08

Mordía su labio inferior con fuerza mientras miraba al hombre de cabellera rubia pasearse por la habitación con parsimonia, aquel hombre ya se había colocado sus pantalones, pero se había quedado sin camisa, y Yoongi no podía evitar mirar aquel cuerpo, los marcados abdominales, los brazos tonificados al igual que su pecho, los pasos del hombre dejaron la cama de lado para ir hacia la ventana más próxima, tomo con su mano la largo cortina blanca que impedía que la luz entrase tan próxima a la habitación y en cuanto la descorrió quito el seguro de la ventana para después deslizarla del lado izquierdo para abrirla, de inmediato una ráfaga pequeña de viento se infiltro en la habitación alborotando la rubia cabellera del hombre, mientras esté se disponía a buscar algo dentro de uno de los bolsillos de su pantalón, y que en cuanto encontró no dudo en sacar.

Una cajetilla de cigarros Marlboro apareció en su mano junto con un encendedor plateado, Jimin abrió la cajetilla y la acerco a sus labios, con los dientes atrapo uno de los tantos cigarrillos que allí se encontraban, después dejo la cajetilla de nueva cuenta dentro del bolsillo derecho de su pantalón y tomo el encendedor, destapándolo y con el pulgar accionándolo un par de veces hasta que la pequeña llama se hizo presente, con su ceño levemente fruncido encendió el cigarrillo y aspiro el amargo humo para después quitarlo de sus labios y soltarlo en un largo suspiro.

—¿Fumas? —pregunto Jimin hacia Yoongi quien se había quedado por unos momentos perdido en cada una de las acciones de aquel hombre, las mejillas de Yoongi enrojecieron levemente.

—No —respondió en un murmullo más para sí mismo que para Jimin—, n-nunca lo he intentado.

Jimin sonrió ladino ante esa respuesta, el doncel no pudo evitar apartar la mirada, trago pesado y removió sus piernas incomodo, jugo con las mangas de la camisa que aquel hombre, pues le había dicho que se la pusiera para cubrirse un poco, la camisa le quedaba un poco más grande de lo que pensó, pero lo agradecía porque así podía cubrir parte de su cuerpo, no le importaba que sus piernas estuvieran al descubierto en realidad. El hombre pelirrubio se acerco caminando a paso presuroso hacia Yoongi.

—¿Quieres probarlo? —pregunto mientras se acercaba, para cuando Yoongi ya había levantado la mirada, Jimin ya se había dispuesto a sentarse en el borde de la cama, muy cerca suyo, el de piel pálida apretó ligeramente sus labios.

Jamás en su vida había querido probar un cigarrillo, le parecía un gusto algo asqueroso su amigo Hoseok fumaba seguido, pero siempre que descubría sus intenciones de fumar dentro del departamento, no dudaba en reprenderle y exigirle que se saliera a fumar afuera, pues el olor del cigarro hacía a Yoongi querer vomitar.

—No, está bien así —menciono Yoongi, no quería probarlo, la sola idea le hacía sentir asco.

—Vamos, te gustará —la insistencia de aquel hombre hacía que Yoongi se sintiera levemente mal, no sabía si aceptar, y mucho menos después de lo que había pasado entre ellos.

Miro el cigarrillo en la mano de Jimin, quizás si sólo le daba una probadita... miro ahora a los ojos a aquel hombre aunque le costase trabajo hacerlo en realidad y contesto a esa insistencia.

—E-está bien —dijo dando un asentimiento para reafirmar sus propias palabras.

El pelirrubio sonrió dando un asentimiento. Yoongi pensó por unos momentos que Jimin le entregaría un cigarrillo diferente o que inclusive le dijera que tomará un poco del cigarrillo que mantenía encendido, pero no se espero que aquel hombre llevará el cigarrillo a sus labios, diera una larga calada haciendo que la mezcla del tabaco hiciera leves crujidos en el proceso, Jimin no saco el humo, sino que se aproximo a él y sin que Yoongi lo esperase una mano invasora se aproximo a su nuca para después empujarlo para que se acercará al rostro del pelirrubio, cuando menos los pensó los labios gruesos de aquel hombre se unieron con los suyos, jadeo levemente al sentir una leve mordida en su labio inferior haciendo que por fin abriera la boca, Jimin no dudo en pasar parte del humo a la boca de Yoongi y aprovecho aquel preciso momento para probar aquellos suaves y delgados labios rosas.

Yoongi sintió el sabor del humo en su boca, pero no podía prestarle tanta atención no cuando la lengua ajena se enredo con la suya para invitarlo a jugar, Yoongi gimió levemente al sentir como Jimin prácticamente jalaba su lengua levemente para juguetear con ella, los labios de aquel hombre se movían ligeramente mientras disfrutaba de aquel beso, y cuando menos lo espero Jimin se separo de sus labios en un chasquido.

—Suéltalo —dijo Jimin mientras soltaba el humo que aún le quedaba, y Yoongi obedeció, formando un pequeño circulo con sus labios y dejando salir el humo que aquel hombre le había compartido, Jimin le sonrió—, muy bien, minino...

—¿Por qué me besaste? —pregunto Yoongi, pues se había sorprendido por aquellas acciones, no las esperaba.

—Sólo tuve ganas de hacerlo —se encogió de hombros restándole importancia—, por cierto —llevo de nuevo el cigarro a sus labios dándole una calada antes de seguir hablando—, ¿desde hace cuanto que trabajas aquí?

—Casi cinco años —respondió Yoongi—, en octubre cumplo los cinco años —soltó un suspiro, el sabor del humo todavía se mantenía sobre su lengua—, ¿quién eres?

—Ya te lo dije —sonrió ladino.

—Sí, pero —apretó ligeramente sus labios—, no entiendo, es decir, jamás te había visto por el casino, y verte en la oficina de York fue extraño, usualmente el jefe no le gusta recibir visitas —soltó una pequeña risa la cual causo que en los ojos de Jimin apareciera un pequeño brillo.

—Lo sé —respondió Jimin—, verás, minino —Jimin estiro su brazo hacia la mesita de noche en donde se encontraba un cenicero de cristal, llevo el cigarro allí y aplasto la punta contra el cenicero para que se apagará—, mis asuntos a tratar en este lugar son de negocios, cosas muy personales a decir verdad.

Yoongi dio un asentimiento ante esas palabras.

—¿Vives cerca de aquí? —pregunto Jimin.

—¿Por qué te interesaría saber eso?

—¿Por qué no? —Yoongi ladeo levemente la cabeza.

—Es personal —dijo Yoongi en respuesta—, no te lo diré, no sé quien eres en realidad.

—Y aún así acabas de tener sexo conmigo ¿no? —la mirada de Yoongi se aparto, no podía negar algo como eso—. Iré al grano, minino —Jimin no tardo mucho en colocar su mano izquierda sobre la pierna de Yoongi justo sobre su muslo descubierto—, mi nombre es Park Jimin, y mi padre forma parte de los socios de esté lugar, York y mi padre no son buenos amigos que digamos, antes siempre se peleaban por obtener las mejores mercancías en cuanto a alcohol y cigarros para la venta en los hoteles —la mano de aquel hombre subió un poco mientras acariciaba su pierna casi a punto de rozar sus partes intimas—, pero hubo una serie de problemas que llevaron a York a abandonar Nueva York y mudarse aquí a Nevada, en donde abrió el casino, esté casino.

Hizo una pequeña pausa mientras disfrutaba de mantener su mano sobre la sedosa piel de la pierna de aquel doncel.

—Luego por azares del destino, mi padre lo encontró, hubo algunos problemas más en donde casi todo el tiempo mi padre quería asesinar a York y toda esa mierda —detuvo sus caricias—, pero pudieron llegar a un acuerdo, York le menciono a mi padre que el casino dejaba mejores ganancias que un hotel cualquiera, y mi padre al ver que podía verse beneficiado por los negocios de York, accedió a ser parte de los socios mayoritarios para el Peché Mortel, y así firmaron un convenio en donde las ganancias se repartirían en mitades iguales para cada uno.

—Pero —Yoongi se mostraba interesado en la historia—, ¿por qué le apuntabas con un arma cuando llegué?

—Pues digamos que el convenio se vino abajo —le regalo una sonrisa—, York no esta cumpliendo, las ganancias del casino se incrementaron de manera extraña hace cuatro meses —se encogió de hombros—, ciertamente esté imbécil está ocultando algo.

El doncel dio un asentimiento al escuchar eso, Yoongi ya llevaba tiempo trabajando allí y debía admitir que las palabras de Jimin no eran del todo falsas, porque él sabía exactamente la razón del incremento monetario del casino.

—Dijiste que trabajas aquí desde hace casi cinco años ¿no? —Yoongi dio un asentimiento—. ¿De casualidad sabes la razón del incremento?

—Sí —dijo Yoongi—, hace casi siete meses, el señor Wood, quien es nuestro jefe principal en el casino, menciono que debíamos ofrecerle a los clientes algo más... —Yoongi hizo una pequeña pausa—, inclusive menciono que generaríamos comisiones si lográbamos vender más de la mitad de la mercancía que nos proporcionan.

—¿Estupefacientes? —Yoongi asintió, Jimin sonrió, entonces todo era cierto, por esa razón York no había negado nada, y como dijo, es un negocio mucho más fructífero que el del petroleo—. ¿La clientela aumento?

—Al principio no mucho —dijo Yoongi—, pero conforme pasaron los días y las semanas, muchas más personas se interesaban en ingresar al casino —miro a Jimin a los ojos—, como sabrás, aquí en Nevada no es como si la ley existiera en realidad, más que nada pareciera que la toman como un chiste, por eso muchas personas vienen aquí, para de ese modo tener que desquitarse de los placeres prohibidos.

—Sí —Jimin aparto la mano de la pierna de Yoongi para regresarla a su propio regazo—, minino... —miro a Yoongi—, será mejor que renuncies pronto.

—¿Por qué?

—Porque planeo despojarte de tu jefe —sonrió ladino—, lo digo por tu bien, no querrás ser participe de todo esto, se pondrá feo.

—¿Vas a matarlo?

—Sí, pero York no es como si fuera tan fácil de matar, por ejemplo ahora... —sonrió ladino—, seguramente está esperando a que me vaya y te deje aquí, pero no pienso hacerlo, si te dejo aquí, te matará.

Yoongi abrió sus ojos en grande al escuchar eso.

—¿Q-qué? —trago saliva con pesadez—. Pero, no hice nada malo.

—Claro que sí —soltó un largo suspiro y llevo su mano hacia el rostro de Yoongi, acunando su mejilla—, acabas de acostarte conmigo, y estamos hablando, seguramente creerá que estás dándome información indebida... —soltó una suave risa—, York no es ningún imbécil, minino.

—Pero...

—Tranquilo —Jimin le regalo un guiño—, te protegeré mientras esta mierda se termina, para cuando York deje de respirar, tu podrás seguir viviendo tranquilo —acaricio la mejilla con suavidad—, pero quiero algo a cambio por tu protección.

—¿Qué deseas?

—Que sigas complaciéndome en mis deseos carnales —dejo de tocar aquella tersa piel de la mejilla del doncel—, eso es todo lo que te pido.

¿Aceptar ser su doncel de compañía a cambio de obtener su protección? Yoongi no estaba muy seguro de si esa sería una grandiosa idea, no podía negar que el sexo que le había dado había sido excelente, pero no podía soportar la idea de terminar como su madre, pero claro esto no sería con más hombres, sino sólo con uno, con Park Jimin, la oferta no era mala porque ambos ganaban en este acuerdo.

—¿Qué dices, minino? —la voz de Jimin lo saco de sus pensamientos—. ¿Aceptarás o...?

—Esta bien —contesto Yoongi, pues a pesar de que tendría que rebajarse, prefería eso a morir en manos de York—, lo haré...

—Muy buena decisión, minino.

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