10
El sonido del motor apenas era perceptible, Yoongi giro su rostro del lado derecho mientras miraba como dejaban atrás el casino, las luces iluminaban todo el lugar, para Las Vegas, la noche siempre es jovial, pareciera inclusive que está misma no terminaba nunca, las horas dentro de los casinos se pasaban tan rápido como agua cayendo en una cascada, y todos parecían disfrutar a más no poder de todo aquello, dejo de mirar hacia Jimin y se dispuso a mirar la ventanilla de su lado izquierdo mientras el vehículo seguía avanzando y poco a poco dejaban de lado todos aquellos hoteles y casinos detrás.
—Conseguí un hotel a un par de kilómetros de aquí —menciono el conductor sin dejar de mirar el camino, mientras giraba el volante del lado derecho para tomar una curva—, sé lo mucho que te gustan las habitaciones VIP, pero me temo que está vez no serán posibles.
—Entiendo —Jimin miro a Namjoon—, hiciste bien, esta vez no deseo una habitación de lujo, lo malo de los dueños de estos malnacidos casinos y hotelería, es que pueden ser enemigos en cuanto a los negocios, pero cuando uno de sus colegas necesita ayuda, saben sacar las garras para ayudar —Namjoon dio un asentimiento—, recuerda regresar y ocupar el estacionamiento del casino, irás a por Jungkook, y únete al juego, sácalo de allí y llévalo al bar y tomen algo, yo invito.
—Entendido —Namjoon miro por el espejo retrovisor al doncel que parecía más interesado en lo que sus ojos miraban afuera que en la conversación que tenía con Jimin—, ¿qué harás con él?
—Tengo un trato en estos momentos —Jimin sonrió ladino—, el minino y yo tendremos sexo hasta que esto se termine —Yoongi a pesar de que no quería escuchar de lo que esos dos hombres hablaban era inevitable no prestarles atención y más cuando escucho lo que dijo Jimin, ¿acaso ese hombre no tenía un limite? Quizás no—, pero esto es de lo que menos debes preocuparte, el minino está de nuestro lado.
Namjoon dio un corto asentimiento.
—El hotel es un hospedaje de bajo presupuesto, pero he visto las habitaciones y no están mal —el teléfono de Jimin vibro—, te acabo de mandar la ubicación del mismo para que lo mires.
El pelirrubio no tardo en prestar atención a la pantalla de su celular, abrió el chat en el cual mantenía una constante comunicación con su amigo y no tardo en abrir el link que le había mandado, el lugar tenía por nombre Hotel El Paso, y se trataba de un pequeño hotel que se encontraba alejado un poco de los casinos pero que tenía alrededor algunos negocios de fast food alrededor y una sucursal pequeña de un Hard Rock Coffee. Era perfecto, nadie les prestaría atención, serían como un par de turistas más en ese lugar.
—El lugar tiene buena conexión a internet, además de que ofrecen servicio a la habitación y tienen un restaurante en la planta baja del mismo —explico Namjoon, mientras que las luces tan folclóricas iban terminando poco a poco, la gran urbe del pecado estaba quedándose atrás—, ya hice las reservaciones, están a nombre tuyo —Jimin dio un asentimiento—, las puertas se abren y se cierran con código, te entregarán una tarjeta con el código en recepción.
—Excelente —Jimin apago su teléfono—, déjanos en la entrada en cuanto lleguemos y regresa al casino.
—Eso haré —las luces por fin cambiaron a unas más tenues lejos de animarte a entrar a los casinos, ahora las calles estaban menos atiborradas y varios edificios de menos tamaño se alzaban, Yoongi dejo de mirar la ventanilla—, Llegamos.
El doncel miro hacia el frente, encontrándose con un hotel nuevo, "El Paso" se leía en letras verde neón en la entrada principal, elevo sus cejas al verlo, el hotel era pequeño, pero conservaba un estilo modernista, se podían apreciar un poco sus paredes pintadas en un tono café claro, no había ninguna persona afuera que les recibiera, y las puertas de cristal daban vista a la recepción.
—Gracias por todo, Nam —dijo Jimin antes de tomar la manija de la puerta para abrirla—, vuelve y diviértete, llámame si las cosas se ponen pesadas o si ven a York, y lleguen a la hora que gusten, cuando lleguen hablaremos sobre lo que haremos para terminar con el negocio.
—Eso haré, nos vemos.
Jimin cerro la puerta del vehículo en cuanto salio, camino rodeando el vehículo por la parte de atrás para dirigirse a la acera, en cuanto estuvo de pie en la acera el sonido de la puertezuela cerrándose le indico de inmediato que Yoongi ya había salido del vehículo. Ambos se quedaron allí mirando como de nueva cuenta el vehículo retomaba su camino para ir de nuevo hacia el casino, el doncel no pudo evitar seguir mirando a lo lejos en donde el vehículo se había logrado perder entre muchos otros que se encontraban transitando por la misma carretera, se preguntaba qué es lo que haría aquel hombre junto al otro, sabe que el hombre pelirrubio menciono que se irían a divertir, pero quizás también terminen por hacer otras cosas, quizás además de apostar y beber alcohol, puedan tener la misma diversión que el hombre pelirrubio ahora mismo tenía.
—Minino, no te quedes allí parado tenemos que entrar —la voz del hombre pelirrubio lo saco por completo de sus pensamientos.
Miro hacia la entrada del hotel en donde aquel hombre le esperaba mientras sostenía la puerta de cristal para que ingresará, trago con pesadez, ¿acaso aquel hombre de cabellos rubios quería volver a tener sexo con él? No creía en esa posibilidad, pero quizás es lo que quiere, después de todo es para eso que hizo ese trato, pero Yoongi consideraba que esto sería muy pronto, pero no podía dar protesta alguna sobre todo esto. Yoongi es consciente de que acepto acostarse con él a cambio de que lo protegiera de York, pero eso no quitaba el hecho de que la forma en que ese hombre le tomaba con fiereza y tanta hambre le quitaba todos los suspiros que guardaba, el doncel no recuerda exactamente cuando fue la ultima vez que tuvo relaciones sexuales, pero todas habían sido sumamente aburridas, las dos veces que las tuvo antes de conocer a Park Jimin, habían sido todas un fiasco, los hombres con los que estuvo no sabían tan siquiera como hacerlo alcanzar un orgasmo adecuado.
Por unos momentos Yoongi había pensado que eso era a causa de que él no se sentía lo suficientemente atraído por esos hombres, que no los deseaba tanto después de todo, pero también era en gran parte por el hecho de que Yoongi no sabía expresarse bien con lo que quería, cada persona tiene sus propios fetiches y aunque algunos de esos puedan ser inclusive muy extraños, mientras se tuviera el respeto todo estaba bien, el joven doncel tenía sus propios fetiches, y le gustaba mucho que le hablaran de forma sucia, al principio no quería admitirlo, pensó inclusive que estaba demente por sentirse totalmente excitado por las groserías o el trato más vil, pero cuando Hoseok y él pudieron ver una película de adultos y había escuchado como le hablaban a la protagonista, denigrándola con palabras como "zorra," perra arrastrada," entre otras más que Yoongi no quiere recordar, no pudo evitar sentirse incomodo, pero por el hecho de que le gustaba, la sola idea de escuchar a un hombre decirle eso le excitaba. Y cuando Jimin comenzó a decirle de esa forma... definitivamente no lo esperaba, inclusive pensó en decirle que se fuera al infierno, pero no pudo, no cuando la sensación tan placentera le abrumaba, la polla de ese hombre rellenaba tan perfecto su entrada que no podía pedir más, pero Jimin lo complacía con decirle "zorrita" a pesar de que el hombre ni siquiera estuviese enterado de que eso le gustaba.
Relamió sus labios sintiéndose incomodo por el leve cosquilleo en su vientre bajo al recordar lo que pasaron aquel hombre y él hace un par de horas, puede que se vuelva a repetir, y no se rehusaría a eso.
Camino hacia Jimin para ingresar al hotel, no tardaron en llegar a la recepción, Jimin de inmediato pidió la llave para la habitación y como había dicho Namjoon, le habían entregado una tarjeta con un código, ambos de inmediato se encaminaron hacia el ascensor de aquel hotel, e ingresaron, Jimin oprimió el botón del segundo piso, el hotel consistía en un edificio de cinco pisos, era pequeño a comparación de los demás que habían alrededor.
—¿Cuánto tiempo durará esto? —pregunto Yoongi mientras seguían ascendiendo dentro del elevador para llegar al piso correspondiente.
—Durará lo que tenga que durar —dijo Jimin en respuesta, miro hacia el doncel—, descuida, no será mucho —soltó un largo resoplido—, esto es un asunto que debo tratar con cuidado y de forma rápida, mi padre no quiere errores.
—Él fue quien te mando a matar a York —era más una afirmación que una pregunta, Jimin sonrió ladino.
—Eres muy curioso, minino —el ascensor se detuvo y las puertas se abrieron—, pero deberías dejar tus dudas de lado, esto no te involucra mucho.
El hombre pelirrubio salio primero siendo seguido por el doncel.
—Pues vas a matar a mi jefe —dijo Yoongi mientras caminaban por el pasillo, el piso allí estaba recubierto por un alfombrado de color beige, las paredes estaban pintadas de color hueso y había alrededor de cinco habitaciones en la planta, Jimin se encaminaba a la quinta, la doscientos cinco—, sin él no tendré más empleo.
—Descuida, minino —dijo Jimin, pasaron dos habitaciones, ambos se dirigían a la que se encontraba al final del pasillo—, si es que York faltase, mi padre será el dueño, aunque le da igual el casino ¿sabes?
—Pero ¿y a ti?
—A mí también me da igual —respondió Jimin—, pero puede que Jungkook quiera ser el nuevo dueño, mi padre confía plenamente en él, sabe que no le traicionaría de forma vil como lo hizo York, pero pensándolo bien, quizás sea un error dejárselo —dos habitaciones más habían quedado atrás—, porque posiblemente quien termine enviciado por el juego sea él.
—En ese caso si tendría que buscar un nuevo empleo —comento Yoongi más para sí mismo que para su acompañante.
Jimin podía entender el porque a Yoongi le preocupaba tanto su trabajo, era obvio, la situación no es la más agradable posible, y los empleos generados siguen siendo muy pocos y con más exigencias que nunca, así que podía entender ese temor en el doncel por perder su empleo, pero ya vería que podía hacer, quizás Namjoon quiera ser socio para el casino.
—Es está —menciono Jimin en cuanto llegaron a la habitación, de inmediato el pelirrubio tomo la tarjeta que tenía en sus manos y miro el código, oprimió los dígitos en el pequeño tablero que se encontraba debajo de la manija, y en cuanto escucho el clic de la puerta y el leve sonido de tres notas musicales indicándole que el código es correcto, sonrió—, entremos.
El doncel espero a que Jimin ingresará a la habitación antes de entrar, y en cuanto entro la puerta se cerro detrás suyo, el hombre de cabellera rubia encendió las luces, la habitación era pequeña, tenía un recibidos con un taburete para que tomarás asiento, y de inmediato podías encontrarse con la cama allí, tendida pulcramente con sabanas de color blanco y siendo adornada por un par de cojines de color vino, Jimin con toda confianza se quito el saco y lo dejo tirado sobre el taburete importándole poco si acaso se arrugaba la tela, Yoongi camino dentro de la habitación, hacía una pantalla frente a la cama, dos mesitas de noche una a cada lado de la cabecera de la cama y un sillón, el baño se encontraba al fondo cerca del televisor y tenían una pequeña barra en donde se encontraba una cafetera pequeña y un frasco lleno de capsulas de café.
—Ponte cómodo, minino —dijo Jimin—, y sabes a lo que me refiero.
—¿Qué? —Yoongi lo miro a los ojos.
—Minino —Jimin sonrió con arrogancia—, ¿acaso no aprendiste nada de lo que hicimos allá?
Yoongi trago pesado al escuchar eso.
—Te quiero desnudo —dijo Jimin—, y no quiero protestas, como dije quiero divertirme —se acerco más hacia Yoongi—, y tú eres parte de mi diversión —relamió la comisura de sus labios antes de elevar ambas cejas—, así que sé un buen minino y desnúdate.
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