Llegó el momento de la despedida, querida mía. Tú dirás que a pesar de estar marchándote podemos ir a beber un café de aquellos amargos como mis papilas en este instante. Yo diré lo mismo y quizá más, pero sigue siendo una despedida. Un para siempre, al menos para mí y mis sentimientos exagerados.

Llegó el momento de la despedida, querida mía. Y te aseguro que jamás olvidaré todas aquellas horas en las que tú hablabas a un público en el que me encontraba presente mientras desde aquí yo escuchaba y observaba. Escuchaba, observaba y sonreía. Sin embargo, se han acabado esas oportunidades, y no sé si las aproveché del todo. De todos modos ya no importa.

Llegó el momento de la despedida, querida mía. Una despedida temporal y definitiva al mismo tiempo, pues depende de ti la clasificación. ¿Te acercarías a esta cascada de emociones y sentimientos cambiantes? ¿A esta tormenta de rayos tan cegadores que impiden enfocarse en el murmullo de los truenos que repite una y otra vez tu nombre? ¿Lo harías de verdad? Pues el sendero a través de mis junglas de apariencia descolorida no tiene vuelta atrás. No lo hagas, por favor. El riesgo es demasiado grande.

Llegó el momento de la despedida, querida mía. No estoy segura de poder aceptarlo, ¿por qué tienes que irte? ¿Tienes acaso idea de cuánto voy a extrañarte? Palabras vacías son solamente si no estás tú, mi musa. Alguna vez creí que un huracán se desataría, qué ilusa. ¿Un huracán en base a qué? ¿A tu partida? No. Donde cayeron mis lágrimas contradictorias una noche en aquel mencionado viaje al paraíso se hallarán las mismas cenizas que aquí, donde ahora dejo un trozo de mi alma. Cenizas de un sentimiento que alguna vez fue y alguna vez será, en otro tiempo tan breve y tan extenso como el mío, en otro ser tan iluso, tan joven como yo.

Llegó el momento de la despedida, querida mía. Una a una fueron resbalando por primera vez sobre mis mejillas, bajo mi mentón. Una a una se golpearon contra la cerámica mientras pensaba yo en las palabras vacías y mi futuro sin ella.

Ella, la indescriptible.

Ya te extraño.