecoso no entendía nada de nada.

—¡Él no se va a unir!— gritó Hinata al darse cuenta de la situación, y sorprendiendo nuevamente al resto del equipo— Solo me está acompañando, me dijo que quería quedarse a ver el entrenamiento... ¿puede?

—Ah...— Sawamura alzó las cejas apenado.— Claro que sí, incluso nos puedes ayudar, si quieres.

—¡S-será un gusto!

Hinata lo dejó sentando a un lado de la cancha, donde se iba a quedar hasta que Kiyoko volviera para darle alguna indicación. Luego, fue corriendo a donde estaba Kageyama.

—¡Hola, Tontoyama!

El azabache lo miró, serio.

—¿Quién es él?— preguntó curioso, con la vista fija en el peliverde, quien por cierto, lo miraba con algo de temor.

—Un chico que conocí ayer en la madrugada, estaba al frente de mi casa y casi lo atropellé con mi bicicleta.— respondió con simpleza y con una pequeña sonrisa en el rostro, volviendo a contar la historia.

—¿Ayer?—. Hinata asintió— Deberías ser menos confiado.

—No soy tan confiado...— refunfuñó— Luego de eso me dijo que estaba perdido y que era de Tokio, pero me dijo que no sabía cómo había llegado acá. Le dije que se podía quedar en mi casa hasta que resolvamos ese asunto.

Evidentemente estaba cubriendo lo de la otra dimensión, los superhéroes y los quirks. Igualmente, a Kageyama le sorprendió.

—¿¡En tu casa!?— exclamó/preguntó desconcertado— ¡Y luego dices que no eres confiado!

—¡Bueno, no fue mi intención serlo!

—¿Cuándo van a empezar a entrenar?— cuestionó Daichi con una aterradora aura oscura a su alrededor. Les recorrió un escalofrío por la espalda.

—¡A-Ahora, levántala para mi, Kageyama!

El número 10 le lanzó el balón a Kageyama, para que este luego respondiera armando la pelota hacia él nuevamente. Midoriya pudo apreciar cómo Hinata parecía volar, para luego rematar.

—¡Primero tienes que calentar, Hinata!

Era impresionante que un ser humano normal lograra saltar tan alto. Debía tomar notas, definitivamente lo haría cuando volviera a su dimensión y tuviera sus cuadernos.

Su dimensión...

Repentinamente sintió un extraño cosquilleo en las piernas, pero no le dio importancia hasta que este se extendió hacia sus brazos y abdomen.

"¿Qué es esto?"

Cuando bajó la mirada para ver de qué se trataba, notó que unos extraños brillos estaban apareciendo por sus extremidades. Miró una de sus manos.

¡Estaban casi transparente!

...

¡Estaba desapareciendo!

—¡H-Hinata!— gritó instintivamente, sin querer, llamando la atención de todos en el gimnasio. El mencionado volteó al instante, encontrándose con aquella extraña escena.

—¡Midoriya!—. Cayó estrepitosamente en el piso, aunque no sintió el dolor. Corrió hacia el pecoso lo más rápido que pudo y lo tomó de los brazos, o al menos de la parte que aún no había desaparecido.

—¡Hinata!

Un cegador destello de luz se hizo presente en el gimnasio.

Todo quedó en absoluto silencio.

Midoriya y Hinata ya no estaban.

—Hinata y su amigo acaba de desaparecer...— susurró lo obvio un atónito Nishinoya, al igual que el resto del equipo.

El caos se desató en Karasuno después del extraño suceso.

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