VIII
Toda esa noche fue una locura. Para que concluyera con "éxito", terminar con un omega en sus brazos era la guinda del pastel.
El camino hasta la salida le parecía inalcanzable. Los sollozos del menor,que yacía en sus brazos, era lo único que se escuchaban en el largo pasillo. Las presión de sus manos que apretujaban su nuca y parte de su camisa por alguna extraña razón no le era de tanta molestia.
Estaba en contra de que un alfa debe necesariamente estar con un omega para establecer un vínculo, si. Sin embargo nunca una persona de cualquier género sea violentado físicamente.
"Trabajar en lugar como este debe ser muy difícil de afrontar todos los días"'pensó. Bajó la mirada hacia su cuerpo con algunas manchas violáceas, delgado pero de figura muy formada. De alguna manera verlo de esa manera le causaba lastima.
Al llegar al estacionamiento, a paso ligero se aproximo a su auto. Abrió la parte inferior de este y con dificultad trató de colocar al omega, pues este lo tenía muy sujeto al cuello y se removía con terquedad para no entrar.
-No...-sollozó- no quiero, no me hagas daño- bajito repetía una y otra vez,que Brian no llegó a escuchar.
Cuando logró zafarse de él, se adentró con él en el auto y cerró la puerta con seguro para que no escapase. No sabía lo que hacía ahora, pero sentía que debía estar con el antes que cometiera una locura.
Lo notó al instante que ahora todas las feromonas del menor estaban esparcidas por todo el automóvil. Estaba en celo. Dirigió la mirada hacia el asiento donde acostado el frágil cuerpo de Roger se retorcía del dolor.
Sus manos cubrían su rostro y debajo solo puro llanto. Con la poca ropa que llevaba el sudor hizo transparentar su cuerpo completo. Al sentir la mirada de Brian en él no pudo evitar abrir levemente sus piernas.
-Por favor...- habló casi en un susurro.
Era fascinante, Como podrían existir en el mundo aquellas criaturas tan excitantes...
¿En que pensaba ahora? Hace unas horas que lo aborrecía.
En un respiro profundo, conteniendo la respiración, se acercó un poco para colocar una de sus manos en su mejilla. Roger al sentir ese cálido toque no pudo evitar gemir.
-Mmmn es..caliente- tomó la mano del contrario, con delicadeza la pasó por su boca y de ahí a su otra mejilla.
Brian lo miró confundido, el encuentro con todo esto del tipo que casi lo viola lo había afectado. No quería a que llegase más lejos todo esto.
-¿Estás muy caliente eh?- se limitó a poner ambas en su nuca avergonzado.- Y tu aroma está por todo sitio. No tengas miedo no te haré ningún daño.
Sin esperar la respuesta del rubio se arrastro hasta el asiento delantero, sacando una cajita de uno de los cajoncitos que se encontraba al costado del volante. Nuevamente volvió donde Roger estaba, emitía uno que otro quejido.
- Es un supresor.- dijo mostrando el paquete frente a sus ojos.- tómalo.-
El rubio asiendo caso omiso, se giró dándole la espalda.
-No tengas miedo, tómalo.- ordeno- te calmará.- Roger se hizo que no lo escuchaba.
-Estoy cansado ¿sabes?- le habló aunque estuviese volteado.- lo único que quiero es llegar a casa y dormir.- el ojiazul no respondió. El rizado dándose por vencido le dejó una botella, junto a las pastillas ya no quería molestarlo.
Brian se dirigió al volante para ponerse en marcha.
La ciudad estaba totalmente dormida, parecía que era el único auto en la carretera. Vio por el retrovisor una calmada voz lo estremeció.
Roger había tomado las pastillas y su aroma disminuyó. Al entrar en conciencia en donde estaba y donde iba a ser llevado, reaccionó
-¿Por qué estás haciendo esto?- preguntó una voz temblorosa en los asientos traseros.
Brian se inmutó a responder. No sabía que explicarle y el motivo de su instinto de rescatarlo. Lo escuchó hablar un poco en la barra cuando Robert se lo presentó. Su sonido de esta era más dulce y carismático, obviamente que por la razón de atender a los empleados tendría que fingir. Sin embargo compararla con la voz que tenía ahora era un giro rotundo para él. Parecía como si estuviera comunicándose con otra persona.
Sin saber que responder palabras sin pensar salieron de su boca.
-¿Dónde vives?- suspiró preguntando. Sin dejar la vista de la pista
Roger no sabía si se hacía el cuerdo o no escuchó bien lo que le dijo. Estaba entrando en una desesperación terrible dentro de sí.
-¡Responde!- gritó- ¡¿Qué pretendes?! ¿qué quieres de mi?!- miró por la ventana para ver las calles a donde se dirigía pero como estaba todo tan oscuro y nubloso, no pudo descifrar.
-¿A-A dónde me llevas?- tartamudeó
-Pregunté dónde vives y no me respondes.- el castaño siguió con la mirada fija en la carretera.- Si no tienes a dónde ir puedo llevarte a mi ca...
-¡Quiero bajar!- el rubió forcejeó la cerradura del auto- ahora.
-Estamos en medio del autopista no te puedo dejar ahí- el estado de Brian estaba tranquilo, tener a un omega en su vehículo ya no era una amenaza para él hasta ahora.
-¡BÁJAME!¡BÁJAMEE!- Roger con patadas, forcejeo golpizas y puro griterío, hizo un berrinche total cuando escuchó que lo iba a llevar a su casa.
El de ojos avellana hasta ese momento mantenía la calma pues sabía que su auto estaba asegurado y ni con una patada de un omega después del celo podría derrumbar.
-¡Tranquilízate!- exclamó Brian cuando ya no aguantó.- No pretendo hacer nada contigo, te lo he dicho no quiero hacerte daño, solo quiero llevarte a tu casa .- perdió la paciencia- ¡¿Dónde demonios vives?!
-¿Qué daño?¿A qué te refieres con eso?- Dijo Roger guardando la calma. Pero de pronto recordó todo.-¡Nadie me quería hacer daño!¡Yo trabajo ahí! ¡Tú tienes la culpa por haberte entrometido!
-No te hagas el valiente. Estabas gritando por ayuda y ¿ahora lo niegas?. Ver que ese hombre te tocara y verte en ese estado, no pude aguantar ver todo lo que estabas pasando.
-No necesito de tu lástima- giró el rostro ignorándolo.- No me iban a pagar esa noche por un error que cometí. El hombre que estaba sobre mí, después cuando terminara todo me iba a dar algo de dinero.
-Y dejarte embarazado de paso.- habló sarcástico- solo porque eres un omega no significa que...
-¡No hables como si entendieras!- desbordaron pequeñas lágrimas de enojo-¡Tú no sabes lo que significa vivir como uno!¡Tú no sabes nada!
Un silencio incómodo se presentó en el lugar.
-Mira no tengo idea de quién eres- rompió el silencio.- Pero enserio, permítete ayudarte esta vez.
-No quiero ayuda- habló cortante.- bájame de una vez por todas, si no quieres que todo este espectáculo se lo cuente a Robert.
Brian se quedó helado. Había olvidado ese pequeño detalle.
-No querrás que sepa que su acompañante pasó la noche con su "sobrino"¿verdad?.- habló sacando pica.
- Pero ¡Qué tan cruel amenaza!- habló con sorna.
Roger viendo que Brian se tomó su advertencia a la ligera. Su mal humor y carácter salió a flote. No le importa que daños causaba todo lo que tenía en mente ahora, pero para librarse de las garras de un alfa tenía que arriesgarse.
De un impulso llegó al asiento delantero y cayó justo en las piernas de Brian.
-¡Eres una bestia!- gritó empujándolo al asiento contrario, tratando de equilibrar el vehículo. Al no soportar más todo los berrinches del rubio omega, estacionó el auto.
-¡Qué te pasa!¡Casi nos matas!- perdió la paciencia- ¿En qué demonios estabas pensando?
Aprovechando el caos que armó, atrevido, Roger se volvió a subir a sus piernas sentándose a horcajadas. Brian iba a hablar pero Roger cubrió su boca con una de sus manos y con la otra tomó su brazo torciéndolo tras su espalda.
-Si tanta prisa tienes en llevarme contigo- habló agitado- ¿Por qué no lo hacemos aquí?- provocativo susurró en su oído, moviendo sus caderas en círculos.
Brian lo miraba sorprendido, sin poder emitir algún sonido. Sintió como se apegaban su entrepierna con el trasero del rubio. Formando un bulto debajo de sus pantalones.
Con ese comportamiento era imposible descifrar si en verdad era un omega. A los omegas considerablemente se les conoce por su personalidad sumisa lo que fácilmente descifra el género. Sin embargo, el pequeño rubio indefenso llorando que tuvo hace un momento, resultó ser todo lo contrario.
-¿No decías que los omegas eran un asco?- dijo Roger- pues no creo nada de lo que sale de la boca sucia e hipócrita de un alfa como tú. -Pues esto dice lo contrario...Bri.-señaló su miembro que ya sobresalía de sus pantalones.
-Actúas igual que toda una ramera.- Brian se libró de la pequeña mano de Roger.
-¡Oh no me digas!- fingió sorprenderse- ¡Ni me había dado cuenta!-rió
Presionó el botón del seguro de la puerta y de un salto bajó. A paso rápido siguió su camino que le quedaba hasta llegar a casa.
Todo pasó rápido para May, nunca en su vida había conocido a un tipo que fingía tan bien en ser sumiso y que de la nada saliera un feroz carácter, digno de todo un alfa. Estaba confundido. Roger lo confundía.
La rabia que se presentó en ese instante por hacerle perder el tiempo se hizo presente.
-¡Con esa actitud ni el último alfa en la tierra te va a querer!- le gritó a lo lejos.-De nada
Esperaba recibir un gracias como respuesta pero al contrario el rubio levantó ambos brazos mostrando el dedo del medio. Lo miró a lo lejos como desaparecía dentro de toda esa neblina frondosa que empezaba aparecer. Ya ni le importaba que le sucediera, no tenía sentido molestarse de alguien de quien ni conocía.
"¿Por qué carajos lo rescaté?"
¿Qué ni el último alfa en la tierra lo iba querer? Pues ni le importaba quién lo amara o no. Su prioridad en el presente de Roger era cuidar de su hijo y darle un mejor futuro que la de él. Desde que fue violado el pensamiento que tenía de los alfas era distinto, no confiar en ninguno. No le importaba quedar solo. Fijarse en alguien ahora era lo de menos.
Después de un largo recorrido llegó a casa. Se sentía aliviado por fin llegar después de tan duro trabajo que tuvo anoche y que ni un mísero dinero recibió. A unas calles un bello auto rojo estaba estacionado con sigilo se acercó a él y trató de ver bajo las lunas polarizadas. Pensó que tal vez era de algún alfa que vino de visita a algunos de los moteles baratos que atendían por los callejones. Sin embargo, esa duda se fue cuando sintió unas manos tomar su cintura y adentrarse a su pequeña casa.
Las calles estaban oscuras se asustó al principio porque tal vez era algún otro dominante que trataba de aprovecharse de él. El susto se fue cuando sintió la fuerte presencia de Robert en toda la habitación.
-¡Me asustaste!- exclamó entre risas mientras lo tomaba del cabello acariciándolo.-Te fuiste así de rápido y no te despediste de mi.
-Tuve que hacer algunos pendientes.- habló casi en un susurro mientras colaba su mano bajo la tela que cubría su trasero.- Pues creo que es momento de una buena despedida o más bien un buen saludo en toda la noche ¿No crees?
Roger sonrió colocando algunos mechones de cabello castaño detrás de su oreja del contrario.
-¿Cómo sabes dónde vivo?- preguntó el rubio
-Eso no importa ahora.
Robert de un impulso devoró los jugosos labios de Roger que desde hace un rato los miraba hipnotizado. Sus manos sin piedad comenzaron a manosear el delgado cuerpo de Roger mientras introducía su lengua en el. Roger por la sorpresa no correspondió el beso y lo apartó.
-¡Hey! no- se hizo a un lado y comenzó a quitarse la ropa. Lo hizo lentamente de espalda como si provocara a Plant que lo miraba deseoso.-Es tarde voy a darme un baño.
-Roger no te hagas el difícil.- dijo desesperado siguiendo a Roger que iba en dirección al cuarto de baño.- Estábamos a punto de hacerlo y desmayaste.
-Me dejaste solo en esa puta fiesta y un tipo casi me viola.- el rubio tomó una toalla.-de no ser por tu raro sobrino no sé que habría sido conmigo.
Robert al escuchar a Roger se hizo el que no entendió. El rubio iba en dirección a la puerta, pero la cálida mano de Plant lo detuvo.
-Haber si entendí ¿Estuviste con Brian?- dijo casi gritando.
-Si y ¿Qué?- Roger quiso seguir pero otra vez tomó la mano de este-¡Suéltame! ¿Acaso no me puedo dar un baño en paz?
-Espera ¿Qué hacías con él?- preguntó mientras Roger lo miraba extrañado- ¿Aprovechaste mi ausencia para acostarte con él?
-Qué te pasa pareces celoso, como si te perteneciera o algo- habló- Cuantas veces te tengo que repetir que lo que sucede en el trabajo se queda ahí. Y no, no nos acostamos.
-Eres una puta.- rió acercándose a Roger besando su blanquecina piel expuesta.
-Lo sé, todos me lo dicen.- dijo acercándose y besándolo en las comisuras.- Estoy cansado ¿Sabes? Sería mejor si vinieras otro día.
-No me voy de aquí hasta que te haga mío hasta el amanecer.- Roger lo miró incrédulo, diciendo con la mirada de lo que quería- Te pagaré
-Como quieras.
Los llantos desesperados de un bebé despertaron a Freddie que incómodo dormía en el sofá. Con un poco de pereza se levantó y fue hasta la cuna. Sora lloraba desconsolado, sus brazos y piernas los sacudía y de su pequeña boca sin dientes completamente abierta salía el lloriqueo que parecía dejar sordo a uno.Delicadamente tomó al bebé y lo meció.
Era la tercera vez que el moreno se levantaba. Era muy agotador mantener a un nene.
Fue a la cocina y calentó alguno de la poca leche que había en una botella de plástico que Roger había traído junto a más suplementos para bebé.
-Definitivamente tu mamá no sabe como cuidarte pequeño.-sacó de uno de los cajones un biberón para vaciar la leche ahí y dárselo.
-¡¿Cómo se le ocurre que tomes de una botella que tiene un pico tan grande?!- Sora dejó de llorar pero tenía los ojos llorosos y emitía uno que otro quejido.
Cuando estuvo lista le dio de comer a Sora que de una se la tomó. Al estar vacío el bebedero siguió succionando, dándose cuenta que el pequeño tenía más hambre.
-Tu mami no dejó más comida bebé.- reemplazó el bebedero por uno de la cantidad de chupetes que había comprado.
El nene seguía despierto e inquieto durante una hora. No dormía y eso le preocupaba Freddie.
-Roger dijo que vendría a las doce y es más de las doce.- le habló al pequeño.
Sora con sus enormes ojos miraba a Freddie mientras succionaba su chupón, rara vez pestañeaba pues los tenía muy abiertos. Intentó colocar a Sora en la cuna pero cada vez que lo hacía emitía algún quejido y no podía hacerlo.
Sin poder hacer nada acostó al bebe junto a él en su cama colocando ambas almohadas debajo para que se sintiera más cómodo. Esperó que con eso Sora se durmiera.
El moreno durmió un par de horas y otra vez los llantos desgarradores del pequeño lo despertaron. Miró el reloj y mostraba altas horas de la madrugada.
-Es suficiente te llevaré con tu mamá.
...
Holi aquí un nuevo capítulo ¿Que creen que sucederá después?
Les quiero decir que tengo un instagram de mi perfil donde estoy publicando dibujitos de algunas escenas de Paradise. Las que ya lo vieron ¿que dibujo les gustaría ver para hacerlo :D?
Bueno con eso me despido disfruten la quarentine y no sean celosos como Robert uu
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