... No podrás evitar enamorarte de él, no lo niegues solo lo harás más difícil.

Él tal vez no te hable de mí, yo sé que el querrá recordarme como una mujer alegre, aceptando que yo soy parte de su pasado...

Bostezó sintiendo el calor que emanaba su pareja quien aún se encontraba en su quinto sueño, muchas veces creyó que era la culpa de su kosei de fuego, no le molestaba para nada, era confortante en días de invierno como ahora.

Palmeo un poco el suelo, deseo no hacerlo se le había entumecido la mano, el frío lo más seguro es que rondaba a los menos cero centígrados.

Volteo su mirada al rostro del bicolor, causándole gracia por los cabellos alborotados que normalmente eran lisos y bien peinados, se sentía especial porque era la única que podía ver la faceta desordenada del menor de los Todoroki.

El mencionado abrió los ojos siendo la sonrisa de Ochako lo primero que vió.

— Buenos días

Ella miró el rostro de Shouto que aún trataba de acostumbrarse a la luz, besándole la frente y acariciando su rostro. Ella le correspondió besando su mandíbula.

— Buenos días, Shouto-kun

Ninguno de los dos le dió ganas de levantarse, el frío dormía todos sus sentidos, lo único que les mantenía calientes era el estar abrazados envueltos en cobijas y rodeados de un ejército de almohadas y peluches de la castaña.

— ¿Una hora más?

— Una hora más — concordó Ochako acurrucándose en el pecho de Todoroki, no importaba de todos modos, era sábado y no tenían clases.