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Antes de empezar quiero aclarar una cosa, este fic es una continuación del One-shot de -Najii a "Paralelismo" así que espero que vayan al perfil de Naji y le den su apoyo

También quiero aclarar que este fic solo se actualizará cada que -Najii actualice el leyendo de Naruto Uchiha, así que si quieren que este fic continúe pidanselo a él XD

Sin más que decir, los dejo con el fic

Este capítulo fue obra de DaniMorales820

Les suplicó que vayan y se suscriban a su perfil, nada cuesta, y tiene varias historias good.

Ayudemos a los talentos a no perder la esperanza.

En el perfil de -Najii este el cap que vendría siendo eo prologo, de paso si no están suscritos haganlo también, nos ayudan mucho a no perder la emoción de hacerlo al ver que hay personas que valoran nuestro trabajo.

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Makima se despertó en su nueva vida con Naruto y miró el techo, un rincón de paz en su mundo. Abrazó a la almohada, deseando que fuera él. Se deslizó fuera de la cama, su cuerpo envuelto en una camisola rosa pálido

Un mes había pasado desde que comenzaron a vivir juntos, una extraña pareja que mantenía apariencias. La voz de Makima seguía siendo monótona, enmascarando los sentimientos profundos que ardían bajo la superficie

En silencio, se deslizó por el pasillo hacia la cocina. El aroma del desayuno de Naruto llenó el aire, y una sonrisa se formó en su rostro antes de abrazarlo por la espalda

"Buenos días, Naruto" - susurró con una voz que nunca cambiaba, una mezcla de cariño y posesión

Naruto se volvió hacia ella. Aunque su rostro expresaba cariño, la venda en su mejilla hablaba de un pasado doloroso. Sin embargo, no había necesidad de palabras profundas. Él simplemente dijo: "Makima, gracias por estar aquí cada mañana"

Makima asintió ligeramente y le correspondió con un beso fugaz en los labios

Makima caminó con gracia desde la cocina hacia la silla del comedor. Cada paso era fluido, casi hipnótico, mientras sus ojos permanecían fijos en Naruto. Se sentó con una elegancia que parecía innata, y su mirada no se despegó de él en ningún momento. Los ojos de Makima parecían atrapar cada movimiento, cada gesto, como si todo lo que hacía Naruto fuera un acto de una obra de arte que solo ella podía apreciar

Naruto sintió la intensa mirada de Makima sobre él, pero lejos de sentirse incómodo, le gustaba. Saber que tenía toda la atención de Makima, que sus acciones, su presencia, eran el centro de su mundo, le hacía sentirse especial. Esa mirada apasionada y obsesiva que Makima le dirigía no era lo que algunos considerarían normal, pero para ellos, era un vínculo que iba más allá de las palabras

Sentados uno frente al otro, compartían un desayuno que era más que solo comida. Había una conexión silenciosa entre ellos, una complicidad que nadie más podría entender. Los minutos pasaban en un cómodo silencio, solo roto ocasionalmente por palabras cariñosas que no necesitaban ser profundas

Naruto curioseó sobre los planes de Makima para la tarde, su rostro lleno de curiosidad - "Oye, ¿qué tienes planeado para esta tarde?" - le preguntó con genuino interés. La joven oficial, sentada en la silla del comedor, dejó escapar un suave suspiro mientras mantenía su mirada fija en Naruto. Sus ojos escudriñaban cada gesto, cada movimiento que hacía su novio. Makima disfrutaba de su presencia, y no importaba cuán rutinarios fueran sus días, para ella, cada pequeño acto de Naruto era un deleite

"Bueno, estaré bastante ocupada" - respondió Makima con su característico tono monótono, "tengo un caso de asesinato pendiente que requiere mi atención. Ha estado movilizando a muchos oficiales en el área, y tengo mucho trabajo extra por delante" - Su voz carecía de emoción, pero Naruto sabía que detrás de esa aparente indiferencia, se escondía algo de cansancio

Naruto, sonriendo, compartió sus propios planes - "Yo estaré en la cafetería" - dijo con amabilidad, "uno de mis compañeros se enfermó, y me pidieron que lo cubriera en el trabajo" - Makima frunció el ceño ligeramente al escuchar eso. No le gustaba la idea de que Naruto trabajara, ya que implicaba que tendría contacto con otras chicas. Eso era algo que le desagradaba profundamente. Como oficial de alto rango, había encontrado una solución a este dilema: espiar a su novio durante sus jornadas laborales y asegurarse de que nada inapropiado ocurriera

Makima se levantó de la silla del comedor con una elegancia serena y se acercó a Naruto. Aunque su relación podía parecer normal desde afuera, había un lado oscuro y posesivo en Makima. Con cuidado, comenzó a ajustar la chaqueta de Naruto. La suavidad de sus manos contrastaba con la tenue herida en la mejilla de Naruto, que, sin mencionar, había sido causada por ella misma. Él permitía que ella lo hiciera, sabiendo que, de alguna manera, esto la tranquilizaba debido a que para el eran "golpes de amor"

La mirada intensa de Makima nunca se apartó de Naruto mientras conversaban. A pesar de que su tono monótono rara vez cambiaba, su obsesión por él era evidente. Naruto, por su parte, era consciente de esa mirada que lo seguía incluso en los momentos más mundanos, pero, en lugar de molestarse, encontraba cierto placer en saber que siempre tenía la completa atención de Makima. Era un juego peligroso que ambos jugaban en su peculiar relación

Las manos de Makima se alzaron con suavidad, tomando las mejillas de Naruto entre sus dedos ágiles. Sus dedos danzaban con una destreza que solo Makima podía ejercer, masajeando las mejillas de su amado con cuidado y ternura. Aquel contacto era, en cierto modo, revelador, pues marcaba una diferencia importante en sus vidas

Makima no apartó la mirada de su pareja en ningún momento. La atención que le dedicaba a cada pequeño movimiento de Naruto era evidente, casi obsesiva. La mirada de la mujer, aunque monótona en su tono, irradiaba una intensidad que sobrepasaba las palabras. Naruto, acostumbrado a tales miradas, no se sentía incómodo, más bien al contrario, le gustaba mucho

Los labios de Makima buscaron los de Naruto, sus ojos se cerraron lentamente mientras sus bocas se encontraban en un beso que, si bien era amoroso, desprendía un matiz posesivo. Era un beso que comunicaba la propiedad que Makima sentía sobre su amado, una forma de decir que él le pertenecía de un modo irrevocable

Las emociones que fluían en ese beso eran complejas. Había amor, sin duda, pero también un rastro de control y posesión que flotaba en el aire. Era un recordatorio sutil de que Makima no compartía a Naruto con nadie, de que estaba dispuesta a cuidar de él con todo lo que tenía, aunque eso implicara ejercer su influencia de formas que algunos podrían considerar desmedidas

Naruto, por su parte, acogía aquel beso con un sentimiento complejo. A pesar de la monotonía de Makima y su aura manipuladora, lo quería. Aun sabiendo que su relación tenía matices oscuros y complicados, él encontraba consuelo en su compañía. Se sentía completo junto a ella, aunque a veces experimentara la sensación de perderse en un laberinto de emociones contradictorias

En ese breve instante de unión labial, sus mundos se entrelazaron en un baile complejo de amor y posesión, un preludio a un día que prometía retos y desafíos, donde las sombras del pasado aún se alzaban, aunque bajo una nueva luz

Cuando sus labios finalmente se separaron, un fino hilo de saliva aún los conectaba, un recordatorio de la intensidad del beso que habían compartido. Makima, con una mirada monótona, pero cargada de intenciones, rompió el silencio

"Sería conveniente que durante tu trabajo no te aventuraras con alguien más. Después de todo, soy tu novia, y eso significa que eres mío"

Naruto no podía sino asentir con la cabeza, sumiso ante las palabras de Makima. Un rubor tímido se adueñó de sus mejillas, señal de que seguía siendo presa de las emociones que despertaba en él

Makima, satisfecha con la reacción de Naruto, le regaló una sonrisa, antes de dirigirse hacia la ducha con una elegancia que desafiaba la monotía de sus palabras. Las palabras de su novia resonaban en la mente de Naruto mientras observaba su figura desvanecerse tras la puerta del baño. El compromiso con Makima era absoluto, y él estaba dispuesto a aceptar las consecuencias, incluso si eso significaba ceder parte de su libertad

Naruto solo trago un poco para luego mirar si reloj, se le estaba haciendo tarde a lo que decidió alistarse rápido, no sin antes dejale el almuerzo a Makima para que se llevar a su trabajo

Mientras Naruto se alistaba para su jornada de trabajo, Makima, envuelta en la ducha, permanecía en silencio. El agua caliente fluía sobre su cuerpo, pero su mente estaba fría y calculadora. Cerró los ojos brevemente, sintiendo cómo las gotas de agua recorrían su piel, y supo que la tranquilidad en su rostro no reflejaba su interior

El sonido de la puerta cerrándose marcó la partida de Naruto, un detalle que no pasó desapercibido para Makima. Sus ojos, normalmente monótonos, se volvieron gélidos y sin vida mientras miraba fijamente el suelo. Naruto se dirigía a trabajar, y ese hecho no le agradaba en absoluto

Había notado, durante sus días de observación, cómo numerosas chicas coqueteaban con su novio. Esto despertaba una ira incandescente en su interior. La simple idea de que otras mujeres se acercaran a él desencadenaba una furia incontrolable. No era la primera vez que había eliminado a alguien que intentó acercarse a Naruto de manera indebida, y no le importaba hacerlo de nuevo

Makima se movió, dejando caer su cabello mojado hacia atrás, revelando unos ojos que carecían de emociones. Su mirada se mantenía fija en el suelo, como si mirara a través de él hacia algo más oscuro. Cada día que pasaba espiando a su novio le proporcionaba un motivo más claro para lo que estaba a punto de hacer

Era fácil para Makima. Había elegido una carrera en la fuerza policial por razones más que obvias. Si alguna vez llegara a cometer un acto atroz, tenía la seguridad de que podría esconderlo detrás de justificaciones legales. Después de todo, si alguien resultaba asesinado, siempre había una excusa convincente: defensa propia, amenaza evidente, o cualquier historia que fuera necesaria para mantener a salvo su secreto. Y ahora, tenía un motivo más sólido que nunca

Sus pensamientos eran sombríos y sin remordimientos. El deseo de control y la satisfacción de quitar vidas habían dejado una huella imborrable en su mente retorcida. Una sonrisa sutil, pero perversa, se formó en su rostro mientras su mente se entregaba a los planes siniestros que estaba tramando

Makima terminó su ducha y salió del baño, sintiendo el calor residual de la agua en su piel mientras envolvía su cuerpo en una toalla. Su mente continuaba llena de pensamientos oscuros, pero había aprendido a ocultarlos tras una fachada de normalidad

Caminó por su casa, una casa que compartía con Naruto, y notó cómo todo parecía estar en su lugar. Esa era una de las peculiaridades de Naruto: siempre mantenía las cosas ordenadas y limpias. No era solo su compañero de vida, sino también su criado, aunque Makima nunca se lo diría de esa manera. Para ella, él era su posesión más preciada

El almuerzo qué le había preparado Naruto estaba listo, sobre la mesa y en una lonchera. Era un gesto de amor, o al menos lo sería en una relación normal. Pero nada en su relación podía describirse como normal. Makima se preguntó si en algún momento habría sido diferente, si Naruto había tenido alguna vez la oportunidad de vivir una vida más allá de su control

Tomó una taza de café que Naruto le había preparado con esmero. Miró por la ventana de la cocina, absorta en sus pensamientos. Estaba dispuesta a hacer lo que fuera necesario para mantener a Naruto a su lado, incluso si eso implicaba cruzar límites morales y éticos

Mientras bebía su café, su mente continuó tramando planes, planes para mantener a Naruto cerca, para asegurarse de que nunca pudiera escapar de su influencia. Sabía que debía ser cautelosa, pero la adicción a su obsesión por Naruto era más fuerte que cualquier otro temor

Finalmente, con una expresión serena, Makima se preparó para el día que tenía por delante. Guardó en su mente esos oscuros pensamientos y deseos, ocultándolos detrás de la fachada de su rostro inexpresivo. Aunque ella parecía un oficial de policía diligente para el mundo exterior, sabía que su verdadera obsesión residía en su hogar

Fin de capitulo

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