XVIII


Al bajar por los sobresalientes muros de la antigua casa dónde vivía fue muy fácil para el testarudo omega escapar. En su desorientada mente ingenua Ori creía que solo había una forma de remediar su culpa para convencer a Jimmy y que los demás estaban equivocados, quería quitarles de la cabeza la mala idea que tenían de su amante, un alfa.

Ori no era una mala persona, su mente era ridículamente inocente, no había malas intenciones aunque no pensaba en nada más en verse maravillosamente y que algún alfa le preste atención, enamorarse y ser felices. Desde niño había escuchado mil historias del lazo del destino y aun tenía guardado en su corazón que ese sueño de conseguir a su compañero  se haría realidad.

Mientras se acercaba el atardecer se sentía aún terrible por lo que sucedió esa mañana con Yul, se sentía solo y destruido por alterar a Yul y que por su culpa esté a punto de perder a su bebé, pensaba que nadie lo comprendía y en su mente estaba solo estaba  presente una  persona que acabaría con ese mal y que tal vez le brindaría su apoyo si se lo pidiese.

Se escabulló por un estrecho callejón a toda prisa para no ser visto por nadie, ese atajo le había servido de mucho meses atrás cuando Jimmy o Yul no le permitían salir solo. No estaba para nada asustado el sabía al pie de la letra la calle correcta, sabía dónde habitaba ese alfa que se había robado su corazón y que en esos momentos lo necesitaba demasiado.

Antes de escapar robó un par de lociones de camuflaje para omegas que guardaba Yul y así no entrar en algún peligro, sabía que no serviría de mucho por su apariencia, pero se roció una buena cantidad para pasar desapercibido como omega. Le tomo mucho tiempo llegar a su destino, por suerte su amante vivía en la frontera de los suburbios y la ciudad, era una zona muy protegida y cualquiera no podía entrar. Al ver un gran portón que no le permitía el acceso, el nerviosismo se apoderó de él nunca había caído de sorpresa en ese lugar, solamente acompañado por "motivos importantes" como su alfa cada vez que entraban una noche y salían al día siguiente.

Ori con las manos húmedas, se acercó nervioso y tocó un par de veces el botón de seguridad, al no obtener respuesta creyó por un momento que no había sido una buena idea haber venido. Iba dar media vuelta cuando un hombre mayor con un traje elegante abrió y lo miró extrañado de pies de cabeza antes de saludarle.

-Buenas noches soy Ori. Usted me ha visto un par de veces por aquí, ya debe conocerme y a quién vine a buscar ¿Podría decirle que he venido a hablar con él? Serán solo unos minutos.- alegó el omega sonriendo para tratar de agradarle.

El hombre aún extrañado lo examinó nuevamente, miró su cuerpo y su forma de vestir, un pantalón suelto con aberturas a los lados dejando expuesto sus muslos y en la parte superior un top negro  que le cubría lo necesario. Pensó que esto en realidad era un mal chiste ¿Qué buscaba aquel chiquillo?¿Qué pretendía con un alfa de alto nivel?

-Lamento decirte que ahora mismo el señor está trabajando, disculpe lo que le diré pero el amo no suele a atender a omegas como usted. A menos que tú seas uno de esos ...- Agregó con saña, mirando el rostro del omega que se enrojeció de la verguenza.

-No sé a qué se refiere con "esos" pero yo no soy un cualquiera y no quiero causarle problemas- respondió Ori tratando de no enfretarse, discutir con gente rica le saldría muy caro-. Si me permite solicito su número o dirección donde se encuentra, necesito comunicarme con él con urgencia.

-Si dices ser su acompañante, deberías tener su número.

El tipo lo miró con indiferencia y Ori se quedó pensativo acerca de lo que le dijo. Si su jefe se enterase que había conversado con algún omega estaría en serios problemas. No quería perjudicarse así que le brindó la dirección para que se marchase de una vez por todas.

A Ori no le importó que se encontrara tan lejos necesitaba verlo y estar con él, no era su día de suerte pues tan pronto se fue, una fuerte llovizna empezó. Sin importarle el clima siguió su camino y finalmente  llegó agotado a un gran edificio sumamente elegante se presentó ante sus ojos. Elmenor no se soprendió al ver tan extravagante sitio sabía que era un alfa de clase y merodeaba tales lugares, sin embargo ni le cruzaba por la cabeza de qué clase de lugar era, visualizó muchos bares, mesas y el olor a licor lo embriagaba. Caminó un poco más y cruzó por un área no tan concurrida, a lo lejos un omega salió de una de las habitaciones con una bata de baño y el cabello alborotado, quería ir de inmediato a preguntarle si había visto a su alfa, pero el pequeño no le hizo caso y siguió de largo. 

Sin importarle mucho a ventaja de ser pequeño se camufló entre la gente que entraba y salía de tan sofisticado sitio. Estaba mareado por las feromonas de alfas que invadían en todo el lugar, pero no quería rendirse hasta encontrarlo.








La puerta sonó tres veces más, sin saber que en aquella habitación un inocente sufría las consecuencias de un cruel castigo.  Un omega gestante quedó tendido en el suelo, cerró las piernas, llenas de sangre que bajaba lentamente, el dolor que aún sentía en su parte baja era insorportable y las encogió dándose la vuelta. A penas volteó comenzó a llorar, ni siquiera se atrevió a mirar a su agresor, tenía tanto miedo, tanta tristeza de haberle arrebatado lo único que un futuro le hubiera causado alegrías. 

- Desde ahora recibirás el triple de personas que recibes en una noche, pagarás por todo lo que haz cometido.- terminó diciendo un elegante alfa de cabello platinado que habló agitado luego del violento encuentro sexual que tuvo, en cuanto el omega no supo qué responder.

- ¿Haz entendido inútil?¡Responde!

Aquel desafortunado omega solo lloraba y sollozaba, pero una patada en el vientre más terminó con doblegarlo y tratar de pararse aún con ese dolor era imposible.

- Si- respondió con un débil quejido

- Patético ¡Ponte de pie y lárgate de aquí!- ordenó el alfa tomándolo del cabello cuando se dispuso a no acatar sus órdenes, dejándole en medio del pasillo.- No quiero verte por lo pasillos, no quiero que algún cliente te vea a menos que quieras seducir a otro alfa para que te reviente el culo.

No había más que decir, cerró la puerta y se enfocó en dejar en orden todo el desastre que había provocado ese omega. Sus empleados sin chistar limpiaron todo, no podían decir nada, no estaban en su derecho a contar de todo lo que ocurría, la paga en ese lugar era muy buena para esos betas y no les favorecía hablar.

Luego de unas horas se quedó revisando algunos documentos importantes sobre cuanto había subido las ganancias en todo el mes. Cada vez Omega's Paradise seguía creciendo con nuevos omegas de circunstancias desconocidas que terminaban trabajando noche tras noche sin descanso.

-¡Señor Wagner!- gritó un hombre desde el otro lado de la puerta tras no escuchar los toques en la puerta. Se puso de pie acomodándose el traje que traía para dirigirse a la puerta. 

-Disculpe las molestias pero hay un muchacho que lo busca desesperadamente dice ser su amante el está en el pasillo de las áreas restringidas. 

-¿Quién?

Antes de apartar la vista, un menudo cuerpo corriendo a toda prisa se aferró a él con todas sus fuerzas. Estaba mojado, luego de la tormentosa lluvia que pasó solo para verlo y pedirle su ayuda. Logró zafarse luego que unos guardias de seguridad lo detuvieran andando por los pasillos pensaron que era algún prostituto que trataba de escapar, pero no fue así.

-¡Te necesito, necesito de ti Ulises!¡Me siento terrible!

Ulises Wagner era el alfa que había conquistado el corazón de Ori. 







Para Roger, Robert era un alfa agradable, con lo poco que lo había conocido en sus encuentros sexuales cuando trabajaba en Omega's Paradise era el único alfa que no lo dejaba hecho una basura con el trasero adolorido en medio de la cama después de follar, sino al contrario, se tomaba la molestia de entablar una conversación con el omega a pesar que este lo ignoraba por el cansancio y el malestar al pensar en recibir a otro alfa dentro de cinco minutos.

Luego de ese apasionado beso que se dieron en el pasillo donde se encontraban, Robert olvidó a qué había venido, pero Roger aún estaba avergonzado de haber actuado de una forma tan descarada con el alfa y besarlo como si su vida se fuera en ello, pero lo necesitaba, estaba aturdido y su cabeza no midió sus acciones, sin embargo poco le importaba. Por su mente circulaba que su apego repentino era debido que su omega por instinto tenía la necesidad de satisfacer un alfa pero no de forma romántica.

Lo único que no quería era dejar que sus impulsos repentinos causen alguna confusión en Robert. Pero a pesar de eso se sentía extrañamente feliz al notar que disfrutó ese  fogoso beso, sin saber que el contrario no estaba satisfecho con eso.

-¿Dónde piensas quedarte esta noche? No hay problma en llevarte a mi departamento y ponernos al día, ya sabes, contarme como la estas pasando desde que te fuiste ¿no crees?- preguntó Robert jadeante luego el beso mientras apartaba uno de los rubios mechones de Roger de su rostro que habían caído por la brusquedad de sus apasionados movimientos.

-No es el momento adecuado para eso Robert- admitió Roger con total sinceridad al percatar sus intenciones. Se separó de este y se hizo a un lado de el sonrojado. El alfa le tomó de la cintura por detras al notar su nerviosismo

-Tengo que acompañar a Yul. Escuché que los hospitales estan abiertos  todo el día. Hay un sofá cama al lado de él, estaré bien.

-Mi cama es más cómoda.- insistió el ruloso rubio susurrándole en el oído con pequeños besos en su cuello mientras aprovechaba en apretujar su trasero nuevamente, soltando a propósito sus feromonas de alfa para provocarlo.

-No deberías hacer esas cosas aquí. No funcionará así.

-Pues entonces deberías solucionar lo que provocaste- emitió Robert riéndose provocaticamente apegándolo a su entrepierna.

Roger con las mejillas coloradas tomó las manos que sostenían su cintura, giró su rostro hacia él dirigiéndole una dulce sonrisa que hizo al mayor prenderse más. Para que se quedara tranquilo el rubio lo atacó con otro beso más feroz que el anterior. Robert lo hechaba de menos, muchísimo, extrañaba tanto ese debil cuerpo que no se conformaría con solo otro beso . 

No le dio tiempo de pensarlo tres veces y en un abrir y cerrar de ojos se dirigían a su departamento. Al llegar, las palabras no bastaron para continuar lo que dejaron hace unos instantes. La habitación se lleno de tanta pasión y rudeza, Robert tiró cada prenda hasta dejarlo completamente desnudo a ese exquisito cuerpo, que lamía, tocaba y besaba apasionado.

Roger perdió completamente la razón, la tensión sexual que desprendía el mayor era fuerte y no tuvo el valor de retenerlo, abrió sus esbeltas piernas de par en par para recibirlo completamente. Apenas comenzó abrirse paso, el menor se tensó ante esa sensación que había olvidado hace ya tiempo y no, no había dolor, sus pliegues se envolvían de una forma que parecían que conocían de por si cada parte de su virilidad, cada centímetro de él.

-¿Te duele?- preguntó Robert apenas escuchó un sutil gemido del menor mientras besaba su cuello desesperado.

Roger negó entreabriendo un poco sus llorosos ojos y Robert sonrió ante esa respuesta que lo hacía lucir frágil. Conforme pasaba el tiempo el rubio se dejó llevar. Gimió hasta no poder conforme Robert lo embestía, mientras invadía más profundo su intimidad.  

Se entregó sabiendo que ante las circunstancias no era buena idea. Aunque en esas circunstancias  se olvidaba de todo a su alrededor. Sin embargo tenía que reconocer que era la única forma para obtener a cambio lo que el quisiese en una sola noche.

Dinero.







Las luces de un nuevo día comenzaba a despertar al omega pelinegro que con su hinchado vientre se removía de sus sábanas somnoliento. Cuando despertó miró a su alrededor dándose cuenta que estaba en medio de una gran habitación, la camilla era muy cómoda y todo a su alrededor era muy iluminado y bonito, se quedó maravillado al ver un arreglo de flores violetas y amarillas. 

Yul estaba extrañado al verlas pues lucían demasiado costosas, con tan solo olerlas, tenía miedo tomarlas y se quebrasen con tan solo un roce pero su curiosidad no pudo con el y miró la etiqueta, estaba muy sorprendido que eran para él, no pudo evitar sonreir al ver el mensaje de quién le había regalado algo tan precioso.

"No puedo iluminar tu vida del todo pero espero que estas flores lo hagan por mi. Lo siento mucho." Recuperate pronto. Ori.

-¿En qué momento?- murmuro el pelirrojo demasiado confundido al ver el nombre en la tarjeta.

Pronto se escuchó tres toques de la puerta de la habitación junto al chirrido de la puerta abrirse. Ori estaba de pie tratando de no expresar el más mínimo gesto parecía que se mantenía firme, esperaba que Yul dijera algo pero como no sucedió no tuvo alternativa en hablar.

-No tienes que devolverme nada, es un regalo de arrepentimiento y no, no me las robé. Si no te gustan su aroma las puedo devolver.

-Tú, pequeño.

Ori no se contuvo y fue directo a Yul rodeando sus brazos y su cuello con fuerza tratando de no apegarse mucho a su vientre, mientras repetía continuamente cuanto lo sentía.

-No tienes que llorar- quiso apartarlo Yul para luego secar sus lágrimas.- No estoy enojado contigo nadie aquí tiene culpa. 

-Pero si yo hice que terminaras aquí y que te molestaras, pero ¿Estás bien ahora?¿Y el bebé?- preguntó controlando su llanto exagerado.

-El doctor dijo que necesito mucho reposo y comer bien. Debido a mi depresión por malos recuerdos que surgían, cada noche sufría tanto, la mayoría de cosas eran de mi pasado, estaba tan sensible que las recordaba, me debilité y eso ocacionó una hemorragia debido que mi cuerpo rechazaba las pocas vitaminas que iban hacia los bebés.

En ese momento Ori al escuchar lo último sus ojos se iluminaron maravillado por esa noticia que ni se imaginaba. 

-¡Bebés!- gritó emocionado Ori tomando su pequeño vientre que sobresalía a través de las sábanas.- Eso es maravilloso, ¿Será que el accidente hizo que se duplicaran? no puedo esperar para contárselo a Jimmy ¿Roger ya sabe de esto? Por cierto...¿Dónde está él?








Estaba conciente que estaba agotado, ambos lo estaban en especial Roger pues en bastante tiempo no había tenido un encuentro sexual tan voraz. Desde la última vez que estuvo con Robert en su casa su cuerpo no se acostumbraba a aceptarlo y sentía mucho dolor, pero la noche anterior todo fue tan diferente. 

Había olvidado lo tan bien que se sentía ese enorme placer de tener a un alfa dentro de él, era extraño pensar en eso y en cuanto Roger recordó no pudo evitar acongojarse en cuanto Robert repentinamente tomó sus caderas para masajearlas llegando hasta su curvilinea cintura. Pensar en lo que había sucedido anoche le hacía sonrojar e incluso sentirse avergonzado de su desnudez que trataba de ocultar entre las sábanas.

-No deberías avergonzarte, anoche recordé cada parte de ti.- susurró en su oído con esa voz profunda que lo hacía estremecer desde su cabeza hasta las puntas de sus pies. Besó su nuca tratando de sobrepasar ese collar que llevaba en su cuello dando leves mordidas por encima de este.

-Por más que lo intentes no se podrá- se giró Roger al sentir esa intención del mayor.

-¿Por qué no? Hemos tenido sexo más de tres veces ¿No crees que ya es momento?

Roger en un rápido movimiento se sentó en la cama junto a una sábana para curbir parte de su pecho. Robert sintió la tensión del omega, no quería hacerlo sentir incómodo y cambió de tema.

-¿Te arrepientes de esto?- preguntó el alfa

-No, solo creo que, es extraño, había olvidado como se sentía- dijo Roger riéndose un poco, cambiando su posición de lado de la cama.

-Si quieres puedo recordartelo una vez más.

Ante esa pícara respuesta, Robert no pudo ignorar esos labios suaves del omega que había vuelto a tocar, Roger por su parte prefería dejar de lado esa clase de demostraciones románticas como esa, pero para Robert esa boca era apetecible a tal punto de desear que solo fuera de él  para siempre 

-Basta, y no, no deberíamos hacerlo de nuevo- gimoteó el rubio separándose del cuerpo del mayor que apretujaba su trasero- No por ahora.

-¿Por qué?- preguntó Robert cuando vio repentianamente cuando el menor trató de sentarse.

-Tengo que volver al hospital.

-¿Ahora? Es muy temprano. A esta hora tu amigo debe seguir dormido, el embarazo es pesado para algunos omegas y ...

-No es buen momento para que metas a Yul en la conversación.- dijo Roger serio recordando su intención en la ciudad, a la par tomaba sus prendas del suelo para luego dirigirse a la ducha.

Roger tenía algo que Robert no sabía descifrar pero le fascinaba en todos los sentidos, le resultaba demasiado excitante, más cuando se hacía el difícil, podía provocarle una erección con una simple mirada como aquella que le dirigó antes de entrar a ducharse. 

Pasaron algunos minutos y todo quedó como si en la habitación no ubiera ocurrido nada, una noche donde nuevamente se unieron y fueron uno solo en un apasionado encuentro que tanto los dos necesitaban. Cuando ambos salieron de ducharse por separado, Robert preparó el desayuno para luego dirigirse al hospital, tanto él como Roger no se dirigeron la palabra desde que el menor se levantó de la cama.

Robert lo miró por breves instantes a  medida que conducía, contemplaba ese bonito perfil que poseía, pero percató su rostro preocupante, no quería pensar que el menor le había mentido al decirle que no se arrepentía de haberse acostado con él o tal vez le habría lastimado con lago que dijo, por eso estaba así.

Al llegar a su destino Robert lo acompaño a pesar de la insistencia  de Roger de que no lo hiciera, quería asegurarse mejor en pretender que tenía un acopañante alfa y nadie así le hiciera algún daño. 

-¿Te ocurre algo?- Se dirigió el alfa mientras conducía en dirección al hospital- No haz dicho nada desde que te levantaste de la cama. No quiero pensar de que de alguna forma te arrepentiste. Pensé que estabas de acuerdo con todo esto y...

- ¿Otra vez con lo mismo?¿Por qué lo haría? y no, no pensaba en eso. Hay cosas más importantes en mi vida en las que tengo que preocuparme y pensar. Robert, recuerda que no soy solo yo, tengo un bebé en casa que no lo he visto todo un día.

Un silencio incómodo se formó en el auto una vez más. La realidad cayó de nuevo ante Robert como un balde agua fría.

-Entiendo.





Pasaron algunas horas luego que Ori llegó, Yul se quedó dormido luego de tanto hablar con él, para dejarlo tranquilo salió de la habitación sigilosamente. Todo el lugar era hermoso, tan iluminado. Ori nunca había pisado un lugar de ese tipo, divagó un par de pasillos y llegó  a una gran  ventana donde se veía toda la ciudad, estaba anonadado por lo grande que era y pronto entrecerró sus ojos para alcanzar ver la última casa del horizonte. Sin percatarse, una mano atrapó su antebrazo haciendo que el pelinegro de un respingo del susto.

-Me asustaste- sonrió de lado haciendo que se marcaran los hoyuelos de su mejillas sonrojadas al ver de quien se trataba.

-¿Dónde demonios te habías metido? 

Ori borró su sonrisa al notar que estaba enojado, estaba acostumbrado que aquel alfa cambiara de humor constantemente pero era muy normal para él. Ulises era quince años mayor que Ori y lo comprendía, no puede hacer esperar a un alfa de alto rango que tiene muchas cosas importantes por hacer.

-Estaba con Yul nos quedamos conversando un momento ¡El se encuentra bien! me da mucha alegría que espera ahora dos bebés y también...

-Te advertí que este lugar está lleno de alfas no deberías andar solo por aquí.

Ori se entristeció al saber que no lo escuchó. Sin tomarle importancia a sus rudas palabras se acercó hacia él y lo abrazó sin decir nada, un abrazo siempre solucionaba la tensión de aquel alfa.

-Disculpa, sé que te preocupas por mi no lo haré nuevamente, no me gusta verte molesto. Te prometo que cuando llegemos a casa te lo recompensaré.

-Hoy tengo trabajo hasta altas horas de la noche, no podré llevarte y no es a mí a quien tendrás que pedir disculpas me enteré que escapaste de tu casa.

-¿Cómo lo sabes?- preguntó extrañado soltándose del contrario al recordar que no le había contado nada de su huída. - Fue por una buena razón que me escapé, ya lo sabes.

-Un tal Page se dirigió hacia a mí como un secuestrador. No sé cómo consiguió mi dirección. Sabes que esas insinuaciones hacia mi pueden malograr mi reputación. ¿No le haz contado nada sobre nosotros? Te dije que lo hicieras hace mucho o ¿acaso te aveguenza hablar de mi?

-¡Se lo dije, lo juro! Fue esa noche que me buscaste en la plaza, el me presionó que lo hiciera porque al parecer te llegó a ver. Traté de decirles de quien se trataba pero no me dejaron terminar, se molestaron conmigo, me gritaron por poco recibo otra bofetada de él, luego ocurrió lo de Yul, por eso vine por ti.

-Eso lo hablaremos después. Nos vamos de aquí- Ulises tiró del brazo de Ori que trataba de detenerlo en medio del camino

-Pero recién llegamos, al menos déjame despeirme y decirle que me voy a casa ¿si?

Ulises soltó a Ori cuando lo miró con un rostro preocupante y lindo al mismo tiempo le daba cierta excitación, realmente no fue su intención tratarle así pero no quería que ese omega siguiera comportándose como un niño. Él realmente ama su belleza que reeplandece en su modo de andar a pesar de la edad que tiene, la formación de su cuerpo curvilíneo y caderas anchas le hacía aparentar de más edad,  sin embargo mucha de sus actitudes seguían siendo como las de un infante.

Cuando se encontraban en el auto de retorno a la casa del menor Ori no pudo evitar sentirse mal  no quería ocasionar todo ese problema pero en medio del camino supo la manera de cómo levantarle el ánimo, no quería que Ulises siguiera enojado con él.

 Al llegar a casa antes de bajarse del auto importándole poco que estaban a unas calles de esta Ori se interpuso encima del alfa restregándose con rudeza en su entrepierna y al mismo tiempo envolviendo sus brazos en su cuellose abalanzó para comenzar un salvaje beso que el alfa correspondió, en sus adentros Ori no pudo evitar sonreir por provocar que le gustara tal ofrecimiento. 

- ¿Sigues enojado conmigo?- preguntó agitado el menor por falta de aire 

- Si no te avergonzaras de mi no lo estaría- dijo Ulises encaprichándose mientras aprovechaba en besar el cuello del omega.

-No lo estoy ¿Qué tengo que hacer para que puedas creerme?- apartó de su cuello de este sonrojado pero antes de decir una sola palabra se le ocurrió una gran idea que el alfa no se pudo negar







Roger volvió con dos bolsas de alimentos que al ver Yul su rostro se iluminó y le agradeció feliz, almorzaron juntos y en medio de una amena conversación mencionó que Ori vino a visitarle, Roger se sorprendió mucho que el otro pelinegro no guardara rencor alguno y reconozca sus errores pero le extrañó que haya venido solo y se preguntaba cómo pudo llegar de tan lejos hasta la ciudad, pero eso después le resto importancia ya que veía a Yul tan feliz, ya no estaba tan deprimente como hace días atrás, su humor estaba por las nubes.

-Esta habitación es muy hermosa, lo tiene todo, la cama parece una nube, pero no me siento muy cómodo.

-¿Ha ocurrido algo con el médico que te atiende?- preguntó el rubio alarmado.

-¡Oh no! para nada no lo decía por él, al contrario él es muy gentil, pensé que ya no existían alfas considerados pero cuando conocí al doctor May, no pensé conocer un ángel al llegar aquí. Anoche fue de mucha ayuda durmió en ese sillón para ver si me ocurría algo en la noche.

Yul se sonrojo por el repentino recuerdo de Brian en su memoria desde hace meses no establecía conversación con un alfa y a pesar del mal encuentro que tuvieron en la plaza las palabras bonitas y el buen trato se habían ganado el corazón de Yul

-Yo creo que solo está aparentando ser gentil, los médicos por naturaleza deben ser amables con sus pacientes.

-No creo que sea así,  cada vez que hablamos veo en sus ojos su sencillez ¿P or qué crees que él es único alfa que toma parte de su tiempo en cuidar omegas? 

Roger se quedó sin palabras bajando la mirada. ¿Qué interesante tiene la vida de una persona pobre?¿Sentirá solo lástima? Yul en parte tenía razón, Brian también trabajaba muy duro en un pequeño albergue de personas beta y omega de clase baja. No sabía de sus intenciones en involucrarse con gente pobre.

-Por cierto ¿Dónde pasaste la noche? estaba con mucho miedo a que te pasara algo, pregunté por tí y me dijeron que te fuiste con alguien.- dijo intrigado acomodándose en la camilla.

Por segunda vez Roger se quedó sin palabras pero su rostro de alguna manera casi lo delata, se volvió rojísimo hasta las orejas. 

-Me fui a casa de un amigo que conocí hace meses cuando vivía en la ciudad se ofreció en que pasara la noche con él.

-Oh esta bien temía a que te ocurriera algo ¿Y dormiste bien?

Sabía que Yul era una de las personas más curiosas que podría conocer pero en ese momento estaba siendo muy incómodo responderle después de ese encuentro furtuito, era dificil mentirle y decirle que durmió bien cuando luego de tan arremetido encuentro íntimo casi ni una hora pudo descansar.

Para su suerte los golpes de la puerta interrumpieron ese momento arremesedor. 

-Buenos días ¿los mellizos tuvieron buena noche?

Yul se tomó su vientre sabiendo que se dirigía a sus bebés con una sonrisa encantadora que le caracterizaba le devolvió el saludo. ¿Cómo Brian podría lucir tan deslumbrante desde que amanecia?

Brian le devolvió la sonrisa al menor, era muy joven para encargarse de un gran papel de ser madre en unos cuantos meses pero no se preocupaba mucho pues veía en el omega un dulce sentimiento al ver sus manos en su vientre que no paraban de acariciar ese lugar. Estaba muy ansioso de poder conocerlos algún día.

-Ellos estuvieron muy bien, dejaron dormir a mamá, puedo decir que me encuentro mucho mejor ahora, todo gracias a usted, su trabajo lo hace con mucho amor.

-No me lo tienes que agradecer, tu cuerpo a pesar de ser pequeño puede soportar traer dos vidas ahí dentro. Eres muy fuerte.- respondió Brian acariciándole la cabeza con amabilidad.

Roger miró el tacto que tuvo el alfa ante el rubor del omega en sus mejillas, la manera de cómo lo tocaba y esa mirada amorosa, era suficiente, un alfa no debería ser tan cariñoso con omega que apenas conoció. Se levantó furioso frente al alfa encarándolo. Yul trató de tomarlo de su antebrazo pero el contrario fue tan rápido que no alcanzó. No sabía por qué reaccionaba así.

- ¿Qué pretendes?¿Crees que no me he dado cuenta de tu extraño trato hacia él?

-¡No Roger! Espera no es así...- se interpuso Yul avergonzado alterándose un poco.

-¿Esa es tu forma de seducir omegas? Conozco a los alfas de tu tipo, son los peores. 

Brian se sorprendió del repentino grito del omega rubio que trataba de mirarlo a los ojos con la frente fruncida y colocándose de puntas para llegar a su estatura por lo que por ese lado le pareció muy gracioso. 

-¡De qué te ries! No es algo gracioso lo que estoy diciendo pero ni creas que Yul caerá en tus ridículos encantos que ni los tienes. ¿Por qué todos los alfas solo viven pensando en follar?

Por su parte el ruloso se dirigió a una máquina que rastreaba las pulsaciones por minuto de los sonidos del corazón de los bebés y de la madre. Todo andaba bien pero los gritos de Roger estaban siendo muy molestos, no sabía la causa de su enojo pero cada vez que se lo encontraba tenía algo que reprocharle. Tomó una tabla de apuntes para anotar los resultados del menor y sus bebés mientras esos insultos que comenzó a escupir comenzaron a cansarlo.

-Si quieres algún omega para pasar el rato hay muchos que esperan a un alfa que les rompan el culo hasta en los prostíbulos de clase alta, follate uno para que se te pase lo pervertido porque de verdad luces como un idiota pretendiendo ser amable con Ýul.

-¡Basta!

Roger se calló de inmediato cuando esuchó la voz autoritaria del alfa no quería dejar que un alfa le intimide, pero al ver rostro serio del contrario y el pequeño moreton del día anterior, no quiso pensar que se había ido demasiado lejos con sus insultos.

- No tengo la menor idea de qué problemas tengas contra mi,  pero no permitiré que alguien tan grosero como tú venga a insultarme de esa forma.

-¡Eres un bastardo!- gritó Roger dispuesto a darle otra bofetada  contra el alfa pero Brian lo sostuvo de los antebrazos para evitarlo.

- ¡No he terminado de hablar! ¡No tienes derecho a dirigirte así cuando solo estoy haciendo mi trabajo!¿Acaso tu también no eres amable con tus clientes cuando les ofreces dulces? pero cómo no lo pensé antes, tu solo les mueves el trasero en la cara para ser "amable"

Roger se soltó de su agarre cuando dijo eso, no tenía sentido seguir discutiendo con alguien que tenía la razón pero no quería admitirlo. El agarre del alfa se hizo más fuerte cuando notó que el rubio quería que lo soltara,  no tenía caso seguir discutiendo con él.

La puerta se abrió de nuevo había un niño de siete años en el marco, su rostro estaba asustado pues al parecer escuchó los gritos antes de entrar sin embargo no le tomó importancia y fue corriendo a abrazar las piernas del mayor.

-¡Doctor May, vine a despedirme de usted, lo voy extrañar mucho, gracias por cuidar de mi!

El pequeño dirigió su mirada hacia el rubio que aún manteniendo el ceño fruncido y volteó su rostro para dejar de mirarlo pues lo aterró. Dejando la discusión a un lado el alfa alzó al niño en brazos sonriendole.

-Aún me sigue doliendo mi cuello pero los doctores dicen que me recuperaré en casa muy rápido y ya no es necesario seguir aquí.

-¡Eso es muy bueno!- contestó Brian. Sin embargo sabía muy en el fondo que el niño no se había recuperado por completo.- Cuando llegues a casa mantente en reposo aún cuando sientas que ya no te duele ¿Comprendes?

El pequeño llegó al hospital a causa de una profunda mordida de un alfa, la madre omega estaba desesperado en que atiendan a su niño y Brian lo aceptó gratuitamente y ordenó a que se realice una cirugía de removimiento de glándula en su nuca donde se había provocado la mordida.

Todo salió bien y el niño ahora tenía un vendaje en su nuca, su recuperación fue larga pues Brian y un compañero fueron los únicos en revisar su recuperación y fue bastante dificil pues fue muy doloroso para él y su proceso de recuperación. A pesar de ello fuera del hospital cada día se propagaban colas largas de omegas esperando por atención médica, el centro de salud era grande pero las pocas leyes que existían en protección de omegas no se permitía aceptar en lugares privados de alto prestigio a una cierta cantidad de ellos.

Era muy complicado albergar a omegas por un periodo largo de tiempo debido a estas circunstancias. Sin embargo, este niño fue la ecepción. Afuera habían más omegas que requerían ayuda y así desalojaban a omegas de las pocas camillas que habían para que entraran otro grupo y todos tuvieran oportunidad.

-Disculpe Doctor May mi pequeño entró derepente y no lo pude alcanzar.

Entró un chico de pelo castaño con un bebé a sus espaldas, se percató que habían otros omegas ahí dentro y se inclinó ante ellos por la intromisión.

-¿Cuando lo volveré a ver?- preguntó el niño inclinando su cabeza mientras sus ojitos se volvían llorosos.

-Será en un lugar donde haya muchos juegos divertidos, pero no aquí, no quiero verte de nuevo por aquí. ¿Me prometes que te mantendrás alejado de alfas extraños?

-¡Lo prometo Doctor May! ya no recibiré dulces de otras personas.

El chico de pelo castaño tomó al niño del brazo para llevárselo pero antes no pudo evitar voltear a Brian y abrazarlo.

-¡No sé cómo puedo agradecerle por salvar a mi niño! Ya le he dicho gracias muchas veces pero creo que no es suficiente. Ojala que algún día pueda encontrar un omega bueno que lo haga feliz. ¡No habrá omega que se resista ante usted!

Ante la emoción el omega de pelo castaño le dio un último abrazo antes de retirarse con el pequeño en brazos. 

Roger miró anonado tal situación estaba confundido, realmente Brian no fingía.

Realmente existian alfas amables.






-Él es Ulises, mi pareja.

Jimmy se quedó perplejo al ver a un alfa en la puerta de su casa y Ori estaba al lado del desconocido que tomaba su cintura con toda confianza. Ori al no obtener respuesta el alfa le susurró algo en el oído y este asintió.

El de ojos verdes estaba sorprendido de tal desfachatez del menor, escaparse una noche y volver a casa como si nada ubiera pasado. Miró al alfa una vez más y este ladeó el rostro al sentir que lo estaba observando de pies a cabeza. En realidad era atractivo tal como Ori lo describió esa noche.

El alfa portaba un rostro neutro, no lucía para nada nervioso y ocultaba su mano en el bolsillo de su chaqueta mientras la otra mano apretaba la cintura del menor. Lo peculiar que vió en este fue su cabello, era albino, largo y desordenado casi llegándole por los hombros. Era muy inusual haberlo visto antes. No tenía idea si su porte era así siempre o solo lucía con una chaqueta, unos pantalones sueltos y unos lentes rectángulares oscuros de medida para lucir algo joven porque su rostro aparentaba de más edad como si tuviese unos veintiocho o veintisiete años. 

-Buenas tardes, mi nombre es Ulises Wagner- habló con una voz  profunda de todo alfa.- Gran placer conocerle, Ori me ha hablado mucho de usted.

Estiró la mano esperando que Jimmy la aceptara, aún estaba muy enojado con Ori y tenía muchas cosas que hablar pero no quería ser descortés, este alfa mantenía su seriedad mirándole fijamente a los ojos como si evitara mentir si los hacía a un lado. No quería darle tanta confianza pero quería ser educado y tomó su mano sin quitar la mirada fija en él.

Ulises Wagner tenía veintisiete años, pertenciente a una familia adinerada, como toda familia alfa era perteneciente a una empresa de negocios en hoteles de lujo en todas partes del mundo. Por su parte era muy independiente a los trabajos de su familia, él quería ser pertenciente de sus propios negocios sin involucrar a su familia pero al hacerlo solo mucho de estos fracasaban. 

Tiempo más tarde se dedicó a trabajar en lo mismo que su familia y de alguna forma sacó su propia empresa de hoteles pero para sacar mucha más ventaja del negocio familiar algunos de estos incluían prostíbulos que se volvieron muy famosos para alfas de alta sociedad. De esta forma esta estrategia le sirvió de mucho en su economía convirtiéndolo en uno de los alfas jóvenes más adinerados. 

No estaba mal en esta sociedad tener prostíbulos, para muchos eran lugares con mucho potencial en cuestión de ganar, ofrecer y recibir buenos intereses de otras empresas que estaban involucradas a este negocio. Omega's Paradise era actualmente pertenciente a Ulises Wagner cuando supo que antes ese famoso burdel habia fracasado no dudó en sacarlo a flote nuevamente como solía hacerlo con todos. Él dirigía el negocio a su propio gusto y los gustos de otros alfas en cuanto a la mercancía, tenía a los mejores omegas más bellos bajo su poder pero por ahora solo tenía ojos para uno.

-¿Ori? ¿eres tú?

Preguntó una suave voz al fondo de la pequeña casa. Iván había despertado, su celo había terminado esa mañana y con los cabellos completamente enmarañados apareció ante ellos sin percatarse del alfa.

-¡Oh! él es Iván es casi como mi hermano tiene dos años menos que yo- dijo Ori a rienda suelta. Tomó del brazo de Ivan al ver que no lo alzaba. 

Ivan con su reciente despertar no se percató de quien estaba al frente de él sintió temor al ver que era un alfa a quién saludaba. No quería ser descortés pero por el miedo le soltó rapidamente la mano de Ulises y corrió a esconderse tras Jimmy.

-¡No seas maleducado Ivan! Sólo quiero que conozca a todos.

-No te preocupes Ori.- sonrió por primera vez el albino- No esperaba conocer tanta belleza el día de hoy.

Ori se emocionó ante este cumplido y le dió un beso en la mejilla, lo tenía muy enamorado.

-¿Nos permitirás entrar?- preguntó Ori sonriente tomándo la mano del alfa.

No recibió respuesta. Jimmy sólo entró a la casa sin responder, llevándose a Ivan consigo. Al entrar no cerró la puerta, Ori aprovechó para ingresar con Ulises y como no les invitó a tomar asiento, Ori lo dirgió al pequeño comedor para sentarse y conversar. Jimmy se fue directo a su habitación importándole poco que había un invitado pero Iván no quiso ser maleducado y se quedó.

-¿Quiere algo de tomar? solo tenemos leche fresca y manzanilla.- preguntó agachándo el rostro evitando su mirada que le causaba temor.

-¡Iván!- se exaltó Ori al escuchar su pobre propuesta.

-No te preocupes, con un poco de manzanilla estará bien. Si quieres yo puedo hacerlo, no tengo problema con eso.

-¡No! Ulises tu eres el invitado. Ivan puede solo.

-Sí, no se preocupe yo me encargo- se inclinó Iván

-Insisto.

Iván comenzó a temblar cuando el alfa se levantó para ayudar, le preguntó dónde guardaban las tazas y otras cosas  más para que dejara su incomodidad. Ori aprovechó para ir corriendo a la habitación de Jimmy para preguntarle por qué no se había quedado y apenas entró este le propinó una bofetada.

-¿Qué te sucede?- preguntó Ori con los ojos llorosos por el dolor evitando de hablar muy fuerte.

-¿Qué me sucede? Eres un desconsiderado. ¿Cómo te atreves a escapar sin decir nada y luego traer a un alfa a nuestra casa de la nada?

-No escapé fui a ver a Yul, hice lo que tu no.

-No fui porque tuve que cuidar a Iván que estaba en celo y un bebé. No pienso ir al comedor y hablar con un alfa para que me cuente sus asquerosos encuentros sexuales contigo.

-¡Habla más despacio que puede escuchar! Además no vino para eso, él quiso conocerlos. Yo le dije que no tengo familia pero ustedes son mi familia y quiero presentarles para que sepan que no es un alfa a quien no deberían confiar.

-Pues yo a penas vi a ese tipo no me agradó para nada.

-Pero si entablaras una conversación con él cambiaría las cosas. Yo pensaba lo mismo cuando lo conocí por primera vez pero no fue así después es muy dulce, por favor hazlo por Yul.

Al volver al comedor Iván conversaba amenamente con Ulises mientras el omega reía, Jimmy estaba extrañado ante esa reacción de Ivan, él era tímido y no entraba en confianza muy rápido pero el menor no lucía para nada asustado ahora. Cuando vieron ingresar a Ori y Jimmy guardaron silencio e Ivan se levantó torpemente de la silla a su lado.

-¿Qué pretendes estar con un omega quince años menor que tú?








-Necesito hablar contigo a solas

Roger se sorprendió ante la repentina orden, Brian seguía serio pero guardaba su compostura cada vez que iba y venia esa habitación y el cada vez que lo miraba se ladeaba. Yul despues de la discusión pidió muchas disculpas a Brian por cómo había actuado Roger pero este no se arrepentía de su cometido. Horas después el alfa regresó para hacerle un chequeo general al omega en cinta para comprobar si ya era hora de darlo de alta.

Tras esa orden salió al pasillo a la espera del médico alfa. Antes que saliera el rubio trataba de no ponerse nervioso, guardaba la calma y controlaba sus impulsos de reprenderle por cualquier otra cosa. De pronto su corazón dio un vuelco cuando alguien le cubrió la boca y lo tomó por la cintura acorralándolo por sorpresa.

-¡No, suéltame!- gritó Roger empujándolo cuando percibió las feromonas de ese alfa conocido.

-¿Qué, ahora es asi? Recuerdo claramente que anoche me gemías por más- habló burlandose Robert, apretujándole las caderas.- habla más bajo si no quieres que tu amigo te escuche.

-No estoy jugando- guardó silencio por unos minutos cuando pasó un par de médicos por ese pasillo mirándolos extrañamente.-¿Por qué estás aquí?

- Bueno, creo que anoche no fue suficiente, cada vez que te recuerdo surgen algunos problemas ¿entiendes?- respondió entrecortado mientras besaba su cuello.

-Estoy hablando enserio Robert, no puedes estar aquí ahora, tienes que irte.

-¿Por qué?

-Porque no es un momento oportuno, está por llegar el Doctor...

Sus ojos se abrieron cuando miraron al frente no esperaba que el alfa que lo había encarado lo encontrara de esa forma, tras  ellos estaba Brian no sabia hace cuantos minutos estaba allí escuchando pero esta situación se había vuelto vergonzosa. 

- ¡Brian! que sorpresa ¿Te acuerdas de Roger?- dijo Robert colocandose a su lado dándole algunos golpecitos en la espalda sin verguenza alguna.- Lo estuve buscando hace mucho, no esperaba encontrárlo anoche aquí en el hospital. Oh que coincidencia esto me recuerda a la primera vez del día que te lo presenté,  no le quitabas los ojos de encima ¿No pierde su encanto?¿Verdad?

Roger tiró de él para que se callara.

-El doctor May tiene que hablar conmigo sobre el estado de Yul. Por favor Robert déjanos a solas

-Estoy bien aquí hablen como si yo no estuviera.

-Lo dice enserio Robert- añadió Brian.

Robert no haría caso a cualquier omega pero si se trataba de Roger haría lo que sea. Cuando Robert dio vuelta al pasillo un silencio incómodo se formó.

-Disculpe por lo que vió. Sé que este no es lugar para... hacer ese tipo de cosas. En realidad fue mi culpa no te enojes con él.- dijo Roger tratándo de remediarse por lo sucedido. Miró a Brian y este sacó un sobre exténdiendole frente a él.

-Aquí dice todos los ciudados que debe tener Yul para que sus hijos nazcan a salvo. Ya no es necesario que se quede otro día más aquí, puede volver hoy a casa. En cuanto al nacimiento de los bebés puede adelantarse así que cuando sienta alguna incomodidad en su parte baja no dudes en llamarme, en todo caso tengan dificultades en venir aquí o conozcan a otro omega con problemas, yo puedo ir en su ayuda.

Brian le extendió una pequeña cartilla plateada rectángular que poseía su nombre y su número telefónico.

-Ni siquiera pienses que esto lo hago porque me agrades de alguna manera- dijo Brian seriamente cuando vió que Roger le aceptaba la cartilla.- Tómalo como un gentil gesto de mi parte. Lo hago especialmente por Yul.

 Su rostro era inexpresivo y al parecer le importó poco lo que vio hace unos instantes, no era su asunto entrometerse en la vida de los demás y así sin más decidió retirarse. 

-Doctor May- murmuró Roger tratándo a que lo escuchara pero al no hacerlo fue corriendo hacia el y tomó su brazo con suavidad y no lo soltó. Tenía que hacerlo, después de todo lo que mal entendió hace algunas horas, no servía de nada enojarse con alguien que solo cumplia su trabajo con mucho amor. 

Brian se estremeció ante ese repentino apego, se sintió extraño tenerlo cerca y pecibió por tercera vez ese aroma peculiar a vainilla, era como si ese aroma lo hubiera sentido antes hace mucho pero su mente se esforzaba en buscar es sus más profundos recuerdos.

...tenía el mismo aroma de las flores de ese día, ese encuentro.

-Quiero agradecerle por todo lo que ha hecho por mi amigo. También quiero disculparme con usted. Sé que mis disculpas no amerita a que usted acepte,  pero quiero que lo considere. 

Roger no lo miraba a los ojos, nunca pensó a rogarle a un alfa que lo perdonara pero su orgullo fue demasiado debil ante esa situación.

-Lo tendré en cuenta, no soy una persona rencorosa - sonrió Brian cuando se separó de él y el omega le devolvió el gesto timidamente.

-Una vez prometí a un omega protegerlo porque su vida se desmoronaba pero no pude hacerlo, no sé que habrá pasado con él desde esa vez que lo ví, ver a omegas todo el tiempo me hace querer cumplir la promesa que no pude cumplir.

-Eso es muy lindo de su parte, seguro estaría en buenas manos con usted.

El ruloso colocó una mano en su hombro derecho para despedirse finalmente y la voz de Roger resonó en sus oídos nuevamente haciendole detener a mitad del pasillo de golpe.

-Gracias.

-¿Por qué? 

-Creo que nunca se lo dije aquella noche.

En su mente se recapituló la primera vez que conoció a Roger,  ese hotel donde trabajaba vendiendo su cuerpo, ese lugar donde pudo apreciar los horribles instintos que transformaban a un alfa hasta el punto de llegar a dañar hasta el alma más cruel.

-En su rostro se ve lo agotado que está. No creo que deba poner todo su valioso tiempo atendiendo a simple omegas como nosotros. Espero que algún día tenga tiempo en poder descansar sino le saldrán unas horribles ojeras como las mías.

...Gracias por protegerme ese día

Por primera vez vio a Roger sonreir, el cuerpo se le escarapeló por completo un recuerdo invadió su mente que hizo que se fucionaran el aroma a vainilla y la sonrisa para que ese recuero que mantenía en lo más profundo de su memoria funcionara. En realidad esa era la necesidad de entablar alguna conversación con ese chico solo para recordar que...

Si tan solo tal vez...

Roger iba a volver a la habitación de Yul para marcharse prontol, pero antes de retirarse escuchó a sus espaldas.

-Deberías dejar de fruncir el ceño y sonreir más seguido, el encanto viene a ti cuando sonries.

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