05
—Disfrute su bebida, señor —Yoongi por fin había entregado el último pedido de ese tiempo, sabe que pueden llegar más, pero quiere que al menos sus compañeros de trabajo puedan atender mientras él se toma un poco más de tiempo para tomarse un ligero y merecido descanso.
Camino en dirección a la barra de bebidas necesitaba un respiro, el calor en el casino estaba comenzando a alborotarse, y por supuesto detesta cuando la ropa empezaba a pegársele a su cuerpo debido al sudor, quizás esa era la única desventaja de usar todo el tiempo el uniforme, pero debía soportarlo, unas horas más y podrá liberarse del trabajo, claro mientras el jefe no exija turnos extras para la noche, después de todo no era una novedad que la mayor parte de los ingresos para el casino fueran por la noche, pero por el momento deseaba que los miles de turistas decidieran mejor ir y pasear por las calles de la ciudad en lugar de darles una visita a los casinos.
Estaba a pocos pasos de la barra de bebidas, cuando una voz conocida lo hizo detenerse.
—¡Min Yoongi! —el mencionado se tenso un poco al escuchar esa voz, era su jefe, el señor Wood, más temprano que tarde Yoongi se giro sobre sus talones para encarar a su jefe quien caminaba en su dirección mientras secaba con frenesí su amplia frente con un pañuelo de tela de color negro—. Por fin te encuentro —la voz levemente rasposa y congestionada le hablo—, diablos... pensé que no habías venido a trabajar —soltó una risa nerviosa.
—No puedo permitirme faltar, señor —Yoongi apretó ligeramente sus labios, el señor Wood siempre es exigente con la puntualidad y también con la limpieza, el orden es su mayor hazaña cuando se trata del casino—, ¿necesita algo, señor?
—Sí... —dijo en voz baja para sí mismo y miro por detrás de su espalda por unos momentos antes de volver a pasar aquel pañuelo por sobre su frente, sudaba, Yoongi podía notarlo, pero creía que era una exageración, porque empezaba a hacer calor, pero el señor Wood sudaba como si hubiera corrido un maratón de ochenta kilómetros y fuera el primer lugar—, sí —volvió a regresar su mirada a Yoongi—, necesito que lleves una botella de whisky, que el barman te entregue cuatro vasos de cristal con hielo dentro, que el hielo y asegúrate de que la botella no pase de los años noventa ¿quieres? —de nuevo miro hacia atrás.
Yoongi no pudo evitar mirar en la misma dirección, ¿por qué el señor Wood estaba tan nervioso? No lo entendía, pero parecía que tenía la urgencia de ir hacia allí o quizás de escaparse.
—Entendido, señor —menciono Yoongi—, enseguida lo llevaré a su oficina.
—¿Qué? —el señor Wood volvió a mirarlo—. No, mierda no —negó rotundamente—. Llévalo a la oficina de York.
Las cejas de Yoongi se alzaron en sorpresa, ¿la oficina de York? Ningún mesero se atrevía a ir a la oficina de York, siempre que realizaban pedidos a esa oficina, quien los llevaba siempre eran los sirvientes personales del jefe, York es el dueño del casino y el hotel, es quien da los salarios y se encarga de que siempre haya el dinero suficiente para las apuestas, y también de otros asuntos más, y claro nadie le había visto la cara, porque el señor Wood se encargaba de contratar al personal.
—Pero —Yoongi quería recordarle al señor Wood la importancia y por supuesto innecesaria visita que él debía hacer, porque claro no estaba dispuesto a desobedecer las reglas, mucho menos si con eso se trataba de una forma de despedirlo, enojar a York significaba el despido inmediato.
—Sin peros —dijo de inmediato el señor Wood—, llévale la bebida, las cosas se están poniendo tensas allá y necesito que lleves eso, es un encargo, el señor York esta de acuerdo con que uno del personal se lo entregue, así que descuida, no es como si fuera a pasarte algo por entregar la bebida.
—Entiendo —Yoongi de inmediato dio un asentimiento—, entonces no tardaré.
—Bien, date prisa —volvió a mirar atrás antes de retirarse.
Yoongi no espero más instrucciones, sin más volvió a retomar su camino hacia la barra de bebidas, en cuanto miro al barman le pidió exactamente lo que el señor Wood le había ordenado, se fijo que la botella no pasará de los años noventas, y cuando se cercioro de que todos los vasos contenían hielo, tomo la bandeja con ambas manos y a pasos apresurados pero fijándose en el camino, comenzó a caminar en dirección a la oficina principal del jefe, York. Paso por las hileras de tragaperras escuchando el sonido tan característico de aquellas campanillas que se escuchaban cada vez que alguno de los participantes tiraba de la palanca para obtener un resultado, las mesas de billar y póker se encontraban alejadas de toda esa zona, y a pesar de que se alejaba de todo el escandalo de las apuestas, el ruido no parecía querer terminarse, no miro atrás, subió el par de escalones que lo dirigían hacia la zona en donde se encontraba el elevador y las escaleras que lo dirigirían a la oficina, los guardias de seguridad no le prestaron mucha atención cuando él se dirigió al elevador.
Con cuidado de no tirar la bebida, presiono el botón para llamar al ascensor y en cuanto las puertas se abrieron ante él no dudo en ingresar, miro el tablero de botones de color grisáceo y presiono el del primer piso, allí es en donde la oficina de York se encontraba, apretó ligeramente sus labios cuando las puertas del elevador se cerraron y de ese modo cortaron de una sola vez el sonido a las afueras, no tardo en sentir como se movía la cabina, su respiración era pesada, de alguna forma saber que iría a la oficina del jefe le ponía nervioso, quizás inclusive ahora se trate del único empleado en Peché Mortel que conocería en persona el rostro de York, soltó un tembloroso resoplido cuando el ascensor se detuvo, las puertas se abrieron dándole vista a un largo pasillo el cual lo dirigía a una sola puerta al final del corredor, en donde era custodiada por un par de mastodontes de tez morena los cuales parecían ignorar su presencia en cuanto llego.
Yoongi camino despacio apretando entre sus dedos parte del borde de la bandeja la cual portaba aquella botella de whisky, el tintineo de los hielos contra las paredes de los vasos era el único sonido que se podía percibir además del de sus pasos, y cuando llego a la puerta uno de los hombres por fin le miro.
—¿A qué vienes? —el tono golpeado y autoritario de su voz casi lo hizo encogerse en su sitio.
—He venido a dejar e pedido del señor York —en cuanto escucho esas palabras, no dudo en abrirle la puerta, Yoongi inclino ligeramente la cabeza dándole de ese modo las gracias y al menos la puerta no había rechinado cuando se dio paso.
Cuando entro se encontró con un piso encerado de color rojizo casi llegando al vino, un escritorio al fondo en donde se encontraba un hombre detrás del mismo y otro frente a esté, además que detrás una enorme pared era prácticamente adornada por un enorme cuadro pintado al oleo de lo que parecía ser una guerra de romanos, trago con pesadez mirando al frente, sintiendo la presencia de dos hombres uno de su lado izquierdo y otro del derecho, los cuales le habían mirado por breves instantes antes de regresar su vista al frente, Yoongi camino un par de pasos, pero de inmediato se detuvo, conocía a la persona que se encontraba sentada justo frente al hombre detrás del escritorio, esos cabellos rubios y ese traje, de inmediato recordó al hombre que había ingresado al casino hace un par de horas, pero ¿qué hacía en la oficina de York?
—¿Vas a quedarte allí parado o servirás el whisky? —la voz rasposa e impotente de York lo hizo reaccionar, dejo de mirar al otro hombre para pasar su mirada a York, el hombre mostraba un semblante rígido, las leves arrugas estaban esparcidas en su rostro y la seriedad en su mirada solamente parecían acentuar sus expresiones en la piel.
—Sí, una disculpa —menciono Yoongi antes de caminar e irse directamente hacia la barra de bebidas privada que se encontraba allí, Yoongi se pregunto si acaso no podía tener en su poder un whisky, no era necesario que lo enviaran a entregar esto.
Pero dejo eso de lado, de inmediato abrió la botella destornillando la taparrosca para que el aroma duro y embriagante del alcohol inundará su alrededor, no tardo en servir la bebida uno por uno de los vasos, los hielos fueron bañados por el liquido ámbar.
—Llena mi vaso poco más de la mitad —menciono York a Yoongi y esté de inmediato obedeció, cuando por fin termino de servir, dejo la botella con cuidado en la barra y tomo la bandeja de nuevo en sus manos.
Reanudo su camino dirigiéndose al escritorio para ir con York, cuando llegó por fin un escalofrió le recorrió el cuerpo al ver al otro hombre y no era solamente su presencia la cual le causaba un temblor en sus rodillas, sino que también era porque en ese momento ese hombre se mantenía apuntando con un arma de fuego a York. Yoongi decidió ignorar eso y tratando de controlar el nerviosismo en su pulso con un respiro, tomo el vaso perteneciente a York y le entrego el whisky, York no apartaba la mirada del hombre de cabellera rubia.
—Sírvele a Jimin —menciono York y de inmediato Yoongi miro al otro hombre, el de cabellera rubia no tardo en mirar hacia él.
Trago pesado, aquellos ojos oscuros parecían no querer dejar de mirarlo, Yoongi trato de ignorar esa mirada, pero parecía ser que el tal Jimin no quería apartar en ningún momento la mirada de él, Yoongi como pudo dejo el vaso frente al mencionado.
—Gracias, minino —la sonrisa ladina de Jimin lo hizo estremecer, pero decidió ignorar ese comentario, usualmente siempre recibían cualquier tipo de elogio de parte de los comensales y de los apostadores, no le era una novedad, pero quizás lo que más le molesto fue que la mirada de ese tal Jimin fue a dar hacia su trasero y detesto ver como relamía la comisura de sus labios con descaro.
Debía salir de allí de inmediato, así que dejo de lado a Jimin apresurando su paso y entregando las otras bebidas a los otros dos hombres que seguían allí custodiando la salida, en cuanto lo hizo, fue directamente a la barra, necesitaba limpiar la bandeja con el trapo y volver a tomar la botella de whisky para retirarse.
—Tienes un buen gusto para tu personal —esa aterciopelada voz hizo que su piel se erizará, Jimin estaba mirándolo y eso solamente provocaba que quisiera irse lo más pronto posible.
—¿Te gusta? —York sonrió ladino.
—¿Es parte de tu elenco de escorts? —Yoongi apretó los dientes con fuerza, en verdad tenía unas enormes ganas de romper la botella en la cabeza de ese mal teñido.
—Es sólo un mesero —respondió York, y Yoongi lo agradecía.
—Mmm... —Jimin relamió sus labios—, que lastima —soltó una risa—, daría millones por tenerlo en mi cama.
Era el colmo, pero Yoongi no estaba dispuesto a molestarse, ya había tenido experiencias similares, así que lo mejor era irse de allí lo más pronto posible, tomo la botella la coloco en la bandeja y empezó su camino hacia la salida.
—¿A dónde crees que vas, minino? —se paralizo al escuchar esa voz, detuvo sus pasos, pero no miro detrás—. ¿cuánto por él? —Yoongi estaba seguro de que ahora mismo Jimin hablaba con York.
—No es un prostituto, Park —escucho decir a York—, además no creo que este sea un buen momento para esto, se supone que estás aquí por otros asuntos ¿no? —la risa de Jimin no era nada divertida de hecho parecía totalmente desquiciada, sin gracia, como si fingiera.
—¡Sí! —respondió por fin—. Tienes toda la razón buen amigo York —escucho como la silla en donde se encontraba sentado era echada hacia atrás provocando que se deslizará e hiciera un leve chirrido en el suelo—, pero también me gusta disfrutar de ciertos placeres de la vida.
El sonido de esos zapatos, golpeando el corto tacón de sus botas, se estaba acercando, Yoongi sentía las palmas de sus manos sudar frío, y su respiración se retuvo al escuchar los pasos detenerse.
—No sabes lo mucho que me gustan los donceles —la voz de Jimin choco contra su nuca, estaban demasiado cerca—, voltéate —ordeno con voz calmada.
No quería obedecer, pero si no lo hacía podría tener problemas, así que sin más lo hizo, con cuidado se giro sobre sus talones, manteniendo la bandeja en sus manos y entonces allí lo vio, esa sonrisa ladina y llena de superioridad y esa feroz mirada sobre él, las cejas de Jimin se elevaron mientras le mirada.
—En verdad que es exquisito —dijo Jimin y volvió a mirar hacia York mientras mantenía sus manos guardadas dentro de los bolsillos de su pantalón—, repito, ¿cuánto por él?
York no dijo nada, miro a Yoongi, quien le suplicaba con la mirada que no diera un precio y que no dijera nada más, pero en cambio parecía que York pensaba todo lo contrario. York siempre ha sido muy consciente de todos sus empleados, inclusive los investigaba más a fondo pues no quería que alguno de ellos fuera parte de algún bando enemigo o que inclusive fuera parte de la justicia, así que era mejor investigar, y conocía muy bien a Jimin, sabe lo mucho que le interesan los donceles, y el único doncel trabajando para él es Yoongi, por eso no dudo en llamarlo, porque de esta forma podía tener el tiempo suficiente para distraer a Park o mantener un trato para tratar de sobornarlo.
—Hagamos algo, Park —el mencionado lo miro—, te doy al doncel a cambio de que olvides el preciado contrato de tu padre.
Yoongi no podía creer lo que estaba escuchando. Jimin sonrió ladino al escuchar esa propuesta, olvidar no es nada fácil, pero tampoco rechazar a un perfecto doncel, es un caballero y no desperdiciaría oportunidad como esa, los donceles no son muy comunes y tener a esté en su poder... por supuesto que no desperdiciaría esa oportunidad.
—Trato hecho —Yoongi no esperaba esa respuesta.
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