Parte 4

Kevin y Rook al ver el escudo de mana de Gwendolyn aparecer, ambos tiraron al mismo tiempo del cable, alzando en el aire a los jóvenes antes que el escudo se destruyera por completo.

Gwendolyn se aferraba con fuerza a la espalda de Ben, mientras sus cuerpos eran alzados hasta llegar al otro lado de la cabina, donde Kevin de un salto los atrapo entre sus brazos, cayendo sobre el agrietado piso.

- ¿están bien?! – pregunto el peli-negro a los jóvenes en sus brazos - ¿Dónde esta Alex? – cuestiono confundido al notar la ausencia de la morena, pero el silencio de Ben y las constantes lagrimas de su novia, le hicieron darse cuenta que su mejor amiga no lo había logrado. Molesto, shasquio la lengua y con ambos jovenes aun entre sus brazos, salió corriendo fuera de ese lugar, seguido de sercas por Rook.

Mientras corrían por los corredores, Kevin iba deshaciéndose de la capa de piedra que cubría su cuerpo, regresando a la normalidad. Rook se acercó a él, tomando entre sus brazos el cuerpo inerte del castaño, le partía el corazón verlo en ese estado tan deplorable, sus ojos, que solían estar llenos de vida ahora lucían tan vacíos, tan oscuros, como si estuvieran muertos.

Con mucho cuidado, lo coloco sobre su hombro, abrazándolo fuertemente mientras corría detrás de Kevin con la señorita Gwendolyn en sus brazos, estilo nupcial. 

- Mi nave se encuentra demasiado lejos, ¿Dónde esta tu nave? – pregunto Rook.

- ¡No está demasiado lejos, pero ahí que apresurarnos, no creo que esta nave resista por más tiempo! – grito Kevin al ver las paredes y el techo agrietarse mientras partículas de escombro caían sobre ellos.

Al final del corredor apareció Zet, ladrándoles eufóricamente mientras se movía de un lado a otro, parecía agitada, Kevin la observo preocupado, algo andaba mal.

Pero antes de siquiera decir algo, sus pensamientos fueron confirmados al escuchar un fuerte crujido que resonaba por toda la nave, era como si las paredes estuvieran llorando. Tanto Kevin como Rook no quisieron mirar atrás para confirmar la gravedad de la situación, acelerando su carrera donde se encontraba el can.

Ben se estremeció al escuchar ese fuerte sonido, sus brazos que caían inertes sobre la ancha espalda de su compañero, comenzaron a moverse temblorosamente, mientras levantaba su vista, siendo cubierta por sus lacios cabellos castaños – ¿Alex? - pronuncio con voz lenta y pausada. Un susurro que apenas lograba ser escuchado entre los constantes ladridos del can – ¿dónde?, ¿dónde estás? – Ben levanto su brazo, intentado alcanzarla, aunque ya no estuviera ahí – ¿Alex?

Rook escuchaba cada palabra que Ben pronunciaba. Su voz débil y quebrada llamando a su hermana hacían que maldijera el no haber sido lo suficientemente fuerte como para haberlos salvado a ambos, se sentía miserable, culpable, su incompetencia y debilidad le habían costado la vida de su mejor amiga y casi, la vida del mismo Ben ademas de la suya propia. No sabia como se lo diría al Magistrado Tennyson, no sabia con que cara se presentaría ante él, ante su familia. Pero lo que mas le preocupaba, ¿era como afectaría esto al mismo Ben?, no sabia si podría salir adelante, perder a un ser querido no es algo que se supera fácilmente, él tiene tres hermanas y un hermano menor, ademas de sus padres, no tiene la menor idea de que seria de él si perdiera a uno de ellos, o peor aun, que seria de él si perdiera al castaño. serró sus ojos, eso era algo que no tenia que imaginar porque casi lo perdía para siempre. Abatido, se aferró al pequeño cuerpo de su compañero, aprisionándolo contra su pecho, en un abraso que no quería romper por nada del mundo. Jurándose que mientras el viviera jamás permitiría que nada malo lo volvería a lastimar.

 ...

Ben permanecía quieto entre los brazos de su compañero, sus orbes se encontraban fijos sobre la nada, oscuros y vacíos, sus pensamientos eran un mar turbulento de emociones de culpa y dolor, que lo ahogaban hasta el borde que su propia cordura comenzaba a nublarse, sumergiéndolo en un profundo abismo, donde la culpa solo aumentaba dentó de su corazón.

Sus ojos le ardían, quizás de tanto llorar. Sus lágrimas seguían corriendo sin tregua alguna, mientras extendía mas su brazo. Intentando alcanzarla aunque ya no estuviera ahí, solo su imagen grabada en su cabeza. Su frágil figura siendo arrastrada mientras sus brazos y piernas eran reducidos en polvo, sus ojos completamente aterrorizados que lo observaban hasta desaparecer sin dejar rastro, solo el constante sonido de su voz gritando su nombre, haciendo eco en las paredes de su cabeza, taladrándola hasta el borde de la histeria.

- Por favor, por favor, por favor, por favor, no me dejes, no me dejes, no me dejes solo- Ben comenzó a balbucear sin parar, su voz casi inaudible opacada por los constantes ladridos de Zet que se intensificaban a cada paso que daban, guardando silencio de golpe.

Zet salió corriendo, directo hacia Kevin y la pelirroja que se encontraban a tan solo unos pocos metros de distancia cuando la nave comenzó a partirse justo detrás de Rook y Ben. Siendo devorada por el agujero negro, el cual cada segundo aumentaba y disminuía su tamaño con ráfagas esporádicas de gravedad que surgían de su interior, provocando que lo que quedaba de la nave comenzara a ser atraída hacia su interior, Rook se aferró del pequeño cuerpo de Ben en un esfuerzo desesperado por permanecer juntos mientras brincaba por los escombros de la nave.

Kevin se detuvo, volteando a ver donde se encontraba Rook con Ben – Rook, Ben!!! – el Grito histérico de Kevin hizo que Gwendolyn separara su rostro cubierto de lagrimas del pecho de su novio, entrando en pánico al ver como Rook con Ben en sus brazos, hacia todo lo posible por llegar a ellos, mientras lo que quedaba de la nave donde se encontraban, era atraída hacia su dirección.

Intento liberarse del agarre de su novio para intentar ayudarlos, pero Kevin la sujetaba de los brazos, impidiendo que se acercara demasiado cercas de la orilla de la nave.

- suéltame!!, suéltame Kevin! - grito la pelirroja

-no!, es demasiado peligroso!- Kevin mantenía su agarre sobre los brazos de su novia.

 Desesperada, Gwendolyn grito con todas sus fuerzas -Ben!! Rook!!.

Fue ahí cuando las pupilas de Ben se contrayeron al ver el agujero negro ante él, su rostro palideció, mientras su respiración se intensificaba a cada segundo que pasaba, ahogándolo en una angustia y desesperación total, consumiéndolo por completo.

Sus ojos comenzaron a cambiar de color, antes que solían ser de un color morado oscuro, ahora lucían de un color rosado brillante, contorneados de un color violeta, surgiendole unas iris del mismo color, pero no eran redondas eran ovaladas, parecidas a las de un felino, sus cristalinas lagrimas comenzaron a teñirse de un intenso color rojo, mientras la culpa y desesperación lo consumían.

Fue mi culpa

Fue mi culpa

Fue mi culpa

Que se detenga

Que se detenga

Por favor

Por favor

As que pare

Vuelve

Vuelve

Miles de pensamientos pasaban por su mente, pero con una solo cosa clara.

Quiero que vuelvas

Quiero que regreses

Quiero cambiarlo

Quiero que esto nunca haya pasado

Ben serró con fuerza sus ojos, una y otra vez, repitiéndolo, rogando desde el fondo de su corazón que todo fuera diferente, que hubiera sido mas fuerte, que hubiera resistido por mas tiempo, que no hubiera quedado atrapado, que Albedo jamás hubiera creado esa infernal máquina, que...

¡Que Alex jamás hubiera encontrado ese maldito Omnitrix!.

Dentro de su interior una luz rosada brillaba intensamente, tan brillante como una flama, pero esa flama comenzó a crear chispas, corrompiéndose y distorsionándose hasta convertirse en una corriente inestable, parecida a electricidad que se extendía por todo su cuerpo, lastimándolo desde el interior hasta el exterior, sobre cargándolo de energía.

Desesperado, Ben serró sus ojos, gritando desde el fondo de su corazón

¡¡¡Vuelve!!!

Eso fue todo, fue lo último que se escuchó, antes que todo se sumiera en un silencio total.

...

En alguna parte del multiverso, un hombre con un traje futurístico blanco, estaba tranquilamente hablando con otro hombre mayor de gran masa muscular, atlético de cabellos castaños y mirada esmeralda, se trataba de Paradox y Ben 10,000.

El profesor estaba apunto de despedirse del Ben de ese universo cuando lo invadió un mal presentimiento.

Tanto tiempo viajando de línea en línea del tiempo, universo tras universo, interfiriendo y arreglándolos para intentar que el multiverso fuera un lugar mejor, lo hicieron desarrollar un sexto sentido para los problemas en el flujo del espacio tiempo, algo ciertamente no andaba bien.

- ¿Ocurre algo malo, profesor? – pregunto más que curioso el Ben de ese universo, debido a la repentina seriedad del Profesor.

- Oh no, oh quizás si, no estoy seguro, aunque nunca lo estoy – contesto Paradox, alzando su brazo derecho de un lado a otro – será mejor que me retire, pero nos volveremos a ver, antes o después de que te des cuenta, maestro Tennyson.

Ben sonrió levemente mientras pasaba su mano detrás de su nuca – eso de viajar en el tiempo debe de ser un verdadero dolor de cabeza, pero cuando regreses de seguro será por una emergencia con el tiempo y ya sabes que siempre estaré listo, siempre lo estoy – contesto alegre mientras levantaba su pulgar hacia arriba, observando como el profesor sonreía amablemente al desaparecer dentro de un portal color azul, para reaparecer en una zona completamente negra.

Una vez adentro, utilizo su crono navegador para abrir un mapa cósmico del multiverso. Cada línea del tiempo y realidad alternas existentes, hicieron acto de presencia ante el profesor.

Aunque Paradox contaba con el entendimiento completo del espacio tiempo y con tan solo pensarlo, podía moverse a cualquier universo y momento cuando él quisiera sin problema alguno, ese presentimiento que lo abordaba, lo intrigaba, porque por mas que lo pensaba no lograba recordar que tal acontecimiento tuviera lugar en alguno de los universos existentes.

Sus ojos buscaron en cada uno de los universos, buscando una anomalía, tal vez Eon otra vez estaba haciendo de las suyas, metiéndose con la delgada tela del espacio tiempo, pero todo parecía estar en perfecto orden, pero esa inquietud permanecía en él.

Fue cuando lo encontró, una de las dimensiones, la dimensión 16 para ser exactos estaba siendo borrada por una terrible fuerza destructiva que lo dejo perplejo. Paradox no podía creer lo que estaba contemplando, esa dimensión estaba rodeado por una aura mágica que lo estaba consumiendo todo a su paso.

cerro su mapa cósmico, conocía a Eon y sabia que era capas de hacer algo así, pero técnicamente seria una locura que en verdad fuera él, sin antes crear un alboroto en las líneas temporales del tiempo. Algo o alguien mas estaba destruyendo esta dimensión y se aseguraría de llegar al fondo de ello.

...

Silencio, solo existía el silencio.

Vacío, vacío sin fin.

Blanco, todo era completamente blanco.

Era un lugar inhóspito, cubierto por una soledad inmensa, no existía nada, solo la blancura del lugar y un silencio eterno. En medio de ese desolador lugar se encontraba un joven de cabellos castaños y chamarra morada que flotaba inconsciente en ese extraño lugar.

Lentamente el joven comenzó a recobrar el conocimiento, abriendo sus ojos para encorvarse al instante de dolor al sentir como un abrumador ardor se extendía por todo su pecho. Se cubrió la boca en un intento fallido por contener ese líquido metálico que sentía subir por su laringe hasta llegar a su boca, vomitando en un ataque de tos, manchando parte de esa eterna blancura con el rojo de la sangre.

Ben permaneció ahí, inerte, solo observando como esa mancha rojiza iba cayendo hasta desaparecer en medio de esa infinita blancura, mientras un hilo de sangre sobre salía de sus labios.

-donde estas? – susurro abatido. Sus ojos se encontraban vacíos, pero en ellos permanecía ese extraño brillo lumínico – donde estas? – sus ojos comenzaron a brillar más, volviéndose blancos mientras su cuerpo era cubierto por esa corriente eléctrica que no era otra cosa mas que su mana distorsionado, rasgando parte de su ropa y piel.

Ben cero sus ojos, intentando contener esas amargas lagrimas que amenazaban por salir mientras sus cabellos se movían tenuemente, brillando entre destellos rosados.

-¡¡no quiero estar solo!!- grito con su alma destrozada, provocando que su mana explotara en una onda iracunda que se extendía por todo el lugar, hasta solo permanecer constantes corrientes de mana que emanaban y se consumían aleatoriamente, provocando que el castaño perdiera nuevamente el conocimiento con su cuerpo flotando inconsciente boca abajo.

Lentamente de su espalda comenzó a surgir una luz brillante, revelando la parte superior de una forma humanoide. Su piel de un profundo color violeta oscuro, mientras sus cabellos color blancos brillaban de color rosado. Sus cabellos se extendían hacia el cielo, abriendo sus ojos blancos, observando hacia arriba.

Esa figura extendió su brazo hacia el cielo blanco del lugar, desapareciendo en una ráfaga de luz, sin dejar rastro. Solo el cuerpo vacío de lo que una vez fue.

...

- Mmm, mi cabeza – murmuro mientras se sobaba la cabeza.

Poco a poco comenzó abrir los ojos, se sentía agotado, como si hubiera corrido un maratón. Le dolía todo el cuero, en especial el area del pecho, fue cuando lo recordó todo. Albedo, el agujero negro, Alex, dio un salto en su lugar al recordar lo último gritando sobresaltado – ¡¡¡Alex!!!

- ¿podrías callarte?, estoy intentando leer, ya es suficientemente malo tener que pasar todo el verano contigo, como para que además, te la pases gritando todo el viaje – le reprocho frente de él, una niña de cabello corto color rojizo, con una camiseta azul con un estampado de un gato en el pecho, se trataba de Gwendolyn, quien lo fulminaba con la mirada mientras sostenía un libro color verde frente de ella.

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