16
Parpadeo un par de veces, sintiendo sus ojos pesados por haber despertado, su cuerpo pesaba, se removió sobre la cama sintiendo la suavidad del colchón y el como se hundía su peso sobre ella, llevo una de sus manos a su rostro, restregando el dorso de la misma sobre sus parpados para tratar de disipar el cansancio, y antes de que se dispusiera a abrir sus ojos, soltó un largo bostezo antes de parpadear un par de veces, sintiendo la humedad de sus ojos acumularse para formar pequeñas lagrimas que pronto se perdieron entre sus pestañas, miro alrededor, la habitación estaba totalmente a oscuras y solamente la cama era casi totalmente iluminada por la luz nocturna de la luna que lograba infiltrarse por la ventana que se mantenía sin las persianas cerradas.
—¿Minino? —la somnolienta y rasposa voz a su lado lo hizo mirar al pelirrubio, Jimin entreabrió sus ojos mientras se acomodaba sobre la cama para recargar su espalda sobre el respaldo de madera, las sabanas lograron destapar un poco su cuerpo, y la boca del doncel se seco ligeramente al ver que aquel hombre estaba durmiendo a su lado sin algo puesto arriba, dejando ver su trabajado cuerpo—. Aún es de noche —menciono Jimin.
—Lo sé —era más que obvio para el doncel, bajo la mirada hacia su regazo—, maldición —dijo Yoongi en voz baja—, me he dormido demasiado, y seguramente fue por el alcohol.
La suave risa de parte de Park Jimin lo distrajo.
—Por lo visto no estás tan acostumbrado a beber alcohol —las mejillas del doncel mostraron una ligera coloración rosa.
—En realidad no —menciono el doncel mientras trataba de disipar la vergüenza jugando con los dedos de sus manos sobre su regazo—, el alcohol y yo no somos grandes amigos.
Todavía recuerda la primera vez que bebió alcohol, inclusive recuerda el nombre de la bebida, era una simple combinación de ron con refresco de cola, y vaya que el calor que sintió en la garganta le agobio, pero lo peor fue que quiso más, y fue un grave error, no sabe cuanto más bebió, lo único que recuerda era que con cada una de esas bebidas se ponía cada vez más relajado, se le soltaba la lengua y el calor en su cuerpo se volvía insoportable, Hoseok era quien le cuidaba, aunque no hacía muy bien su trabajo, porque Yoongi se había terminado por enredar con un sujeto al que ni siquiera recuerda. Esa vez el doncel había terminado con un terrible dolor de cabeza a la mañana siguiente y con unas nauseas insoportables que lo obligaban a devolver el estomago con intensidad, inclusive se preocupo por el hecho de estar embarazado, sabe que por ser doncel corría el riesgo de quedar en cinta, pero afortunadamente las nauseas solamente eran por la ingesta excesiva de alcohol y no eran por haber quedado preñado y lo agradecía, no sabía lo que haría si eso hubiese llegado a pasar, pero al menos estaba más tranquilo.
—Para la próxima avísame, y no dejaré que bebas ni una sola gota, minino —la voz apacible de aquel hombre lo saco de sus malos recuerdos, giro su rostro en su dirección para mirarlo, el hombre de cabellos dorados le dedicaba una sonrisa pequeña que hacía curvar sus labios de forma encantadora—, mírate —soltó una suave risa mientras que su mano se acercaba hacia el rostro de Yoongi, la piel del doncel se erizo ligeramente al sentir el tacto suave sobre sus cabellos, mientras que aquella mano intrusa los peinaba deslizando sus dedos entre las hebras, jalándolas ligeramente y enredándose en sus cabellos—, estás muy despeinado...
—Supongo lo estoy —dijo Yoongi en voz baja, aquel tacto no lo esperaba, ni siquiera sus palabras, era agradable después de todo lo que había pasado, mordió su labio inferior ligeramente sintiendo como aquella mano bajaba un poco para después acariciar apenas con las yemas de sus dedos la tersa piel de la mejilla del doncel—, ¿qué haces...?
—Me gusta tocarte —al doncel se le corto la respiración al escucharlo—, en verdad que tu piel es muy suave —la mano del hombre no tardo en acunar su mejilla, mientras que el doncel sentía como los latidos de su corazón se iban acelerando un poco más—, ¿sabes? Cuando te hablé de lo que quiero, es decir, de que vengas conmigo, no era una broma, minino.
—¿Qué?
—Quiero tenerte para mí y sólo para mí —el doncel escuchaba atento las palabras de aquel hombre—, como dije... puedo darte lo que sea, ¿quieres que te compré la joyería más costosa? Lo haré, ¿quieres llevar puesta las ropas más costosas? No dudaré en dártelas —hizo una pausa—, estoy dispuesto a entregarte todo lo que quieres con tal de que vengas conmigo, Yoongi...
Era la primera vez que aquel hombre decía su nombre y dejaba de lado aquel 'minino' que tanto le decía, pero Yoongi no podía alcanzar a comprender la razón por la que aquel hombre le pedía permanecer a su lado, era ridículo, Yoongi conocía a personas como él, personas que te prometen el cielo y las estrellas con tal de que jamás las dejes, y claro Yoongi no estaba dispuesto a creer en ninguna de esas promesas, porque los objetos podrían estar presentes, o inclusive jamás estarlo, pero la persona... eso si podía irse, esfumarse inclusive en un santiamén, ese hombre que se encontraba acostado a su lado y que ahora no dejaba de acariciar su mejilla con delicadeza, ¿en verdad podía cumplir sus promesas? Yoongi no quiere nada de lo que ofrece, lo único que busca es irse y asegurarse por él mismo su propio bienestar, estar con ese hombre puede traerle problemas.
—¿Por qué lo debería hacer? —pregunto el doncel, las caricias no se detenían, y el tacto de aquellos dedos le estaba gustando, porque le brindaban cierto calor familiar que jamás logró obtener de parte de su progenitora.
—¿Y por qué no? —Yoongi parpadeo un par de veces—. Puedes tener todo lo que desees al alcance de tus manos si es que aceptas estar conmigo, minino... —sonrió ladino—, ¿por qué tan siquiera te pones a pensar mucho las cosas? Cualquiera en tu lugar me habría dado un sí de inmediato, pero en cambio... tú pones peros...
—Porque no puedo aceptar algo como eso —Yoongi alejo su rostro de la mano que lo acariciaba—, sé que me ofreces lo que quiera, pero a cambio deseas que sea tu prostituto personal —Yoongi bajo la mirada a su regazo—, yo... —negó con la cabeza—, no puedo aceptar esa clase de trato, es ridículo, si lo hiciera estaría aceptando ser algo que no quiero.
La mirada del pelirrubio se mantenía sobre Yoongi.
—Y no quiero ser como mi madre —menciono Yoongi—, como te lo dije, jamás aceptará una propuesta como la tuya, yo no busco que alguien como tú me mantenga enclaustrado solamente para obtener sexo.
—No te estoy pidiendo que te quedes conmigo como un esclavo sexual a mi disposición.
—Pues eso es lo que parece —contesto Yoongi, volvió a mirarlo—, sólo escúchate, quieres que sea exclusivamente tuyo, que permanezca a tu lado solamente para darte satisfacción sexual, eso es lo que quieres de mí.
El silencio inundo la habitación, mientras que Yoongi permanecía mirando sus manos que se encontraban sobre su regazo el cual era cubierto por las sabanas, por más que Jimin quisiera negar las palabras de Yoongi no podía hacerlo del todo, era verdad que quería que el doncel permaneciera a su lado, solamente a su disposición y que jamás se fuera, Jimin sabe que encontró el tesoro que tanto había buscado por años, y no quería dejarlo ir de sus manos, no tan fácilmente, pero no sabía tan siquiera como obtenerlo, era complicado, y ese doncel no parecía querer aceptar ningún tipo de trato con él para permanecer a su lado.
—Minino —la voz de aquel hombre volvió a hacer que el doncel prestase atención, giro su rostro para mirarlo—, ¿qué debo hacer para que aceptes?
El doncel al escuchar aquella pregunta sintió como su respiración se cortaba de inmediato, no podía creer lo que escuchaba.
—¿Tanto deseas que te acompañe? —Jimin le regalo una sonrisa.
—No te mentiré... —Jimin soltó un resoplido—, mi gusto por los donceles creció cuando conocí uno a la edad de trece años —comenzó a relatar—, al principio no entendía ni siquiera la anatomía de su cuerpo, pero... logré hacerlo cuando pude investigar, y que inclusive ese mismo doncel me hablará de él, aprendí que como él solo existen en el mundo muy pocos y que cada uno de ellos tiene sus cualidades y defectos... —relamió ligeramente sus labios con la punta de su lengua—, el doncel del que te hablo era un amigo de la familia, al cual lo mataron debido a que se metió con la persona equivocada, mi padre no hizo nada al respecto, no quería problemas, y yo tampoco —hizo una pausa—, pero aún así no podía sacarme de la cabeza a ese doncel, pronto mi gusto por tener sexo con personas que no fueran donceles se me hizo inclusive aburrido, complacerme es complicado, inclusive me irritaba la idea de no conseguir un doncel.
Yoongi doblo sus rodillas, acercándolas de ese modo hacia su pecho.
—Intente buscar en el mercado negro... pero cuando lo hacía no podía encontrar exactamente lo que buscaba, no quería que se pareciera al doncel que habían asesinado, no —negó con la cabeza—, lo que buscaba era que cumpliera con todas y cada una de mis expectativas, las personas que trabajan en el mercado negro pueden ser muy inteligentes cuando se trata de dinero, tanto que inclusive trataron de venderme a una mujer que había sido cambiada de sexo casi en su totalidad, claro que no sirvió —soltó una risa—, buscar un doncel es como buscar un frijol gris en medio entre un montón de frijoles negros, se pierde en las semillas viejas, y un doncel se pierde entre las personas, y es casi imposible encontrar uno —miro a Yoongi—, aunque claro tuve suerte al encontrarte.
El doncel aparto su mirada por unos instantes, parpadeando un par de veces.
—Nunca en mis pensamientos hubiera estado la sola idea de encontrarme con un doncel dentro del Peché Mortel, pero te vi, y supe de inmediato lo que eres, esa curvas son difíciles para un hombre, al igual que los hombros pequeños y finos como los tuyos... —trago saliva—, en ese momento pensé que eres perfecto, esa mirada llena de inocencia y esos ojos gatunos tuyos tan hermosos... —las mejillas de Yoongi se calentaron ante el cumplido—, en lo único que pensé fue en sacarte de ese lugar para llevarte conmigo, y eso lo haría solamente al terminar con York... —sonrió ladino—, pero no quieres venir a pesar de todo ¿verdad?
—Como dije, lo único que tu buscas de mí...
—Lo sé —interrumpió Jimin—, pero deberías considerar mi propuesta un poco más —estiro sus brazos hacia el techo y soltó un suspiro, miro hacia Yoongi—, te quiero para mí, minino, cada mirada tuya, cada suspiro, todo tu ser... lo quiero solamente para mí.
—Eso es muy egoísta de tu parte —menciono Yoongi en voz baja, mientras aquel hombre aproximaba su cuerpo hacia el suyo, se removió levemente al sentir el movimiento de Jimin hacia él—, ni siquiera estás pensando mucho en lo que yo quiero.
—Bueno, me gusta ser egoísta, minino —el doncel soltó un chillido en cuanto sintió como la mano de aquel hombre se infiltraba en el hueco entre su espalda baja y el respaldo de la cama y no tardo en ser jalado hacia el cuerpo fornido de aquel hombre, quien en un movimiento habilidoso logró recostar al doncel en la cama para después colocarse entre sus piernas, los latidos del corazón de Yoongi podían escucharse en sus propios oídos, el nerviosismo lo estaba embriagando—, me gusta ser egoísta cuando sé que hay algo que me gusta.
La mano de aquel hombre acaricio la curvatura de su cintura haciéndolo soltar un pequeño suspiro al instante, aquel tacto de esa mano tocaba la tela y le provocaba cosquillas.
—¿Te gusto? —pregunto Yoongi mientras miraba al hombre que ahora se encontraba sobre él, relamió sus labios sintiéndolos deseosos por querer volver a probar aquellos prominentes labios del hombre que se encontraba encima suyo.
—No te imaginas cuanto me encantas, minino —murmuro Jimin por lo bajo, mientras dejaba de mirar a Yoongi a los ojos para pasar a mirar aquellos labios húmedos y brillantes de color rosa pálido—, eres todo lo que deseo, Min Yoongi —acorto la distancia entre sus rostros provocando que el doncel se paralizará al ver que aquel hombre buscaba besarle.
—Espe... —el doncel no pudo continuar, no cuando aquel hombre choco su boca con la suya en un beso, uno que lo hizo remover las piernas ligeramente, y que lo dejo sin aliento en cuanto aquel hombre comenzó a poseer su boca con maestría.
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