Dos | 📷

El pelinegro se llevó ambas manos a los labios al haber dicho lo que estaba pensando; su propio ser lo había traicionado. Park Jimin levantó las cejas y le dio un vistazo al ojimiel, para luego fijar su mirada en el suelo cubierto de hojas.

—Gracias —dijo en voz baja; nadie le podría haber advertido que estaba con un joven que realizaba halagos y que tendría que mantener la compostura.

—No quería decir eso —. Agitó ambas manos en el aire; trataba de ingeniárselas para soltar una explicación—. Tu camisa es la que se ve bien. Tiene un bolsillo y ese color celeste es increíble.

Park Jimin observó al pelinegro con un gesto burlesco; había descrito una camisa promedio que no tenía algo de especial—. Gracias otra vez por el cumplido —rio empequeñeciendo sus ojos ante el comentario del joven.

Siguieron con el recorrido mientras que Min Yoongi debatía consigo mismo por haber dicho eso; sentía vergüenza y de seguro el joven pensaba que era un rarito. Estaba resignado.

—¿Qué hace en su tiempo libre? —preguntó el castaño a la vez que sostenía una rama para evitar golpearse y pasar por debajo de esta.

El ojimiel se relamió los labios; creía que el chico de camisa no quería hablar con él—. Tomar fotos y tocar el piano.

—Eso debe de ser complicado —. Soltó una risa al terminar su oración al imaginarlo presionando las teclas de ese instrumento—. Entonces, ¿eres fotógrafo? —cuestionó al recordar la cámara que llevaba consigo el pelinegro; para ser de un aficionado lucía bastante profesional.

Dio un salto sobre una piedra que cubría el camino y, cuando estaba del otro lado, le extendió la mano a Min Yoongi para ayudarlo a cruzar—. Sí —afirmó mientras tomaba su mano y se impulsaba para pasar por esa piedra enorme—. ¿Qué hay de ti?

—Desde pequeño me ha llamado la atención diferentes cosas, quería ser un astronauta, científico, pero al final terminé siendo detective —se sinceró.

El ojimiel asintió con la cabeza; había vivido algo similar. Él ingresó a la compañía para editar imágenes, luego su jefe le comentó que podría realizar las fotos para esa importante revista; su sueño sería realidad, aunque de imprevisto.

—Creo que debemos de subir —anunció Park Jimin al darse cuenta que no había ningún camino opcional cerca de ellos; lo único que podían ver era una pequeña montaña cubierta de plantas, las cuales estaban aplastadas. En definitiva, alguien caminó sobre esas hace poco tiempo.

Min Yoongi soltó un quejido al ver a lo que se tenía que enfrentar; debería de haberse quedado en su casa.

—Guarda esto en la maleta, por favor —. El castaño le entregó una hoja de papel doblada que acababa de sacar del bolsillo de su camisa- No le eches un vistazo —advirtió.

Lo último encendió la curiosidad de Min Yoongi; tenía entre sus manos algo que parecía ser valioso para el joven. Observó como el castaño subía a paso lento, para evitar una caída o perder algo que esté reposando sobre las plantas que podía servir en la búsqueda. Su corazón se aceleró mientras tenía la vista fija en el pedazo de papel, ¿qué se supone que debía de hacer?

—Lo siento —murmuró para sí mismo.

Desdobló la hoja que parecía cubrir algo pequeño en forma rectangular. La puso a un lado y encontró un carné. Su piel se puso de gallina y tuvo que morderse los labios para no decir nada; era un carné blanco, que parecía ser estudiantil, con la foto de Park Jimin en una esquina.

"Integrante de la Asociación de detectives privados: Park Jimin", decía en el objeto. Lo guardó en la maleta y echó un vistazo al castaño que seguía escalando. Tenía tiempo para leer lo que decía en la hoja que ya hacía arrugada, la tomó entre sus manos e inició la lectura.

"Diploma de honor al mejor investigador de la Asociación de detectives privados:

Park Jimin

Se le otorga este reconocimiento, debido a lo aplicado que se ha mostrado en sus clases de investigación y el gran empeño que ha puesto en estas. Sabemos que se convertirá en uno de los mejores detectives privados al terminar sus estudios. Felicidades"

El ojimiel tuvo que leer dos veces y pellizcarse para confirmar que era real aquello; ¿acaso era un estudiante y no un detective cómo lo llevaba diciendo todo el camino?

Guardó de inmediato el documento en el interior de la maleta y empezó a hacer torpes movimientos para tratar de verse casual. De repente, el castaño volteó su cabeza hacia él, ocasionando que pegue un brinco.

—¿Piensas quedarte abajo? —cuestionó burlón al ver a un nervioso pelinegro—. Apúrate —comentó luego de observar cómo el joven se acercaba a la montaña para escalarla.

Park Jimin llegó primero a la cima, así que esperó un poco más a que el ojimiel subiese por completo. Cuando el par estaba al mismo nivel siguieron en línea recta al ver las famosas huellas y una sandalia azul tirada.

—¿Te puedo preguntar algo, Jimin? —. El pelinegro le tomó una foto a esa evidencia y guardó la cámara en su maleta, como era costumbre.

El mencionado se asombró al escuchar la confianza que tenía el ojimiel para llamarlo informalmente. Se limitó a asentir.

—¿En serio eres un detective privado? —tartamudeó al soltar esa pregunta que hizo que el castaño posase sus ojos en él por unos segundos—. Quiero decir, ¿de verdad eres uno o estás estudiando para serlo?

Maldijo por lo bajo al haberse delatado a sí mismo con esa específica pregunta. Estuvo más seguro del hecho cuando Park Jimin se detuvo en seco y se aproximó a él—. ¿Has leído lo que te dije que guardaras?

Empezó a pronunciar excusas inentendibles, cuando observó la expresión de decepción del castaño inhaló profundo y asintió con toda la pena que estaba sintiendo.

Park Jimin apretó los labios y fijó su vista en el suelo, para luego darle la espalda al pelinegro y seguir con su camino—. ¿No vas a decir algo respecto a que has estado mintiendo? —preguntó indignado, Min Yoongi, al cobrar valor.

—No tengo nada que justificar; no debiste de ver eso —. Aceleró el paso, lo cual el pelinegro imitó.

—¿Por qué no lo hiciste? ¿Ahora cómo puedo confiar en lo que has dicho y cómo sabré que no fue un error ayudarte, estudiante? —espetó enojado.

—Puedes regresar solo si lo prefieres —dijo cortante.

—Oh, gracias, no lo había pensado —respondió irónico ante aquel comentario. En eso, recordó las palabras que sus padres le repetían de pequeño: "no confíes en extraños"

—Mira, Min Yoongi —. Le dedicó un vistazo a la vez que mantenía el equilibrio para caminar sobre un tablón de madera que pasaba por un lago y llevaba hasta la otra punta del camino—. Puedo ser un simple estudiante para ti, pero ya he resuelto dos casos con éxito y este no será la excepción.

Llegó hasta el otro lado y le hizo un ademán al, enfurruñado, pelinegro para que lo siga, lo cual hizo luego de decir palabras que no llegó a escuchar.

—Entonces, ¿cuál es la necesidad de no decirlo al princi-

El ojimiel sintió como su equilibrio le fallaba y empezaba a tambalearse. Estaba a unos pasos de llegar al lado del castaño; podía observar la mezcla de preocupación y sorpresa en su rostro mientras le extendía ambas manos para que las tome.

Lo primero que hizo, fue lanzar la maleta al lado del castaño mientras contenía la respiración, terminó por soltar el aire al ver que cayó a salvo. Inhaló profundo y dio un paso, el cual resultó ser en falso, ocasionando que el tablón se rompiera. Sujetó, de inmediato, las manos de Park Jimin antes de que la fría agua de ese lago lo tapase por completo; se congelaba. El castaño puso fuerza en sus piernas para no soltar a Min Yoongi y tampoco ser arrastrado por la caída.

Luego de un par de minutos, Park Jimin logró sacar, a la superficie, al empapado y helado pelinegro que estaba recuperando el aliento, dejando reposar su cuerpo en el césped. El castaño trataba de regular los latidos de su corazón; había pasado por un gran susto.

—¿Estás mejor? —cuestionó, aún con la respiración agitada. Se arrimó al pelinegro y se puso en cuclillas para quedar a su altura.

—Creo que sí -afirmó con la voz temblorosa. Se llevó la mano al pecho; ¿cómo era posible que fuera más hondo de lo que se veía?

El castaño le extendió la mano para levantarlo y él la sujetó, cuando estaba por impulsarse para ponerse de pie, cayó de trasero contra el pasto soltando quejidos mientras se acariciaba la pierna.

—No puede ser. Lo último que faltaba —masculló Park Jimin sin quitar su vista del perseverante ojimiel que trataba de levantarse, pero volvía a caer de trasero.

Estaba seguro que Jeon Jungkook se podía encontrar en una cabaña que no parecía estar lejos, las pistas los llevaban hacia ahí, así que debía de ser donde se encontraba secuestrado. Podía verla desde donde estaba de pie, algo tapada por las hojas de los árboles. Miró de reojo al ojimiel que sobaba su cabellera y daba golpes al aire.

No podía perder tiempo, quien sabía por las torturas que podía estar pasando el joven de dieciocho años. Sintió una punzada en su corazón. Tenía que tomar una decisión de inmediato: dejaba a Min Yoongi o se las ingeniaba para poder continuar juntos en el recorrido.

Alzó la vista para decirle al pelinegro la decisión que había tomado, cuando lo vio pararse y apoyar su cuerpo con el tronco de un árbol. Comenzó a arrastrar su pie hacia el castaño, dejándolo aún más anonadado—. ¿No te duele? —inquirió con las cejas alzadas al mismo tiempo que tomaba entre sus manos la maleta, que estaba tirada, y la posaba en la espalda.

—Sí, pero no pienso quedarme abandonado en medio de la nada —. Estiró su brazo hacia Park Jimin, el cual lo pasó por detrás del cuello y esperó unos segundos a que se estabilizara y suelte la rama de la que se había aferrado.

Ambos siguieron caminando en dirección a esa cabaña de madera que parecía estar a punto de desmoronarse. No tenía ni una sola ventana y la puerta estaba media abierta. Si el castaño hubiera estado solo habría hecho el recorrido rápido, pero no podía negar que no tenía pistas suficientes y que la ayuda de las fotos que sacó Min Yoongi fueron de mucha utilidad. Luego, se lo agradecería.

Tuvieron que pasar por caminos irregulares, pero lograron llegar con éxito a la cabaña. Park Jimin estaba seguro que iba a sacar más músculo en sus brazos al haber tenido que hacer fuerza para ayudar al ojimiel a pasar ciertas elevaciones y maleza.

Min Yoongi tomó asiento sobre una gran piedra que daba de frente a la puerta de madera. El castaño se acercó en puntillas. Habían huellas de lodo que parecían entrar a ese lugar; había alguien dentro. Cerró los ojos y tomó aire; si se enfrentaba a algo grave estaría arrepentido, estaba poniendo su vida y la de una persona inocente en riesgo.

En un acto rápido, abrió la puerta y escuchó un par de gritos asustados que salían del interior del lugar que estaba mal iluminado. Se tapó los oídos y cerró los ojos; había sido un ruido demasiado agudo. Frunció el ceño y posó sus ojos sobre los causantes de aquello.

Su boca se entreabrió y parpadeó varias veces al ver lo que parecía imposible. Apretó los dientes al ver a un Jeon Jungkook abrazado, a más no poder, de un chico castaño que estaba más asustado que él; miraba a todos lados sin saber que era lo que estaba pasando.

—Jungkook, ¿tienes alguna explicación? —habló en tono serio a la vez que cruzaba los brazos. Ambos jóvenes se removieron incómodos—. ¿Qué hacen abrazándose? —. El par se dio cuenta de lo que el castaño acababa de decir y se separaron en cuestión de segundos.

—¡Lo siento! —. El menor, de diecinueve años, se disculpó al ver la mueca de enojo que le dirigía Park Jimin—. No pensé que lo mandaran a buscarme, ¡les dije que daría un paseo!

—¿Qué clase de paseo dura más de cinco horas? —cuestionó incrédulo. Acarició su cabellera castaña y tomó aire; Jeon Jungkook era más inquieto de lo que había imaginado—. Tus padres están preocupados. Al menos, los hubieras llamado —dijo resignado.

—¿Cómo podría contarles que me iba a ver con Taehyun? —. Apuntó con su dedo índice al otro joven que tenía sus ojos puestos en ellos—. No me lo habrían permitido.

—¿Por qué no? —ladeó la cabeza—. ¿Acaso no son amigos?

Los dos menores intercambiaron miradas, para luego asentir la cabeza al mismo tiempo. Park Jimin no sabía que más podía decir; jamás había pasado por una situación parecida. Estaba preocupado por un joven que conversaba con un amigo, ¿quién iría de paseo a un bosque sin decirle a nadie?

—¿Y él es tú amigo? —preguntó Jeon Jungkook señalando al pelinegro que estaba acariciando su pierna y echándose aire con la mano que tenía libre.

—No —alargó la última vocal, para luego dedicarle una mirada al adolorido ojimiel que sonreía en dirección a los jóvenes al ver como Jeon Jungkook agitaba la mano en señal de saludo hacia él. Regresó su vista al menor—. Bueno, podría serlo.

Jeon Jungkook se puso de pie y abrazó al castaño con fuerza, el cual lo recibió con los brazos abiertos y despeinó su cabellera. Se alejaron y Park Jimin le dio un vistazo de arriba abajo. Soltó una risa al ver que Jeon Jungkook tenía un pie desnudo y, en el otro, una sandalia azul; idéntica a la que había encontrado anteriormente por el camino. Se acercó a Min Yoongi y le dijo algo que el menor no logró escuchar, pero lo supo cuándo observó el objeto que regresaba entre las manos del castaño; era su pulsera azul.

Después de esperar quince minutos, unas motocicletas de rescate llegaron hacia donde estaban ellos. Eran propiedad de los cuidadores de aquel bosque que estaban dispersados por diferentes lados y que, por primera vez en mucho tiempo, realizaban algún tipo de trabajo a parte de no prestar atención a lo que sucedía y leer revistas en sus cabinas.

Fueron llevados a la comisaría, la cual se encontraba en la zona moderna del pueblo. En el camino, Min Yoongi reconoció el hospedaje en el que se iba a quedar; lo había visto tantas veces en la foto que le había sido enviada a su celular hace unos días atrás. Suspiró aliviado al darse cuenta que no estaba alejándose de su destino.

Luego de unos cuatro minutos, entraron a un lugar lleno de policías, donde se encontraba la familia de Jeon Jungkook que había sido notificada por el castaño para que se reúnan ahí.

Los integrantes de la familia corrieron a abrazarse entre ellos mientras los padres soltaban algunas lágrimas por su hijo que había estado desaparecido. Él se disculpó y explicó lo sucedido a sus progenitores, los cuales le dijeron que confíe en ellos, porque lo amaban con todo su corazón y siempre estarían de su lado.

Park Jimin tenía una sonrisa de felicidad en su rostro. Guardó las manos en los bolsillos de su pantalón de tela y se giró hacia el pelinegro que estaba siendo atendido por una enfermera de primeros auxilios. Ella le colocó un vendaje en la pierna e indicó los medicamentos que debía tomar en los próximos días, los cuales le iban a ayudar desinflamando la leve lesión. El castaño, risueño, se aproximó a un Min Yoongi sentado y con una mueca de dolor.

—Gracias por la ayuda —dijo, tomando por sorpresa al pelinegro—. Esto te pertenece —. Se retiró la maleta que llevaba en la espalda y la dejó reposar en el asiento que estaba al lado del ojimiel.

Movió su mano en señal de despedida. Ya eran las seis de la tarde y podía ver una tonalidad naranja que ingresaba por las ventanas del interior de la comisaría y pintaba toda la estación; sus padres le decían que era una hora mágica.

Dio unos pasos, alejándose del pelinegro a sabiendas que sería la última vez que lo vería. Todo salió bien; logró regresar a Jeon Jungkook con su familia y también a Kim Taehyun. Había algo que le faltaba, pero no tenía en claro que era. Su corazón le dio una punzada y su estómago se estremeció. No podía dejar que terminara así.

—Jimin —alzó la voz el pelinegro al ver como su compañero, de esa inolvidable aventura, estaba a punto de cruzar la salida. Su corazón latía a más no poder. Tenía que hacer algo.

Pensó en ponerse de pie, pero no fue necesario al ver como el castaño caminaba hacia él con una sonrisa de oreja a oreja, encogiendo sus adorables ojos—. ¿Tiene algún número para poder contactarlo?

La gran expresión de felicidad del castaño se extendió mientras entregaba su celular hacia Min Yoongi que lo observaba sorprendido y satisfecho. Tomó entre sus manos el objeto y tecleó su número celular.

—¿Te incomodaría? —cuestionó al terminar de abrir el cierre de la maleta y sacar su cámara de fotos. Contempló como el castaño sujetaba la maleta, para luego dejarla descansar en su regazo y tomar asiento en la silla para estar junto al ojimiel.

Los jóvenes sonrieron hacia la cámara. Min Yoongi hizo una cuenta regresiva y sacó una foto. La iba a atesorar para siempre; sentía que ese era el inicio de algo increíble que iba a lograr crear junto a ese castaño. Los corazones de ambos palpitaban como locos y se dedicaban sonrisas tímidas por momentos.

Park Jimin ofreció llevarlo al lugar en el que se iba a quedar, a lo que el pelinegro aceptó luego de que el castaño dejara de insistir en que se apoyara en su hombro; no quería ser una carga además de que podía caminar lentamente.

Subieron a un taxi y el ojimiel le indicó la dirección que tenía en un mensaje que le había sido enviado por un trabajador de la empresa horas atrás. Al llegar, ambos sintieron las gargantas secas de tanto hablar en ese corto tiempo. Park Jimin lo ayudó a dar sus datos a la recepción y lo guio al fondo del pasillo que daba a la habitación donde el chico descansaría.

Antes de irse, Min Yoongi agarró coraje y le preguntó si quería acompañarlo, al día siguiente, a tomar fotos a la cascada que había sido la causante de todo lo que sucedió en aquel día. Sus mejillas empezaron a arder luego de que el castaño accediera y se retirara de ahí para dirigirse a una de sus clases que comenzaba en menos de veinte minutos.

El ojimiel dejó descansar su cuerpo en la sábana de seda que cubría su temporal cama. Abrió la maleta, que tenía al lado, y sujetó la cámara de fotos. Contempló, con una dulce sonrisa dibujada en sus labios, la foto que sacó hace unos minutos con el castaño.

—Será para el recuerdo —murmuró—. De muchos que crearé contigo, Jimin.

No puedo creerlo. Ya terminé esta mini historia, ¡muchas gracias a todos los que se quedaron y esperaron este final tan ansiosos como yo!

Sé que es un final abierto, personalmente no soy tan fan de estos, pero sentí que esta historia lo necesitaba y era apropiado, ¿qué opinan ustedes?

Llevaba tiempo con querer realizar esta historia que se me ocurrió mientras se suponía que debía de estar durmiendo, fue casi a inicios de mes, pero por tener otra historia en edición y no tener idea de como empezar esta, retrasaba su creación. Hice un pequeño resumen y tenía pensado seguir editando mi otra historia, pero es que no pude porque tenía esta en mente 😂

Dejen sus comentarios para saber que les pareció el primer fan-fic que hago en mi vida, así que no sean tan crueles pls, ¿les gustó el desarrollo la relación entre Jimin y Yoongi? ¿tienen alguna duda? ¿los diálogos y acciones son claras? ¿están de acuerdo con lo sucedido con el desaparecido? ¿la narración permite imaginar la zona? ¿qué hacían dos chicos en una cabaña de un bosque abandonado? ¿Tae y Jungkook son dos amigos aventureros? jejeje

¡Gracias por acompañarme en "Para el recuerdo"! 🥰📷

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