23

La luz de la luna se filtraba por la ventana al igual que el aire fresco que rozaba ligeramente sus pieles, el doncel se encontraba recostado en la cama, apoyando su cabeza sobre la almohada, cerraba los ojos gustoso cada vez que los labios del pelirrubio se atrevían a volver a acercarse a los suyos para robarle un nuevo beso, sus bocas se unían en una sola, Yoongi enredaba sus piernas en la cintura del hombre que se encontraba entre ellas, y suspiraba bajo al sentir las suaves caricias que aquel pelirrubio le proporcionaba a su cintura, de nuevo aquel hombre se separo de él para tomar aire, sus respiraciones se mezclaban. Jimin sonrió al ver aquellos labios finos ahora estar levemente inflamados por la sesión de besos que habían estado teniendo después de haber tenido sexo, llevo su mano izquierda hacia el rostro del doncel para despejar un poco aquella frente de algunos mechones de cabello rebeldes que le impedían mirar aquellos ojos gatunos tan brillantes.

El pelirrubio no podía evitar seguir admirando a aquel doncel, quería analizar por completo su rostro, quedarse con la sensación de sus labios sobre los suyos, tocar toda su anatomía para jamás olvidarla, y sí fuera posible mantener una copia exacta de todo su ser solamente para él, soltó un largo suspiro. El doncel al tener aquella mirada fija sobre él sintió sus mejillas calentarse, jamás ha podido sostenerle la mirada a alguien, pero ese hombre lo hacía sentirse tan diminuto cada que lo miraba que no podía evitar avergonzarse en el proceso.

—¿P-podrías dejar de mirarme? —Yoongi no quería que la situación se siguiera sintiendo así de incomoda—. Me estás poniendo nervioso —termino de confesar.

Jimin soltó una suave risa al escuchar esas palabras, acerco de nuevo su rostro hacia el doncel, y estampo sus labios sobre la frente del mismo.

—Esa timidez no pareces tenerla tan seguido —menciono Jimin y se alejo un poco—, perdóname, pero no puedo dejar de mirarte.

—¿Qué?

—Entiéndeme —Jimin sonrió ladino—, todo esté tiempo estuve buscando y te encontré...

El doncel apretó sus labios formando una fina linea, sintiendo el leve palpitar de estos por haber estado largo tiempo besando los labios de aquel rubio.

—¿Estás seguro de que no quieres venir conmigo?

De nuevo aquella propuesta estaba sobre la mesa, Yoongi miro a los ojos a Jimin, quien parecía muy interesado en la respuesta que pudiera darle, pero no pudo sostener la mirada, junto sus manos por delante de su pecho, jugando con sus propios dedos, aquella pregunta cada vez se estaba haciendo más difícil de responder para el doncel, porque en un principio no quería irse con ese hombre, porque sabe que lo único que Park Jimin desea de él es su cuerpo... pero ahora, aunque él no quisiera, no podía evitar tener la idea de irse con él, se sentía como un tonto adolescente viviendo una pequeña aventura en dónde termina perdiendo el corazón por alguien. En sus planes no estaba enamorarse de aquel hombre, pero el corazón no manda ni siquiera en el tiempo, en las situaciones, en nada... puede que nunca se hubiera sentido en verdad interesado por alguien, puede que pasen años y jamás logré amar a alguien de la manera tan profunda como ahora estaba amando a aquel hombre en tan poco tiempo.

Quizás solamente se trate de un amor pasajero, uno que se iría en cuanto aquel hombre abandone por completo su vida, sí, tenía que ser eso.

—Quiero —comenzó a hablar el doncel—, quiero irme de aquí —miro esta vez a Jimin—, pero no contigo... —hizo una pequeña pausa—, quiero irme y disfrutar más, quizás con el dinero que tengo guardado pueda salir de esta ciudad e ir a otra, encontrar un empleo, vivir de roommate con alguien... y luego irme de nuevo, quiero viajar y ver hasta donde puedo llegar, pero quiero hacerlo por mi cuenta... —dejo de mirar a Jimin a los ojos—, perdona por decir esto, pero no pienso quedarme enclaustrado solamente para complacerte a ti.

El silencio era sutilmente interrumpido por el sonido del viento que lograba chocar con la persiana que cubría la ventana de la habitación, Jimin analizaba cada una de las palabras que aquel doncel le decía y no podía evitar sentir a su corazón partirse en dos con aquella respuesta, esperaba convencer a ese doncel para que se fuera a vivir con él, ambos estarían juntos, le daría todo lo que él quisiera, inclusive estaba dispuesto a comprarle una isla entera si él se lo pedía, pero Yoongi no quería nada más que irse de allí por su cuenta, hacer las cosas por sus propios méritos y lo entiende, es así como él también se hizo poderoso al igual que su padre, sonrió con decepción, él tenía un poco de esperanza pero se perdió con aquella respuesta, pero la aceptaba, si Yoongi quería vivir su vida a su manera, que lo haga, no le va a cortar sus alas.

—Bien —dijo en voz baja—, hazlo, minino... —el doncel podía ver los ojos de aquel hombre en ellos se había ido algo... ¿ilusión? Quizás—. Pero —Yoongi presto atención—, quiero mantener comunicación contigo, cualquier cosa, ya sea la más estúpida no dudes en llamarme.

El doncel no esperaba aquellas palabras.

—Entonces eso haré —dijo Yoongi regalándole una sonrisa.

—Esperaré tu llamada, minino —Jimin acerco su rostro al ajeno y junto la punta de su nariz con la de Yoongi frotándola ligeramente, el doncel soltó una suave risa al sentir ese tacto.

—Basta —dijo entre risas—, me haces cosquillas...

Y Jimin amo esa risa tan melodiosa, la mantendría guardada en sus recuerdos, eso le haría sonreír más seguido. El pelirrubio no entendía que es lo que ese doncel tenía que le había robado algo importante, pero por supuesto Yoongi no lo sabía.






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El automóvil se encontraba estacionado frente al hotel, Namjoon ya se encontraba detrás del volante revisando los últimos detalles y asegurándose de que el combustible fuera el suficiente para regresar a Chicago, aunque claro tendrían que hacer un par de paradas, pero entre menos fueran era lo mejor, Jungkook se encontraba revisando dentro de la cajuela, escondiendo las armas allí para que no pudieran ser notadas tan pronto si es que excedían la velocidad y algún policía los detenía en el camino.

—¿Ya está todo listo? —pregunto Jimin mientras cruzaba sus brazos sobre su pecho, Namjoon elevo el pulgar para indicar que todo estaba en perfectas condiciones, mientras que Jungkook cerraba la cajuela.

—Todo en orden —dijo Jungkook mientras sonreía—, Taehyung te manda saludos, y dijo que te dijera que jamás habían limpiado un desastre como el de ayer.

—¿Volviste a dejar todo hecho una porquería? —Jungkook se encogió de hombros, Jimin rodo los ojos—. Debiste dejar que Namjoon hiciera el trabajo.

—Sí, pero no tendría la oportunidad de estrenar mi nueva arma.

Jimin negó con la cabeza mientras rodaba los ojos, Jungkook se dispuso a entrar en el automóvil en el lado del copiloto, mientras el pelirrubio soltaba un largo resoplido, miro detrás suyo en donde Yoongi aún permanecía parado sonrió y se dispuso a acercarse a él.

—Es hora de que me vaya, minino —dijo el pelirrubio y Yoongi lo comprendía—, cierto —el hombre llevo su mano derecha al bolsillo de su pantalón—, he dicho que me llames —saco una pequeña tarjeta—, ese es mi numero personal, llama cuando quieras o necesites algo, pequeño.

El doncel estiro su mano para tomar aquella tarjeta, era de color blanco y escrito a mano se encontraba el numero de teléfono celular más las iniciales de aquel hombre.

—Lo haré —dijo Yoongi, el pelirrubio le regalo una sonrisa—, ¿a dónde irán ahora?

—A Chicago —menciono Jimin en respuesta—, iremos a pasar por un encargo de mi padre y de ahí estaremos de regreso a Nueva York.

—¿Nueva York? —el pelirrubio dio un asentimiento—. Por un momento pensé que vivías en Delaware —soltó una suave risa—, ese es un lugar más tranquilo.

—Sí, pero me gustan las ciudades que nunca duermen —soltó un suspiro—, ¿crees qué pueda verte de nuevo?

—No lo sé —dijo Yoongi en respuesta—, pero si el destino quiere volver a entrelazar nuestros caminos, entonces así será...

El pelirrubio dio un asentimiento.

—Entonces hasta luego, minino.

—Nos vemos, Jimin...

Sin más el pelirrubio se dispuso a entrar al vehículo, y en cuanto entro, el sonido del motor encendiéndose se hizo presente, Jimin le regalo una sonrisa antes de que el vehículo se dispusiera a avanzar, cuando arranco, Yoongi se quedo allí, mirando al vehículo alejarse por la carretera, soltó un largo suspiro y miro la tarjeta en sus manos, todo había terminado, quizás no vuelva a ver a ese hombre, o quien sabe, a veces el destino podía ir en contra de los pensamientos.

Giro sobre su eje para comenzar a caminar, tenía que regresar al departamento antes de que Hoseok lo reportará como persona desaparecida.

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