XIV

Toda la gente se dispersaba del lugar, entre aplausos y el sonido de las monedas cayendo una sobre otra en una cesta. Los rayos fuertes del sol eran demasiados fuertes los últimos días a pesar de las circunstancias salían a trabajar. Los agotados omegas envueltos en sudor debido a los arduos movimientos tras bailar casi toda la mañana, se resguardaron bajo un pequeño quiosco improvisado que armaban con tela siempre  antes de empezar a trabajar para que les brindara sombra y guardar todas sus cosas necesarias de trabajo.

Roger estuvo vendiendo galletas y empanadas por toda la larga avenida sosteniendo una bandeja media llena. Sora lo acompañaba detrás. Las monedas eran suficientes para poder comer por tres días, no era mucho pero con eso le bastaba de ganarlo de manera honesta. 

Solo bastó alejarse unos pocos metros para que el bebé a gatas volviera al quiosco donde bailaban duro y parejo, como vio a su madre repartir galletas no dudó en tomar unas cuantas de la cajita donde estaban para imitar a Roger y ofrecer estas a las personas que pasaban, a diferencia que Sora se los daba gratis.

Yul se encontraba en una banquita bajo el telar también ofreciendo otros productos que elaboraban con sus propias manos, estaba tan pendiente de lo que hacía cuando perdió a Sora de vista entre tanta multitud que se acercó cuando comenzó otro número. Entre tanto calor y el brillo de los rayos de sol nublaban su vista quiso pararse para buscarlo pero su vientre prominente no le permitía caminar mucho.

- Jimmy, Sora no está por aquí me distraje solo un momento cuando lo perdí de vista.- se dirigió alterado hacia el agotado pelinegro que se secaba con una toalla.

- Iré a buscarlo ,tranquilízate no debe haber ido muy lejos. Ayuden a Yul con la venta-ordenó

Ivan y Ori a pesar de estar cansados, obedientes tomaron otro tajo de canastas coloridas para ofrecer, estaban a mucho bajo costo que las galletas porque casi nadie quería  pero sin duda donde ganaban un poco más de dinero era con el tremendo show que hacían bailando.

Jimmy trató de no entrar en pánico al no encontrarlo quince minutos buscando. Pensó que tal vez se había metido entre la multitud que aún que no tardaba en despejar pero su alma regresó a su cuerpo cuando a lo lejos alcanzó a ver una cabecita plateada entre los brazos de una persona sin embargo conforme se acercaba  pudo diferenciar que no era cualquier beta si no un alfa dominante. Perplejo por la escena que tenía casi cerca sin temor se dirigió hacia él.











Su manita se alzó lo más alto que pudo con las galletas, no podía ponerse de pie pues aún andaba a gatas. La otra mano aferró fuerte su pantalón, advirtiendo de cierto modo que no lo soltaría hasta que le reciba. Desde el punto de vista de Sora no pensó que entre todas las personas que había repartido llegaría a ver a uno tan alto como un árbol y no dudó en acercarse. Sus enormes ojos azules no le quitaban de vista al rizado que lo miraba confundido y encantado a la vez.

-¡Eh! ¿pero no me cobrarás primero?- se rio dentro de si por la situación en la que se encontraba. La gente que pasaba lo miraba extrañado, un enorme tipo con un bebé en su tobillo, una imagen que no era común apreciar todos los días.

Hace mucho que no veía un bebé solo recuerda haber cargado uno cuando nació el hijo de la amiga de su madre hace diez años. No tenía hermanos ni hermanas menores así que no sabía que era sentir a un bebé tan cerca ahora. 

Las chapas en sus mejillas por el calor que hacía pensó que el niño habría pasado tiempo en el suelo bajo el sol, se preocupó por sus piernitas en la acera así que no dudó en levantarlo en brazos. Sora se reincorporó incómodo por el cambio repentino y se removió por la nueva esencia que percibía, una muy fuerte, de alguna manera cálida y deliciosa. 

-¿Qué clase de madre deja fuera a un bebé tan precioso?- preguntó hacia el pequeño que hacía movimientos con su chupón en boca.

-No tengo duda que también es hermoso como tú.- dijo Brian -pero le restaré puntos por descuidada. 

Sora se sentía tan alto en esos brazos que pensó que llegaría hasta las nubes.

- "Sora" es un nombre muy bonito- leyó con detenimiento en la etiqueta de la ropa que llevaba el pequeño.- Tu madre tiene buenos gustos con nombres orientales parece ser muy interesante ¿me la podrás presentar algún día?

-¡Sora! ¡Sora!- un pelinegro a toda prisa se acercó con preocupación Brian lo miró extrañado pues la ropa que vestía pues no cubría mucho y era muy reveladora

Con solo mirarle estatura y la proporción de su cuerpo notó fácilmente que se trataba de un omega dominante. A excepción de los demás alfas no tenía nada en contra con los omegas dominantes es más le parecía raro ver uno por aquí y más raro aún de que podía tener un bebé. No estaba seguro por un momento de quién era esa persona pero al escuchar mencionar el nombre del pequeño sabía que tal vez sería algún familiar conocido.

Sin embargo no se esperaba la reacción del pelinegro.

-¡¿Quién te crees que eres?!¡Dámelo idiota!- gritó exaltado dejando atrás sus temores a un alfa, se lo arrebató de brazos y se lo hizo a un lado empujándolo. 

-Descuida yo simplemente...- una fuerte bofetada por parte de Jimmy lo hizo callar. 

Brian no comprendía su reacción repentina nunca se había topado con chicos con ese comportamiento tan vulgar a excepción de la última vez que rescato a un omega días atrás. Tal como decían los libro de jerarquías de sociedad los omegas dominantes eran muy sobreprotectores.

Jimmy sostenía a Sora con ambos brazos después de la golpiza que le propino, no pudo evitar llorar por el susto tremendo. Pero a pesar del absurdo golpe no pensaba quedarse callado.

- ¡¿Qué pensaste? que por ser un bebé podrías aprovecharte de él. ¡Eres un depravado, igual que todos los alfas , piensan que todo es de ellos!

-No sé de dónde sacas esas ideas. El niño estaba solo, buscaba a su madre pero veo quien él o ella no era quien lo dejó suelto por ahí. Debería buscar a alguien más responsable.- respondió Brian tomándose la mejilla entre asombrado y adolorido por el repentino golpe que recibió por parte del omega.

-¡Lárgate ahora mismo antes que llame a la policía, asqueroso, mugriento, alfa pervertido!- Jimmy no sabía que más hacer para que se vaya lejos pero no funcionaba.

Los gritos de Jimmy hicieron que la gente alrededor empezara a murmurar, ahora eran el centro de atención en miradas. Brian tenía el momento justo para irse de ahí pero el pequeño omega estaba empezando a sacarle de sus casillas. 

-No te he faltado el respeto para que me hables de esa manera. En vez de estar haciendo un espectáculo obsceno con música indecente vigila mejor a ese bebé si no quieres que yo llame a la policía por estar exponiendo a un niño de ese modo en medio de una cadena de pervertidos que los mira.

-¡Es nuestro trabajo no es asunto tuyo vete ahora mismo estoy apunto de cumplir lo que dije!- exclamo fuerte

-¡A muy bajo costo, dos dólares y te llevas seis galletas!- exclamó a toda la multitud que pasaba. Con suerte había vendido tres paquetes toda la mañana, el peso de la fuente lo tenía agotado, aún le quedaba la mitad y no dudaba en darse por vencido.

Pasaron horas, no consiguió terminar toda la bandeja y le dolían los pies por caminar tanto al igual que la garganta de tanto gritar por todos lados. Se dispuso a regresar cuesta arriba al refugio donde se encontraban Yul y sus demás compañeros, miraba la bandeja con las galletas que llevaba y empezó a contarlas para saber cuantas le quedaban. Ese día no fue de mucha suerte.

-Tal vez hoy todos estaban con el estómago lleno.- murmuró entre si.

Pensó que tal vez cuando regresara a casa repartirían parte de la mercancía para la cena. Yul era muy bueno preparando galletas y dulces que imaginó que sería buena idea que hiciera otro tipos de pasteles como empanadas o panes dulces. Los panes dulces era lo más rico para él recuerda que de niño su madre cada vez que podía le traía uno, una vez al año en el día especial de su cumpleaños como regalo, para las demás personas era algo sencillo pero él era muy sabroso que se volvió su favorito.

Su estómago gruñó con fuerza con solo imaginarse un pan dulce. Mientras su mente divagaba en su cumpleaños recordó a su bebé, tenía solo siete meses  y crecía cada día más. Era muy inquieto desde que aprendió a gatear se paseaba por todos lados sin mirar atrás. Amaba los dulces  y no dudaba en robarse algunos cada vez que podía es por eso que sus mejillas se volvieron regordetas.

Se imaginaba el día que cumpliera su primer año, el tiempo pasaba volando.

"Cuando cumplas un año no dudaré en prepararte pan dulce"

Vio a Jimmy a lo lejos estaba furioso pensó que era porque se había alejado demasiado del refugio pero cuando se fue acercando tenía a Sora en brazos llorando con todas sus fuerzas que se escuchaba a lo lejos. Se preocupó demasiado, no quitó la vista de su bebé, corrió a toda prisa a pesar de tener la bandeja que le pesaba.

Sin embargo al correr no se dio cuenta quien estaba a su alrededor y de pronto al darse vuelta un alto muchacho que estaba por marcharse también furioso lo lanzó al piso, regando dispersado toda la mercancía por la calle donde las personas pasaban sin saber lo que pisaban sería la cena de esa noche.

-¡Perdón no te vi!- Brian al ver la situación aún más vergonzosa que la anterior intentó ayudarlo en ponerse de pie pero aquel rubio lo rechazó.- Déjame ayudarte.

Roger levantó la vista para ver quien era tal persona descuidada que lo había lanzado de ese modo. Al ver que la comida regada estaba siendo pisoteada quiso rescatar las que pudo

Brian lo miró sorprendido, era aquel chico de esa noche en el bar. Esos ojos azules y el cabello todo desaliñado lo reconocería en cualquier parte. No creía nada sobre el destino pero siempre se lo encontraba en la situación menos esperada justo para brindarle su ayuda. En ese momento sintió un mareo repentino. Roger lo sintió igual y no pudo evitar soltar un quejido.

-¡Roger!- gritó Jimmy en desesperación, temía a que la golpiza hubiese sido fuerte. Lo levantó con cuidado y lo sentó en la acera para no interrumpir el paso a los transeúntes que pasaban.- Estarás bien, no fue tan fuerte el golpe.

-Las galletas, lo siento, eran la cena para esta noche.- dijo tomando algunas que se encontraban en las bolsas, todas echas migajas.

-No te preocupes por las galletas. Por un día que no comamos no vamos a morir.

Brian aún no salía de su transe de ese tan extraño encuentro. No pudo evitar escuchar la conversación entre ambos omegas y sintió una gran culpa ni sabía por qué seguía ahí.

-¡El dinero que tenía en la bandeja!¡no está!- exclamo Roger asustado era la ganancia del día por un descuido dejó ahí cuando contaba estas.- se cayó junto a las galletas. Lo siento mucho Jimmy no era tanto pero yo...- no pudo evitar llorar.

La calle transcurría mucha gente y en cuestión de segundos las monedas habían desaparecido. Brian estaba hecho un paño de vergüenza que quiso de cualquier forma ayudar si no hubiera aparecido por ahí nada de esto hubiera pasado. Eran solo omegas que estaban fuera de leyes que vivían en las penumbras, les había arruinado el día.

-Esto en algo les servirá- habló fuerte llamando la atención e ambos omegas que lo miraban con furia. Entre sus pantalones sacó una billetera de cuero con solo mirarla con todo esos detalles que llevaba tal objeto costaría más que la casita donde vivían.

-No es mucho pero quiero recompensar del accidente que cometí.- se dirigió extendiendo unos cinco billetes de cien dólares hacia Roger que le lanzaba una fuerte mirada enojada como si le hubiera lanzado un insulto- Lo siento podría estar tranquilo si lo recibes. Tómalo por favor.

-¿Acaso solo piensa en su bienestar? Claro, olvidé que eras un alfa que todo lo soluciona con dinero pero esto no es así.- comentó Roger.

-No es lo que crees solo quiero ayudar. Sé dónde trabajabas anteriormente, ahora te encuentro aquí, haces mucho para conseguir dinero y sé que no es fácil

-¡Tu no sabes nada de conseguir dinero en la calle!- se metió Jimmy- Naciste en cuna de oro por ser alfa no sabes cómo es, vete antes de que ahora mismo te dé otra golpiza más fuerte que la anterior.- exclamó apretando su puño sobres sus piernas.

-Bien, me iré espero que luego no se arrepientan de no haberlo aceptado. Tengo un buen concepto de los omegas y los respeto muchísimo pero  ahora sé por qué su género no avanza el rencor y el egoísmo los tienen a flor de piel. Piensen en el niño que mantienen, no cenará hoy.

Ivan, Ori y Yul se acercaron con todas sus cosas junto a Jimmy y Roger que aún estaban sentados en la acera. Los pequeños y Yul lo miraron con cierto temor al sentir su esencia de alfa y el porte que traía de ser de alguna poderosa familia, quisieron irse de inmediato. Yul tomó el hombro de Jimmy para advertirle de irse pronto pero nuevamente alzó su vista hacia el hombre cuando agregó.

-Ah y casi olvido la irresponsabilidad- agregó mirando el vientre de Yul que por incomodidad quiso cubrir con sus brazos- ¿piensan que traer bebés al mundo es un juego?

Después de esas palabras ambos se quedaron mirándolo retándolo. Jimmy por poco se abalanza sobre aquel chico de no ser por Roger que lo detuvo rápidamente.

-¡No hables si no sabes lo que sucedió!¿Es todo lo que tienes?

-Eso es todo lo que tenia que decir, si.- se dio media vuelta de regreso

- Estaría más tranquilo si no vuelvo a ver tu horrible rostro nunca más, cada vez que te veo causas algún problema donde quiera que vaya.- se puso de pie y caminó hacia el arrojándole el dinero en la cara.

Brian sobre lo que dijo solo perdía su tiempo hablando con aquel rubio para que entrara en razón en aceptar lo que tenía en mano, después de todo no era el que se perjudicaba.

Ivan y Ori ayudaban a caminar a Yul. Roger tomó el brazo de Jimmy y sin mirarlo más, acepción de Jimmy que lo miraba amenazante desaparecieron entre la gente. El pelinegro se quedó dudoso después de lo último que dijo el rubio ¿cada vez que lo veía?¿acaso ya se conocían? Esas preguntas muy pronto las resolvería hablando seriamente con Roger para saber a qué se refería.

Cuando llegaron a casa tomaron una ducha, al anochecer Roger ya había acostado a Sora que cayó en los brazos de Morfeo al terminar de alimentarlo. Había de sobra un paquete de galletas y se repartieron a cada uno lo que fue de cena acompañado de alguna infusión antes de dormir. Conversaban plácidamente sobre su día querían olvidar el mal rato que pasaron con aquel alfa sin embargo Ori no coloraba en eso.

-Solo dije que me pareció muy guapo.- rio sonrojándose hasta las mejillas- no me miren así.

Yul, Jimmy, Roger hasta Iván dejaron de hacer lo que hacían en ese momento para mirarle con rechazo. 

-No pueden negarme de que no lo era. ¿Vieron su forma de expresarse? Tan educada- dijo suspirando recordando el momento- La manera que quiso levantar a Roger, todo un caballero ¿por qué no le aceptaste? yo que tu me hubiera hecho el herido para que me levantara en sus brazos y...

-Ori basta- interrumpió Yul mientras servía infusiones en cada taza repartiendo a cada uno- Que su belleza no te ciegue de la manera de como nos trató, fue muy grosero. 

-Trató de llevarse a Sora y nos llamó rameras ¿eso fue educado para ti Ori?- agregó Jimmy girando los ojos por las tonterías que decía el menor.- No puedo negar que si era guapo pero se le quitará luego de la golpiza que le di.

-Eso fue muy cruel de tu parte Jimmy no debiste usar la violencia física todo esto se pudo solucionar hablando pero conociéndote eres tan impulsivo- dijo Yul

-No creo que haya tratado de llevarse al bebé. Se veía muy caballeroso y elegante. ¿por qué querría un bebé de omega?- respondió Ori tomando un sorbo de la bebida- Por cierto vieron como se dirigió a Roger es como si lo hubiera visto antes.

Roger se atoró con la infusión que estaba bebiendo, no quería mencionar nada sobre ese tipo pero Ori estaba muy insistente esa noche.  Los demás no despegaban la mirada de él así que no tuvo otra alternativa que hablar

- Bueno, me lo presentó su tío una noche en mi trabajo. Esa vez fue mi acompañante y el estaba ahí. Solo sé su nombre. No es nada relevante, olvídenlo.

-¡Tiene un tío! ¡No, yo quiero saber!- exclamó emocionado Ori dando saltitos en la silla aplaudiendo emocionado.- ¿Cómo se llama?¿Es soltero?¿Hablaste con él?¿Su tío también es guapo?

-Ori, si Roger no se siente cómodo  es mejor dejarlo así.- habló Yul sabiendo que el anterior trabajo del rubio no era para nada agradable.

Roger en realidad se sentía mal no contarles la verdad así que inhalo un par de veces para empezar a contar algunas cosas sobre aquel alfa misterioso. No quería dar detalles sobre su encuentro porque era irrelevante pero quería que supieran.

- ¿Robert? Claro el si es muy guapo- continuó respondiendo las preguntas de Ori que saltaba emocionado.

-¿Así se llama el tío?- se entrometió Jimmy curioso en la conversación dejando de lado su desinterés.- Yo conocí a un Robert hace mucho, tenía mucho dinero. Antes de conocerlos a todos yo trabajaba solo bailando y en vez de monedas lanzaba billetes de diez dólares en mi cesta cada día. Disfruté el dinero por algunas semanas pero luego se me insinuó y lo mandé a rodar. Espero que no sea el mismo.

-No claro que no, al contrario el es muy amable- continuó contando sonrojado al mencionarlo- Entre todos los clientes que tuve en ese lugar. El se preocupaba por mi y mi bebé, hasta un día se apareció en la puerta de mi antiguo apartamento solo para verme.- sonrió a sus adentros tratando de ocultar el sonido del latido de su corazón temiendo a que los demás lo escucharan.

Había sentido una pequeña atracción hacía Robert en el momento que lo conoció pero no quiso demostrarlo temiendo a ser rechazado es por eso que fue indiferente con el todo ese tiempo, a excepción en las sesiones de sexo por trabajo que solo fueron dos y la última sin llegar al final. Roger no se arrepentía de haber actuado así ya que en esos días pesados quería enfocar atención en su pequeño y no quería poner un alfa de por medio. Sentía en ese entonces que no era el momento de dejar salir ese sentimiento que empezaba a florecer y que nunca pasaría pues ahora estaba demasiado lejos de lo que pensó que sería su primer amor.

- ¿Y el pelinegro alfa de la plaza? - preguntó Yul interesado por la historia desde que empezó sacando de pensamientos al rubio que se había quedado pensando en el otro alfa.

- Oh el se llama Brian, no hablamos mucho esa noche solo intercambiamos saludos.-dijo con nerviosismo jugando con sus dedos bajo la mesa.- Me miraba mucho y era muy incómodo apenas me había presentado. No parece tener algún gusto con omegas de clase baja pero a pesar de eso me salvó en algunas ocasiones.

-¡Te lo encontraste otras veces!- gritó Ori con su euforia por las nubes- Creo que tanto le gustas por eso te está siguiendo ¿Y si todo ese alboroto de la tarde fue porque sabía que Roger estaba ahí y quería llamar su atención?

-No, eso no es imposible que suceda, vamos a dormir, muchos cuentos de sapos vestidos de príncipes por hoy, tenemos muchas cosas que hacer mañana.- cortó Jimmy levantándose de la mesa. Roger ayudó a recoger las tazas junto a Iván, dejaron limpio cada rincón del pequeño comedor sala donde pasaban la mayor del día cuando no trabajaban. Jimmy y los demás alistaban las cosas para el día siguiente como era fin de semana irían al trabajo a partir del medio día y se quedarían algunas horas.

Cuando terminaron se fueron a dormir quedando Iván y Roger en un silencio profundo. En toda aquella conversación cuando cenaban Iván no había mencionado alguna palabra, era tranquilo, de pocas palabras, solo sonreía cuando le hacían algún cumplido sin embargo al momento  del trabajo al tener que bailar lo disfrutaba y si que lo hacía muy bien, toda su timidez desaparecía . De vez en cuando recibía uno que otro silbido y halagos por ser muy simpático pero como era casi el más pequeño cinco años menor que Jimmy el no permitía ningún tipo de insinuaciones a alguno de sus chicos.

-Eso es todo, creo que hemos terminado. Iré a sacar sábanas limpias, Sora se quedó dormido encima de las que íbamos a usar.-dijo Roger sonriendo al menor la cual recibió y respondió con el mismo gesto.

Después de la conversación de la cena Iván se había quedado con muchas dudas en su cabeza. Él al igual que los demás omegas había sufrido en su pasado ya sea por estar cautivo y maltratado por familias de alfas o vendido en algún sitio de prostitución para omegas, alguna de esas causas era el motivo de su timidez en este caso había terminado como empleado para servir una familia alfa, como en ese entonces era pequeño se aprovechaban y lo trataban como si fuese un trapo viejo o algún esclavo.

Unos años antes de poder escapar de las garras de esa familia conoció a un joven alfa muy apuesto y por su puesto se llegó a enamorar. A escondidas le hacía detalles, en el desayuno, cuando arreglaba su habitación como dejarle algunas flores que arrancaba del jardín desapercibido y colocarlas para que adornen, dejarle también mensajes motivacionales a lado de su taza de café cuando servía.

Sin embargo el alfa un día se dio cuenta de quien era el autor de esos extraños detallitos frecuentes  cuando lo atrapó adornando su habitación con flores silvestres a lado de la ventana. El mayor le agradeció por el gesto tan bonito que hacía cada día diciéndole que era tan bonito y generoso como aquellas flores, el pequeño Iván no pudo quedar aún más ilusionado con aquel joven.

La felicidad no llegó a mucho en ese entonces porque tal encuentro en su habitación se rumoreó por los demás empleados de la casa hasta llegar a los oídos de sus padres que sin ningún remordimiento lo trataron de un cualquiera, una ramera que quería  llegar al alfa para sacarle un bebé y quedarse con toda su fortuna en venganza de como había sido tratado todos esos años.

Sin remordimiento alguno lo echaron a la calle a pesar de ser  un niño de once años que se comenzaba a ilusionar, conocer qué era el amor, llevándose de recuerdo las marcas de las cadenas en sus muñecas y las palabras de aquel muchacho que nunca más iba a ver.

-Roger- habló el menor recordando todas las palabras mencionadas por los demás en la cena. Ambos se encontraba en la habitación arreglando las camas para ir a acostarse-¿Tu crees en el compañero destinado o predecir quien será nuestro destinado?

-No creo mucho en esas cosas- respondió Roger extrañado luego de escucharle hablar más que un simple "si" "no".-Pero si creo que debemos guiarnos por lo que dice nuestro corazón y no una persona, cualquiera puede decir que es nuestro destino estar juntos pero si no hay forma de demostrar que es así o no hace hasta lo imposible para permanecer junto a ti entonces es mejor dejarlo ir.

Iván solo bajó la mirada y se mordió el labio inferior para evitar llorar.

























-¡Te busqué hasta el más asqueroso rincón de horrible lugar y no había manera de encontrarte! ¿¡Dónde demonios te habías metido Brian May!? - exclamó furioso John dándole pequeños golpes en el pecho del contrario.- Estuve esperándote dos horas y no aparecías.

Brian se dio cuenta del paquete que dejó Sora en uno de sus bolsillos de la camisa que llevaba y simplemente sonrío. 

-¡Hey escúchame! Tenías una cita a las seis y tuve que suplantar la cita para otro médico y... ¡pero que te pasó en la mejilla! no me digas que te han robado.- gritó asustado cuando vio una diminuta marca violácea en su pómulo izquierdo. Todo esto es mi culpa no debí dejar que me acompañaras, ahora ¿Qué le diré a tu madre?

-¡Ni se te ocurra!- reaccionó Brian- No fue nada, ni siquiera duele el golpe pasará con los días.

-¡Cómo puedes estar tan tranquilo!- John fue directo por la caja de primeros auxilios. Estaba preocupado su trabajo estaba en juego. Tomó un pedazo de algodón untándolo con alcohol para pasarlo en su herida. Vio la herida detalladamente dándose cuenta que la golpiza no había sido lanzada por alguien que tuviera mucha fuerza, empezaba a sospechar en donde se había metido.- Sabes que tu madre podrá castigarte nuevamente si andas de nuevo en los pasos de Robert ¿cierto?

-¿De qué estás hablando?- preguntó desconcertado al pensar que había sentido las feromonas de omega en alguna parte de su cuerpo - Fue un incidente, solo quería ayudar a un bebé que estaba desamparado en la calle, luego ese omega malinterpretó todo y me golpeo.

-¿Qué es esto entonces?- preguntó sacando la envoltura de galletas adornada con un pequeño lazo rojo.- ¿Ahora tratan de seducir a un alfa regalándole galletas? vaya eso es nuevo.

-No fue así- dijo arrancándole la envoltura de sus manos.- Es difícil de explicar luego puedo contarte todo lo que pasó pero primero dime que ya no hay nada pendiente para esta hora.

-No, no la hay bueno justo iba a decir que...

El timbre de la puerta de la gran casa de los May comenzó a sonar repetidas veces como si alguien quisiera entrar como fuera a esa casa. John se puso de pie y abrió la puerta pero esta fue abierta fuertemente haciéndolo de lado chocando contra la pared. 

-¡Oye no puedes entrar de este modo!- le reprochó  John al contrario que ni caso le hizo.- No tienes permitido estar aquí.- reprimió al ver de quién se trataba.

Robert se encaminó con el ceño casi fruncido decidido hacia dónde ir mientras el menor lo seguía detrás. Dobló por un pequeño pasillo hasta llegar al salón principal ahí estaba Brian de espaldas mirando hacia el gran ventanal que tenía en frente con la mano en el pómulo sosteniendo el algodón. 

Sin pensarlo dos veces tomó su camisa con ambas manos y lo hizo voltear para enfrentarlo cara a cara.

-¡Tu sabes dónde está y no quisiste decírmelo cuando te lo pedí! ¿Qué pretendes con él?¿eh?¡responde maldita sea!

-¿Qué te sucede?

-No te hagas ¡te vi en la plaza!¡Estabas con Roger y otras putas más!

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