Otra vez tú.
Taladras persistentemente. Llegas a mi corazón, construyes en él un huequito en el que sólo cabes tú y nadie más
Me haces creer que es verdad, que tal vez me quieres. Pero estoy mal. Todo está mal. ¿Veo corazones donde no los hay?
Quizá...
Quizá...
Una carta y otra carta... solo porque sé que nunca te van a llegar.
Me gustas, lo dije.
No lo puedo negar.
Chico de las estrellas, ¿sabes que vives más cerca del sol de lo que piensas?
Para ti,
El chico triste,
el de la sonrisa
fingida.
—Abril.
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