Para siempre

Ahí está de nuevo.

Está detrás del anuncio del menú de la cafetería Monster, esa que frecuento cada miércoles por la tarde. Lleva la misma ropa de siempre: camisa blanca de manga larga, pantalón de Chándal negro, descalzo y el cabello negro casi cubriéndole los ojos.

No entiendo como no luce ni un poco de suciedad, ni mucho menos como le hace para que sus pies no tengan ninguna herida después de andar tanto tiempo en las calles. Todo él es aterrador.

Intento caminar como si no me estuviera siguiendo de nuevo, fingiendo que iba a trabajar como si nada malo pasara. Intento seguir caminando como si fuera otro día más, como si no fuera otro día más donde él me está siguiendo al trabajo, para después seguirme a la cafetería y después, a mi casa.

Lleva haciendo lo mismo por dos semanas, incluso en mi día libre. No sé quién es, ni porque lo hace o cuáles son sus intenciones.

Soy una persona común y corriente, no tengo nada de especial, así que... ¿Por qué a mí?

El clima de hoy es cálido y el tránsito es fluido, pero nadie repara en él. NADIE. Nadie puede darse cuenta de que un chico que parece recién salido de la cama, estuviera siguiendo a un hombre de traje a todos lados, sobre todo cuando no lleva zapatos. No puedo explicarme como le hace para aparecer tan rápido a todos los lugares donde yo estoy y ya me canse de quedar en ridículo cada que pregunto si lo pueden ver, porque se esconde.

Estoy harto de vivir así pero me aterra acercarme.

Los días empeoraron y todo se derrumbó cuando él apareció frente a mi cama.

—SeHun, ¿Por qué ahora te escondes de mí?

— ¡Déjame en paz! ¿Por qué me sigues?

—Dijiste que debíamos estar juntos por siempre... así que vine por ti. —el chico se acercó de nuevo, estirando los brazos.

— ¡Jamás dije eso! —grito aterrorizado, pegándose a la pared.

—Lo hiciste. — el gesto del chico se endureció pero también lucía increíblemente triste. —Una y otra, y otra y otra vez... hasta que ya no queda duda.

SeHun frunció el ceño, mirándolo sin entender. — ¿De que estas hablando? Jamás te he visto.

—Te olvidaste de mí después de arrebatarme todo... pero yo voy a ayudarte a recordar. —el chico le tomo la cabeza con fuerza, repentinamente enojado. — ¡ME ARREBATASTE TODO! ¡AHORA PAGARAS!

Entonces, en medio de sus gritos, lo recordó.

YiXing era precioso, el hombre más hermoso e increíble de todos y debía ser suyo. Aborrecía totalmente la idea de que no fuera suyo, de que hablara con otros hombres, de que alguien más lo mirara y de que él mirara a otras personas.

No entendía porque enloquecía de ira cada que alguien que no fuera él, se acercaba o interactuaba de alguna manera con YiXing y lo hacía estallar. Odiaba no saber dónde estaba su chico, que estaba haciendo, si estaba hablando con alguien o si alguien lo miraba, mucho menos si no sabía que SeHun era el único que lo amaría más que a nadie.

Cada día, sin falta, esperaba a YiXing en la esquina de su calle para seguirlo hacia su trabajo, ahí lo miraba desde lejos y le sonreía cada que cruzaban miradas, sin notar que el chino empezó a mirarlo con miedo con el pasar de las semanas. Le dejaba notas debajo de su puerta, regalos que iban desde cafés hasta fotografías donde creía que se veía precioso y que tomaba con una cámara que compró solo para eso, mismas que tomaba cada hora en el día y que solo aumento el miedo del joven hacia él.

Llamaba todos los días, le dejaba mensajes, miraba a través de sus ventanas e intentaba entrar a su casa para dejarle regalos.

Pero SeHun no noto nada de eso.

Ignoró las peticiones del chico por alejarse de él, diciendo que era la única persona que lo comprendería y por lo tanto, él único para amarlo y estar a su lado para siempre.

Ignoro el miedo con el que YiXing caminaba por la calle, buscándolo para intentar alejarse e incluso escondiéndose en lugares para que dejara de seguirlo.

Cuando YiXing encontró y se enamoró de ChanYeol, SeHun enfureció tanto que no pudo ver más allá y, vestido igual que el día anterior, irrumpió en la casa de YiXing y lo ahorcó.

SeHun fue el acosador y ahora era el acosado.

.

— ¿Qué sucede con este paciente, señor? —preguntó un pasante, mirando el interior de una habitación especial.

El médico suspiró, negando con la cabeza. —Está aquí por haber matado al chico que acosaba. Desde entonces ha estado atrapado en alucinaciones donde él es acosado por un fantasma que se repite y repite hasta que recuerda la verdad.

El pasante asintió, mirando al pálido y delgado hombre de cabello negro. — Que inesperado. ¿Esto es justicia o injusticia?

.

FIN

.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top