Lo que siento por ti es finito, como mi estancia aquí, como la vida útil de lo ordenador y la belleza de las rosas de mi jardín.

Quiero gritar que te quiero. No es mi deseo seguir ocultándolo. Pero este sentimiento es tan absurdo comí verdadero.

¿Y sabes qué?

No quiero volver a escuchar las mismas excusas de siempre:

“La distancia va a apagar lo que sentimos”.

Precisamente por eso debemos vivirlo antes de que ya no sea eterno.

“Nuestras diferencias harán que nos odiemos”.

¿Por qué pensar así, si justo tu manera extraña de ver el mundo es lo que más me atrae de ti?, ¿no sería mejor terminar sintiendo odio el uno por el otro que ya no sentir nada?

“Es imposible que lo nuestro sea amor”.

Hay cosas a las que no debemos ponerle nombre, solo dejarnos llevar.

Quiero decirte, chico de las estrellas, que no me importa nada ya. Quiero algo y es que compartas unos cuantos de tus días conmigo.

¿Crees que es injusta mi petición?

¿Qué puede salir mal cuando todo está de por sí, destinado a la perdición?

Quiero que mi vida se apague entre tus brazos y que mi risa pierda su fuerza en tus oídos. Tengo urgencia de besarte y callar así, todos tus suspiros.

Hay tantas cosas que quiero contigo, que esta vida no me sería suficiente.

Hay tantas cosas que no sucederán, que añorarlas me es deprimente.

— Con cariño,
La chavita enamorada
del chico triste de las
estrellas.