Capitulo único


El Ragnarok había terminado hace al menos tres meses con la victoria a favor de los humanos. Los dioses, fieles a su palabra, le permitieron a la raza humana vivir otros 1000 años más. Y eso no fue todo, juntando todo el poder de los dioses que aun seguían con vida, lograron revivir a todos los muertos durante el ragnarok. Tanto del bando de los dioses, como del bando de los humanos; eso se debía a que los dioses reconocieron que los humanos eran unos dignos rivales y esa fue una pequeña recompensa extra por, según palabras de los dioses, haberlos divertido tanto.

Como dije, habían pasado tres meses desde aquellos combates y para sorpresa de varios, los dioses y humanos se llevaban mucho mejor de lo previsto. Incluso la traición de Buda para con los dioses había sido perdonada y, como muestra de buena fe, Hefesto reparó el arma divina de Buda; junto con la de otros dioses cuyas armas se habían destruido en la batalla. Obviamente aún había varios dioses que querían hacer pagar a Buda por haberlos traicionado y amenazado de la forma en que lo había hecho. Uno de esos dioses no era otro que Loki.

En todo ese tiempo, Loki quiso en varias ocasiones atacar por sorpresa a Buda aprovechando que las heridas del dios aún no habían sanado por completo. Pero siempre que intentaba algo, siempre había alguien con Buda; ya sea uno de los humanos que habían peleado en el Ragnarok, como incluso el mismísimo Zero Fuku, quien prácticamente se había convertido en la sombra de Buda.

Zero era completamente consciente de lo que Loki planeaba hacerle a su amado Buda. Porque si, el dios de la fortuna había admitido para sí mismo hace mucho que estaba perdidamente enamorado de Buda. No le decía nada al iluminado por miedo a ser rechazado y que Buda se terminara alejando de él. Pero se conformaba quedándose a su lado como un amigo y protegiéndolo de los constantes intentos de ataque por parte del dios de las mentiras. Obviamente, Buda parecía percatarse muy poco y nada de esta situación.

-Hola...tierra llamando a Zero. ¿Hay alguien ahí?-

Zero fue sacado de sus pensamientos por Buda, quien agitaba la mano frente a su cara tratando de llamar su atención.

-Oh! si, disculpa Buda solo...estaba distraído- respondió apenado el dios de la fortuna.

-Últimamente estás muy distraído Zero-chan...¿tiene algo que ver con que Loki ha intentado atacarme varias veces? Si sabes que no me importa lo que él haga y que planee lo que planee no le tengo miedo, no es así?-

-Lo se...es solo que tus heridas aun no han sanado del todo y él puede aprovecharse de eso. Loki es uno de los pocos dioses que aun te guardan rencor por lo que hiciste durante el ragnarok y no sabemos de qué tanto es capaz...No es que no confíe en tu fuerza Buda! ¡No pienses en eso! Se que eres de los dioses más fuertes y que si estuvieras completamente recuperado, ni Loki ni ningún dios podría vencerte! es solo que...no quiero que salgas lastimado...- dijo nervioso y preocupado Zero. Buda solo soltó una corta risa y volvió a ver a Zero.

-Tranquilo, Loki nunca podrá tomarme por sorpresa y sabes el porque. Además, si así fuera, te tengo a ti para cubrirme la espalda como hasta ahora. O qué, pensabas que no me daba cuenta?- dijo Buda con una sonrisa coqueta que provocó que, inevitablemente, Zero se sonrojara.

Además de haberse sonrojado, Zero estaba sorprendido de que Buda se hubiera dado cuenta. Aunque pensándolo bien, era obvio que Buda se daría cuenta de que lo estaba haciendo.

-¿Estás...molesto? Ya sabes, por...-

-¿Por defenderme de Loki? jajaja Zero ¿por qué estaría molesto? Me alegra saber que puedo contar contigo...aun cuando no te lo pido. Sé que puedo estar tranquilo porque cuento contigo para cubrirme la espalda.- contestó Buda con una sonrisa que tranquilizó a Zero.

*2 semanas después*

-Zero, ya te lo dije. Estaré bien. Puedo defenderme y lo sabes. Además, solo serán un par de horas que iras a cumplir tus deberes como dios. Tampoco exageres Zero-chan- insistió entre divertido y frustrado.

Buda estaba ansioso por pasar aunque sea un par de horas solo. No es que no apreciara el esfuerzo de Zero por defenderlo. Incluso lo entendía. Pues la herida de su abdomen, que era la más grave que tenía, aun no había terminado de sanar del todo. No necesitaba que lo sobreprotegiera tanto. Aunque en parte, le gustaba ese lado protector de Zero. Luego de insistirle por algunos minutos más, Buda finalmente logró convencer a Zero de que podría quedarse solo un par de horas. Así que comenzó a dar un paseo sin rumbo específico mientras comía sus dulces.

Mientras tanto con Zero, éste aceptó a regañadientes dejar a Buda sólo algunas horas mientras realizaba sus tareas como dios. Aunque, tal vez Buda tenía razón y estaba exagerando. Después de todo, Loki ni siquiera se había acercado a Buda en casi dos semanas. Y aunque aún tenía un mal presentimiento en cuanto a dejar solo a Buda, sabía que en el estado que estaba, el dios fácilmente podría defenderse de cualquier ataque de Loki. Pues éste último no era inmune a la iluminación de Buda y si nunca le acertaba un golpe, Loki no podría hacerle daño.

Habían pasado al menos cinco horas desde que realizaba tranquilamente sus tareas del día. Cuando de repente, a lo lejos pudo ver a una de las Valkirias correr en su dirección. Si no recordaba mal, se trataba de la menor de las hermanas Valkirias, Geir. La presencia de Geir lo dejó muy confundido, aún más cuando notó el rostro de preocupación de la joven.

-¿Se te ofrece algo?- preguntó Zero.

-Disculpe que lo moleste pero, el señor Buda...¿está con usted?-

-No, en estos momentos no. ¿Por qué?-

La respuesta del dios pareció dejar aún más preocupada a la valkiria. Pues su rostro pasó de demostrar simple preocupación a reflejar pánico. Si antes estaba confundido, ahora también estaba preocupado. Claramente algo no andaba bien, y de repente, volvió a instalarse en su pecho aquel mal presentimiento que había tenido durante semanas.

-Geir. ¿Qué está sucediendo?- demando saber Zero. La valkiria, preocupada y nerviosa, respondió:

-Es que el señor Buda no aparece por ningún lado y "eso" está sucediendo justo hoy y en el estado en el que está, dioses como Loki podrían aprovecharse y atacarlo-

La respuesta dejó a Zero sorprendido. No solo por el hecho de que la joven parecía no haber respirado. Sino porque Buda estaba desaparecido y no entendía a qué se refería Geir con "eso". Por lo que su preocupación solamente aumentó ante la posibilidad de que Buda estuviera en peligro.

-A qué te refieres con "eso". ¡Responde!-

-Es mejor que se lo explique mi hermana Brunhilde. E..ella sabrá explicar mejor la situación señor Zero- contestó Geir, muy asustada por la reacción del dios.

Ambos se dirigieron hasta el lugar en donde se encontraba Brunhilde junto a las demás Valkirias y, para su sorpresa, a Hercules. Se le veía mucho más pequeño, delgado y débil a como lo recordaba. Estaba confundido. Qué fue lo que le pasó al dios de la fortaleza. Brunhilde, al ver el rostro confundido y preocupado del dios, se dispuso a explicarle la gravedad de la situación.

-Supongo que necesita respuestas, señor Zero. Verá, como ya usted debe saber, los cuerpos de los humanos no están preparados para aguantar el poder de un dios, y no me refiero a únicamente en una pelea. Me refiero a que el cuerpo humano como tal, no fue creado para aguantar en su interior el poder completo de un dios. Es por eso que las excepciones a la regla son muy pocas. Como por ejemplo, el hermano Hércules o el señor Buda. Sin embargo, el que humanos tan excepcionales como ellos se hayan convertido en dioses tiene, por así decirlo, una medida de seguridad para evitar que sus cuerpos colapsen. Y es que durante un tiempo limitado, pierden todo rastro de poder divino y las habilidades que éste conlleva. En el caso de Hercules, éste pierde sus habilidades de los doce trabajos y su inmensa fuerza. Y en el caso del señor Buda, pierde la habilidad de su arma divina y la octava conciencia. Dejándolo así...-

-Tan débil como cuando era el príncipe de los Shaikas...incapaz de protegerse del ataque de un dios...¿Cuánto tiempo dura ese estado?-completó Zero.

-Depende, puede durar tan solo una semana...como puede durar un mes entero-

Completamente preocupado, Zero se separó en los siete dioses de la fortuna para abarcar más espacio en la búsqueda. También le comunicaron de la situación a los humanos y éstos estaban más que dispuestos a ayudar en la búsqueda del dios Buda.

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*Mientras tanto con Buda*

No sabía donde se encontraba. Solo sabía que estaba atado en una silla en una habitación sin ventanas y que, aparentemente, sus fuerzas lo habían abandonado por completo. Por supuesto, ¿Cómo había sido capaz de olvidarlo? Esta es la época del año en la que perdía toda su fuerza divina. Incluyendo su octava conciencia. Lo más probable es que esté en algún lugar apartado, víctima del ataque de alguno de los dioses que aun le guardaban rencor por su traición en el Ragnarok. Aun así, apenas estuvo completamente consciente, intentó liberarse de sus ataduras. Sin embargo, se sorprendió cuando notó que las ataduras parecían reforzadas con poder divino.

-No creerías que te la iba a dejar tan fácil, verdad Buda~?- esa voz.

-Así que tuviste que aprovecharte de que estaba en éste estado porque sabes que jamás podrías vencerme. Si que eres patético Loki- dijo de forma burlona Buda.

-Oh~ Conque esas tenemos. Bueno~ voy a divertirme tanto quebrantando tu espíritu de tantas maneras posibles~- contestó el dios de las mentiras para luego reírse de manera siniestra.

Esa risa le sacó un escalofrío a Buda. Mentiría si dijera que no estaba asustado. Estaba encerrado en un lugar completamente desconocido para él, junto al dios que más lo odiaba en éstos momentos, sin posibilidad alguna de defenderse o escapar e ignorante de lo que Loki planeaba hacerle.

Loki se acercó a él y le puso una especie de tela en los ojos, tapando completamente su visión. Sintió como le colocaba una especie de orejeras y una especie de vendas o guantes largos en sus brazos. El último ruido, lo suficientemente fuerte que escuchó fue el de una gigantesca puerta de metal cerrándose. Ahí comenzó su tortura.

No podía ver, sentir ni escuchar absolutamente nada. Por más que se esforzara para escuchar o ver algo que le diera una pista de dónde lo había llevado Loki, sus sentidos no eran capaces de percibir absolutamente nada. Ni siquiera era consciente del paso del tiempo. La completa falta de información de su entorno lo estaba comenzando a alterar. Aunque al principio se mostrara aburrido ante la situación, rápidamente los nervios, el miedo y la ansiedad lo estaban volviendo loco. No sabía si habían pasado únicamente algunos minutos o algunas horas. Pero Buda ya podía jurar que estaba a punto de volverse loco o incluso juraría que era capaz de escuchar su corazón latir y bombear sangre a su cuerpo a gran velocidad. El sonido y la sensación en su cuerpo era tal, que Buda no pudo evitar comenzar a removerse en su asiento incómodo, nervioso. Pero sobre todo, asustado. Pues sabía que esto era apenas el comienzo para lo que Loki, seguramente, le tenía preparado.

Se sobresaltó al escuchar, de repente, el fuerte y estridente sonido de la puerta de metal abriéndose. A pesar de que ese fue el único sonido que fue capaz de escuchar y parecía ser a lo lejos, fue suficiente como para que retumbara fuertemente en su cabeza y lo desorientara. Además de causarle un dolor de cabeza muy fuerte. Sintió cómo le quitaban las vendas/guantes de sus brazos, le quitaban las orejeras y comenzaban a deshacer el nudo de la venda que cubría sus ojos. Durante unos segundos, guardó la esperanza de que se tratara de Zero que había encontrado la forma de localizarlo. Esa esperanza se hizo completamente añicos cuando frente a él no había nadie más que Loki. Su desilusión debió ser muy evidente, pues en el rostro de Loki se dibujó una sonrisa sádica.

-¿Qué sucede Buda? ¿Pensaste que habían llegado a salvarte? jajajaja- se burló, soltando una estridente sonrisa que no hizo más que agudizar el dolor de cabeza de buda.

-Este no es más que el comienzo de nuestra diversión Buda. Te dije que te haría pagar por habernos traicionado-

Loki sacó un bolso con varios instrumentos y los fue colocando en una mesa que Buda no había notado que se encontraba ahí. A medida que iba sacando instrumentos de ese bolso, su rostro iba cambiando poco a poco. Reflejando el terror que no pudo evitar sentir al distinguir lo que claramente eran instrumentos de tortura.

Loki de verdad que estaba demente, y aunque no se arrepentía de su decisión de luchar a favor de los humanos, por primera vez estaba sintiendo verdadero miedo, terror, a lo que un dios podría hacerle por sus acciones. Aunque no le daría el gusto a Loki de que supiera ese miedo que le infundía. Sabía que lo único que debía hacer es resistir hasta que Zero lo encontrara o hasta recuperar su divinidad. Sabía que a estas alturas, Zero estaría buscándolo y pronto lo encontraría. Confiaba en él.

Esa confianza y esperanza debieron ser muy evidentes en su rostro, porque Loki le dio un puñetazo en el estómago que le sacó el aire y luego lo golpeó en la cabeza con la suficiente fuerza como para lastimarlo y desorientarlo unos segundos. Mas no con la suficiente fuerza para matarlo. Quería tenerlo con vida el mayor tiempo posible y de ese modo hacerlo sufrir. Luego tomó un encendedor y lo acercó a la mano derecha de Buda; quien intentaba resistirse inútilmente; y lo prendió en uno de sus dedos. El cuerpo del ex dios estaba hipersensible a los estímulos externos a causa de la privación sensorial de hace unos minutos. Por lo que el calor del fuego cerca de su dedo fue más que suficiente para hacerle soltar un grito de dolor que le sacó una sonrisa al dios. Repitió el mismo proceso en todos los dedos del humano, quien no paraba de gritar de dolor.

Cuando creyó que Loki había terminado por el momento, vio con horror cómo había desgarrado su ropa de la cintura para arriba. Seguido de eso, cortaba el cuerpo del joven con una pequeña daga y casi enseguida colocaba sobre la herida una barra de metal al rojo vivo. Suturando la herida evitando así que se desangrara pero ocasionando al mismo tiempo un dolor insoportable.

Luego desgarró la parte inferior de la ropa de Buda y pasó un cable cortado y pelado, que a su vez estaba conectado a una batería, por las piernas y la ingle, cerca del miembro del chico dándole dolorosas descargas eléctricas. Para este punto, Buda no hacía más que gritar de dolor y derramar lágrimas de frustración, dolor y terror.

Así estuvo durante horas hasta que Buda finalmente se desmayó de dolor. Esa fue la rutina entre Buda y Loki durante lo que Buda calculó, fueron varios días o semanas. A este punto, Buda era incapaz de percibir el paso del tiempo y poco a poco, la esperanza de que Zero lo fuera a encontrar e incluso la idea de que lo estuviera buscando, se fue desvaneciendo de la mente de Buda. Loki lo dejaba dormir y lo alimentaba lo justo y necesario para mantenerlo con vida. Pero últimamente lo estaba dejando descansar cada vez menos. Y el cuerpo de Buda estaba cada vez más débil. Sin embargo, fue lo que hizo después lo que terminó por quebrantar a Buda.

Como siempre, Loki entró por la gran puerta de metal dispuesto a seguir torturándolo. Aunque seguía oponiendo resistencia, ya no era la misma que al principio y Loki disfrutaba de eso. Se acercó a Buda y sin ninguna delicadeza lo tiró al suelo luego de liberarlo de la silla. Abrió sus piernas y disfrutó de ver el terror reflejado en el rostro de quien hasta hace un tiempo atrás, era un orgulloso dios que había tenido el valor de traicionar a todos los dioses para proteger a los humanos. Tomó del bolso un palo de madera repleto de astillas y lo introdujo de una sola vez en el recto de Buda. Quien soltó un grito de dolor con la voz ronca y desgastada a causa de lo mucho que había gritado en el último tiempo. Loki sacaba y volvía a meter el palo una y otra vez, desgarrando cada vez más la entrada de Buda quien gritaba y rogaba porque Loki se detuviera de una vez. La sangre salía de la entrada del chico. Siguió así por lo que a Buda le parecieron horas hasta que Loki pareció aburrirse y continuó con su rutina diaria de tortura.

Antes de perder la conciencia, un pensamiento cruzó por su mente: "Zero-chan...ayuda...me...sálvame...de... Loki..."

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*Mientras tanto con Zero*

Habían pasado ya tres semanas desde la desaparición de Buda. Tanto los humanos como las valkirias e incluso algunos dioses como Shiva, Rudra, Thor (a petición de Lubu), Hermes, Ares e incluso Poseidon (a petición de sasaki), estaban ayudando en la búsqueda. Habían buscado en casi todo el Valhala y no había rastro alguno de Buda. Era como si la tierra se lo hubiera tragado.

Habían confrontado a Loki casi enseguida de la desaparición de Buda. Pero como no había señales del dios desaparecido, no pudieron hacer nada al respecto en contra del dios de las mentiras.

Posiblemente, el dios que estaba más afectado por la desaparición de Buda era Zero Fuku. Era quien más buscaba a Buda e intentaba seguir cualquier pista que lo llevara al paradero de su amado. Aunque esas pistas siempre lo llevaban a un callejón sin salida. Pronto comenzó a notar como su apariencia comenzaba a deteriorarse, del mismo modo que lo había hecho en la época en la cual absorbía la miseria de la humanidad. No tardó en deducir que su apariencia cambiaba a causa de su propia desesperación. Su dolor al no poder encontrar a su amado Buda estaba provocando que su apariencia cambiara y no dudaba que a este paso, volvería a ser aquel demonio que se separó para evitar dañar a la humanidad en antaño.

Su apariencia era casi irreconocible para muchos que lo veían. Su propia miseria estaba a punto de consumirlo por completo nuevamente. Cuando en su mente escuchó un pensamiento. Un pensamiento que no era suyo sino que era de quien había estado buscando desesperadamente las últimas semanas. Transmitido a través de lo que alguna vez fue la conexión que ambos habían compartido con el Volund. "Zero-chan...ayuda...me...sálvame...de... Loki..."

Esa fue la gota que derramó el vaso. Zero fue consumido por completo por su miseria, dolor e ira al saber quien era el responsable de la desaparición de su amado Buda. Cuando el humo que se había levantado a su alrededor se disipó, Zero Fuku había vuelto a tener la apariencia con la que muchos lo habían conocido en el Ragnarok. La ira lo había consumido por completo y su hacha se materializó en su mano derecha. Zero nuevamente había dejado de ser aquel dios lleno de luz y bondad para convertirse en ese demonio repleto de miseria, odio e ira. Solo que esta vez, no se separaría en los siete dioses de la fortuna.

A paso apresurado se dirigió al templo de Loki y una vez ahí, tiró la puerta abajo encontrándose con un molesto y sorprendido Loki. Quien lo miraba de una forma que a Zero le costó descifrar. Sin embargo, se acercó a él a una velocidad que sorprendió al dios nórdico y colocó su hacha en su cuello antes de que Loki siquiera pudiera reaccionar.

-¿Dónde tienes a Buda? Se que está aquí-

-Te diré lo mismo que les dije hace semanas. No tengo idea de dónde está ese traidor. Pero aquí no está- contestó con una sonrisa arrogante.

-¡Mientes! Se que está aquí-

-Bueno, si tanto quieres saber, entonces por qué no lo buscas- dijo Loki a punto de apuñalar a Zero a traición. Sin embargo, un cuchillo se clavó en su mano antes de que pudiera cumplir su objetivo.

Ambos dioses miraron en la dirección en la que había venido el cuchillo y vieron a los humanos que habían luchado en el Ragnarok, cada uno con su Volund.

-Dios Zero, nosotros nos encargaremos de Loki. Usted busque al señor Buda- dijo Sasaki Kojiro mientras se ponía en guardia junto a los demás. Zero, aprovechando que Loki estaba distraído lo apartó de su camino con fuerza y se dirigió a buscar a Buda mientras los humanos peleaban con Loki.

Recorrió cada centímetro del templo sin encontrar señales de Buda. De nuevo. Pidió desde el fondo de su corazón, que esta vez Buda le diera otra señal. Cuando de repente, desde detrás de uno de los cuadros, escuchó un sonido sordo. Como si algo se hubiera caído. Se acercó al cuadro y lo arrancó sin cuidado alguno de la pared. Se sorprendió de encontrar un pequeño pasillo de piedra y al fondo una puerta de metal entreabierta. Corrió por el pasillo y abrió la puerta de golpe. Lo que vio le partió el corazón y lo llenó de ira al mismo tiempo.

Era una habitación prácticamente hermética sin ventanas. Siendo la única conexión con el exterior la puerta por la que había entrado. Había una mesa de madera repleta de lo que fácilmente identificó como instrumentos de tortura. A un lado de la mesa había una silla de madera tirada, que supuso fue el sonido que escuchó, y junto a la silla estaba el cuerpo de aquel a quien había pasado las últimas semanas buscando.

Se veía sumamente demacrado. Con una cantidad inhumana de heridas en todo su cuerpo. Pero Zero lo reconocería donde fuera. Era Buda. Finalmente lo había encontrado. Se apresuró a llegar a su lado y con suma delicadeza lo tomó entre sus brazos. Le rompió el corazón ver como Buda parecía querer alejarse de él mientras lágrimas salían de sus ojos. Lo estrechó más contra su pecho de forma protectora y le susurró:

-Tranquilo Buda...soy yo...Zero. Estoy aquí. Ya estoy aquí y ya estás a salvo. Te sacaré de aquí...- Buda pareció reconocer a Zero porque dejó de resistirse. Se recostó contra el pecho de su salvador y entre lágrimas y antes de caer inconsciente susurró con una voz rasposa:

-Zero-chan...eres tú...estás aquí...si viniste por mi...-

-Siempre vendré por ti- le susurró Zero.

Para luego tomar a Buda en sus brazos estilo princesa y salir de ese lugar. En la entrada del templo podía ver como los humanos habían acorralado a Loki con la ayuda de los demás dioses. Quienes, al parecer, llegaron luego de que él se había ido a buscar a Buda. Los dioses se llevaron a Loki lejos de ahí mientras que los humanos se acercaron hasta donde él estaba. Por instinto aferró a Buda más contra sí mismo. Fue Jack quien se sacó su gabardina para cubrir el cuerpo semidesnudo de Buda y luego lo llevaron a la enfermería del Valhala para que atendieran sus heridas de inmediato.

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*Salto de tiempo*

Pasaron tres días desde que habían encontrado a Buda. En todo éste tiempo, Buda no había dado señales de despertar y Zero no se apartaba de su lado. No habían vuelto a saber de Loki desde que los demás dioses se lo habían llevado de su templo aquel día. Y eso le alegraba demasiado. Le partió el corazón cuando hicieron un diagnóstico de las heridas de Buda y vieron todo lo que ese desgraciado le había hecho. Eso sin contar el daño psicológico que de seguro Buda había recibido.

Por recomendación de los médicos y los demás dioses, habían sellado la divinidad de Buda hasta que éste se recuperara por completo. O su cuerpo no resistiría tal presión estando tan débil y moriría. Los humanos, las valkirias y algunos dioses venían a ver el estado de Buda y su progreso.

Zero miraba como Buda descansaba en la cama frente a él. Conectado a algunas máquinas que monitorean sus latidos y conectado a un suero que le pasaba todos los nutrientes que había perdido por la pésima alimentación que había llevado las últimas semanas. No podía parar de culparse por el estado de Buda. Por no haber descubierto ese lugar la primera vez que fueron al templo de Loki. Se acercó lentamente y tomó una de las manos de Buda con suma delicadeza mientras derramaba algunas lágrimas y susurraba.

-Buda...lo siento tanto...si hubiera encontrado ese lugar la primera vez que fuimos al templo de Loki no estarías en este estado...No habrías tenido que pasar por ese infierno...No fui capaz de protegerte. Tu confiaste en mí y yo no fui capaz de evitar que Loki te secuestrara y te hiciera daño...por favor...perdóname...todo esto es mi culpa...Tu eres.. lo más importante para mi...y no fui capaz de protegerte cuando más me necesitaste...perdoname...por favor perdóname...-

-Mhm...¿dónde...estoy?...Zero-chan...¿eres tú?- preguntó Buda con una voz ronca mirando a su alrededor y al dios a su lado. Temiendo que todo no fuera más que un sueño o una alucinación y que en realidad siguiera en ese infierno.

-¡Buda!...despertaste...si, soy yo. No te preocupes, estás a salvo ahora...Trata de no hablar demasiado, tus cuerdas vocales fueron severamente dañadas y necesitas descansar.- dijo Zero Fuku sorprendido y feliz de que Buda finalmente haya despertado. Aunque se preocupó al verlo llorar.

-Buda, qué tienes? ¿por qué lloras?- dijo mientras acariciaba la mejilla de Buda con suma delicadeza.

-Por favor...Por favor dime que esto no es un sueño o una alucinación...por favor dime que ésa pesadilla finalmente terminó...-

-Tranquilo, todo ésto es real. La pesadilla terminó. Estoy aquí...y estás a salvo...- Buda puso su mano sobre la de Zero, que aun acariciaba su mejilla.

-Sabía que vendrías por mí...que me encontrarías...Zero tuve...tuve tanto miedo...él me...me hizo tantas cosas que...- no pudo terminar la oración porque todo su cuerpo comenzó a temblar con fuerza y comenzó a llorar. Aferrándose a la mano de Zero quien, con suma delicadeza, lo abrazó de forma protectora dejando que Buda finalmente se permita desahogarse y llorar sintiéndose seguro.

Luego de algunas horas en las que Buda ya se sentía más seguro de recibir a más gente, Jataka fue el primero en llegar. Ambos hermanos se abrazaron con fuerza y los tres, Zero, Jataka y Buda, acordaron que vivirían juntos a partir de ahora para apoyar a Buda en su recuperación. Luego fueron llegando los demás que, comprendiendo la situación, trataban de darle a Buda el espacio que necesitaba con tal de hacerlo sentir seguro. Obviamente le explicaron el asunto de su poder divino sellaro, y aunque fue un golpe para él, les sorprendió que se lo tomara mejor de lo que imaginaron. Cuando todos se fueron, incluido Jataka que se adelantó para preparar habitaciones para Buda y Zero, dejando nuevamente a Zero y a Buda solos.

-Buda, ¿por qué no te molestó el asunto de tu poder sellado?- preguntó Zero confundido.

-Primero, porque entiendo que no había otra alternativa. Y segundo, porque se que de ahora en adelante, te tendré a ti para protegerme hasta que recupere mi poder. E incluso después de eso- contestó Buda con una sonrisa, algo apagada por lo que había vivido, pero era una sonrisa que demostraba esperanza y la seguridad que sentía estando junto al dios de la fortuna.

Zero animó a Buda a volver a dormir para que descansara. Prometiendo quedarse y seguir ahí cuando éste despertara. Una vez que Buda se quedó profundamente dormido, Zero acarició su mejilla con cuidado y susurró:

-Para protegerte, volvería a ser un demonio...solo por ti...- y se sentó en la silla junto a la cama para velar por los sueños de su amado príncipe.


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4636 palabras.

Oficialmente, éste es el one-shot más largo que he escrito y de verdad espero que les guste. Ya que demoré toda una noche escribiéndolo jajaja. Pero me gustó el resultado final así que valió la pena. 

En cuanto a la historia de "Renazcan almas doradas", ya estoy preparando el capitulo nuevo y calculo que en estos días subiré el nuevo capítulo. 

Sin más que decir. 

Nos leemos pronto

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