Para Jimin. 

El día de ayer te noté más feliz, y un pajarito me dijo que amaste mi pequeño cupcake, gracias, pensé en ti para crearlo. 

Ahora un pequeño poema. Verte feliz, me mantiene feliz, tu linda sonrisa me provoca sonreír con bobo al escribir esta carta, tu linda voz tan dulce me hace flotar por las nubes de la imaginación. Tus adorables cachetes, son dos bolitas de arroz. 

Eres mi motivación para crear nuevos postres, tu admiración y felicitación solo inunda mi ser. 

Eres mi musa, solo soy tu fiel servidor. Crear para tí y hacerte feliz, ayuda a calmar mi solitario corazón. 

Con amor, tu admirador secreto. 

Jimin quería preguntarle a su abuela si ella lo conocía, él solo recordó comentarle a ella el postrecito delicioso que probó y esta mañana se le mencionó que habría cambio en el menú. 

ㅡ Abuela. 

ㅡ No te diré Minnieㅡ es lo único que dijo la señora al servir el té. 

ㅡ P-Pero. 

ㅡ Nada de peros, lo he prometido, cuando llegue el día, él lo hará. 

Jimin se sentó en su sofá preguntándose ¿por qué no podía conocerlo ya? ¿Por qué no se atrevía? 

ㅡ ¿Si lo hará? ¿Por qué no me habla en persona? 

ㅡ Minnie, entiendo tu curiosidad pero algunas personas son más tímidas de lo que piensas, al principio fuiste un poco desconsiderado e incómodo. 

ㅡ Lo siento. 

ㅡ Tranquilo mi amorㅡ su tierna abuela le dio unos dumplings para que comiera, mientras en su mente la idea de conocerlo lo ilusionaba.